viernes, 26 de abril de 2024

HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER

KAREL POBORSKY Y LA LAZIO

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

Karel Poborský siempre será recordado por los aficionados del Inter por su doblete el 5 de mayo de 2002 que supuso la perdida del Scudetto de los nerazzurri en la última jornada del campeonato de Serie A en favor de la Juventus. Aquel SS Lazio – Inter disputado en Roma finalizó 4-2, en parte gracias a una estelar actuación del internacional checo que jugó aquel partido como si le fuera la vida a pesar de su ya confirmada vuelta al fútbol checo.




La SS Lazio compró a Karel Poborský al SL Benfica en enero de 2001 y, tras la venta de Nedved a la Juventus el verano de 2001, Poborsky fue llamado a sustituir a su compatriota. El checo disputó 46 partidos con la camiseta biancoceleste, en los que marcó cinco goles, dos de ellos aquella mítica tarde del 5 de mayo.

En aquellos años, el club de Cragnotti tenía problemas financieros, que habían surgido después de las inversiones poco meditadas del presidente que habían conducido a la entidad a la consecución del Scudetto de la temporada 1999-2000. Aquel verano de 2001, además de Nedved, también se marcharon Verón y Salas y el equipo sufrió una completa reconstrucción. En ese año y medio en la capital romana, Poborský nunca se adaptó al club ni al entorno. Ya durante la temporada, sabía que aquel sería su último año en el Lazio, que ya no tenía dinero para permitirse mantenerlo y pronto vendería a Nesta y Crespo. El checo también quiso volver a su tierra y llegó a un acuerdo con el Sparta de Praga.

Por todos estos condicionantes se entendía que Karel no tenía ningún interés especial en jugar a muerte el último partido de su aventura en el Lazio. Y sin embargo, aquel 5 de mayo de 2002, saltó al campo como si el del Inter fuera el último partido de su vida. Stefano Fiore, su compañero en el Lazio, dejó claro por qué años después: «Sabía que se iba. Pero estaba tan en desacuerdo con el mundo que jugó ese partido hasta la muerte. Estaba muy alejado en cuanto a ideología política de aquellos aficionados que exigían que perdiéramos, e igualmente alejado de la forma italiana de vivir los partidos».

Poborský no entendía cómo los aficionados podían pedir a sus jugadores que perdieran un partido. De hecho, en los días previos al 5 de mayo, los seguidores del Lazio inician una campaña para persuadir a sus jugadores de que se desentendieran del partido contra el Inter. Estaba en juego el hermanamiento con la afición nerazzurra, pero por encima de todo el riesgo de ver triunfar a la AS Roma por segundo año consecutivo, que quedaría exorcizada con una derrota ante el Inter. Para Poborský esto era inconcebible, algunos de sus compañeros estaban de acuerdo con él, mientras que otros jugaron el partido sin esforzarse. De hecho, a los jugadores del Lazio también les habría interesado ganar ese partido, como volvió a explicar Fiore: «Con la victoria nos metimos en la Copa de la UEFA y por tanto evitamos la Intertoto, salvando así las vacaciones. Muchos de nosotros en la semana previa y durante el partido estuvimos tranquilos y un poco distraídos, sobre todo los que sabían que se iban a ir al final de la temporada».

 Poborský era uno de los que ya sabía que se iba a ir, pero lo convirtió en una cuestión de principios y decidió jugar a muerte ese partido. En un Estadio Olímpico dominado por los nerazzurri, en el que casi todos los hinchas del Lazio apoyaban al Inter de Ronaldo, decidió ser el protagonista. Después de que los nerazzurri se adelantaran por medio de Vieri, Fiore y Stankovic se intercambiaron el puesto en la zaga. El serbio buscó en profundidad a su compañero, que puso un balón hacia atrás. Tres jugadores del Lazio podrían haber ido a por él, pero Karel apareció como un tren y marcó el gol del 1-1 ante Toldo.

Descargó su ira contra sus seguidores con un puño al cielo antes de volver a dirigirse al centro del campo, mientras la Curva Norte permanecía impasible. El Inter volvió a adelantarse por medio de Di Biagio, pero Poborský decidió que este sería recordado como su partido. Stankovic centró al área, Córdoba levantó su cabezazo por alto y Gresko combinó para la tortilla. El lateral eslovaco, cuya carrera iba a sufrir un duro golpe tras ese partido, intentó cabecear un desacertado pase atrás hacia Peruzzi, el lateral del Lazio lo adivinó, se coló y volvió a batir a Toldo.

Poborský levantó los brazos en el aire, miró a los aficionados durante unos segundos en señal de desafío y, esta vez, tras los primeros y tímidos aplausos, también recibió algunos silbidos. El árbitro Paparesta pitó el final del primer tiempo. En la segunda parte, el Inter no vuelve al campo, Simeone y Simone Inzaghi fijan el resultado final en 4-2. La Juventus ganó el Scudetto, la Roma fue segunda y los nerazzurri terceros. El Lazio superó al Bolonia para asegurarse una plaza directa en la Copa de la UEFA y evitar así la Copa Intertoto.

Lo maravilloso fue la llamada telefónica de Nedved a Karel al final del partido para felicitarle, este último le dijo que ni siquiera había estado en casa, que tenía el coche cargado para escapar a la República Checa. Poborský se marchó y nunca volvió a la ciudad de Roma.


jueves, 25 de abril de 2024

PARA TENER EN CUENTA

¿PORQUE SE CONSIDERA ARGENTINOS VS VELEZ UN CLASICO MODERNO?

FUENTE: "TyC SPORTS":

De Juan Agustín García y Gavilán, donde se ubica el Diego Maradona, hasta Álvarez Jonte Juan B. Justo, dirección del José Amalfitani, hay 55 cuadras. La distancia es mayor a la que tiene Argentinos con los estadios de All Boys o Atlanta. Y también superior al trayecto entre Vélez Nueva ChicagoArgentinos – Vélez pasó de ser un simple duelo barrial a componer una rivalidad muy fuerte, que se va acrecentado con el correr de los años. 




