jueves, 29 de julio de 2021

NOMBRES QUE QUEDARON EN LA HISTORIA

MIGUEL INDURAIN LARRAYA


FUENTE: THEINADIANFACE.COM



MIGUEL INDURÁIN LARRAYA

Miguel Indurain Larraya... ¡Todo un crack del ciclismo! El ex ciclista español se coronó ganador del Tour de Francia desde 1991 hasta 1995 consecutivamente, y en dos ocasiones vencedor del Giro de Italia en el 92’ y en el 93’. ¡Pero Miguel Indurain no se detuvo allí! Alcanzó el récord de la hora en el 94’ (por dos semanas), se consagró campeón del mundo en la categoría contrarreloj un año más tarde, y luego surgió como campeón olímpico contrarreloj en el 96’.

De allí en adelante su carrera continuó con grandísimos éxitos destacando y venciendo en múltiples vueltas por etapas de una semana y las clásicas de un día, pero destacó especialmente en las etapas a contrarreloj que le otorgó sus victorias. Ganó varias vueltas como la Volta a Cataluña en 1988, 1991 y 1992; la París-Niza en 1989 y 1990; la Clásica de San Sebastián en 1990; el Campeonato de España en Ruta en 1992; y la Dauphiné Libéré en 1995 y 1996.

Es considerado como uno de los mejores ciclistas de la historia junto a Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Fausto Coppi y Bernard Hinault; y el octavo mejor del Tour de Francia según un panel del propio Tour. Fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, entre otros premios en reconocimiento a su carrera deportiva.

Además, es uno de los más destacados escaladores en el mundo del ciclismo. ¡Todo un deportista nato y una leyenda del ciclismo!

miércoles, 28 de julio de 2021

EL INMORTAL

LA HISTORIA DE ROGER MILLA


FUENTE:KODROMAGAZINE



Roger Milla fue leyenda de Camerún y del fútbol internacional, con imborrables goles y míticos bailes a ritmo de Makossa (música popular en las zonas urbanas de Camerún) en el banderín de córner.

Participación en 3 Copas del Mundo (1982, 1990 y 1994) y 5 ligas de distintos puntos del planeta, 2 Balones de Oro Africanos (1976 y 1990), reconocido como uno de los 125 mejores futbolistas vivos por Pelé, mejor jugador africano de los últimos 50 años según la Confederación Africana de Fútbol, y considerado por los aficionados al fútbol como el inmortal abuelo de los Mundiales.

Una leyenda africana que reescribió los libros de historia del Mundial de Fútbol en dos ediciones consecutivas: en Italia 1990 se convirtió en el goleador más veterano del certamen y, en EEUU 1994 cuatro años después, batió su propio récord cuando ya había cumplido los 42.

El hecho de que Roger Milla se convirtiera en el primer y, hasta la fecha, único futbolista mayor de 38 años en ver portería en una Copa Mundial fue algo asombroso, como lo fue la heroicidad de clasificar a Camerún para los cuartos de final de 1990. Pero lo realmente increíble fue que regresara cuatro años después, con 42 años y 39 días, y estableciera un récord mundialista para la posteridad. “Más vale tarde que nunca”, sería la mejor manera de definir la carrera del gran Roger Milla.


Albert Roger Miller (cambió el apellido posteriormente) nació en Yaoundé, la capital de Camerún, un lejano 20 de mayo de 1952. Por aquel entonces su formación futbolística se basaba en el fútbol callejero, y su paso por diversas escuelas de fútbol de la ciudad. Pero todo cambió cuando su padre encontró un mejor trabajo y la familia se mudó a Douala en 1970. Roger con recién cumplidos 14 años se inscribió en las pruebas de acceso a las categorías inferiores del Eclair Football Fille de Sa’a de Douala, y las superó con total éxito.


Tras acabar su formación en categorías inferiores, dio el salto a categoría senior con el Léopard Sportif de Douala de la Cameroon Première Division, a principios de la década de los años 70. Con el Léopard Sportif viviría en 1972 la inauguración del Stade de la Réunification, y que tras su renovación en 2018 puede albergar a 30.000 espectadores.


En este conjunto Roger se proclamaría campeón de las 2 únicas ligas ganadas durante la historia de este club, concretamente la de 1972 y 1973, además de disputar por primera vez la Champions de África. Allí su estrella empezó a brillar tras 116 partidos y 89 goles marcados en 4 años (1970-1973), y ofreciéndole la oportunidad de debutar con la selección de Camerún a sus 21 años en un partido disputado en 1973 ante Zaire clasificatorio para el Mundial de 1974.


