martes, 30 de enero de 2024

DE COLECCIÓN

HUGO PEREZ EL ULTIMO SALVADOREÑO MUNDIALISTA

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Hugo Ernesto Pérez Granados se convirtió en el último jugador nacido en El Salvador en participar en la fase final de un Mundial. Tras nacionalizarse estadounidense, fue internacional con la selección absoluta de los Estados Unidos entre los años 1984 y 1994.




Llegó a jugar un total de setenta y tres partidos en los que anotó trece goles. Su destacada participación con la selección nacional lo llevó a ser incluido en el salón de la fama del fútbol estadounidense en 2008.

Hijo de padre santaneco y madre migueleña, y nacido en la ciudad salvadoreña de Morazán, este 10 paseó su fútbol creativo por clubes como Los Angeles Aztecs, Tampa Bay Rowdies, San Diego Sockers, Los Angeles Heat, FC Red Star Saint-Ouen, Örgryte IS, Al-Ittihad, Los Angeles Salsa y Club Deportivo FAS.


lunes, 29 de enero de 2024

HISTORIAS PARA LEER

EVOLUCION DEL FUTBOL JAPONES HASTA 1987

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

En 1868, después de siglos de aislacionismo, el Imperio Japonés abre sus fronteras al mundo exterior. Pocos años después, en 1873, llega al archipiélago nipón un inglés, el teniente Daniel, en calidad de profesor en la recién estrenada Academia Naval. Daniel se encargó de enseñar a sus alumnos los fundamentos de un deporte que cobraba auge en Gran Bretaña: el fútbol. Los japoneses asumieron rápidamente las enseñanzas inglesas y el fútbol se convirtió en parte de la educación escolar. De esta forma se celebraría, en 1907, el primer partido entre equipos totalmente japoneses.




Poco a poco, los torneos entre escuelas e institutos se van multiplicando y el 10 de septiembre de 1921 se funda la Asociación Japonesa de Fútbol (Nippon Shukyu Kyokai). Ese mismo año, se pone en marcha la primera competición a nivel nacional, la Copa del Emperador, que aún se disputa a día de hoy. Después de esta fase de formación y de expansión a nivel interior, la Federación Japonesa se decide para dar el salto y, en 1936, la selección nacional nipona debuta en los Juegos Olímpicos de Berlín. Por supuesto, la sorpresa es mayúscula cuando saltan al terreno de juego los componentes del equipo nipón. En una Alemania presidida por el nazismo, la victoria de Japón ante Suecia (3-2), una de las selecciones favoritas para el triunfo final, cae como una verdadera bomba.

 Todo parecía ir sobre ruedas cuando, en 1939, llegó la guerra. Japón se alineó en el bando de los perdedores y la FIFA decidió su exclusión temporal del organismo y prohibió cualquier contacto entre sus federaciones afiliadas y la Japonesa. Este ostracismo duró desde 1946 hasta 1950 y para el Japón futbolístico supuso un golpe del que tardaría en reponerse. ¿La explicación? Con la excepción de Hiroshima, donde se establecieron tropas inglesas, los soldados norteamericanos ocuparon el país y extendieron la práctica, del deporte nacional USA: el béisbol, que se hizo mayoritario. De esta forma, el fútbol japonés dio un paso atrás.

 

Tuvieron que esperar a mediados de la década de los sesenta para recuperar el terreno perdido. La meta eran los Juegos Olímpicos de Tokio, en 1964. Para mejorar su nivel, la Federación contrató los servicios de Dettmar Cramer, un técnico alemán, que, entre otros equipos, ha dirigido al Bayern Munich. Con sus enseñanzas, Cramer hizo que Japón obtuviese una digna clasificación y, lo más importante, que se normalizase la práctica del fútbol en aquel país. De esta forma, en 1965, se organiza la nueva Liga con ocho equipos, todos patrocinados o propiedad de poderosas empresas industriales: Yamaha, Mazda (ganador de las cinco primeras ediciones), Hitachi, Mitsubishi, Furukawa, Na-go_ya-Sogo-Bank, Yanmar Diesel y Toyota.

 La progresión del fútbol japonés se hacía evidente y los resultados llegaron en los Juegos Olímpicos de 1968, en México. Japón logró la medalla de bronce, superando a los anfitriones por 2-0, y Kunishige Kamamoto se proclamó máximo goleador del torneo olímpico con siete tantos. Los japoneses volvieron a tomar interés por el fútbol. Las retransmisiones televisivas servían de reclamo y el recuerdo de la buena actuación en México permitió, en 1972, ampliar el cupo de equipos participantes en la Liga y crear la Segunda División. Hasta contaban con sus ídolos: el citado Kamamoto, del Yanmar Diesel de Osaka, rebasó la barrera de los cien goles en Liga en 1974.

Pero el fútbol era un deporte completamente aficionado y no podía importar jugadores extranjeros de calidad que «enganchasen» a los aficionados. La gran revolución tuvo que esperar al regreso de un hijo pródigo: Okudera. Yasuhiko Okudera salió de Japón en 1977 para fichar por el poderoso Colonia de Hennes Weisweler. Fue campeón de Liga, y Copa, pasó por el Hertha Berlín y terminó en el Werder Bremen. En 1986 regresó a Japón. Naturalmente, para Okudera el «amauterismo» había pasado a la historia y su nuevo equipo, el Furukawa, le hizo un contrato profesional. Otro jugador del Nissan, Kazushi Kimura, le siguió «ipso facto» y se convirtió en el primer jugador con una carrera totalmente japonesa en convertirse en profesional. Este importante paso permitió a los clubs, dependientes de empresas, contratar estrellas foráneas que, además, sirviesen de reclamo publicitario para las empresas a las que estos clubs pertenecían. Por ejemplo, el propio Nissan no perdió el tiempo y se hizo con los servicios de Oscar, el central brasileño titular con su selección en el Mundial de España.

 Este cambio del «amateurismo» al profesionalismo parece definitivo, por lo menos en el ámbito de clubs. El Furukawa, patrocinado por una empresa eléctrica, se convirtió en el primer equipo japonés en ganar la Copa de Asia de Campeones de Club y en la edición de 1987, el Yomiuri, ganador de la Copa del Emperador de la temporada 86-87, disputó la final al Al-Hilal saudí. Además, desde la edición de la Copa Intercontinental de 1980, disputada en febrero de 1981, la cita entre los campeones de Europa y América se disputa en el Estadio Nacional de Tokio. En cambio, en cuanto a selección, Japón no levantaba cabeza. Muchos técnicos nipones creían que, en cuanto consiguieran participar en una fase final de un Mundial, «el futuro del fútbol en el Imperio del Sol Naciente será esplendoroso».

 

martes, 23 de enero de 2024

EN EL RECUERDO

CARLOS CASZELY EL PRIMER EXPULSADO CON TARJETA ROJA EN UN MUNDIAL

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

El delantero chileno Carlos Caszely se convirtió, durante el Mundial de Alemania de 1974, en el primer futbolista expulsado mediante el uso de una tarjeta roja en una cita mundialista. Anteriormente, las expulsiones se habían formalizado de forma verbal, siendo la primera la del peruano Galindo en la Copa del Mundo de 1930 disputada en Montevideo.