Hasta la década del ’90, el Bicho contaba con cuatro títulos, dos de ellos internacionales: Metropolitano ’84, Nacional ’85, Libertadores ’85 e Interamericana ’86. En cambio, el Fortín solo tenía en sus vitrinas el Nacional ’68. Sin embargo, el auge de la institución de Liniers en los noventa hizo que incremente sus trofeos, a tal punto que hoy ostenta 16 (cinco internacionales) contra 5 del club de La Paternal. Obviamente, el reconocimiento y los laureles se ponen sobre la mesa en este cruce de semifinales por la Copa de la Liga.

Pero, ¿esas son todas las razones para que se genere un clásico moderno? No, existen hechos y circunstancias que influyeron y se suman a las cuestiones de cercanía y cantidad de títulos.

Históricamente, Vélez – Ferro es considerado el clásico del Oeste. Sin embargo, los de Caballito descendieron en julio de 2000 y, hasta ahora, no pudieron regresar a la máxima categoría. Por su parte, Argentinos tuvo una disputa con Platense a partir de la década del ochenta. El Calamar bajó a la Primera Nacional en 1999 y recién pudo retornar en 2021. Los dos se quedaron sin sus clásicos principales durante más de 20 años.

En 1979, el Metropolitano se disputó en dos zonas de diez, en el formato todos contra todos ida y vuelta. Los dos primeros de cada grupo se clasificaban a semifinales. River fue el líder con 24 puntos, por delante de Argentinos y Vélez, que sumaban 23. El Bicho contaba con mejor diferencia y más goles a favor, pero eso no importaba en ese entonces. Había que desempatar para resolver el segundo lugar.

“En aquel famoso equipo de los de Paternal había sido expulsado en la fecha anterior Diego Maradona. Un joven dirigente Raúl Gámez se enfrentó en AFA ante los poderosos y obligó a que Maradona cumpliera una fecha de suspensión. El tribunal le dio la derecha”, explica el sitio oficial de Vélez (velez.com.ar).

Pero, ¿qué sucedió? La expulsión de Diego ocurrió en un amistoso ante Gimnasia de Mendoza, en la Provincia del Vino, ¡en el que ni siquiera hubo planilla! Próspero Cónsoli, mandamás del Bicho en ese entonces, no supo torcer la situación y, como diría el Diez, se le escapó la tortuga. La AFA le dio seis fechas de suspensión a Diego, que encabezaba la tabla de goleadores junto a Sergio Fortunato, de Estudiantes, con 14 tantos. Además, venía de convertir 22 goles en el ’78. Y en ese Torneo ya le había metido tres al Fortín: un doblete en la victoria 3-1, en Liniers, y el restante en la derrota 1-2 en Paternal. La bronca nubló a los jugadores de Argentinos, dirigidos por el brasileño Delem: cayeron 4 a 0 en el estadio de Ferro. El amistoso ante el Lobo mendocino había sido el 14 de junio, el desempate con Vélez el 22 de julio. En 1994 no fue la única vez que a Diego le cortaron las piernas… 

  • El desempate del ‘79

➜ 22 de julio, en el Arquitecto Ricardo Etcheverri: 

Argentinos 0 – Vélez 4 (Carlos Ischia, Armando Quinteros, Julio César Giménez y Pedro Roldán)

-El campeón terminó siendo River, que aplastó a Vélez con un global de 7 a 1

Hace poco, tras el 0 a 0 que protagonizaron Vélez y Argentinos por la Copa de la Liga, el Presidente del Bicho, Cristian Malaspina, expresó: “Después de la final del ’85, este partido es clásico”. Hasta ese año, Vélez había levantado apenas un trofeo, el Bicho lo mismo: venía de adueñarse del Metropolitano ’84. La complejidad de este Torneo, con ruedas de ganadores y perdedores, hizo que ambos se enfrenten en ¡cuatro duelos!

El Bicho había eliminado a San Lorenzo, San Martín (Tucumán) y Ferro. El Fortín hizo lo propio con Boca, Newell’s y River. La final se disputó ida y vuelta. En la Bombonera, Argentinos se impuso 2 a 0 sobre Vélez. La vuelta, en Liniers, el local venció por el mismo resultado. Hubo penales y los de José Yudica ganaron por 4-2 y, así, se clasificaron a la final por el título. En cambio, los dirigidos por Alfio Basile accedieron a la final de rueda de perdedores. Allí, eliminaron nuevamente a River.

Otra vez, Argentinos – Vélez, cara a cara por el título. En el Monumental, el cruce terminó 1 a 1 y el Fortín festejó en los penales. Claro, para quedar eliminado había que perder dos veces. Por eso, se forjó otro partido, el último. Sí, entendió bien: la final, de la final, de la final. De nuevo en Núñez, un 4 de septiembre y con el partido 1 a 1, un zapatazo del Checho Batista desniveló el marcador y le dio el segundo título a Argentinos, que un mes y medio más tarde alcanzaría la gloria eterna al levantar la Libertadores. Fue la última vez de un Nacional, a partir de la temporada siguiente se jugaron torneos largos. 

  • Los cuatro partidos del Nacional ‘85

➜9 de julio, en la Bombonera – final – ida – rueda de ganadores

Argentinos 2 (Hernán Videla y Sergio Batista) – Vélez 0


➜17 de julio, en el Amalfitani – final – vuelta – rueda de ganadores

Vélez 2 (Jorge Comas y Juan José Meza) – Argentinos 0

-El Bicho se impuso 4 a 2 en los penales


➜28 de agosto, en el Monumental – final por el título

Argentinos 1 (Claudio Borghi) – Vélez 1 (Jorge Olguín e/c)

-El Fortín celebró 4 a 3 en los penales

-Al ganar Vélez se forjó otra final, ya que para quedar eliminado había que perder dos veces


➜4 de septiembre, en el Monumental – final

Argentinos 2 (José Castro y Sergio Batista) – Vélez 1 (Jorge Comas)

-El Bicho se consagró campeón del Nacional 1985

 Otro mano a mano en 2011

La Copa Sudamericana fue el motivo de este primer cruce en el plano internacional. El Fortín se presentaba como el mejor de la tabla anual de la temporada, mientras que el Bicho había logrado la séptima colocación. La segunda fase se disputó a doble partido, y fue el conjunto de Ricardo Gareca el que terminó con una sonrisa al golear al de Pedro Troglio. El camino de los de Liniers se vio interrumpido en semifinales al caer contra Liga de Quito de Ecuador, comandado por el Patón Bauza.