Para la temporada 1973-1974 su nuevo destino sería el Tonnerre Kalara Club de Yaoundé, club donde también jugó posteriormente otro histórico del fútbol africano, el liberiano George Weah. En su primera temporada con su nuevo equipo ganó su primer trofeo continental, la Recopa de África. Sus hazañas en el Ahmadou Ahidjo Stadium le valieron el Balón de Oro Africano de 1976, y su posterior salto a Europa. Atrás quedaron 87 partidos y 74 goles.


De 1977 a 1989 se instaló en Francia, alternando temporadas en Ligue 1 y Ligue 2 con diversos clubes como el Valenciennes Football Club, el Association Sportive de Monaco Football Club, el Sporting Club Bastiais, el Association Sportive de Saint-Étienne y el Montpellier Hérault Sport Club. En 1980 y 1981 ganó la Copa de Francia con conjuntos distintos: Mónaco (con muy poca presencia en el once inicial) y Bastia respectivamente, y ayudó al AS Saint-Étienne y Montpellier a ascender a la Ligue 1 en 1987.

 

Su difícil adaptación al ritmo de juego europeo se transformó en bajo rendimiento y pesadilla en sus dos primeros años al norte de Francia con el Valenciennes, pero sus posteriores aventuras en el Mónaco y Bastia demostraron que los peores pronósticos sobre su carrera europea se iban quedando por el camino. Al menos, con estos dos últimos, consiguió estrenar su palmarés europeo en 1980 y 1981 con dos Copas de Francia. Y mientras su talento por fin dejaba constancia en tierras galas, Roger Milla iniciaba su leyenda con los leones indomables logrando una histórica clasificación para el Mundial de España de 1982. La primera vez que Camerún llegaba a una fase final de un Mundial.


Entre 1984 y 1989 llegaría su paso por el AS Saint-Étienne en Ligue 2 (dos años tras la marcha de Michel Platini a la Juventus), y el Montpellier HSC (empezando también en Ligue 2 para posteriormente ascender), donde coincidiría con jugadores como el “Pibe” Valderrama, Eric Cantona o Laurent Blanc. A pesar de sus notables actuaciones, su fama internacional y un olfato goleador innegable los grandes clubes europeos lo miraban con recelo, y es que Roger era un supuesto amante de la fiesta (sana, le encantaba salir a bailar), antes y después de los partidos, algo que desquició a la mayoría de sus entrenadores, y que le privó de dar el salto a un club grande. Sus constantes viajes a Camerún fueron otro de los grandes problemas durante su periplo francés. “La gente me juzgaba por lo que oían o leían en la prensa y los grandes clubes no tenían ninguna fe en mí”, señalaría Milla.


En 1984 no solamente iría convocado con la Selección Olímpica de Camerún en Los Ángeles, sino que se proclamaría campeón por primera vez de la Copa África, mientras que en 1986 se convertiría en el máximo goleador de esta competición continental. En 1988, con él otra vez como estrella, Camerún lograba su segundo título de Copa África al derrotar en la final a Nigeria por uno a cero en Casablanca.

 

La temporada 1989-1990 decidió poner fin a su carrera fichando por el Jeunesse Sportive Saint-Pierroise de la Réunion Premier League, un conjunto con gran tradición para acoger a grandes superestrellas en el ocaso de su carrera, como por ejemplo Djibril Cissé o Jean-Pierre Papin. Tampoco hay que olvidar que este modestísimo campeonato totalmente independiente del sistema de ligas francés (aunque la Federación Francesa lo supervisa) ha dado jugadores como Jean-Pierre Bade, Guillaume Hoarau, Florent Sinama Pongolle, Dimitri Payet y Jean-Pascal Fontaine.

 

Y cuando ya parecía que el fútbol de élite le había dado la espalda definitivamente a Roger Milla, una llamada inesperada del propio presidente de Camerún, hizo que Roger se replanteara y aceptara volver a liderar los leones indomables. Para prepararse para la cita mundialista de Italia 90 abandonó la Réunion Premier League, y fichó por el Sporting Toulon Var, donde jugaba un joven Jacques Songo’o.

 

Con 38 años, Milla completó una selección de gran nivel junto a Thomas N’Kono, Cyrille Makanaky y François Omam-Biyik, entre otros. Camerún inició la cita mundialista de Italia 90 sorprendiendo a la Argentina de Maradona. Milla se estrenó en el siguiente encuentro con un doblete para destrozar a la Rumanía de Hagi. Camerún ya estaba en octavos.