El árbitro inglés retirado Ken Aston fue su creador. Todo partió un día que estaba en su automóvil por la calle Kensington High, cuando al frenar frente a un semáforo le vino la inspiración: amarillo para precaución y rojo de peligro, expulsión. Reglas mundiales que serían fáciles de entender para todos los jugadores del mundo.

Aston, llevó su idea a la Comisión de Árbitros de la FIFA y fue aceptada, siendo aplicada por primera vez en el mundial de México 1970. En esa cita, durante el partido inaugural entre el anfitrión México y la URSS, el primer amonestado con amarilla en un mundial fue el soviético Kakhi Asatiani.

No obstante, la tarjeta roja fue sacada por primera vez en el mundial Alemania 1974 y la recibió el jugador chileno Carlos Caszely. El árbitro fue el turco Dogan Babacan y le enseñó la cartulina roja tras golpear al delantero germano Berti Vogts al minuto 67 del Chile vs Alemania.


jueves, 18 de enero de 2024

HISTORIAS PARA CONOCER

KARAMOKO DEMBELE, EL DECLIVE DE WONDERKID DEL CELTIC

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

Karamoko Dembélé, con tan solo 13 años, prometía ser el niño prodigio del Celtic de Glasgow, cuándo debutó con el equipo Sub-20 ante el Heart of Midlothian. Una noticia que impactó al mundo del fútbol y a los aficionados al «Football Manager», que le conocían bien. Tommy McIntyre le permitió debutar en el minuto 81 del encuentro.




A partir de allí las grandes marcas comerciales se interesaron en él, y su club lo quiso atar con su primer contrato profesional, a la vez que Inglaterra y Escocia, peleaban por convencerlo para jugar con su selección. Primero jugó con Escocia y luego, cuando sus exhibiciones en torneos internacionales generaron una gran expectativa, pasó a la selección inglesa Sub-19 (nació en el sur de Londres). «Creo que Karamoko Dembélé es muy parecido a Lionel Messi. Si tiene la orientación correcta, entonces el cielo es el límite para él», llegó a decir en 2016 David Feeney, exentrenador de Karamoko Dembele en Park Villa, en declaraciones que publicó Daily Mail.

Su debut con el primer equipo del Celtic finalmente se produjo en 2019, con 16 años, tres meses y dos días, y L’Equipe lo eligió como uno de los jugadores que iban a “revolucionar el fútbol”. Al acabar, fue uno de los que recibió la medalla por el título de liga con el Celtic. Todo parecía un cuento de hadas. Pero 3 años después, y obteniendo poquísimas oportunidades, entró en su último año de contrato con la llegada de Ange Postecoglou, pero una lesión en pretemporada lo dejó apartado hasta el mes de febrero. Apenas tuvo oportunidades. Karamoko Dembélé acabó su contrato con el Celtic en 2022 después de disputar tan solo 10 partidos con el primer equipo. Tenía 19 años y quedó libre en el mercado de fichajes.

«Después de 13 años en el Celtic de Glasgow, mi etapa en el club ha llegado a su fin. Me gustaría dar las gracias a los aficionados y a las personas que me ayudaron en este viaje. Aunque no todo salió según lo planeado… los desafíos a los que me enfrenté en los últimos dos años no estaban previstos. ¡Grandes cosas por venir!», escribió Karamoko Dembélé en su cuenta de Instagram para despedirse del Celtic.

De todas las propuestas que tuvo sobre la mesa, eligió firmar cuatro temporadas en el Stade Brestois 29 de la Ligue 1. Se fue a vivir solo, se apartó del foco mediático y apostó por su carrera futbolística. Pero solamente jugó 15 partidos en liga, ninguno como titular. Actualmente, juega cedido en el Blackpool de la tercera división inglesa, donde intenta volver a llamar la atención de los grandes clubes.

 

viernes, 12 de enero de 2024

HISTORIAS PARA LEER

CUANDO RONALDO FUE RONALDINHO Y VICEVERSA

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Hubo un tiempo en el que Ronaldo fue llamado «Ronaldinho«, y en el que «Ronaldinho» fue llamado Ronaldo. Y es que las malas lenguas aseguran que para un futbolista brasileño adueñarse de un nombre es más difícil que ganar la Copa del Mundo.




El 23 de marzo de 1994, cuando Ronaldo Luis Nazário da Lima llegó a la absoluta brasileña, tenía 17 años. Viajó como menor de edad al Mundial de Estados Unidos y contempló la gesta sin poder participar ni un solo minuto. Uno de sus compañeros de vestuario era Ronaldo Rodrigues de Jesús, por lo que aquel novato que provenía del Cruzeiro tuvo que aceptar ser llamado como «Ronaldinho». Un año después nadie se atrevía a decirle así.

Ronaldo de Assis Moreira recogió el diminutivo que su tocayo, pero de forma inversa, apareció en el panorama futbolístico como Ronaldo, y posteriormente se hizo llamar «Ronaldinho«.


jueves, 11 de enero de 2024

SIEMPRE PRESENTE

ANDREI KANCHELSKIS EL ULTIMO TALENTO DE LA UNION SOVIETICA

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

 Andrei Antanasovich Kanchelskis defendió la camiseta de clubes como el Dynamo de Kiev, Shaktar Donetsk, Manchester United, Everton, Fiorentina, Glasgow Rangers, Manchester City o Southampton, entre otros. El ucraniano de corazón ruso hizo suya la banda derecha y puso en aprietos a los laterales rivales, convirtiéndose en un espectáculo habitual y apasionante para los aficionados al fútbol.




Icónicas sus «técnicas especiales» que parecían sacadas de un videojuego arcade de la época: el «showboat» en la que daba una vuelta sobre sí mismo antes de encarar al rival o el «soviet salute» en el que se subía literalmente encima de la pelota mientras hacia un saludo militar.

En su palmarés encontramos una liga y una Copa Soviética, tres ligas inglesas, una FA Cup, una Copa de la Liga, una Supercopa de Europa, tres Charity Shields y dos ligas, tres copas y dos Copas de la Liga en Escocia. Memorable también su nivel en la saga de videojuegos PC Fútbol, en los que se convirtió en uno de los jugadores más valorados.

Nacido en la ciudad ucraniana de Kirovohrad, e hijo de padre lituano, Antanas, y madre ucraniana, Kanchelskis comenzó su carrera en el equipo de su ciudad natal, el Zirka Kropyvnytskyi, conocido entonces como Zirka Kirovograd. En 1988, fue llamado a filas del ejército y pudo elegir entre dos equipos: el Dinamo de Kiev y el Dnipro, eligiendo el primero. Fue allí donde decidió convertirse en extremo tras ver jugar al brasileño Jairzinho, y considerarlo uno de sus máximos ídolos.

Su gran estado de forma le permitió debutar con la Unión Soviética en 1989, marcando el último gol de la historia de la nación antes de la disolución de la Unión Soviética en 1991. En 1990 fue traspasado al Shakhtar Donetsk, donde su salario aumentó a 700 rublos semanales, y demostró estar preparado para dar el salto a un grande europeo. Tras 21 partidos y 3 goles, Sir Alex Ferguson anunció su fichaje el 26 de marzo de 1991 por 650.000 libras, causando una gran polémica, de la cual se defendió asegurando que aquel fichaje «era un riesgo justificable».