  • La primera y única serie internacional

➜1ro de septiembre, en el DAM – segunda fase – ida

Argentinos 0 – Vélez 0


➜8 de septiembre, en Liniers – segunda fase – vuelta

Vélez 4 (Guillermo Franco, Augusto Fernández, Juan Manuel Martínez y Héctor Canteros) – Argentinos 0


Cuando Argentinos ganó la Libertadores ’85 e Interamericana ’86, Vélez contaba con un título local. Pero en la década del ’90 sacó pecho. No solo obtuvo la Libertadores ’94, sino que se consagró campeón del mundo al derrotar al Milan. Más tarde sumó la Interamericana, Supercopa Sudamericana y Recopa Sudamericana. De cualquier manera, el Bicho y el Fortín integran el grupo selecto de los ocho clubes argentinos que lograron el máximo trofeo continental. Y eso, a la hora de emparejar un clásico moderno, juega.

Los dos se establecieron como instituciones modelo: el excelente trabajo en inferiores es otra de las razones. Desde el cambio de milenio que a los juveniles del Semillero del Mundo los igualan con Vélez y viceversa. Habrá hinchas que no estarán conformes con tal emparejamiento, pero la realidad es que representa una buena noticia por la calidad de jugadores que le aportan al fútbol argentino. Por último, el historial: aquí Vélez supera a los de La Paternal por un holgado margen. En total, la V azulada celebró en 66 encuentros, mientras que el Bicho lo hizo en 28, con 40 empates.


Se sabe que Diego Maradona  posó con muchísimas camisetas. También el mundo entero conoce que salió de La Paternal, donde probablemente vivió sus años más felices, sano y bien rodeado. Pero, por Liniers, aseguran que el Diego disfrutaba mucho ponerse la camiseta de Vélez.

A modo de conclusión, a partir del desarrollo de situaciones y de diferentes aristas, podemos elaborar dos premisas para dejar conformes a todos. La primera: la coyuntura de Argentinos – Vélez generó un clásico moderno. Para el que no está de acuerdo, aquí la segunda: Argentinos – Vélez cosecharon una antipatía barrial y competitiva muy marcada en los últimos cuarenta años. El que dice o piensa que es un partido más tiene todo el derecho de hacerlo, aunque debería tener cuidado de no estar mintiéndose a sí mismo…  



SI DE CLASICOS SE TRATA:

¿PORQUE ES CLASICO PLATENSE VS ARGENTINOS JUNIORS?

FUENTE: "365SCORES.COM"

A decir verdad, se enfrentaron muy poco en el amateurismo por pertenecer a distintas asociaciones. En el profesionalismo lo hicieron solamente en 77 oportunidades por torneos de Liga. Sin embargo, cada vez que se enfrentan Argentinos Jrs. vs. Platense se considera como un clásico y se vive de una manera muy especial. En 365 Scores te contamos cómo nació el clásico entre el Calamar y el Bicho de La Paternal.
Los primeros enfrentamientos




Los primeros años del amateurismo registran pocos cruces entre Platense vs. Argentinos. Es que el Calamar pertenecía a la Asociación Amateurs de Football, mientras que el Bicho formaba parte de la Asociación Argentina de Football. Luego del primer enfrentamiento en 1907, recién volvieron a cruzarse en 1927, cuando se fusionaron ambas asociaciones para conformar la Asociación Amateurs Argentina de fútbol.

En aquellos años de amateurismo, jugaron solamente tres partidos: Platense ganó 2 y empataron el encuentro restante. Argentinos Jrs. tuvo que esperar hasta el inicio del profesionalismo para poder festejar ante el Marrón. Su primer triunfo fue en la tercera fecha del campeonato de 1931, cuando se impuso por 2 a 0 en condición de visitante. Con un dato de color: ese día se vendieron solamente 2,300 entradas.

Descensos, ascensos y casi 30 años sin cruces

La particularidad de la historia de cruces entre Platense y Argentinos Jrs. es que estuvieron entre fines de la década del ’30 y mediados de la década del ’60 sin enfrentarse de manera oficial. Hay un salto del partido que Platense le ganó a Argentinos Jrs. por la 26° fecha del campeonato de 1937 a un nuevo cruce por el torneo de 1965, en el que el Calamar volvió imponerse por 3 a 1.

¿Qué pasó? En 1937 se produjo el descenso del Bicho de La Paternal a la segunda división, para recién retornar a Primera en 1955. En ese mismo año se produce el primer descenso de Platense a la B, tras jugar 40 años ininterrumpidos en la Primera.

En 1967 la Asociación del Fútbol Argentina establece un cambio en la organización de los torneos y se disputa por primera vez el Nacional y el Metropolitano, formato que se mantendría hasta mediados de la década del ’80.

El Metropolitano se dividía en dos zonas y se disputaba de una manera similar a la Copa de la Liga Profesional actual: había una fecha interzonal en la que se cruzaban los clásicos. Y más allá que las hinchadas todavía no consideraban a este partido como tal, para la organización contó como un emparejamiento.

¿Cuándo nace la rivalidad entre Platense vs. Argentinos Jrs.?

