lunes, 30 de marzo de 2020

SE LO LLEVÓ EL CORONAVIRUS

LA LEYENDA DEL BOXEO PORTUGUÉS:MÁRIO LINO  

El boxeo portugués está de luto tras conocer la muerte del boxeador Mario Lino, una de las leyendas pugilísticas del país a los 72 años a causa de la pandemia de coronavirus. A través de un comunicado, el FC Porto explicó que Lino "estaba ingresado en el Hospital de San Juan, en Oporto, y su estado de salud había empeorado en los últimos días".



Lino fue una de las grandes referencias del boxeo portugués con los colores del Porto, ya que ganó todos los títulos posibles en Portugal del peso gallo (51 kilos). La carrera de Lino siguió vinculada al boxeo cuando colgó los guantes, ya que fue entrenador en el FC Porto, y director de la Asociación de Boxeo de Oporto.

La Federación Portuguesa de Boxeo dio la triste noticia a través de un comunicado en su web. "El boxeo nacional está de luto. Recibimos la triste noticia de que Mario Lino, antigua gloria del boxeo nacional y que tuvo una gran carrera como deportista y entrenador durante varios años, ha muerto hoy a causa del coronavirus. 

En nombre de la Federación Portuguesa de Boxeo enviamos s su familia y amigos nuestras más sinceras condolencias. A los miembros de la familia del boxeo les pedimos que rindan un último homenaje a uno de los atletas y entrenadores más veteranos de la modalidad".

FUENTE: AS.COM

sábado, 28 de marzo de 2020

UNA HISTORIA POCO CONOCIDA

LA HISTORIA DE ABEBE BIKILA

Abebe Bikila (7 de agosto de 1932 - 25 de octubre de 1973) es un corredor de origen etíope, dos veces ganador de la maratón olímpica. Consiguió victorias increíbles a lo largo de su carrera, sin embargo su vida fue tan espectacular e inesperada como, para muchos, su final.

Este corredor pertenecía a una familia muy numerosa y pobre de campesinos, por ello es que dentro de su historia se puede comentar que ingresó al ejército cuando apenas tenía 17 años, pensando en la forma de ganarse el sustento diario. Pasó a formar parte del grupo de héroes nacionales al obtener la medalla de oro en la maratón de los Juegos Olímpicos de Roma 1960, prueba que disputó descalzo junto con su hermano Albalonga Bikila, quien falleciera sin que se le reconociera heroísmo, contrariamente a su hermano Abebe.
Cuando comenzaron los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, el estado físico de Bikila estaba bastante debilitado. Había sido operado de apendicitis seis semanas antes de disputar la maratón, lo cual afectó su programa de entrenamiento para dicha prueba. No obstante, y aunque esta vez utilizó zapatillas, volvió a obtener la medalla dorada y nuevamente estableciendo una nueva marca mundial.
En el año 1969 el extraordinario Abebe Bikila sufrió, en la ciudad de Sheno, un accidente automovilístico y como consecuencia de los golpes quedó cuadriplégico.
Falleció cuatro años más tarde, el 25 de octubre de 1973, de una hemorragia cerebral producto de una secuela del accidente.
En su país, más de 65.000 personas y el emperador Haile Selassie I despidieron al considerado Héroe Nacional de Etiopía.

FUENTE: ESPN

viernes, 27 de marzo de 2020

ENRIQUE CASTRO QUINI

EL ETERNO BRUJO DEL GOL


La muerte de Enrique Castro González «Quini» provoco un gran impacto en el fútbol español. Los reconocimientos y homenajes han sido constantes en esos días para recordar la figura de uno de los jugadores más emblemáticos de los años 80. En Memorias del fútbol también queremos recordar a esta leyenda del fútbol, repasando los momentos más destacados de una carrera impresionante.





Enrique Castro Quini nació en Oviedo el 23 de septiembre de 1949 aunque a los 5 años se trasladó a Avilés donde comenzó a jugar al fútbol. Su ilusión era ser portero como su padre pero tras varios años bajo los palos se destapó como un excelente goleador.

Su carrera profesional comenzó en el Ensidesa de Tercera División dónde comenzó a destacar desde muy joven. El Real Oviedo quiso ficharlo para su filial pero, aconsejado por su padre, Quini espero a otra mejor oportunidad mientras permanecía cerca de casa. No tuvo que esperar mucho ya que en 1968 fichó por el Sporting de Gijón para jugar en Segunda División. Allí llegó junto a su hermano Jesús (que sí ejerce de portero) y acaba ganándose el puesto de titular. La campaña siguiente logra consagrarse alcanzando el Pichichi de Segunda División y logrando el ascenso a la máxima categoría.

1970 es el año de su consagración ya que tras debutar en Primera División es convocado por Kubala para jugar con la selección española. Dos años más tarde, con la camiseta de España, viviría uno de los momentos más amargos de su carrera deportiva. En un partido frente a Irlanda del Norte el delantero recibió el codazo de un jugador irlandés. El golpe le fracturó el pómulo izquierdo provocándole una grave lesión de la que tuvo que ser intervenido con una delicada cirugía.