Ferguson quedó prendado de Kanchelskis cuando el scout Rune Haugerge envió al técnico escocés vídeos del extremo jugando con la Unión Soviética. El Manchester United invitó a Andrei a participar en una prueba, aunque el propio jugador confesó a posteriori que se le ocultó la verdadera naturaleza de la prueba hasta el último momento. Sus representantes le informaron de que un club de Manchester estaba interesado en él, pero no cuál. A pesar de no estar bien preparado, llevar botas de la talla equivocada y, según sus propias palabras, «hacerlo fatal», Kanchelskis impresionó a los dirigentes del United.

Su primera participación se produjo en mayo del 91, en una derrota por 3-0 contra el Crystal Palace, cuando un equipo plagado de suplentes sustituyó momentáneamente a los titulares habituales, la mayoría de los cuales estaban descansando para la final de la Recopa de Europa contra el Barcelona de Johan Cruyff. La temporada siguiente, Kanchelskis aprovechó la ausencia por lesión de Lee Sharpe para adueñarse de la banda derecha, la izquierda pertenecía a Ryan Giggs. Aunque el Leeds le arrebató el título, la visión de Ferguson de un club ofensivo, joven y psicológicamente sólido empezaba por fin a tomar forma.

El verano de 1992, jugó para la CEI, una breve asociación de antiguas repúblicas soviéticas, a la que representó en la Eurocopa. Tras el torneo, eligió representar a Rusia en lugar de a Ucrania, su país natal. Tras boicotear a la selección en la Copa Mundial de la FIFA 1994, regresó y jugó con Rusia durante la Eurocopa 1996, y ganó su última convocatoria en 1998. En total, Kanchelskis fue internacional en 59 ocasiones y marcó siete goles. En su carrera juvenil, con la selección sub-21 de la Unión Soviética, ganó el Campeonato de Europa sub-21 en 1990.

Sharpe le complicó la vida a Kanchelskis en la temporada 1992-1993. El británico se había perdido la primera parte de la temporada por culpa de una meningitis vírica, pero después de Navidad alcanzó el mejor estado de forma de su vida. Andrei quedó relegado al papel de suplente, y el United conquistó su primer título de liga desde 1967. Para la temporada siguiente, sin embargo, estuvo sublime. No había quien le parara, metafórica y físicamente. Irrumpir en el espacio al contragolpe y superar a toda velocidad a un lateral desprevenido se convirtió en su seña de identidad, y los aficionados le adoraban por ello. Disputó un total de 44 partidos y marcó 10 goles en el doblete nacional del Manchester United, la quinta vez que un club lo lograba en el siglo XX. Su dominio fue tal que, tras quedar primero de la liga en agosto, no volvió a ceder el primer puesto ni una sola vez en toda la temporada.

Al final de la temporada, Kanchelskis acalló los rumores de que quería dejar el club firmando un nuevo contrato que le mantendría en el noroeste hasta 1999. Estaba claro que formaba parte de los planes a largo plazo del entrenador. Andrei tuvo un comienzo fulgurante a principios de la temporada 1994-1995. En noviembre, cimentó su leyenda en el United con una sensacional actuación y un triplete contra su rival, el Manchester City. El extremo estaba en plena forma. Antes del cambio de año, ya había marcado 11 goles.

Sin embargo, no todo era color de rosa en el Teatro de los Sueños. La relación entre el club y el jugador se desintegraba. Después de Navidad, Kanchelskis empezó a tener molestias estomacales, pero el equipo médico del United no fue capaz de diagnosticar nada concreto. El personal del club creyó que fingía una lesión porque deseaba ser vendido, algo que él siempre negó. De hecho, el jugador aún asegura a día de hoy que la falta de confianza del club fue uno de los factores clave para irse. El principal obstáculo para el traspaso eran un par de cláusulas: una que otorgaba al Shakhtar Donetsk el 30 % de los beneficios de cualquier traspaso, y otra que concedía a Kanchelskis el mismo porcentaje. El Manchester United era reticente a venderlo por menos de 5 millones de libras tras las deducciones.

El deseo inicial de Kanchelskis era unirse a su excompañero Bryan Robson en el Middlesborough, pero el Manchester United se resistió a una oferta más alta y finalmente fue vendido al Everton por 6 millones de libras. No está claro si Kanchelskis realmente quería dejar Manchester. Desde entonces ha expresado su arrepentimiento, diciendo que «fue un error por ambas partes». También hubo rumores sobre mafias y deudas de juego, pero Kanchelskis los ha descartado todos como «historias estúpidas».

Las hazañas de Kanchelskis en el Everton le convirtieron en un héroe de Goodison Park. Sus 16 goles en la temporada 1995/96 auparon al equipo de Joe Royle a lo más alto de la tabla, que se quedó a las puertas de clasificarse para la Copa de la UEFA, en sexta posición. Una vez más, se especuló con su fichaje y, cuando sufrió un serio bajón de forma a mediados de la temporada siguiente, los Toffees, con problemas de liquidez, aceptaron una oferta de 8 millones de libras de la Fiorentina. En Florencia, Andrei se uniría a una escuadra que tenía como principales estrellas a Rui Costa y Gabriel Batistuta.

Aunque volvería a la Premier años más tarde, con el Man City y el Southampton, la etapa de Kanchelskis en la máxima división inglesa estaba, a todos los efectos, acabada. A su regreso, ya no sería el mismo jugador.

Su paso por la Serie A fue decepcionante en todos los sentidos. Sufrió algunas lesiones horribles, que le privaron de su feroz velocidad y, aparte de sus problemas físicos, Kanchelskis también tuvo dificultades para adaptarse a la naturaleza defensiva del juego italiano. Los espacios que se le presentaban a la contra en el Manchester Utd y el Everton habían desaparecido, haciendo inútiles su velocidad y su potencia. Fue un periodo infructuoso y, tras el Mundial de 1998, fue traspasado al Glasgow Rangers por 5,5 millones de libras.

Su relación con el estricto Dick Advocaat era tensa. Hubo, sin embargo, breves destellos de su genio. Tras dos temporadas completas en el Ibrox y una cesión al Manchester City, quedó libre y se marchó al Southampton. Terminó su carrera con una breve estancia en Arabia Saudí, en el Al Hilal, y tres temporadas más en Rusia con el Dynamo Moscow, Saturn Ramenskoye y Krylia Sovetov, antes de poner fin a su carrera.


miércoles, 10 de enero de 2024

"DE COLECCION"

MARCOS VAN BASTEN EL BALON DE ORO 1989:

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

La edición de 1989 del Balón de Oro concedido por la revista francesa France Football, tuvo a Marco van Basten, como gran protagonista, al superar a sus compañeros de equipo Franco Baresi (gran favorito) y Frank Rijkaard.




Durante la gala también se hizo entrega del Súper Balón de Oro a Alfredo di Stéfano, que superó en las votaciones a Cruyff, entre otros.

El italiano Franco Baresi, del Milán, partía como favorito junto a sus compañeros Van Basten, Rijkaard y Gullit. Pocas semanas antes, los lectores de la revista británica World Soccer se adelantaron con su particular votación. Nadie se sorprendió cuando el Milán fue elegido equipo del año, y Arrigo Sacchi el mejor entrenador europeo. Pero sí fue una sorpresa que Gullit fuera elegido mejor jugador, cuando él mismo calificó aquel 1989 «como una pesadilla».