La rivalidad entre Tense y el Bicho nació el domingo 23 de noviembre de 1980, cuando Platense vs. Argentinos Jrs. se midieron en la vieja cancha de La Paternal, por un partido interzonal del viejo campeonato Nacional.

La “pica” entre ambos equipos nació por lo que estaba en juego, más que por una cuestión folclórica o extra futbolística. Es que Platense llegó a este encuentro con la posibilidad de avanzar a los cuartos de final del Torneo Nacional si empataba o ganaba en La Paternal. En su grupo también estaba River, que corría desde atrás y que necesitaba dos resultados: ganar su partido ante Cipoletti en el Monumental y esperar que el Calamar perdiera ante el Bicho.

Finalmente, el duelo entre Platense vs. Argentinos Jrs. terminó 2 a 0 en favor del equipo de La Paternal y River ganó su partido ante el equipo de Río Negro por 4 a 2 y logró clasificar. Los hinchas del Calamar sospechaban que hubo una incentivación por parte de River para Argentinos Jrs., que ya estaba clasificado en su zona y que jugó ese partido como una verdadera final. Ahí nació la bronca y una rivalidad que se mantuvo hasta el día de la fecha.

Luego de aquel encuentro, que fue el último de Diego Armando Maradona con la camiseta de Argentinos Jrs., se produjeron un par de choques más que alimentaron esa rivalidad entre las dos hinchadas. En 1995 y 1996, Platense ganó los dos partidos ante el Bicho, partidos que fueron bisagra para condenar a los de La Paternal al descenso.

Del lado de Argentinos Jrs. recuerdan aquel gol del Polo Quinteros en 1999, que también fue clave para empujar a Platense a la pérdida de la categoría. En febrero de 2021, después de 22 años, volvieron a verse las caras y revivir el viejo y querido clásico de Calamares y Bichitos colorados.


"GRANDES EQUIPOS"

"LA HISTORIA DE ALUMNI"

FUENTE: "TyC SPORTS":/"ALEJANDRO FABBRI"

El hombre llegó el 25 de febrero de 1882 al puerto de Buenos Aires. Tenía 29 años y había nacido en Glasgow, Escocia. Era Licenciado en Letras y además tenía amplios conocimientos de la educación física de aquellos años. Se llamaba Alexander Watson Hutton. Inició su tarea docente en St. Andrew’s Scotch School, la escuela escocesa fundada en 1838.




Para 1884 concreta la creación de la Buenos Aires English High School, que pasa a tener su sede escolar en Perú 253, cerca de Plaza de Mayo. El detalle que diferenciaba a esta entidad de otras muchas era la intención de formar también en la parte deportiva y recreativa a los alumnos que concurrían. El football fue entrando de a poco (Watson Hutton había traído tres pelotas de cuero desinfladas cuando desembarcó en la aduana porteña) y para 1891, año del primer torneo oficial en Buenos Aires, el propio Watson Hutton integró el equipo de St.Andrew’s.

Ya en 1893 empezó a participar la English High School, que repitió en 1895 y volvió a jugar en 1899, ganando el ascenso. Watson Hutton participó en la creación de la primera entidad que nucleaba a los pocos cultores del fútbol. La Argentine Association Football League nació y empezó a crecer inmediatamente.

En 1900 el English High School –bajo la tutela de WH- gana el torneo de primera división en el que también participaron Lomas Athletic, Belgrano Athletic y Quilmes, el flamante equipo del sur bonaerense, creado en 1897. El EHS se consagró campeón el 15 de agosto de 1900 cuando goleó 5-0 a Quilmes. Ese año, el matutino “The Buenos Aires Herald” le preguntó a sus lectores a qué equipo de fútbol preferían y al cabo de dos meses, EHS sumó 6942 votos, contra 3467 de Quilmes, 3358 de Belgrano y 1395 de Lomas Athletic.

Al crearse la tercera liga para menores de 17 años, la AAFL le exige a la EHS que cambie su nombre y desde 1901 el equipo del colegio pasa a llamarse Alumni, un nombre que propuso uno de los jugadores (Carlos Bowers) por conocer el nombre de “Alumni Associations” que tenía una agrupación de alumnos egresados de distintas escuelas en los Estados Unidos. En todo caso, al vocablo latín “alumnos” se agregaba la acepción norteamericana “alumnos egresados” o simplemente “exalumnos”.

Entre 1901 y 1903, Alumni ganó los tres campeonatos, con 22 triunfos, un empate y una sola caída, ante Belgrano Athletic por 1-0. Los belgranenses –mucho más británicos que sus rivales- se quedarían con el torneo de 1904, pero luego volvería el dominio total de Alumni, que sería el campeón de 1905, 1906, 1907, 1909, 1910 y 1911. En 1908 sería subcampeón detrás de Belgrano, su clásico rival.

Con camiseta roja y blanca a rayas verticales, todos los equipos que tienen esa forma de camiseta le rinden homenaje. Tanto Estudiantes de La Plata como Unión de Santa FeTalleres de Remedios de EscaladaSan Martín de TucumánBarracas Central o Instituto de Córdoba, entre tantos, tienen su albirroja por influencia de Alumni. Se lo conocía como el “equipo de los hermanos Brown” y fue así, porque Jorge, Carlos, Tomás, Ernesto, Alfredo, Eliseo y Juan Brown fueron puntales y figuras de los equipo de Alumni.

Muy especialmente Jorge Gibson Brown, el más famoso y más popular de los jugadores, cuya camiseta se conserva hoy en el museo de Alumni, ubicado en el viejo edificio del English High School, en la calle Melián al 1800 del barrio de Belgrano. Todos los hermanos Brown, incluso el padre de todos ellos, don Diego Brown y su mujer eran nacidos en la Argentina. Y además, eran descendientes de escoceses. El club “inglés” por excelencia era Belgrano Athletic o en todo caso Lomas Athletic, de Lomas de Zamora. Ambos son importantes equipos de rugby desde hace muchos años.