Aquella lesión le mantuvo un año lejos de los terrenos de juego, a los que consiguió volver en la 73-74 tras una lenta recuperación. Esa temporada consiguió eludir el descenso con el Sporting de Gijón con el que marcó 20 goles y ganó su primer trofeo pichichi en Primera.

Quini volvió a ser Pichichi en 1976 y tras sus buenas temporadas en el Sporting recibió una oferta para jugar en el Barclona. Pero el Sporting se negó a traspasar a su estrella, haciendo efectivo el llamado derecho de retención (con el que los clubes conseguían evitar la marcha de sus estrellas subiéndoles un 10% más el sueldo de su contrato).

Quini permanecería en el Sporting 6 años más dónde tras bajar a Segunda División vivió los mejores momentos de la historia del equipo rojiblanco. Pichichi de segunda por segunda vez en 1977, Quini y el Sporting volvieron a Primera con más fuerza que nunca. Tras quedar quintos en la 77-78, el Sporting logró el subcampeonato de la temporada siguiente. En la 79-80 logró la tercera plaza, en una temporada en la que Quini volvió a ser el máximo goleador del campeonato.

A los 31 años el Barcelona seguía detrás del fichaje de Quini, que esta vez sí consiguió firmar por el equipo azulgrana. Fue en el verano de 1980 y a cambio de 80 millones de pesetas. Sus comienzos en el Barcelona no fueron fáciles. El equipo comenzó mal y fue eliminado por el Colonia en la Copa de la UEFA. Kubala fue despedido y el mítico  Helenio Herrera llegó para revertir la situación. Los culés fueron escalando posiciones y tras ganar 6-0 al Hércules (con dos goles de Quini) se puso a dos puntos del líder, el Atlético de Madrid.

El Barcelona era el favorito al título hasta que el 1 de marzo de 1981 Quini fue secuestrado por unos maleantes armados. El jugador tenía previsto ir a recoger a su mujer y sus hijos al aeropuerto pero acabó metido en el maletero de un coche rumbo a Zaragoza.

La desaparición del delantero causó una gran conmoción en la sociedad española mientras se multiplicaban las especulaciones sobre su posible paradero. Comenzaron a llegar reivindicaciones de varios grupos anti-sistema: de un partido revolucionario español, de un supuesto batallón Catalano-Español…pero en realidad los secuestradores eran unos trabajadores con pocos recursos económicos que reclamaban 70 millones de pesetas por la liberación del futbolista.

Quini permaneció retenido en un zulo durante casi un mes, en el que no recibió noticias del exterior hasta el día 25 de marzo. Aquella tarde los secuestradores le facilitan un televisor para ver el partido de España, que jugaba un amistoso contra Inglaterra en Wembley. La selección ganó por 1-2 (goles de Satrústegui y Zamora) y le dedicó el triunfo a su desaparecido compañero.Por la noche la alegría fue doble ya que la policía consiguió detener a uno de los secuestradores y rescatar al débil y desaliñado futbolista. Casi 2.000 personas lo recibieron en su domicilio de Barcelona.

Durante su ausencia el Barcelona tuvo que jugar 3 partidos y no ganó ninguno (2 derrotas ante Atlético y Salamanca y un empate en casa ante el Zaragoza). El vestuario estaba destrozado y el Barça perdió aquella liga que acabaría ganando la Real Sociedad. Pese a perderse casi un mes de competición, Quini terminó la temporada marcando 20 goles y ganando su 4º trofeo Pichichi.

Después de su liberación Quini disculpó a los secuestradores y retiró la acusación contra ellos renunciando a la indemnización que le correspondía. Los acusados fueron condenados a diez años de prisión.

El mismo año de su secuestro, Quini consigue ganar la Copa del Rey con el Barça. El destino quiso que la final fuera con el Sporting de Gijón, al que le marcó dos goles para ganar el primer título de su carrera deportiva. Después ganaría la Recopa de 1982 ante el Standard de Leija en una temporada en la que conquistaría su quinto trofeo Pichichi. En 1983 formó un gran dúo con Maradona para conquistar la Copa del Rey y la Copa de la Liga.

En la 83-84 Quini gana la Supercopa de España. Al finalizar la temporada anuncia su retirada e incluso juega un partido homenaje organizado por el Barcelona. Durante sus años en la Ciudad Condal se gana el cariño de la afición y logra marcar el gol 3.000 del Barcelona en la Liga. Pero un mes después el delantero reconsideró su decisión y volvió a los terrenos de juego con la camiseta del Sporting. En el Molinón jugó otras 3 temporadas hasta su retirada en 1987 con  38 años.

Durante sus casi 20 años como profesional, Quini consiguió marcar 219 goles en 448 partidos en Primera División. Lo llamativo es que si sumamos los goles que marcó en sus temporadas en segunda y tercera, Quini sería el tercer máximo goleador de la historia de la Liga. Sumaría 281 goles ¡Solo por detrás de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi! Además Quini es el único jugador en ganar 7 trofeos Pichichi (5 en Primera y 2 en Segunda división).

Con la selección española jugó 2 Mundiales (1978, 1982) y 1 Eurocopa (1980). Con la roja jugó 35 partidos y marcó 8 goles.