En el estadio San Paolo de Nápoles llegó el gran momento en la carrera de Milla, cuando Camerún y Colombia midieron sus fuerzas en un choque que fue a la prórroga, y que el de Yaoundé rompió con otros dos goles. En el primero fusiló a Higuita tras sentar a Perea y Escobar, y el segundo castigó una frivolidad del meta colombiano que quedó para la historia. “Higuita quiso regatearme. A Milla no le regatea nadie”, explicaba más tarde el camerunés entre risas.


El histórico papel del combinado africano se vio frenado por la Inglaterra de los Gascoigne, Shilton, Platt y Lineker. Un partido para el recuerdo en el que los ingleses tuvieron que empatar en el último suspiro, de penalti, y que decidieron en la prórroga. Camerún era respetada a nivel internacional, y la imagen de Milla celebrando sus goles con un baile en el banderín de córner quedó para la historia. En 1990 levantaría su segundo Balón de Oro africano.


Con esta segunda juventud, Roger Milla aceptó prolongar su carrera, y para la temporada 1990-1991 volvió al Tonnerre donde se mantuvo hasta 1994, disputando 116 partidos y marcando 89 goles. Por aquel enotnces él no lo sabía, pero aún tenía mucho que dar a su país, y regresó sorprendentemente a la convocatoria de la selección absoluta de Camerún para afrontar el Mundial de 1994.


Fue realmente increíble que regresara cuatro años después, con 42 años y 39 días, y estableciera un récord mundialista para la posteridad. Milla lo consiguió en el primer minuto de la reanudación, tras sustituir a un compañero en el descanso, y en un partido en el que los suyos cayeron 6-1 ante Rusia. En aquel choque, su rival Oleg Salenko también estableció otro récord mundialista: se convirtió en el único jugador en la historia del torneo en anotar cinco goles en un mismo encuentro. Además por el mero hecho de saltar al terreno de juego, Milla se había convertido ya en el primer futbolista africano en participar en tres Mundiales, así como en el más veterano de todas las selecciones y continentes en participar en una fase final de la prueba reina con 42 años. Curiosamente jugó con compañeros y se enfrentó a rivales que ni siquiera habían nacido cuando, 21 años y medio antes, anotó su primer gol internacional en un clasificatorio mundialista contra Zaire. Todos quedaron maravillados con su clásico baile en el banderín de córner.


“Los cameruneses me presionaron para que jugara en 1994, porque creían que yo era el único capaz de marcar goles. No tenían fe en ningún otro futbolista. En aquella época estaba en el Tonnerre Yaoundé, un club camerunés, así que estaba listo y en forma. ¿Que si tenía confianza? Por supuesto. Siempre me cuidé físicamente. Nunca hice nada que pudiera perjudicar mi condición física. No llevaba una vida de excesos, llevaba más bien una vida muy sana. Como mucho, me bebía medio vaso de vino de vez en cuando. Convertirme en el goleador más veterano de los Mundiales fue un honor, pero tampoco es algo muy importante para mí. Aquel tanto sigue siendo un grato recuerdo, pero, como se suele decir, los récords están para batirse. ¿Y si lo consiguiera otro jugador camerunés?”.


La leyenda de Camerún colgó finalmente sus botas con la selección el diciembre de 1994, y su última aparición fue en un amistoso contra Sudáfrica. Nada más y nada menos que 77 partidos y 43 goles con la selección absoluta camerunesa.


En 1994 y con 43 años fichó primero por el Pelita Jaya FC (actual Madura United FC) al que ayudó a conseguir los mejores resultados de su historia, y un año después por el Putra Samarinda de Indonesia. Lejos de lo que pudiera parecer Roger no fue precisamente a pasearse por la PT Liga Indonesia Baru, sino que marcó 41 goles en 35 partidos, siendo aún hoy en día un auténtico récord.


Aún con fuerzas llegó en 1996 para jugar algunos partidos en su tercera etapa en el Tonnerre de Yaoundé, y lo que parecía ya un retiro tranquilo, en 1997 cambió tras recibir una oferta de cesión para disputar 5 partidos con el Atlanta Silverbacks de la A-League, un campeonato de fútbol de Estados Unidos y Canadá, que funcionó como la segunda categoría del sistema de ligas de los Estados Unidos desde 1995 hasta 2004, cuando se reconvirtió en la USL First Division.