A medida que pasaban los años de la primera década del Siglo XX, Alumni seguía con la costumbre de ganar partidos y torneos, pese a no ser un club propiamente dicho, a no tener una cancha reglamentaria y jugar alternativamente en distintos terrenos. Fue el primero en enfrentar y vencer a un combinado extranjero, en este caso integrado por ingleses residentes en Sudáfrica, a quienes superó por 1-0.

Muchos de sus jugadores integraron las primeras selecciones argentinas: Jorge Gibson Brown jugó 23 partidos y marcó 4 goles entre 1902 y 1913, pero su hermano Juan Dodds Brown disputó 36 encuentros entre 1906 y 1916, incluyendo dos encuentros en la primera Copa América organizada por la Argentina en la vieja cancha de GEBA.

Su último título se lo ganó a Porteño –otro cuadro de origen medio irlandés, medio británico- en un desempate por 2-1. Entre 1909 y 1911 alcanzó a enfrentarse contra River, Racing, Estudiantes de Buenos Aires y Quilmes, aunque contra estos dos últimos ya lo había hecho en los años anteriores, lo mismo que contra Argentino de Quilmes y ante Rosario Central y Newell’s Old Boys por copas organizadas por la AAFL. Ganó numerosas copas con los campeones uruguayos en la primera década del Siglo XX.

Cuando sus integrantes decidieron disolver el equipo de fútbol, lo hicieron tras reunirse en una asamblea general. Se resolvió no participar en el campeonato de 1912 y darles libertad a los jugadores que quisieran seguir haciendo fútbol oficial, de enrolarse en el equipo que quisieran. Así fue que Juan Dodds y Ernesto Brown pasaron a jugar para Quilmes, que fue el campeón.

El 24 de abril de 1913, cuando ya había pasado un año y medio de su última participación, una nueva asamblea decidió liquidar Alumni de acuerdo con sus estatutos y donar el dinero que había quedado en poder de sus dirigentes. Eran 12.322 pesos con 29 centavos, de los cuales hubo 3.661,14 donados al Hospital Británico, 3.661,15 cedidos a las Escuelas Evangélicas del señor William Morris y otras donaciones como mil pesos al Patronato de la Infancia, entre varias entidades, como la Sociedad Popular de Educación de Avellaneda.

Alumni ganó 10 campeonatos de primera división entre 1900 y 1912, obtuvo seis Copas Competencia y una vez la Copa de Honor. Quedó en la historia como el primer gran equipo argentino en las competencias locales, dueño y señor del torneo porteño donde dominaban los cuadros de origen británico. Su calidad superó largamente a la competencia local. Su herencia sería tomada por Racing Club, multicampeón de la segunda década del Siglo XX, al ganar siete torneos consecutivos entre 1913 y 1919. Por eso lo llamarían la Academia. Alumni había hecho escuela, sus creadores pudieron descansar en paz.

Fotos: Escuela de Campeones, de Ernesto Escobar Bavio (1953)


martes, 23 de abril de 2024

EN EL RECUERDO

DIEGO Y LOS CEBOLLITAS DE 1969 A 1976:

FUENTE: "MUSEODELFUTBOL.COM"

Con apenas 8 años de edad, un sábado de marzo de 1969, Diego Armando Maradona luego de recibir la invitación de su amigo del barrio Goyo Carrizo fue a probarse en las inferiores del club Argentinos Juniors, las cuales estaban al mando del entrenador Francisco «Francis» Cornejo.




“Yo armaba un equipo con chicos de la clase 60 y estaba conforme con los jugadores. Había uno que era un espectáculo, jugaba de nueve y la rompía. Se llamaba Goyo Carrizo y tuvo mucho que ver en la llegada de Diego. Un día me contó que tenía un amiguito del barrio que jugaba mejor que él y me preguntó si lo podía traer a las prácticas. Venían muchos a decirme que conocían a un crack, que después no lo era tanto, y aunque yo pensé que éste era uno de esos chascos acepté que viniera”.

Goyo Carrizo finalmente apareció en la práctica con su amigo Diego en el club. Francis los saludó y les pidió que lo esperaran en la cancha. Pero como el campo de juego estaba embarrado y no se podía jugar bien le dijo Francis: “Vamos a jugar a Las siete canchitas”.

Luego de correr entre los eucaliptos del parque, Diego pide la bolsa donde está guardada la pelota. Comienza la prueba y mientras lo ve, Cornejo piensa que Dieguito es “de otro planeta”.

“Hacía maravillas con la pelota, cosas que yo nunca le había visto hacer a nadie. Hay una que no me la voy a olvidar jamás, porque cierro los ojos y la sigo viendo como si fuera ayer. Cuando a un jugador la pelota le viene de aire, lo que hace es bajarla con el pie y después la deja caer al suelo y ahí patea o toca. Eso es lo que hacen todos. Pero aquel pibe no, aquel pibe hizo otra cosa: la dominó con la zurda, en el aire y, sin dejarla tocar el piso, con el pie todavía en el aire, le volvió a pegar para hacerle un sombrerito a un rival y mandarse hacia el arco contrario. La jugada siguió pero yo me quedé mirándolo, mirándolo a él. ‘Es un enano’, pensé.

No podía tener 8 años, era seguro. Fue una pavada haber pensado eso. La edad no tenía nada que ver con lo que ese pibe había hecho. Si era más grande o más chico no tenía importancia: esa jugada no tenía edad.

Un jugador normal, incluso uno muy habilidoso, puede pasarse la vida sin poder hacerla aunque la ensaye una, dos, mil o un millón de veces. Para hacer una jugada así -y como la hizo él: como si fuera la cosa más sencilla del mundo- aquel pibe tenía que ser diferente, muy diferente de los demás. Y yo me di cuenta. Ahí mismo me di cuenta. Por eso puedo decir, sin ponerme colorado y sin temor de que me acusen de agrandado, que yo descubrí a Diego Armando Maradona, un milagro del fútbol. Y también mi milagro personal”,

“Enseguida se hizo famoso entre los vecinos. Venían los jubilados y no se cansaban de aplaudir. Un señor hasta le quiso regalar una bicicleta”. Relató emocionado Francis en su libro Cebollita Maradona.