En las mentes de los votantes de World Soccer, los 12 meses de 1989 seguramente se habían reducido a los 60 minutos de brillante juego que Gullit exhibió en el Camp Nou frente al Steaua, en la final de la Copa de Europa. Para Gullit, Balón de Oro de 1987, la normalidad laboral duró en 1989 hasta el 19 de abril, cuando sufrió una lesión de menisco en el famoso 5-0 ante el Madrid en San Siro. Dos días después fue operado. Forzó su recuperación para participar decisivamente en la gran final del 24 de mayo, y una semana después jugó, con la selección holandesa, 33 minutos en Finlandia. Desde aquel entonces no había vuelto a jugar. El Milán, hacía 12 meses, ya obtuvo un monopolio del podio en la prestigiosa elección de France Football, cuando sus holandeses Marco van Basten (129 puntos), Ruud Gullit (88) y Frank Rijkaard (45) coparon las tres primeras posiciones. Las tres copas internacionales conseguidas por el club italiano en 1989 no solamente habían consolidado su lugar de privilegio en los rankings, sino que también promocionaron a su capitán Franco Baresi como un futuro serio «rival» para sus compañeros de equipo.

 Franco Baresi, octavo en la votación del año 1988, había alcanzado su apogeo a los 29 años, gracias en gran parte al sistema de juego implantado por Sacchi, que había sido el vehículo idóneo para la plena expresión de su fútbol. Llevaba 11 años defendiendo la camiseta del Milán, pero el tradicional conservadurismo del fútbol italiano echaba el freno de mano a sus fulgurantes salidas hacia delante desde su demarcación de líbero. Sacchi le quitó la camisa de fuerza con sus conceptos de un fútbol ofensivo basado en defensas de gran proyección. Gracias a su técnica, su velocidad, su colocación y sus dotes de mando, muchos de sus compañeros de profesión aseguraban que Bares¡ era el mejor futbolista del continente.

Hay que recordar que el galardón en sí había entrado en una fase de volatilidad desde la retirada de Michel Platini, Balón de Oro en 1983, 1984 y 1985. El caso extremo había sido el del soviético Igor Belanov, vencedor con 84 puntos en 1986 y borrado de la lista, sin un solo voto, 12 meses después. Otro ejemplo: los 181 puntos repartidos entre los españoles Futre, Butragueño y Míchel en 1987, se redujeron en 1988 a los tres puntos de Míchel.

Los recientes altibajos contrastaban con los balones de oro de antaño, que marcaban épocas, como Di Stéfano, Kopa o Suárez. La década de los setenta empezó con perennes batallas entre Cruyff y Beckenbauer para terminar con dos balones para Keegan. Los ochenta se abrieron bajo el signo de Rummenigge y luego pasó a ser propiedad de Platini.

El jurado estuvo compuesto por 27 periodistas especializados, de cada una de las siguientes asociaciones miembros de la UEFA: Albania, Alemania Occidental, Alemania Oriental, Austria, Bélgica, Bulgaria, Checoslovaquia, Dinamarca, Escocia, España, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Inglaterra, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumanía, Suecia, Suiza, Turquía, Unión Soviética y Yugoslavia. El resultado de la votación fue publicado en el número 2281 de France Football, el 26 de diciembre de 1989.

Marco van Basten consiguió 199 puntos, Franco Baresi 80, Frank Rijkaard 43, y el resto de nombres que cubrieron el top10 fueron Lothar Matthäus, Peter Shilton, Dragan Stojković, Ruud Gullit, Gheorge Hagi, Jürgen Klinsmann y Michel Preud’homme.

 

martes, 9 de enero de 2024

EN EL RECUERDO

LOS EXTRANJEROS OLVIDADOS DEL BARCELONA DE LOS 90 

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

El FC Barcelona de los 90 más allá de grandes nombres como Luís Figo, Gheorghe Hagi, Ronald Koeman, Ronaldo, Giovanni Silva, Michael Laudrup, Romário, Hristo Stoichkov o Patrick Kluivert, entre otros extranjeros internacionales absolutos con sus selecciones, también puso sus esperanzas en otros talentos nacidos fuera de España. A continuación repasamos los 10 más olvidados.




 El nigeriano Haruna Babangida, nacido en Kaduna el 1 de octubre de 1982, ocupaba posiciones ofensivas ya fuera como extremo izquierdo o mediocampista. Babangida comenzó su carrera a los 13 años cuando fue contratado por Shooting Stars FC después de ser cedido por el AFC Ajax, donde ya triunfaba su hermano mayor. Su talento llamó la atención y fue llevado a las divisiones inferiores del FC Barcelona donde en 1998, a la edad de 15 años, debutó en el primer equipo en un partido amistoso contra el AGOVV Apeldoorn, convirtiéndose así en el jugador más joven en la historia del club en debutar. Van Gaal, por aquel entonces director técnico del Barça, apostó por su potencial y talento.

Sin embargo no logró brillar como se esperaba y fue cedido por una temporada al Terrassa CF y luego al Cádiz CF de la segunda división de España, con la intención de que madurara y obtuviera la regularidad que el cuerpo técnico del Barcelona esperaba de él. Después de unos resultados nefastos en España fue contratado por el Olympiacos FC.

Nunca llegó a debutar en partido oficial con el primer equipo.

El neerlandés Richard Peter Witschge, nacido en Ámsterdam el 20 de septiembre de 1969, jugaba como centrocampista. Criado en la prolífica cantera del Ajax Ámsterdam, debutó con su primer equipo con apenas 17 años gracias al propio Johan Cruyff,​ consiguiendo en 1989 el premio como Talento del año en los Países Bajos. Un año después disputó el Mundial de Italia 1990, cayendo en segunda ronda ante el futuro campeón, Alemania.

Siendo una de las grandes promesas del fútbol neerlandés fue petición expresa de Johan Cruyff en la época del «Dream Team» tras el pago de 350 millones de pesetas. En las dos temporadas en el club culé Witschge consiguió ganar 2 ligas, una Supercopa, una Copa de Europa y una Supercopa de Europa. Tras abandonar el Camp Nou, fichó por el Girondins de Bordeaux francés donde permaneció hasta la temporada 1995-1996.

Llegó a disputar 71 partidos en España, entre Liga, Supercopa y Copa del Rey. Sumando más de 3.500 minutos.

El croata Goran Vučević, nacido en Split (Croacia), ocupaba la posición de centrocampista. Comenzó su carrera en el HNK Hajduk Split, donde se convirtió en un jugador clave con solamente 18 años, llegando a ganar en 1992 el premio Sportske novosti Yellow Shirt, otorgado al mejor futbolista que juega en la Liga croata al final de cada temporada.

Posteriormente, Vučević fue comprado por el FC Barcelona de Johan Cruyff. Durante su estancia de cinco años en Barcelona, nunca pudo consolidarse en el primer equipo, compitiendo en diferentes etapas contra Luís Figo, Gheorghe Hagi, Ronald Koeman, Michael Laudrup, Romário o Hristo Stoichkov. El diciembre de 1993, fue expulsado del equipo por Cruyff tras negarse a volver a ocupar la posición de lateral del Barça B. Tras dos préstamos, primero cedido a su antiguo club y luego al CP Mérida, este último también en la Liga, se fue al 1. FC Köln alemán.

