ANGEL AMADEO LABRUNA Y LA REVOLUCIÓN CORDOBESA
En 1974 Talleres fue la revelación del octavo campeonato Nacional. Bajo la presidencia de Amadeo Nuccetelli el Club inició el ciclo más brillante en la historia de la institución. Repasamos la gran temporada que comenzó un 8 de febrero con la contratación de Ángel Labruna como director técnico.
El inicio de la década más gloriosa del Club apareció como un cambio milagroso en el destino de la institución. Luego de los dos peores años en la historia de la Liga Cordobesa de Fútbol, apareció la figura de Amadeo Nuccetelli que en 1973 comenzó a colaborar económicamente desde afuera de la mesa directiva y en enero de 1974 asumió la presidencia.
La contratación de Ángel Labruna como director técnico señaló el cambio de rumbo de una institución que apuntó al protagonismo en el fútbol argentino. Si bien en el primer torneo del año (se llegó con chances de ser campeón hasta la última fecha) no pudo quedarse con el título, el equipo cumplió con el objetivo de mínima: clasificar al Nacional. Tras el empate 0 a 0 con Argentino Peñarol, por la 15ª fecha del Clasificación, Talleres adquirió una de las dos plazas fijas reservadas a la LCF.
La primera vuelta olímpica de la era dorada
El primer título de la presidencia de Amadeo fue el Zonal 1974. El equipo de Labruna eliminó en semifinales a Belgrano; empataron sin goles y pasó la “T” por haber terminado en el primer puesto de su zona. En la final, Miguel Patire marcó el gol del campeonato en la victoria 1 a 0 ante Instituto. Talleres dio la vuelta olímpica después de cinco años y con el título obtenido obtuvo el derecho de enfrentar a Belgrano (campeón del Clasificación) en las finales del Oficial. Además el ganador no sólo se consagraba como campeón del año sino que se adjudicaba el derecho de asistir al Nacional de 1975, ocupando la plaza fija otorgada a la LCF.
Ya con el Nacional en marcha (se habían jugado dos fechas) Talleres arribó a las finales avalado por una importante racha de éxitos. El equipo había sumado más del 90 por ciento de los puntos disputados hasta ese momento. Tras un primer encuentro jugado en Alta Córdoba y que finalizó igualado en un gol, la revancha se jugó el miércoles 21 de agosto por la noche en el estadio de Belgrano.
El Daniel y el gol del centenario
A los veintisiete minutos del complemento Daniel Willington tomó la pelota para hacerse cargo de una infracción a 30 metros del arco celeste. Después de un impacto impecable, el balón se metió en el ángulo izquierdo del arquero Tocalli. Fue el primero de los dos goles (Oscar Fachetti marcó el 2- 0) con los que Talleres venció a Belgrano y se consagró campeón Oficial 1974.
Una fiebre nacional
Oficiando de local en cancha de Instituto durante toda la temporada por remodelación de La Boutique, en el Nacional se produjo un fenómeno en el fútbol argentino. Talleres fue la revelación del campeonato pero su atracción no se basó exclusivamente en lo producido por el equipo, sino también por la tremenda convocatoria exhibida tanto de local como de visitante.
El debut se dio el 21 de julio con victoria por 1 a 0 sobre Gimnasia de La Plata con gol de Luis Ludueña de penal a cinco minutos del final. Después de vencer en Junín a Jorge Newbery con otro golazo de Daniel Willington de tiro libre, Talleres enfrentó a Belgrano en el partido interzonal. “El Ojudo“ Patire abrió el marcador para la “T“ pero Juan Carlos Giménez igualó para los celestes.
Con el correr de las fechas, el equipo se fue consolidando y obtuvo cuatro victorias antes del final de la primera ronda: Colón (2-0), Newell`s (3-2), Huracán de San Rafael (2-0) y Altos Hornos Zapla (2-1). Puntero e invicto viajó a Buenos Aires para enfrentar a River Plate en la última fecha de la rueda inicial.
20 mil hinchas y el nacimiento del Boom Talleres
Los millonarios hicieron de locales en el Cilindro de Avellaneda, en donde una marea de 20 mil cordobeses se hicieron presentes para acompañar al equipo. Los hinchas llegaron en 140 ómnibus, dos aviones “charters”, micros, trenes y autos particulares; y se instalaron en la bandeja superior del estadio de Racing. Tras una gran producción del equipo, Talleres igualó ante River Plate y pese al empate festejó su gran partido, la superioridad, el fútbol, el invicto, la punta, la gran campaña. La prensa inmortalizó el momento deportivo como el “Boom Talleres“.
En la segunda rueda el equipo obtuvo tres victorias: Jorge Newbery (2-0), Argentinos Juniors (2-0) y Huracán de San Rafael (6-0); dos empates: Belgrano (0-0) y Newell´s (1-1) y dos derrotas: Gimnasia de La Plata (0-1) y Colón de Santa Fe (0-3) que le permitieron llegar al final de la fase clasificatoria en el primer puesto de su zona. De esta manera, Talleres consiguió un hito para el fútbol del interior: por primera vez un equipo provinciano lograba acceder a las instancias finales de un Nacional.
La ronda final
La organización del campeonato definió que los dos primeros de cada zona (ocho equipos en total) accedieran a disputar la serie final en un mini certamen de “todos contra todos“. Luego de un gran debut con victoria por 2 a 1 ante Vélez Sarsfield, el equipo estuvo tres partidos sin ganar (empate ante Ferro y derrotas frente a Independiente y San Lorenzo) que lo alejaron del sueño de ser campeón. Las tres últimas jornadas fueron para completar el fixture: victoria ante Newell´s (3-1), derrota ante Rosario Central (0-1) en Arroyito y triunfo ante Boca (2-1) en la última fecha.
Sin lugar a dudas que el año 1974 marcó un antes y un después en la historia albiazul. Talleres finalizó en el cuarto puesto del Nacional, detrás de San Lorenzo, Rosario Central y Vélez en lo que se constituía en la mejor campaña de un equipo indirectamente afiliado a la AFA. Además, obtuvo el certamen Zonal y se clasificó campeón cordobés, asegurándose su clasificación para el Nacional `75.
Para la historia. La base del plantel que cambió el rumbo de Talleres y marcó una época en el fútbol argentino. Arriba: Ludueña, Ártico, Comelles, Quiroga, Ocaño, Galván, Rivadero, Degliangioli, Oviedo y Salas. Abajo: Patire, Muggione, Fachetti, Taborda, Pereyra y Valiente.
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