Tras abandonar el fútbol Enrique Castro Quini se alejó del fútbol e incluso llegó a trabajar de comercial. Pero el Sporting le ofrecería volver para ejercer como delegado del primer equipo. En 1993 recibió la noticia de la muerte de su hermano Jesús, que tras salvar a dos niños en la playa acabó ahogado debido al gran esfuerzo realizado. En 2008 la vida vuelve a golpear a Quini, al que le diagnostican un cáncer. El brujo salió adelante tras dos operaciones y siguió regalando sonrisas. El 27 de febrero  de 2018 muere inesperadamente de un ataque al corazón. Se nos fue el Brujo del gol, una leyenda del Sporting y de todo el fútbol español.


FUENTE: MEMORIAS DEL FUTBOL 


martes, 24 de marzo de 2020

UNO DE LOS GRANDES JUGADORES DE FÚTBOL DE BRASIL

SIMPLEMENTE: "EL DOCTOR SÓCRATES":

“No soy un atleta. Soy un artista del fútbol”. Así se definía el gran Sócrates. Su estrella, de 57 años, se apagó el mismo día que el Corinthians, el club que marcó su carrera futbolística, luchaba por ser el campeón de la liga brasileña. El alcoholismo se llevó al brasileño que falleció a causa de un choque séptico (una infección generalizada de todo el organismo) derivado de sus graves problemas con la bebida. Sócrates ya había estado ingresado hace poco por una cirrosis hepática y aunque se propuso volver a nacer. Era demasiado tarde para un futbolista que integró la lista de FIFA que recogía a los 125 mejores jugadores vivos.

La ciudad canarinha de Belém vio como en 1954 venía al mundo un futbolista que no iba a pasar desapercibido ni dentro ni fuera del campo. Su padre no debía ver en su hijo las aptitudes que tenía para el balón y le ‘obligó’ a estudiar una carrera digna. Sócrates decidió matricularse en la facultad de Medicina y en 1978, a los 23 años, se convertía en doctor y en jugador del Corinthians. Cuatro años antes, hizo sus primeros pinitos futbolísticos en el humilde Botafogo

En 1984 puso punto y final, de forma eventual, a su aventura en Brasil y se fue a Italia. Sócrates firmó su peor temporada con la Fiorentina por lo que al año siguiente regresó a su país natal y pasó por las filas del Flamengo y del Santos antes de colgar las botas en 1989. A Sócrates esta despedida le dejó mal sabor de boca y en 2004 comenzó una nueva aventura en Inglaterra: con 50 años se convirtió en jugador y director técnico del Gartforth Town durante un mes.

Si en el Corinthians hizo historia, con la selección de Brasil no fue menos. En el Mundial de España’82 deslumbró con un juego grandioso que no obtuvo la recompensa que merecía (cayeron ante Italia por 2-3 en la segunda fase) y cuatro años más tarde, en México, capitaneó a jugadores como Zico, Cerezo, Eder o Falcao que maravillaron con su fútbol despreocupado, alegre y con toque. El famoso jogo bonito

Ver a Sócrates sobre el campo era ver a un futbolista con pelo rizado y abundante barba, elegante y astuto con una visión perfecta del juego. Muy técnico con los pies, corría con la cabeza alta para poner un centro desde la derecha o llegar desde la frontal a rematar. A pesar de su altura (1’93) no iba muy bien de cabeza pero sus pases de tacón eran exquisitos y es que Sócrates tenía un hueso descolocado en el pie que le permitían imprimir mayor potencia a sus toques de tacón. Tanto que llegó a lanzar los penaltis con esa parte de sus botas del 37.

Sócrates era un genio con el balón y sin él. Muy apegado a la política, en 1982 harto de la dictadura militar de Figueiredo creó O Timao. La conocida como ‘democracia corinthiana’ dio libertad a los jugadores que en 1982 y 1983 ganaron el bicampeonato paulista. De esta forma, los jugadores se convertían en cogestores del equipo y las decisiones se tomaban entre todos: daba igual que el voto fuera de un utillero o de un directivo, valían lo mismo. La mayoría mandaba y así decidieron los horarios de los entrenamientos, las alineaciones, los fichajes… incluso los límites de los jugadores en su tiempo libre. Este punto era el que más le gustaba a Sócrates que defendía su derecho a entregarse a ‘placeres’ como el tabaco o la cerveza. “Mi mejor psicólogo es el vaso de cerveza”, afirmaba el brasileño. Hizo del Corinthians la imagen de la revolución brasileña contra la dictadura.

Ejerció la medicina pero Sócrates tenía más talento en los pies que en las manos y no pudo separarse del mundo del fútbol. Continúo ligado al balón como comentarista y columnista. Tampoco dejó la política de lado y defendió los ideales del Partido de los Trabajadores (PT), el mismo que lideró Lula da Silva y Dilma Rousseff, actual presidenta de Brasil. Su adicción al alcohol, le fue arrebatando poco a poco la vida hasta que el 4 de diciembre le robó el último aliento. Sócrates dijo en una ocasión que “no hay que jugar para ganar sino para que no te olviden” y él estará siempre presente en la historia del fútbol.