Con el primer equipo del FC Barcelona llegó a disputar 13 partidos de liga, en los que participó 642 minutos e incluso fue convocado por la absoluta de Croacia en 3 ocasiones.

El danés Sebastián Herrera , nacido en 1969 en Copenhague (sus padres se encontraban en Dinamarca por motivos laborales), a los once ingresó en los alevines del FC Barcelona. Convertido en uno de los jugadores más prometedores del filial, la temporada 1990/91 Johan Cruyff le dio las primeras oportunidades con el primer equipo. Debutó en partido oficial con la camiseta azulgrana el 5 de diciembre de 1990, en el Camp Nou ante el Real Madrid, con motivo de la disputa del encuentro de ida de la Supercopa de España. Los madridistas se impusieron por 0-1 y Herrera jugó los noventa minutos, con una destacada actuación en el marcaje a Hugo Sánchez.​ Por este motivo, Cruyff volvió a darle la titularidad en el encuentro de vuelta, donde los blancos volvieron a ganar por 4-1.

Posteriormente, debutó en competición europea, en los cuartos de final de la Recopa de Europa, ante el Dinamo de Kiev. Cruyff volvió a darle minutos en el partido de vuelta de las semifinales, en Turín ante la Juventus FC,​ y vivió desde el banquillo la final continental, en la que el Manchester United se impuso a los catalanes.

La temporada 1991/92 estaba prevista su incorporación definitiva a la plantilla del primer equipo, ante la eventual marcha de Ricardo Serna. Pero finalmente, con la continuidad del defensa andaluz, los técnicos prefirieron que Herrera se foguease en otro equipo de Primera División. Se marchó cedido al RCD Mallorca, aunque el Barcelona decidió recuperarlo para la temporada 1992/93, para cubrir la marcha del central Nando. Sin embargo, Johan Cruyff, prefirió prescindir de sus servicios, por lo que fue cedido al Real Burgos para la temporada 1992/93. Tras unos inicios difíciles, el jugador se convirtió en titular indiscutible en la segunda vuelta de la liga, participando en un total de 24 partidos. A su regreso al Barça, realiza la pretemporada con el Barcelona B,19​20​ llegando incluso a participar en las primeras jornadas de liga con el filial. Finalmente, a mediados de septiembre de 1993 se concretó su cesión a la UE Lleida. Posteriormente sería traspasado al RCD Espanyol.

Con el primer equipo del FC Barcelona tan solo llegó a jugar 13 minutos en la liga de Primera División.

El neerlandés Danny Muller, nacido en Ámsterdam el 11 de agosto de 1969, inició su carrera en las categorías inferiores del club ajacied. El verano de 1988, cuando pertenecía al equipo Júnior A del Ajax, Johan Cruyff le fichó para el FC Barcelona. El vínculo familiar existente entre ambos (Muller era pareja de Chantal, hija mayor de Johan Cruyff) provocó que fuese bautizado críticamente como yernísimo por algunos medios deportivos barceloneses.

Tras hacer la pretemporada 1988/89 con el primer equipo azulgrana, pasó a jugar en el Barcelona Atlètic, en Segunda División. Su inclusión en el equipo fue cuestionada por el técnico del filial, Lluís Pujol, quien posteriormente afirmó que su alineación le fue impuesta por Cruyff, en detrimento de otros jugadores locales.​ El descenso a Segunda División B le impidió seguir en el filial otra temporada, al estar prohibida la participación de extranjeros en esa categoría. El FC Barcelona negoció infructuosamente su cesión a otro club catalán de Segunda División y, finalmente, no ejerció la opción de compra sobre el jugador, por lo que Muller regresó al Ajax.

A pesar de jugar algunos amistosos de pretemporada con el primer equipo en Papendal en 1988 (para ganarse la firma del contrato con el Barcelona Atlètic), no llegó a debutar nunca en competición oficial.

El danés Ronnie Ekeleund, nacido en Glostrup el 21 de agosto de 1972, jugaba de centrocampista y era considerado una de las principales promesas del fútbol danés a finales de los años 1980, con 15 años se convirtió en el jugador más joven en debutar con el Brøndby IF en la primera división danesa. Con este equipo fue campeón de liga en 1990 y 1991.

Durante todo este tiempo, fue también asiduo en las categorías inferiores de la selección danesa. Y fue durante su participación en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 cuando fue observado por el FC Barcelona. El 31 de julio de 1992 firmó por cinco años con el club azulgrana.​ Ekelund se convirtió de este modo en el sexto extranjero del equipo entrenado por Johan Cruyff, que en aquellos momentos contaba en sus filas con Ronald Koeman, Michael Laudrup, Hristo Stoitchkov, Richard Witschge y Goran Vučević. Sin embargo, debido a que la liga española solo permitía entonces la presencia de cuatro extranjeros en cada plantilla, tanto Vučević como Ekelund fueron inscritos con ficha del filial.

Durante dos temporadas, Ekelund jugó con el Barcelona B en la Segunda División de España, participando en 66 partidos en los que marcó diez goles. Pero apenas tuvo oportunidades en el primer equipo, al margen de algunos encuentros y torneos amistosos.​ Al finalizar la temporada, Ekelund manifestó públicamente su deseo de abandonar el filial​ y, al no tener opciones de hacerse en hueco en el primer equipo barcelonista, en agosto se marchó cedido al Southampton FC de la Premier League inglesa.

Su único partido oficial lo disputó el 19 de marzo de 1994, con motivo de la jornada 29 de Primera División, jugando 33 minutos ante el Racing de Santander. Ese año, los azulgranas terminaron ganando la liga.

El ruso Ígor Vladímirovich Kornéiev, nacido en Moscú el 4 de septiembre de 1967, jugaba de centrocampista ofensivo. Se inició su trayectoria en el PFC CSKA Moscú ruso. En 1991 fichó por el RCD Espanyol donde vivió tres brillantes temporadas. En 1994 Johan Cruyff lo incorporó al FC Barcelona, pero no dispuso de minutos y a final de temporada abandonó el club y se marchó al fútbol neerlandés. Con la selección de Rusia disputó 14 partidos y marcó 3 goles. Disputó la Eurocopa de 1992 y la Copa del Mundo de 1994. Fue nombrado futbolista ruso del año, en 1991.

Con el primer equipo del FC Barcelona llegó a jugar 12 partidos durante la temporada 1994-1995, sumando un total de 738 minutos.

 El danés Thomas Christiansen, nacido el 11 de marzo de 1973 en Copenhague (su madre era española), jugaba de delantero centro. Comenzó jugando en las categorías inferiores de varios equipos del área de su Copenhague natal, como el Avedøre IF, Brøndby IF, Hvidovre IF y B93, donde comenzó a llamar la atención de los ojeadores de importantes equipos. En 1991, con dieciocho años de edad fue fichado por el F. C. Barcelona. Christiansen comenzó la temporada 1991-92 en el F. C. Barcelona «B», equipo que se encontraba en aquel momento en la Segunda División.