“Cada vez que voy al Parque Sarmiento y veo esos árboles me emociono. Ese lugar es entrañable para mí”, contaba en entrevistas el Dt.

Diego rápidamente paso a integrar el equipo de la categoría 60, del cual ya tenía algunos integrantes y se estaba preparando para ingresar a los torneos de infantiles.

Es aquí donde este equipo recibe el nombre de Cebollitas, viene de la mano de su entrenador al ver que todos sus jugadores eran chiquititos.

Hasta ese momento los clubes no podían fichar oficialmente jugadores menores de 14 años, es que utilizaron el nombre de Cebollitas para disputar los torneos infantiles y juveniles como por ejemplo para los Torneos Evita, ya que ellos no podían representar oficialmente a Argentinos Jrs.

Maradona comenzó a afianzarse en el equipo, pero su entrenador lo cuidaba mucho porque era el más pequeño.

En plena etapa de su adolescencia los rivales de Diego podían tener de 2 hasta 4 años más y eso entre los 10 y 14 años se notaba mucho a nivel físico. Sin embargo, ‘Pelusa’ se destacaba entre todos y todos quedaban admirados ante su habilidad a tan corta edad.

Diego empezó a ser tan conocido que en ciertas ocasiones el técnico lo inscribía con el apellido Montaña (otro de sus compañeros), para que sus rivales no supieran que estaba disponible.

En 1973 debutaron los Cebollitas en el Torneos Evita con una muy buena actuación en la zona Buenos Aires.

En su último partido de ese año lograron la victoria por 5 a 4 con tres goles de Maradona ante Banda Roja (luego integrantes de las inferiores de River). Sin embargo, meses después tuvieron que viajar a Río Tercero, Córdoba, a disputar la instancia final contra otras provincias y el resultado no fue el esperado. Empataron 2-2 vs. Santiago del Estero y luego quedaron eliminados por penales.

Al año siguiente finalmente lograron obtener tan preciado título.

También estos Cebollitas se consagraron campeones en las infantiles de Argentinos Jrs., no solo en Novena sino también en Octava. Obteniendo un record de 136 partidos invictos, perdiéndolo en la novena fecha ante Ferro.

Con tan solo 16 años, Diego Armando Maradona pasó a integrar el plantel de Primera de AAAJ. Habían pasado sólo seis años desde el inicio de los Cebollitas.


HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER:

 JOSE BARRITA "ALIAS EL ABUELO"

FUENTE: INFOBAE

Cuando en el otoño de 1952 Alejandro Barritta y Antonia Orcelli decidieron tener un hijo, no se imaginaban que estarían forjando el mito más famoso entre los barrabravas argentinos. José, a quien el apellido paterno le caería como anillo al dedo, nació el 5 de enero de 1953 en Spilinga, un pueblo de la región de Catanzaro, en la provincia de Calabria, Italia. A miles de kilómetros de ahí y 28 años después se transformaría en el Abuelo, el hombre que cambió radicalmente el modo en que los barras influirían en nuestro fútbol. El manejo y reventa de las entradas, el peaje a los puestos de comida y bebida, el incipiente merchandising ilegal, el dinero extorsivo disfrazado de “aportes solidarios”, los viajes al exterior, y hasta la creación de una fundación La Doce y violencia, mucha violencia, fue el legado que construyó José Barritta, el Abuelo, aquel que viajó de Spilinga a la Argentina cuando apenas tenía dos años, vivió en La Boca hasta los seis y después se afincó en San Justo, aunque su reino siempre fue la Bombonera.



Claro que antes de ser barra, el Abuelo soñó como todo pibe un futuro dentro del campo de juego. Primero se probó como siete en Almirante Brown pero no quedó. Después fue a Excursionistas, lo pusieron de ocho y le dijeron que tenía un lugar en las inferiores. Tenía 14 años y el sueño de vivir de lo que amaba. Decidió entonces dejar el colegio. Pero el Bajo Belgrano quedaba muy lejos de San Justo. Su padre no lo autorizó. Y si no quería estudiar, tampoco iba a vaguear. Así que lo metió a trabajar en un aserradero en Saladillo y Avenida de los Corrales, donde Mataderos linda con Lugano.

Ahí es dónde conoció a otros hinchas de Boca que formarían su grupo de choque. Ahí entendió que también podía vivir del fútbol, pero desde la tribuna. Con esos amigos y algunos que había hecho en el barrio de La Boca, ingresó en 1975 a la segunda bandeja que da a Casa Amarilla.

En dos años, Barritta logró destacarse y destacar a su grupo por encima de cualquier otro. Siguiendo a Boca a todos lados, lograron el respeto de Enrique el Carnicero Ocampo, líder por entonces, por ser fuerza de choque en cada enfrentamiento que se producía en las inmediaciones del estadio. Así, a comienzos de 1978, la banda del Abuelo pasó a formar parte oficialmente de La Doce y a disfrutar de las prebendas. Podían participar del almuerzo mensual con el plantel de Boca, tener entradas y micros gratis para viajar incluso al exterior cuando tocaba jugar de visitante en la Copa Libertadores. Pero el reparto nunca era igual. Y el Abuelo empezó a juntar grupos de distintas barriadas para generar el cisma.

Fue en 1981, en una tremenda batalla en Rosario previa al partido contra Central del Metropolitano de ese año, que el Abuelo ganó la barra y lo reconfirmó en la semana, primero con la recordada visita al predio de la Candela donde armado junto a 40 barras se presentó al plantel como el nuevo jefe y días más tarde terminó la faena en la Plaza Matheu, cercana al estadio, cuando aplastó lo que quedaba de la banda del Carnicero.