FUENTE: EL CONFIDENCIAL

Y NUNCA MAS SE SUPO DE EL

LA HISTORIA DE "EL TANO" PIOVOSO

Estudiante avanzado de la carrera de Arquitectura (UNLP) y deportista profesional, fue capturado por un grupo de tareas en una oficina de la Galería Williams, en La Plata, en el marco de lo que se llamó el Operativo Escoba. Aquél 6 de diciembre del ´77 fue secuestrado más de un centenar de militantes del Partido Comunista Marxista Leninista (PCML). En esta nota de investigación se reconstruye parte de la historia de militancia de Piovoso, el arquero que llegó a jugar tres partidos en nuestro club.


Galería Williams, La Plata, 6 de diciembre de 1977
En el interior de un edificio blanco y tosco plagado de pequeñas oficinas, hay un estudio de arquitectos en el que cinco jóvenes desarrollan su trabajo como cualquier día normal. Están repartidos por oficinas: por un lado, Patricia, Carlos y Lita; por otro, Antonio y Humberto. Parece ser una jornada más.
De un momento a otro, comienzan a percibir sonidos para nada frecuentes que provienen del exterior: el freno de un auto, seguido de portazos que retumban como tambores. Hasta que se oyen subir pasos apresurados. Los arquitectos se exaltan porque creen que se dirigen hacia ellos. La puerta principal del estudio se abre de golpe.
Cuatro hombres de civil y armados, liderados por un tipo alto, morocho, robusto y de unos cuarenta años aproximadamente, ingresan sin preámbulo.
-Procedimiento de rutina. – sentencia el jefe, seco, a quien se le puede descifrar una cicatriz en la cara.
Lo que era un pacífico lugar de trabajo se transformó, en cuestión de segundos, en una sala de tortura. Patricia y Lita están paradas temblando; a los demás los hacen poner de rodillas y con las manos en la nuca.
-¿Dónde está “Mingo” eh?– preguntan mientras tanto los integrantes del grupo comando que parecen tener un objetivo marcado.
De repente, caen algunos hombres más que traen a la rastra a un pibe pálido, desanimado, de pelo corto y que viste de traje, a quien sientan en una silla. Se llama Otilio. Cierran la puerta y hacen callar a todos. Reina el silencio.
Al rato se abre de nuevo e ingresa “Mingo”; como perros de caza, quienes habían irrumpido en el lugar se lanzan sobre él, y ordenan a las mujeres a darse vuelta y ponerse contra la pared. Lo muelen a palos y “Mingo” apenas puede respirar. Se escucha un entredicho entre él y Otilio.
-¿Dónde estuviste los últimos cuatro días? ¿Por qué no hablas?, ¿no ves que te estás yendo? – le anuncia un matón.
Instantes después, otro avisa que “llegaron los autos”. Al toque cazan a “Mingo” y a Otilio. Antes de irse, el jefe mira al “Tano” y ordena que también lo carguen.
La escena se desarma. Se cierra la puerta.
De Antonio el «Tano” Piovoso y Jorge “Mingo” Martina no quedarán rastros. El cuerpo de Otilio Pascua (uno de los tantos jugadores de La Plata Rugby Club desaparecidos) aparecerá, un año después, a orillas del Río de La Plata. Los tres estuvieron en el Centro Clandestino de Detención La Cacha.
El 6 de diciembre de 1977 se recuerda por el llamado Operativo Escoba, en el que grupos de tareas secuestraron en tan sólo un día a más de un centenar de militantes del Partido Comunista Marxista Leninista (PCML) en todo el país.
***
El caso de Antonio Enrique Piovoso Mengarelli es emblemático: es el único jugador de fútbol que llegó a Primera División y está desaparecido. “El tano” tuvo un efímero paso por la Primera de nuestro club en el Metropolitano del ’73 (fue un arquero que sólo jugó tres partidos en los que ingresó de suplente) y no se sabe prácticamente nada sobre las razones de su desaparición.
Se puede decir que existen dos hipótesis muy poco precisas sobre su secuestro: la primera se basa en que se lo llevaron por no “marcar” a su amigo y compañero de trabajo, Jorge Martina, alias “Mingo”, quien militaba en el Partido Comunista Marxista Leninista (al que también pertenecía Otilio Pascua); la segunda tiene que ver con que lo levantaron por estar en el lugar equivocado, como consecuencia de una “brutalidad” propia de los militares. Estas hipótesis se desprenden de las dos investigaciones periodísticas que abordaron el caso hasta el momento.
Pero analizando los testimonios que figuran en los documentos de los Juicios por la Verdad de La Plata y las fojas de la Causa Judicial n°16.419 – La Cacha, surgen algunas preguntas: ¿por qué no se llevaron a todos los presentes de la Galería Williams si en realidad ninguno marcó a Martina? O ¿basta creer en que lo llevaron simplemente por usar barba y pelo largo como indican algunas versiones?
Si se parte de la base de que Martina y Pascua, militantes del Partido Comunista Marxista Leninista, eran amigos de Piovoso desde sus primeros años en la Facultad de Arquitectura, se puede afirmar que el tano estuvo varios años vinculado al núcleo duro PCML. Más aún, teniendo que Jorge Martina, quien tenía una comprometida militancia política, llegó a ser Presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Arquitectura, información aportada por su sobrino, Luciano.
Pero hay un dato al que hasta hoy no se le había dado importancia que brindó Humberto Moirano, testigo el día del secuestro en la Galería Williams y también allegado Piovoso, Martina y Pascua, que puede ser clave para reconstruir la identidad del único jugador que llegó a Primera y que aún continúa desaparecido. Humberto declaró que en alguna oportunidad con “el tano” habían “volanteado para una agrupación” (no la menciona), lo que entiende que fue una “breve militancia política”.