En la temporada 1991-92 jugó veinte partidos y marcó cuatro goles en la Segunda División, donde su equipo alcanzó la quinta plaza. Su eclosión llegó en la campaña siguiente, la 1992-93, cuando cuajó excelentes actuaciones en el Barcelona «B» y alcanzó la internacionalidad absoluta con España, a pesar de estar jugando en la categoría de plata. Christiansen llegó a despertar un gran interés mediático a principios de 1993 y se especuló sobre cuándo tendría un hueco en el primer equipo del Barcelona. A pesar de la presión de los medios de comunicación, Johan Cruyff consideró que no tenía todavía cabida, por lo que se optó por ceder a Christiansen a un equipo de la Primera División: el Real Sporting de Gijón.

Debutó en la máxima categoría el 7 de marzo de 1993 y llegó a disputar diez partidos en lo que restaba de temporada con los sportinguistas, marcando seis goles. El Sporting acabó la temporada en la decimotercera posición y el papel de Christiansen fue bastante bueno. En la temporada 1993-94 Cruyff siguió sin hacer hueco en la primera plantilla a Christiansen, que se vio obligado a volver al filial de Segunda División. Por ello, tuvo que aceptar una nueva cesión invernal para tener minutos en la Primera División, esta vez en el C. A. Osasuna, donde llegó en diciembre a mitad de temporada. Con los navarros jugó catorce partidos y marcó un solo gol. Osasuna acabó la temporada en último lugar y acabó descendiendo a la categoría de plata. En la 1994-95 fue de nuevo cedido a otro equipo de la Primera División española, el Real Racing Club de Santander, y para toda la temporada. Con el Racing no fue titular en la delantera del equipo, totalizando quince partidos y un solo gol. En 1995 retornó por segunda vez al Barcelona «B», tras sus dos últimas cesiones en las que había tenido un papel más bien discreto. Viendo que el jugador no había progresado tal y como se esperaba, el club catalán decidió desprenderse de él en el mercado invernal de la campaña 1995-96 y lo traspasó al Real Oviedo.

A pesar de haber pertenecido al Barcelona durante cuatro temporadas y media, no llegó a debutar nunca con el primer equipo en partido oficial.

 El suizo Luis Cembranos Martínez, nacido en Lucerna el 6 de junio de 1972), jugaba de centrocampista. Tras la temporada de su debut en Segunda División, la 1992-1993, en las filas de la UE Figueres, llegó a ser una importante promesa del FC Barcelona. En su filial, que también militaba por entonces en la categoría de plata, militó durante la temporada 1993-1994 e inició la 1994-1995, disputando la primera jornada y dando el salto al primer equipo culé, entrenado entonces por Johan Cruyff, que le hizo debutar en la segunda jornada, el 10 de septiembre de 1994, en un FC Barcelona 2 – Racing de Santander 1. Disputó tres partidos consecutivos en el Barça para regresar luego al filial, y en el mercado invernal de esa misma temporada ficha por el RCD Espanyol, en Primera División, con el que debutaría en partido oficial en enero de 1995.

Con el primer equipo del FC Barcelona llegó a jugar 3 partidos oficiales, sumando un total de 177 minutos.

El serbio Dragan Ćirić, nacido en Belgrado el 15 de septiembre de 1974, jugaba como centrocampista ofensivo. Se formó como futbolista en el Partizan de Belgrado, donde logró su mejor nivel, hasta que en 1997 le fichó el FC Barcelona. No cuajó en el equipo catalán y se marchó a probar fortuna en otros equipos. Fue cuatro veces internacional con la selección yugoslava.

Con el primer equipo del FC Barcelona llegó a jugar 26 partidos oficiales, sumando 807 minutos.


lunes, 8 de enero de 2024

EL TRIDENTE DE LOS CARASUCIAS

MASCHIO, ANGELILLO, SIVORI


FUENTE: "KODRO MAGAZZINE" 

El conocido como tridente de «Los «Carasucias» defendió los colores de la selección argentina e italiana, y estaba formado por Humberto Dionisio Maschio, Antonio Valentín Angelillo y Enrique Omar Sívori.




Su sobrenombre nació en 1957 por el Sudamericano de Lima, cuando la selección argentina se impuso 3-0 en el clásico contra Brasil en una de las actuaciones más recordadas en la historia de la albiceleste. Aquel 3 de marzo de 1957 el seleccionador Guillermo Stábile además alineó a dos delanteros más, Oreste Omar Corbatta y Osvaldo Cruz.

Maschio (9), Angelillo (8) y Sívori (3) fueron los goleadores argentinos de aquel certamen, en el que se consagraron tras golear a Brasil, en una brillante actuación colectiva. «Los Carasucias» prosiguieron sus carreras en Italia y ya nada sería lo mismo para la selección nacional. Sívori sería leyenda en Juventus tras sus años dorados con River y aquel Sudamericano; Antonio Angelillo haría una gran carrera en el Calcio, con títulos en Milan y Roma y haber marcado 78 goles en Inter; Humberto Maschio dejaría Racing y partiría rumbo Italia: títulos en Inter y Fiorentina. Los tres coincidieron también visitiendo la camiseta del Inter de Milan en un amistoso.

Ninguno de ellos participó del Mundial de Suecia de 1958 (Stábile tomó esa decisión, quizás siguiendo el consejo del interventor de AFA de aquel entonces, Raúl Colombo) y Argentina tendría uno de sus fracasos más rotundos de la historia. Brasil, por su parte, se terminaría consagrando campeón del mundo en Suecia.

Todos ellos, de hecho, terminaron jugando años después en la selección italiana.


viernes, 5 de enero de 2024

DE COLECCION

EL "10" MAS TALENTOSO DE TURQUIA

FUENTE: "KODRO MAGAZZINE":

9 de octubre de 1999, Alemania – Turquía clasificatorio para la Eurocopa del 2000, un córner rutinario es despejado por la defensa turca, el balón cae a los pies de su número 10. El pequeño y fornido atacante al más puro estilo Maradona coge el balón y avanza imparable hacia la portería alemana, delante tiene al gran Lothar Matthäus, al que sortea y gana en velocidad en un surrealista y efectivo autopase, los defensas alemanes se acumulan en su persecución, pero solo Oliver Kahn acaba frenando lo que hubiera sido un gol para la historia. Las 63.000 personas que se encontraban en el Olympiastadion estaban asombradas por lo que acababan de presenciar, entre ellas Joachim Löw, que en 2007 declaró que si Ali Rıza Sergen Yalçınen se hubiera tomado el fútbol en serio podría haber llegado a ser el mejor del mundo.




Nacido en Estambul el 5 de octubre de 1972 y conocido, como es habitual en su país, por el monónimo de Sergen, se incorporó al Beşiktaş en 1982 y no tardó en hacer gala de un talento realmente inusual. Debutó en el primer partido de la temporada 1991/92 como suplente de última hora contra el Gençlerbirliği, y llegó a jugar en 18 partidos esa campaña antes de asumir un papel más destacado en la siguiente, en la que perdió el título ante el Galatasaray por diferencia de goles.