Desde entonces, Barritta montó un imperio y quién se interponía, terminaba mal. Su Doce generó un raid de violencia que provocó en 1983 tres crímenes tremendos: el de Raúl Calixto, hincha de Quilmes, Roberto Basile, de Racing, a quién mataron con una bengala lanzada desde la popular y el de Daniel Taranto, alias Matutito, el tres de la barra de River, que cayó por fuego amigo en una pelea que provocó la propia Doce.

Eran épocas en las que el Abuelo recibía 300 populares por partido y 50 plateas. Entre la reventa de la misma, los porcentajes que les cobraban a los concesionarios por dejarlos trabajar en paz, lo que aportaba el plantel y el financiamiento mediante el estacionamiento en las calles linderas a La Boca, la barra dejaba un buen ingreso. De hecho, el Narigón Herrera y Cabeza de Poronga, dos de su grupo íntimo que también integraban el Chueco Reguero, Chacarita Ambrosino, Querida Quintero, Francis de Maio, Manzanita Santoro y Carlos Zapata, consiguieron comprar dos taxis a los que hacían trabajar los días de semana.

Su poder fue tal que se erigió, además, como el jefe de la barra Argentina en los Mundiales. Comandó la excursión a México con la impunidad de regresar en pleno torneo para liderar la comparsa de la consagración de Boca ante Newell’s en Rosario y volver a tiempo para estar en el crucial partido ante Inglaterra. También fue el mandamás de los violentos en Italia 90. Era el hombre con el que negociaba Bilardo, y también Grondona. Era el que tenía llegada al radicalismo y al peronismo. Era el dueño de la pelota, tanto, que se casó con Sandra Barrios, su novia, en la mismísima sede de Boca.

Muchas son las historias que se cuentan del Abuelo por entonces, reflejadas en el libro La Doce, y todas con conexiones con el poder. Pero ese grado de impunidad fue, al mismo tiempo, lo que provocaría su caída. El primer paso lo llevó insólitamente a crear la Fundación La Doce, para blanquear el dinero conseguido de forma poco lícita. El Gobierno no objetó la ONG que obtuvo su personería el 3 de abril de 1991. Sí, el mismo día en que Boca cumplía 86 años. Cosas del destino. La residencia legal era una casa de Villa Lugano: Araujo 2781. El hogar de Rafael Di Zeo.

Para entonces, La Doce ponía banderas políticas, hacía campañas para el Gobierno, metía a sus integrantes en los Concejos Deliberantes de Capital y Provincia y acumulaba un poder nunca visto en el mundo de los tablones. Esa soberbia más el ingreso de las armas y las drogas como material habitual en la tribuna, generó un ambiente de descontrol que se vivía cada domingo de local y visitante. Robos, enfrentamientos a balazos con otras barras, la violencia en estado puro hizo que el Estado por primera vez quisiera ponerle un límite y en 1993 le cerró la Fundación, que en menos de tres años había recaudado tres millones y medio de dólares. Sí, un negocio impactante.

Pero Barritta no supo leer la realidad. Y La Doce siguió en su espiral demencial de violencia que provocaba que todos los fines de semana hubiese heridos graves. El punto culminante se dio el 30 de abril de 1994. River fue y venció en La Bombonera por 2 a 0 con goles de Crespo y Ortega. A la salida del estadio, La Doce emboscó en el cruce de Ingeniero Huergo y Brasil a varios camiones que llevaban hinchas Millonarios. Y desató una balancera infernal. Tres balazos le dieron de lleno a Angel Delgado, de 25 años, que murió desangrado. En el desbande, cayó herido al asfalto Walter Vallejos, de 19 años, que fue aplastado por otro camión y también falleció en el acto. Serían las dos últimas muertes de La Doce del Abuelo.

Él, junto a toda su primera línea, terminaron presos y tres años más tarde, la Justicia los condenó a penas de hasta 20 años de prisión. Para salvarse de la acusación por asesinato, Barritta declaró en el estrado contra sus antiguos camaradas. Zafó de esa acusación pero igual le dieron 13 años de cárcel, como líder de la asociación ilícita y por extorsión. Fue a Devoto, pero se convirtió en un paria tras su delación. Durante los días de visita, según el registro del penal, el Abuelo sólo recibía a su hija, a su cuñado Francisco y a su hermana Susana. Y deprimido, salía poco de su encierro.

Escuchaba los partidos de Boca por radio y los miraba por TV, preocupándose cada vez que la cámaras enfocaban la segunda bandeja y aparecía la bandera de “Abuelo Traidor”. Según un informe del Servicio Penitenciario Federal, durante su estadía en Devoto el Abuelo se sacó un seis en concepto general, lo que fue calificado como buena conducta. Y tras pasar 1633 días a la sombra y conseguir una rebaja en la pena tras la apelación, el 17 de diciembre de 1998 Barritta salió de prisión.

Su primer fin de año en libertad, lo pasaría en una quinta en San Miguel. Y después se recluyó en la casa familiar de San Justo, sin dar notas ni aparecer en lugares públicos. Su vida se fue apagando lentamente por una neumonía crónica que, dicen, había contraído en prisión. A fines del año 2000 tuvo que ser internado en el sanatorio San Juan de Dios, de Ramos Mejía. Pero ya no habría cura. Dos meses después y sin haber vuelto a pisar jamás la Bombonera, el 19 de febrero de 2001, a los 48 años, falleció. Fue sepultado en el cementerio de esa localidad y su féretro cubierto por una bandera de Boca. Pero ninguno de sus viejos compinches, ni jugadores y dirigentes con los que supo tratar, se hicieron presentes. Apenas un grupo de cuarenta hinchas despidió sus restos al grito de “José, querido, La Doce está contigo”. Era el final de un hombre que había marcado una época. Era el final del más famoso barrabrava de todos los tiempos.


lunes, 22 de abril de 2024

LOS PROTAGONISTAS:

LA HISTORIA DE MARTA SOLER

FUENTE: "PAGINA 12"(AYELEN PUJOL)

Quienes la vieron atajar cuentan que parecía una arquera de ocho manos: parada bajo los tres palos con su short y camiseta negra volaba de punta a punta para sacar pelotazos. Sabía jugar con los dos pies, pero elegía salir poco. Desde el área chica vio un triunfo que quedó en la historia: fue parte de la primera selección argentina que le ganó a Inglaterra en un Mundial. Fue 4 a 1 en el mítico estadio Azteca. "Martita Soler, la arquera cantante”, le decían por entonces. Con 17 años y además de protagonizar una Copa del Mundo, cantaba tangos y boleros en el restaurante Rincón Gaucho que quedaba al lado del hotel donde concentraba el equipo. 