Lo llamativo de ese dato es que nunca se le dio relevancia a la acción de “volantear” y tampoco se la relacionó con las causas del secuestro, pero si se tiene en cuenta la investigación de Adrián Celentiano (FHCE –UNLP) sobre el PCML, queda claro que el hecho de volantear para el partido no era menor en los ’70, sino todo lo contrario: “En el movimiento estudiantil de la Universidad Nacional de La Plata se formaron muchos de los activistas del partido. Allí el PCML tuvo presencia en facultades como Humanidades, Ingeniería, Arquitectura y Bellas Artes. Hasta 1977 el partido formó agrupaciones denominadas Grupo de Resistencia Estudiantil (GRE); y distribuyó volantes que denunciaban la represión tanto en las escuelas como en las facultades. 
(…)En general, los volantes de las agrupaciones de base muestran un conocimiento detallado de las situaciones concretas y del estado de ánimo de los trabajadores, los estudiantes y los campesinos. Asimismo los textos demuestran un gran trabajo de recolección de datos, control de la redacción y elaboración práctica para la impresión. Precisamente los esmerados esfuerzos de agit prop (agitación y propaganda) contribuyeron a sumar la mayoría de los integrantes de base del PCML”. Es difícil no pensar que lo habían hecho para dicha organización.
Hay que tener en cuenta que el Partido Comunista Marxista Leninista, en los’ 70, tuvo una fuerte influencia cubana y derivó del Partido Comunista, con el que sus militantes tenían grandes diferencias por no compartir la idea de que en Argentina había utilizar el “foquismo” como estrategia de lucha, sino la inserción en los sindicatos para construir células clandestinas, aprovechando la crisis de las burocracias sindicales. Es decir que fue un partido atravesado por la violencia y la “lucha armada”, características que, aunque no determinaron su actividad política, constituían una amenaza para los militares que arrasaron con la mayoría de sus militantes, principalmente en La Plata.
Teniendo en cuenta esto, es preciso retomar también otra característica sobre el PCML que aporta Celentano en su investigación quien afirma que, entre otras, determinó el final del partido: “Muchos de los militantes tuvieron entre si un trato frecuente en sus lugares de trabajo, lo que fomentó un círculo de amistades que con frecuencia relajó los dispositivos de seguridad del partido. Precisamente, la fragilidad de esos dispositivos motivó las protestas de algunos cuadros apresados en 1975 y de los militantes de base detenidos durante la dictadura”.
¿Acaso no es pertinente pensar que el «Tano” Piovoso estaba marcado como del PCML razón por la cual no se lo llevaron porque sí?
Una pista en los jardines del bosque
En el marco del día por la Memoria, la Verdad y la Justicia, el Club Gimnasia y Esgrima La Plata realizó (el año pasado), a través de la subsecretaría de Cultura, un homenaje a sus tres deportistas desaparecidos: Antonio Piovoso, Luis Ciancio y Miguel Benancio Sánchez. En el evento estuvieron presentes los familiares.
Según Osvaldo Sagastibelza, quien forma parte de la subsecretaría que promovió las actividades enmarcadas en el mes de la memoria, en un momento los familiares de Piovoso y Ciancio se pusieron a conversar y a intercambiar información sobre “el tano” y Luis. “Después del homenaje los familiares se dieron cuenta que eran amigos entre sí”, afirmó Sagastibelza, quien agregó que al no haber mucha información sobre la vida de ambos, esa historia no está confirmada en ningún documento. Hasta hoy.
Consultado sobre lo que hasta ahora era un rumor, el hermano menor de Luis Ciancio, Gabriel, manifestó que “seguramente se hayan conocido porque mi hermano siempre fue amigo de Otilio Pascua”, con quien “compartió no sólo la secundaria, sino también la militancia”. Es decir, a través de Otilio, es inevitable no creer que el tano y Luis compartían un círculo social, atravesado por el deporte y el PCML.
Cabe destacar que Luis Ciancio fue un estudiante de ingeniería que jugó en las inferiores del Lobo y fue un cuadro político del PCML. Si bien no hay precisiones con respecto al lugar de su secuestro, se sabe que fue un año antes que lo desaparezcan a Piovoso, osea, en diciembre del ’76. Su cuerpo fue identificado por el Equipo de Antropología Forense luego de haber sido hallado entre otros 337 en el cementerio de Avellaneda.
“No es descabellado pensar que Piovoso estaba en alguna lista”, manifestó Gabriel Ciancio, quien aún continúa investigando sobre su hermano y se mostró feliz de haber podido aportar información ya que “para algunos es pasado, pero para mí reconstruir estas historias es siempre presente y una actividad fundamental”.
Vale decir que en un nuevo aniversario para hacer memoria, reclamar justicia y buscar la verdad, Gimnasia y Esgrima de La Plata, a través de la Subcomisión de Cultura, incorporó esta investigación al archivo del club, ubicado en el Estadio Juan Carmelo Zerrillo.
El paso por la Primera División
El “Tano” Piovoso jugó sólo tres partidos en los que ingresó de suplente, y en todos Gimnasia perdió. Vale decir que en los tres encuentros ingresó con el partido empatado y los diarios Clarín y La Capital de Rosario juzgaron que las derrotas desembocaron como consecuencia de sus “endebles respuestas”. El “Tano” Piovoso debutó el 19 de abril del 73 en lo que fue derrota 2 a 1 contra Argentinos en la Paternal (ingresó por Guruciaga), y su segundo partido fue el 24 del mismo mes, en el que el Lobo perdió contra All Boys 3 a 2. El último, que sentenció su final en Primera cuatro días después, fue la derrota 2-3 frente a Rosario Central en el bosque. En estos últimos dos partidos entró por el histórico Hugo Orlando “el loco” Gatti.
Por Pedro Bressa (Gentileza revista La Fragua)