En el verano de 1993 fue seleccionado como parte del equipo de Turquía para los Juegos del Mediterráneo, donde su nación ganó la medalla de oro. En el torneo también estuvo presente un joven Zinedine Zidane, lo que fue especialmente significativo, ya que fue con él con quién se comparó a Sergen a lo largo de su carrera. Su antiguo compañero de equipo en el Beşiktaş, Daniel Pancu, afirmó en una ocasión que podría haberse alineado con el francés en el Barcelona sin desentonar, mientras que Vicente del Bosque lo calificó como un extraordinario futbolista capaz de jugar en el Real Madrid.

Sergen actuaba sobre todo como un número 10 itinerante, combinando un rango de pases visionario con regates laberínticos y precisión a balón parado, cortesía de una feroz zurda. Su distribución era tan precisa que el periódico The Guardian lo describió en una ocasión como «capaz de golpear un cenicero desde 60 metros».

A pesar de su pequeña estatura, era muy fuerte con el balón en los pies y tenía una velocidad sorprendente. De hecho, su habilidad técnica era tan grande que el ex presidente de la UEFA, Lennart Johansson, dijo en una ocasión que tenía la habilidad necesaria para jugar en cualquier equipo de Europa.

En su primera etapa en el Beşiktaş destacó de forma constante, con al menos ocho goles por temporada entre 1993 y 1997. Fue en parte responsable de dos triunfos en la liga, en 1992 y 1995, además de la victoria en la Copa de Turquía de 1994. Sin embargo, toda esta brillantez tenía un lado oscuro, ya que Sergen llevaba una vida egocéntrica, con fiestas, sexo y una fuerte adicción al juego. Esta última adicción, achacada en parte a su padre, el corredor de apuestas Özer, llegó a un nivel tan excesivo que Sergen declaró en una ocasión a un periodista que prefería leer un boleto de apuestas a tener sexo.

Fue esta mentalidad de playboy la que provocó su salida del Beşiktaş. Tras una derrota por 4-1 ante el Samsunspor en marzo de 1997, el director del club, Uğur Ekşioğlu, criticó públicamente al jugador por su fastuoso estilo de vida. En respuesta, Sergen se negó a jugar o a presentarse a los entrenamientos, afirmando que el funcionario debería probar a llevar la camiseta número 10 y a jugar en el centro del campo del Beşiktaş. «Tengo 60 años, no puedo llevar la franja del equipo, pero hay muchos otros que sí pueden», respondió Uğur al tiempo que imponía al centrocampista una multa récord del club de 150.000 libras.

Tras una breve reconciliación, Sergen fue vendido en el verano de 1997 al otrora poderoso İstanbulspor, por un récord turco de 4,5 millones de libras, tras exigir mejores condiciones en su contrato. En su ausencia, el Beşiktaş terminó sexto, su puesto más bajo en 18 años, y a su regreso, Sergen procedió a levantar el dedo corazón hacia sus otrora adoradores.

El poderío financiero del Istanbulspor hizo que, con otros internacionales como Aykut Kocaman y Oğuz Çetin en el equipo, terminaran en cuarta posición, la más alta de su historia, y se clasificaran para Europa. También fue una temporada de éxito personal para Sergen, que anotó 11 goles en 32 partidos nacionales.

Sin embargo, su estancia en el İstanbulspor iba a ser breve, ya que en otoño de 1998, Cem Uzan anunció su decisión de retirar el apoyo financiero al club debido a lo que percibía como un lento progreso. El contrato de Sergen, uno de los que más cobraba, fue rescindido a finales de enero, y su siguiente paso, en retrospectiva, tipificó su carrera. En lugar de marcharse al extranjero o a uno de los grandes clubes turcos, fue fichado por el JetPA Siirtspor, de la segunda división, club en el que nunca llegó a jugar.

Al día siguiente fue cedido al Fenerbahçe, aunque llevaba más de dos meses sin jugar, y al principio luchó contra otro de sus demonios: el peso. Esto se debió a una combinación de su frívola vida personal y sus sentimientos hacia el entrenamiento, ya que en una ocasión se le citó diciendo: «Tengo talento, por lo tanto no necesito entrenar». Sin embargo, una vez que se puso en forma, estas palabras se hicieron realidad en la segunda mitad de la temporada, ya que registró siete goles y fue contratado de nuevo para la siguiente campaña.

El choque de personalidades se produjo de nuevo, ya que Sergen no estaba de acuerdo con los intentos del nuevo entrenador, Zdenĕk Zeman, de jugar con él en la banda. Enfadado con el checo, en señal de protesta fingió una lesión para no entrenar, lo que le supuso un nuevo aumento de peso. La gota que colmó el vaso llegó durante un partido contra el Bursaspor a mediados de diciembre, cuando se cree que falló intencionadamente un gol a puerta vacía, y apenas una semana después se rescindió la cesión.

Como parte del contrato con el Siirtspor, no podía fichar directamente por otro equipo turco sin trasladarse primero al extranjero. Firmó un contrato de un día con el campeón macedonio Sloga Jugomagnat, tras lo cual cruzó la línea divisoria hacia el Galatasaray. En la segunda mitad de la temporada, Sergen contribuyó enormemente a que el Galatasaray ganara el doblete de liga y copa, y terminó la temporada como máximo asistente de la liga. Además, volvió a jugar con la selección nacional, y la prohibición estatal turca de los casinos en 1998 alivió sus hábitos de juego, por lo que parecía que Sergen había alcanzado por fin la mayoría de edad.

A pesar de su estado de forma, Mustafa Denizli fue muy criticado por los medios de comunicación por convocar a un jugador cuya actitud se consideraba perjudicial para las esperanzas de clasificación. A estos temores se sumó el anhelo nacional de clasificarse y borrar el recuerdo del bochorno de la Eurocopa 96, en la que Turquía acabó sin puntos.

Sin embargo, Sergen respondió a sus críticos, ya que asumió la responsabilidad de ayudar a Turquía a clasificarse para la Eurocopa 2000, desempeñando un papel estelar en la victoria por 1-0 sobre Alemania, en la victoria por 3-0 contra Irlanda del Norte y en la remontada de un déficit de 2-0 para ganar por 4-2 en Finlandia y quedar subcampeona del Grupo 3 de clasificación.

A pesar de ello, Turquía seguía siendo considerada como un equipo inferior al que se enfrentaba a la República de Irlanda, debido a la calidad del capitán irlandés Roy Keane. Sin embargo, Sergen se encargó de que fuera él quien dirigiera el espectáculo, y el Irish Examiner comentó tras el partido: «Keane parecía alguien que llegaba al podio para recoger un premio MTV sólo para ver cómo otro se lo llevaba», y Turquía se clasificó con goles fuera de casa.

Una de las principales críticas que recibió Sergen a lo largo de su carrera fue que sólo mostraba destellos de su enorme capacidad, y que a menudo dejaba pasar los grandes partidos. En el propio torneo, Turquía se estrenó con una desafortunada derrota por 2-1 ante Italia, a la postre finalista. El escritor de The Guardian, Ian Ross, calificó su contribución general de «inmensa», y se entusiasmó con el «embriagador cóctel de pases de gol y pases tan visionarios que podrían haber sido dados por Mystic Meg».