Roger pasó por Estados Unidos con más pena que gloria, en lo que fue más una estrategia de marketing que no una oportunidad deportiva. Para el inicio de la 1997-1998 volvió a Camerún con el Tonnerre, en el que se retiró la 1998-1999 tras cumplir 50 años. Sí, esta vez se retiró definitivamente.



 


lunes, 26 de julio de 2021

HISTORIAS PARA RECORDAR

CUANDO FRANCIA JUGO CON LA CASACA DE KIMBERLEY 


FUENTE:KODROMAGAZINE


Francia no ha sido la única selección en verse obligada a vestir la camiseta de un club de fútbol de otro país en un partido de la Copa del Mundo. Rebuscando en la historia encontramos hasta tres casos más donde se ha dado esta curiosa y surrealista situación, impensable en la actualidad.

 


Los precedentes de esta surrealista situación

Durante el Mundial de 1934 celebrado en Italia, Austria y Alemania jugaban sus partidos con camisetas blancas. Antes de la eliminatoria por el tercer puesto en Nápoles, Austria perdió el sorteo y tuvo que cambiar de camiseta. Pero, al igual que Francia en 1978, no habían traído su segunda equipación. Así que se optaron por vestir las camisetas azul claro del Nápoles, aunque conservaron los pantalones y las medias negras. El “Wunderteam” austriaco vestido del Napoli recibió un gol a los 24 segundos de juego y acabó perdiendo en una fatídica tarde de fútbol por 3-2.

 Una situación similar se produjo en el Mundial de 1950 en Brasil. México y Suiza habían sido eliminados antes de enfrentarse en su último partido de la fase de grupos, que se celebró en Porto Alegre. Aunque hubiera existido la televisión en color, las camisetas burdeos de México habrían chocado con el rojo de Suiza. Vistiendo el azul y blanco del Cruzeiro de Porto Alegre, México perdió 2-1.

En la Copa del Mundo de 1958 en el primer partido de Argentina en una fase final en 24 años tuvo lugar en Malmö, y de nuevo fue un club local el que colaboró para ayudar con los uniformes. El IFK Malmö cedió su camiseta a Argentina, que se adelantó en el marcador antes de perder por 3-1 ante la vigente campeona, Alemania Occidental.

 

Francia y CA Kimberley, el último caso

Francia y Hungría disputaron un partido sin nada en juego, ya que ambas ya se encontraban matemáticamente eliminadas de la Copa del Mundo de 1978, y los franceses lo hicieron con las camisetas del Club Atlético Kimberley de Mar del Plata, conjunto local. En aquel lejano 1978, gran parte del mundo todavía veía la televisión en blanco y negro, por lo que, siempre que fuera posible, los partidos de fútbol televisados debían disputarse con uniformes bien diferenciados. En este sentido, en febrero de 1978, la FIFA escribió a las federaciones francesa y húngara para informarles de que Hungría debía jugar el partido de la Copa Mundial contra Francia con su camiseta roja de local, y que Francia debía llevar su camiseta blanca de visitante.

Sin embargo, a finales de abril o principios de mayo, la FIFA cambió de opinión y decidió que Francia llevara su camiseta azul de local y Hungría su camiseta blanca de visitante. Por desgracia, Henri Patrelle, funcionario de la FFF, solamente echó un vistazo a este comunicado, lo tiró a la basura y se olvidó de él…

Nadie adivinó nada hasta que los franceses saltaron al campo para calentar, con chándal azul sobre sus camisetas blancas. Sus rivales ya estaban en el campo. Henri Michel se dio cuenta de que había algo sospechosamente blanco bajo el chándal rojo de los húngaros.

“¿Camiseta blanca?” preguntó Michel a Peter Torocsik.

“Camiseta blanca”, fue la respuesta.

Se preguntó a los oficiales franceses dónde estaban sus camisas azules. La respuesta fue ¡que estaban a 400 km de distancia, en Buenos Aires!

Rápidamente, se envió a un par de voluntarios de la Copa del Mundo en un coche para preguntar al club de fútbol local, el Club Atlético Kimberley, si tenía un juego de camisetas para prestar a los franceses. Afortunadamente, el Kimberley jugaba a rayas verdes y blancas y aceptó.

 Lo curioso del caso es que las camisetas del Kimberley no tenían números, y solo disponían de 14 unidades para los jugadores de campo. A Kimberley no le importó que los franceses plancharan los números en sus camisetas, pero se opusieron a que la numeración fuera discontinua. Las camisetas tendrían que estar numeradas del 2 al 11 y del 13 al 16 (en Argentina el 12 era para el portero suplente).