FUENTE: MUNDO TRIPERO 

lunes, 23 de marzo de 2020

UN DURO DE VERDAD

CHARLES "SIR" BARKLEY

Llevaba un tiempo sin hablaros de la NBA y me he decidido a hacerlo de nuevo. Lo vamos a hacer de la mano de otro de los grandes jugadores de la historia del baloncesto, uno de los componentes del Dream Team y uno de los más queridos por el público. No llegó a tener la fama de los Bird, Jordan o Magic, entre otras cosas porque nunca pudo ganar un anillo de campeón, pero sí fue uno de las estrellas más carismáticas en una época dorada para el mayor espectáculo del mundo (o al menos uno de ellos). Es Charles ‘El Gordo’ Barkley.





¿Quién era?: Un ala-pívot de la NBA de los 80 y los 90.


¿Por qué se le recuerda?: Por ser uno de los mejores jugadores de su época y miembro del Dream Team que ganó el oro en Barcelona 92.


¿Qué fue de él?: Se retiró en el año 2000, en las filas de los Houston Rockets. Desde ese año, Barkley es comentarista de la NBA en el canal TNT.


¿Sabías qué…?: Durante su carrera, vivió dos grandes polémicas. La primera fue una pelea con el siempre pendenciero Bill Laimbeer, pívot de los Detroit Pistons, en 1990. La segunda, en 1991, en un partido que se jugó en Nueva Jersey. Un espectador no paraba de dedicarle a Barkley insultos racistas. Este se hartó y le escupió, pero Barkley falló el ‘lanzamiento’ y le dio a una chica joven del público. Fue suspendido de sueldo y obligado a pagar 10.000 dólares. Curiosamente, conoció a la chica y a su familia y llegó a establecer una relación de amistad con ellos.


– Nunca ha ocultado su adicción al juego. Asegura haber perdido unos 10 millones de dólares durante su carrera. En una ocasión, perdió 2,5 millones en sólo seis horas, jugando al blackjack. Él siempre le ha quitado importancia.


– Se ha postulado unas cuantas veces como gobernador de su estado natal, Alabama. En un principio se declaró republicano convencido. Luego se desencantó y se autodefinió como independiente. En los últimos tiempos, ha mostrado su apoyo a Barack Obama (demócrata).


– De los republicanos dijo: “Se supone que los cristianos no deben juzgar a los otros. Pero (los republicanos) son los jueces más hipócritas que tenemos en este país. Actúan como si fueran cristianos. Son falsos cristianos”.


– Está a favor del matrimonio homosexual.


– Ha escrito dos libros.


– En una ocasión fue detenido por romperle la nariz a un hombre en una pelea después de un partido en Milwaukee.


– Su especialidad era el rebote.


– Tuvo su propia línea de zapatillas Nike.


– Siempre llevó el 34 en los Sixers de Philadelphia. Cuando se supo que Magic Johnson era seropositivo, Barkley se pasó al 32, como homenaje al base de Michigan, y eso que los 76ers ya habían retirado ese dorsal.


– Los Sixers retiraron el dorsal 34 en su honor.



– Preguntado en aquella época si los jugadores temían entrar en contacto con Magic por ser portador del virus del sida, Barkley respondió, con su habitual sentido del humor: “Nosotros sólo jugamos al baloncesto. No es tener sexo sin protección con Magic”.


Biografía, palmarés, estadísticas: Charles Wade Barkley nació el 20 de febrero de 1963 en Leeds, Alabama. Fue elegido en quinto puesto del draft del 84 por los Sixers, sólo dos posiciones después de Michael Jordan (que fue elegido por los Bulls). En Philadelphia permaneció hasta 1992, cuando se fue a los Phoenix Suns. En este equipo estuvo cuatro años, cuando desembarcó en Texas para jugar en los Houston Rockets. Ganó una vez el MVP de la temporada y jugó 11 veces los All-Star. Sus números son 23.757 puntos, 12.546 rebotes y 4.215 asistencias. Con la selección de los Estados Unidos ganó dos oros olímpicos: El de Barcelona y el de Atlanta.