El Día del arquero, que se celebra el 14 de abril, encuentra a Marta Soler de cuarentena junto a dos tías y una amiga, en la Isla del Tigre, donde vive. Para la historia del fútbol es "la arquera invisible": las epopeyas de las futbolistas salen a la luz y empieza a ser una necesidad corregir los manuales del deporte más popular del mundo.

¿Y si existiera su día? En efecto, Lucila Sandoval, una ex arquera de Independiente, San Lorenzo y Boca se dio la tarea de reunir a las Pioneras del Fútbol Argentino. Después de que la Legislatura porteña declarara el 21 de agosto como el Día de las Futbolistas (por aquel triunfo frente a Inglaterra), la idea es lograr que el 22 de abril quede instaurado como el de la Arquera: es la fecha de nacimiento de Soler y reconocería a todas aquellas que la historia invisibilizó. "Son increíbles las nuevas generaciones que nos tienen como próceres", dice Marta.

El 14 de abril es considerado el Día Internacional del Arquero en homenaje al colombiano Miguel Calero, que en 2011 sufrió una trombosis venosa en el brazo izquierdo y tuvo que abandonar el fútbol. Falleció un año después. En Argentina se celebra el 12 de junio, el día del nacimiento de Amadeo Carrizo.

Soler, que en la actualidad juega al tenis con raqueta, rememora sus tiempos con la 1 en la espalda: "Mi estilo era sobrio, no tanto como esos arqueros que son un stopper más. Ojo, yo sabía con la pelota, era súper ágil. Tuve mi escuela con mi papá". Hija única, Soler jugó al fútbol desde niña con Roberto: hacían un uno contra una y eso la obligaba a Marta a volar para atajar los tiros, pero también a defenderse con la pelota en los pies.

Cuando tenía 16 años vio en la TV una convocatoria para mujeres que jugaran al fútbol. Anotó el número y en la semana fue a probarse. El equipo se llamaba Universitario. Después de mantener la valla invicta en la práctica, quedó de titular. Un año después viajaría al Mundial.

-¿Elegiste vestirte toda de negro por algo en especial?

-Yo tenía mis ídolos y uno era Lev Yashin. Era ruso, le decían la Araña Negra.

Marta conserva en su casa recortes de diarios de aquella Copa. Uno rescata el primer partido que jugaron contra México. Aquel día hubo 110 mil espectadores. Argentina perdió 3 a 1. Soler cuenta que el árbitro las bombeó: "Nos anularon goles, cobraba todo para ellas. Fue una cosa de locos".

Aquella Selección fue a esa Copa sin botines, sin camisetas y sin entrenador. En el segundo partido le ganaron a Inglaterra con cuatro goles de Elba Selva y después perdieron 5 a 0 contra Dinamarca y 4 a 0 ante Italia.

Betty García, número 9 de aquel equipo, afirma que Soler fue la mejor arquera que vio en su vida. "Volaba de palo a palo, te daba una seguridad impresionante. Después de Inglaterra jugó lesionada. En un entrenamiento se le clavaron los tapones de los botines en la tierra, giró y se lastimó la rodilla. Pero no quería faltar a los partidos, así que se infiltró. Hizo un esfuerzo enorme".

En aquel Mundial además mostró sus dotes de cantante. Cuando tenía 13 años había participado una temporada en la TV, en "Sábados Circulares", el programa de Pipo Mancera. En Rincón Gaucho, mientras la gente cenaba, entonaba con pasión las estrofas del bolero "Triunfamos", del Trío Los Panchos.

Al volver de México, Mancera la llevó otra vez a su programa. Marta cuenta que le puso un tapado de visón sobre su ropa de arquera y que le ofreció un contrato. Pero ella lo rechazó: "Le dije que quería ser futbolista".

A la vuelta de aquella Copa también fue parte de los almuerzos de Mirtha Legrand. Hace poco le dejó un mensaje a la conductora en su página de Facebook: "Hola Mirta, mi nombre es Marta Soler. Soy la arquera de la selección argentina de fútbol que jugamos el mundial de México 1971. Estuve en su programa en setiembre del ‘71 (al volver del Mundial). Le mando muchos besos". 

Defendió el arco hasta sus 28 años. Después del Mundial de 1971 y junto a algunas compañeras (Betty García y Virginia Cattaneo) pasaron a defender los colores de Racing, conformando un equipo mítico: La Academia. Dijo basta después de un torneo que ganaron en 1978 en la cancha de Excursionistas.

Si bien ahora está alejada del fútbol, junto a sus compañeras del ‘71 viajó el año pasado al Mundial de Francia a ver el partido que la Selección perdió 1 a 0 contra Inglaterra. Ahí se conmovió con la actuación de Vanina Correa: "Me pareció una genia. Sacó todo, estuvo bien ubicada siempre. Me alegra mucho que haya tantas chicas jugando y con tanto empuje para cambiar las cosas".

Si la historia del fútbol hubiera incluido lo hecho por las mujeres, Marta Soler sería hoy la cara de los flyers que circulan por las redes para celebrar el Día de las y los 1: "A nosotras en aquel momento no nos importaba que nos dijeran que fuéramos a lavar los platos -dice-. Porque nosotras jugábamos porque amábamos el deporte. Y eso no nos lo quita nadie".

HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER

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