Este fue el punto álgido de un torneo que resume perfectamente la carrera de Sergen Yalçın. Se quedó en el banquillo en el siguiente partido, contra Suecia, y ni siquiera apareció contra Bélgica. En la derrota en cuartos de final ante Portugal, volvió a no hacer más que una aparición desde el banquillo, algo que, como era de esperar, no le hizo mucha gracia. En declaraciones al Corriere Dello Sport, se lamentó ante Denizli: «Tiene problemas, no está bien de la cabeza. No me pregunten por qué no jugué, pregúntenle a él».

A pesar de estos meros destellos en el gran escenario, ese verano se recibieron consultas tanto del Barcelona como del Bayern de Múnich. Naturalmente, esto demostró lo que todo el mundo ya sabía, que era técnicamente magnífico, aunque desgraciadamente ambos se vieron desanimados por el circo que le rodeaba. Bobby Robson, por su parte, llegó a un acuerdo de 4 millones de libras para traerlo al Newcastle, pero Sergen prefirió quedarse en Turquía. A pesar del interés europeo y de sus impresionantes actuaciones, el Galatasaray no le contrató debido al deterioro de su relación con la directiva.

Su siguiente paso fue otro hito, ya que al fichar por el Trabzonspor, de nuevo cedido por el Siirtspor, se convirtió en el primer jugador que jugaba en los cuatro grandes de Turquía. Se pensó que al dejar Estambul Sergen podría asentarse, pero sólo marcó un gol en una temporada lastrada por las lesiones. El Trabzonspor terminó quinto, y al término de la temporada fue citado a declarar en el juicio del defraudador Sedat Peker.

Sin opciones, Mircea Lucescu decidió lanzar un salvavidas al jugador que considera el mayor talento que ha visto nunca, trayendo a Sergen de vuelta al Galatasaray. La fe del rumano se vio recompensada con siete goles en el nuevo título de liga de los Leones. También contribuyó en la Liga de Campeones, marcando en las victorias sobre el PSV y el Nantes para ayudar a la progresión a la segunda fase de grupos.

Lucescu llegó a afirmar que si Sergen no se hubiera roto los ligamentos de la rodilla contra el Malatyaspor en febrero, el Gala habría ganado el torneo. Debido a esta lesión, Sergen no fue incluido en la histórica selección de la Copa Mundial de 2002 (la primera participación de Turquía en la fase final desde 1954), y en su ausencia su país quedó memorablemente en tercer lugar.

Al final de la temporada 2001/02, su contrato con el Siirtspor terminó y siguió a Lucescu de vuelta a casa, al Beşiktaş. Un hito personal de 11 goles en la liga contribuyó a asegurar el título en el centenario del BJK, con un gol del propio Sergen.

En los instantes finales del penúltimo partido de la temporada, un efectivo duelo por el título contra el Galatasaray, recibió el balón en la línea de medio campo. En un contragolpe, se lanzó al ataque con una carrera característica antes de hacer una pared con Tümer Metin y batir a Faryd Mondragón, que no pudo hacer nada.

La temporada siguiente volvió a mostrar su talento a un público más amplio, al marcar los dos goles en Stamford Bridge en la victoria por 2-0 contra el Chelsea. La primera derrota de la era de Roman Abramovich implicó una defensa cuestionable en ambos goles, pero no hay que quitarle mérito al protagonismo de Sergen. Sin embargo, como es habitual, las cosas no fueron sencillas, ya que el jugador se apostó 5.000 libras por marcar dos goles y ganó 35.000 libras como resultado.

Las actuaciones de Sergen habían sido suficientes para convencer a Şenol Güneş de que merecía una nueva convocatoria con la selección de Turquía, casi dos años después de su anterior aparición. En octubre de 2003, disputó la última de sus 61 convocatorias en un olvidable empate sin goles con Inglaterra, y volvió a apostar dinero, pero esta vez perdió las 15.000 libras que había apostado por una victoria turca. Otra lesión le impidió participar en la eliminatoria contra Letonia, donde los turcos fueron humillados con una derrota global de 3-2.

En el verano de 2006, los aficionados se conmocionaron cuando se anunció que Jean Tigana había decidido liberar a Sergen al expirar su contrato. El motivo fue la edad, y Tigana optó por sustituirlo por el mediapunta argentino del Basilea Matías Delgado. La verdad es que parecía una decisión extraña, ya que Sergen había anotado otros siete goles en la liga, incluyendo un doblete para ganar un punto en el campo del Fenerbahçe, además de ayudar al equipo a ganar la Copa de Turquía.

A la edad de 33 años y con una talla cada vez más grande, se podría argumentar cínicamente que los dos últimos equipos de su carrera fueron poco más que los últimos sueldos. Tras su cesión, se marchó al Etimesgut Şekerspor, de la tercera categoría, recientemente adquirido por una rica empresa constructora, y el bajo nivel de exigencia se tradujo en 13 goles en 23 partidos.

La temporada siguiente ascendió a la 1. Lig con el Eskirşehirspor y, en su última andadura en el terreno de juego, contribuyó a su ascenso a la Süper Lig, aunque no se incorporó a la primera división. Tras la conclusión de ese acuerdo, el enfant terrible de Turquía anunció su retirada a los 35 años.

Sergen Yalçın dejó un legado de lo que podría haber sido y no fue, y es que a penas se le menciona en los debates sobre el mejor futbolista turco de todos los tiempos, por no hablar de algo más grande. Gracias a su falta de profesionalidad y a su negativa a marcharse al extranjero, su nombre no pasará a la historia. «Si volviera a tener 20 años, me iría de Turquía en tres días».

jueves, 4 de enero de 2024

PARA RECORDAR

EL FC GALICIA DE ESPAÑA EN EL FUTBOL INGLES

FUENTE: "KODRO MAGAZZINE": 

En 1968, en un pub de Londres, nace el Centro Gallego de Londres que empezaría a disputar la liga de West Fulham. Este club posteriormente se fusionaría en 1975 con el FC Deportivo Galicia, y en 1995 con el España Athletic.




Su mayor logro llegó al final de la 2016-17 cuando su primer equipo se proclamó campeón de la Premier Division Champions, ganandose así el ascenso a la Division One de la liga de los Combined Counties. El 80% del club son jugadores españoles, y actualmente su primer equipo disputa la Primera División de los Combined Counties League. Sus partidos como local tienen lugar en el Campo de Recreo de Bedfont, compartiendo el terreno con el Bedfont Sports.

En 2013 el FC Deportivo Galicia recibió el reconocimiento de la Asociación de Fútbol de Inglaterra (FA) como club Charter Standard, lo que les sitúa a un paso del semi-profesionalismo.

Actualmente el FC Deportivo Galicia es el último club español en la liga inglesa, y se mantiene a flote gracias a su gestión económica y las ayudas económicas del Centro Galego de Londres.

Su mayor estrella ha sido Quique de Lucas, exfutbolista del RCD Espanyol, PSG, Chelsea, Murcia, Cartagena, Celta y Hércules, que a sus 39 años decidió volver (por un breve espacio de tiempo) por segunda vez de su retiro (en 2014 se enroló en el Biggleswade United) para divertirse con este equipo de emigrantes españoles.


HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER

KAREL POBORSKY Y LA LAZIO FUENTE: "KODRO MAGAZINE": Karel Poborský siempre será recordado por los aficionados del Inter por su dob...