FUENTE: BLOGS 20.MINUTOS.ES

sábado, 21 de marzo de 2020

UN POCO DE NOSTALGIA

EL AUTOTROL

Expresión acabada de formidable cibernética es el tablero electrónico de anuncios visuales instalado en la cabecera norte del Estadio”. Así definía La Voz del Interior, en su edición del 4 de mayo de 1978, al tablero electrónico que ayer, a 32 años y medio de su fastuosa puesta en funcionamiento, fue demolido en cuestión de segundos. El proyecto de remodelación del Chateau ya le había dictado la pena capital: no tenía cabida en la modernidad del Mario Alberto Kempes.




El gigante de 22,54 metros de ancho por 10 de alto fue la vedette de aquella jornada inaugural del 16 de mayo de 1978, cuando se presentó en sociedad. Ganó más miradas que las gambetas y los goles del “Matador” y desde entonces los hinchas tuvieron en él un aliado de “fierro”: en su pantalla se informaban los goles de los otros estadios, el tiempo de juego, además de publicidades y otros detalles “domésticos”, como recomendaciones de comportamiento o la identidad y el paradero de un niño extraviado.

El Autotrol, como lo bautizaron las autoridades militares de la época (era el nombre de la marca de la empresa nacional que proveía las piezas para el armado del tablero en sí, importadas desde Estados Unidos por la empresa fabricante Stewart Warner), ya había deslumbrado en Alemania ‘74 y para el Mundial argentino no podía faltar.

Tenía tecnología de vanguardia y era idéntico al que se había instalado en River por una cuestión secreta que por aquellos años la dictadura guardaba bajo siete llaves: el Estadio Córdoba (como se lo bautizó en febrero de 1978) figuraba como escenario alternativo de la final para el caso de que en Buenos Aires se produjeran atentados.

Orgullo cordobés
La imponencia del gigantesco Autotrol fue motivo de orgullo de los hinchas cordobeses. Si bien en la década del ‘30 en Buenos Aires habían aparecido unos precarios tableros manuales, los que se levantaron en los seis escenarios mundialistas fueron los pioneros en la materia. Rosario Central, Vélez, Mar del Plata y Mendoza tuvieron su versión “standar” (unos tres metros más angostos), pero como quedó dicho, el de Córdoba y el de River eran los más grandes y modernos.

De acuerdo a los informes de la época, las lámparas eran operadas por componentes de circuitos integrados de electrónica de alta velocidad, montados en plaquetas enchufables instaladas detrás de cada indicador. Tenía una computadora “titular” y otra “suplente” (ambas gigantescas), de manera tal que el servicio no se interrumpiera. El sistema tenía también la chance de incorporar dibujos, pero salvo el logo del Mundial ‘78, su aprovechamiento fue casi nulo, al igual que la base de datos con las estadísticas mundialistas y otros detalles adquiridos con su licencia.

En sus días de estreno, Carlos Schein era uno de los operadores de turno y él fue el encargado de mostrarles todas las bondades del Autotrol a los periodistas acreditados de La Voz del Interior. Junto a él, Mario Luna fue el encargado de leer la información adicional a la que se publicaba en las pantallas.



Aquel gigante de cemento y lamparitas que acompañó a las grandes jornadas deportivas, artísticas y sociales es desde ayer un montón de escombros. Su sucesor, a todo color y en alta definición, comenzará pronto su reinado.

Ficha
Inauguración oficial: 16 de mayo de 1978.
Dimensiones: 22,54 metros de ancho por 10 de alto.
Estructura: 300 módulos de 60 centímetros de alto por 40 de ancho, más un reloj analógico.
Marca: Stewart Warner, empresa estadounidense que proveyó los seis tableros del Mundial ’78. Autotrol era la marca de la empresa nacional que proveyó piezas para su armado.
Uso inicial: alineaciones de los equipos y resultados de otros partidos.
Uso posterior: figuras y animaciones de hasta cinco cuadros por segundo.
Funcionamiento: operado por dos computadoras, para que el servicio no se interrumpa.

FUENTE: MUNDO D/LA VOZ

viernes, 20 de marzo de 2020

SE FUE UN GRANDE DEL ARCO Y DEL FUTBOL

SE FUE LA LEYENDA: AMADEO RAÚL CARRIZO

Un grueso telón negro baja de los arcos del mundo. Murió Amadeo Raúl Carrizo. O simplemente Amadeo, como lo mencionaban, con respeto y admiración, compañeros, rivales, directores técnicos, periodistas y cualquiera que haya sobrevolado el ambiente del fútbol. Está en la historia imborrable porque atajó 23 años consecutivos en la Primera de River, de 1945 a 1968. Porque participó 7 campeonatos (1945, 1947, 1952, 1953, 1955, 1956 y 1957). Y porque en 546 ocasiones (522 por campeonatos de primera y 24 por la Copa Libertadores) se plantó delante de los tres palos riverplatenses para convencer a los delanteros adversarios, con su porte y su estampa, que hacerle un gol, era una proeza casi imposible.



Pero la grandeza de Amadeo traspasa el rigor de las estadísticas. Se instala en el poder de los sentimientos futboleros. Carrizo fue ídolo, el primer ídolo arquero de la Argentina. Fue leyenda en vida. Para muchos, el mejor arquero de la historia, hasta que en los últimos 45 años, Ubaldo Matildo Fillol, con otro registro, pasó a compartirle el podio eterno. Y fue, a nivel local pero también internacional, acaso el fundador de manera diferente de entender el puesto.
Antes de Amadeo, los arqueros sólo atajaban, parados sobre la raya del arco o no más allá de los dominios del área chica. Amadeo le sumó un plus a la tarea: atajaba, pero a partir de su extraordinario manejo de la pelota con los pies (en los entrenamientos jugaba como delantero para poder pensar como ellos), se transformó en el primer jugador de su equipo, aventurándose a ir a veces, más allá del área grande. E iniciando con sus saques largos y precisos, los ataques de su equipo.
Estudioso de cada detalle de su función, obsesivo en el mejoramiento de su técnica y en la comprensión del juego, Amadeo no se contentaba con evitar que los rivales le hicieran goles; también quería participar de los que hicieran sus propios compañeros. Trabajaba su físico, pero también su técnica como ningún otro arquero lo había hecho antes. Fue maestro achicando el arco en los manos a mano con los delanteros y descolgando pelotas en lo alto. Y ese estilo, elegante y en paralelo eficaz, además de sus fabulosas condiciones naturales, le permitió extender su carrera hasta los 42 años en River y un año y medio más en Millonarios de Bogotá, donde jugó 60 partidos entre 1969 y mediados de 1970.


Sus detractores (que los tuvo, como el revolucionario que verdaderamente fue) le endilgaron que si a su técnica le hubiera añadido una mayor fortaleza mental para absorber adversidades o ambientes hostiles, habría sido mucho más grande de lo que terminó siendo. Y recordaban su desánimo la tarde infausta de los 6 goles que Checoslovaquia le hizo jugando para la Selección Argentina en el Mundial de Suecia de 1958. Sus flojeras cada vez que le tocaban ir a la Bombonera a definir campeonatos con River como en 1962 y 1965. O su conducta en aquella finalísima de la Copa Libertadores de 1966 ante Peñarol en Santiago de Chile cuando River ganaba 2-0 con baile y los uruguayos le dieron vuelta la historia y terminaron venciendo 4-2.
Pero sus hinchas (porque Amadeo no tuvo defensores, tuvo hinchas) , aun aceptando que en algunos partidos pudo no haber dado la mejor respuesta anímica respondían con un argumento concluyente: fue arquero de River 23 años. Y en ese arco tan grande no se sostiene cualquiera. Mucho menos los débiles de carácter.

Nacido en Rufino (provincia de Santa Fe) el 12 de junio de 1926, Amadeo llegó a River en 1943, fue campeón de tercera en 1944 y el 6 de mayo de 1945, debutó en primera ganándole 2 a 1 a Independiente en el Monumental. Camilo Cervino le anotó el primer gol. Su carrera es un fresco de un cuarto de siglo de la historia de River. Empezó jugando con la legendaria Máquina y Alfredo Di Stéfano. Después, ya en los años ‘50 fue compañero de Alfredo Pérez, "Pipo" Rossi, Vernazza, Walter Gómez, Norberto Menéndez y Enrique Omar Sívori entre muchos otros. Y en los 60, tuvo a su lado a José Ramos Delgado, Ermindo y Daniel Onega, Cubilla, Artime y Oscar Más.
El 14 de julio de 1968, Amadeo vivió en la cancha de Vélez, el mayor homenaje de su carrera. Esa tarde, batió un record de imbatibilidad en Primera División (761 minutos sin goles en contra). Y todo el estadio, con pañuelos blancos, aclamó al gran arquero que jugó largos minutos con los ojos llenos de lágrimas. En el segundo tiempo de ese partido por el torneo Metropolitano, un jovencito atrevido le rompió la marca histórica con un gol de cabeza: se llamaba Carlos Bianchi. Y lo reconocía como su ídolo.
Un nombre, tan legendario como el suyo, vertebra toda su campaña: el de Angel Amadeo Labruna. Fue compañero de Amadeo en los 7 campeonatos que ganó, en ese tiempo en el que River se cansó dar vueltas olímpicas y sumarle gloria al escudo. Compartieron en la cancha la vergüenza del desastre de Suecia. Y cuando Labruna dejó de jugar y Carrizo siguió en la cancha, fue su director técnico en 1963 y 1968. Precisamente, Labruna, luego del Nacional de 1968, le recomendó al presidente de entonces, Julián William Kent, dejar libre a Carrizo y vender a Hugo Orlando Gatti, con quien Amadeo compartió el arco riverplatense entre 1964 y 1968.
Cada vez que, ya retirado, volvía al Monumental a ver a su querido River, los viejos hinchas y los pibes, corrían a su lado a sacarse fotos, a acariciarlo y a decirle que había sido el mejor y que no había habido nadie como él. En 2011, poco después del descenso, contaba que había gente que llegaba hasta su casa para abrazarlo y llorar esa pena inmensa junto a él. En 2013, fue nombrado presidente honorario del club y hasta sus últimos días, siempre quiso estar al tanto de todo lo que pasaba en su club. Porque Amadeo y River fueron, son y serán lo mismo, únicos e indestructibles. Forman una alianza tan fuerte que atravesará todos los tiempos. La muerte no podrá romperla.             

FUENTE: PÁGINA 12 

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