Así que, después de que el saque inicial se detuviera durante 40 minutos para planchar los números, los equipos salieron finalmente al campo. Los pantalones azules oficiales de los franceses tenían números, así que hubo hasta cinco jugadores que jugaron con un número distinto en la camiseta y otro en el pantalón. Los jugadores franceses no se dejaron amedrentar por estos tejemanejes y ganaron 3-1.

domingo, 25 de julio de 2021

LOS QUE MUY POCOS RECUERDAN

CUANDO ROMARIO JUGO EN AUSTRALIA:


FUENTE: KODROMAGAZINE.COM


En 2006 Romário, con 40 años recién cumplidos, llegó a la liga australiana tras pactar 250.000 dólares por jugar con el Adelaide United Football Club cuatro partidos oficiales y dos amistosos. “Me gustaría agradecer la oportunidad de volver a Australia. Ya estuve allí unas dos veces y sé que es un bello país, famoso por las playas, por los canguros, los vinos y por las mujeres bonitas”, declaró el campeón del mundo en una teleconferencia previa a su firma. “O baixinho” recientemente había puesto fin a una corta trayectoria futbolística en los Estados Unidos en la que marcó 19 goles con el Miami FC de la NASL.



“El fútbol de Australia ha mejorado mucho y prueba de ello es el resultado de la selección nacional en la última Copa del Mundo (fue eliminada en octavos de final con un penalti dudoso a favor de Italia, a la postre el campeón). El Adelaide United es uno de los clubes más importantes clubes de Australia. Hizo una buena campaña en la última temporada y tiene dos jugadores en la selección nacional. Ustedes pueden esperar de mí un Romário bastante dedicado. Daré lo mejor para llevar el equipo a las eliminatorias y espero hacer lo que siempre hice en mi carrera: goles”, añadió el astro brasileño, justificando su fichaje.

 

“En uno de los partidos, creo que contra la selección de Nueva Zelanda, Romário estaba jugando como un culo roto”, así de claro fue el exentrenador del Adelaide United John Kosmina en su libro “A Decade United” publicado por The New Daily. El entrenador no se anduvo con rodeos y criticó el fichaje del entonces jugador de 40 años, que únicamente jugó cuatro partidos de la Hyundai A-League australiana y marcó un gol en 2006.


Kosmina también criticó a la jerarquía del club en aquella época, afirmando que el presidente Darío Fontanarosa, el miembro de la junta directiva Mel Patzwald y Michael Petrillo -el actual director general- eran forofos ciegos de Romário.


“No podía moverse, así que lo saqué al campo a falta de media hora para acabar el partido y, cuando salió, se cagó y salió directamente del campo, cogió su bolsa y se fue. Ni siquiera se duchó. Después de eso, tuve que ir a una reunión con Darío Fontanarosa. También estaban allí Michael Petrillo y Mel Patzwald. Me dijeron que habían invertido demasiado en Romário y que tenía que jugar. Les dije que no me importaba que tuviera cagadas, sino que estaba matando al equipo. Recuerdo que Darío dijo: ‘No nos importan los tres puntos, necesitamos que juegue’, y yo le miré y dije: ‘¿Estás bromeando? Todos eran buenos tipos, pero con Romário esos tipos eran como tres “groupies”. Me avergonzaba la forma en que se emocionaban con él; era casi triste y despreciable”.


El único gol de Romário con la camiseta del Adelaide United no fue suficiente para que el desilusionado Kosmina lo elogiara, pues también afirmó que el fichaje del brasileño les costó el título de esa temporada, que ganó el Melbourne Victory. “Romário marcó su gol, aunque Jason Spagnuolo hizo la mayor parte del trabajo y básicamente la metió en la red por él, pero fiel a su estilo, Romário metió la punta del pie para desviar el balón y empujarlo sobre la línea y logró su ambición de marcar en Australia”, escribió Kosmina.


“No quería que terminara el partido, aunque estábamos en una posición cómoda, y él lo sabía cuando lo saqué. Le dije que era bueno que tuviera 10 minutos en la banda en los que pudiera pararse y saludar al público él solo, sin el resto de sus compañeros. Antes de que apareciera Romário, estábamos jugando lo suficientemente bien como para haber seguido adelante y probablemente haber ganado la competición”.

viernes, 23 de julio de 2021

POCOS LO RECUERDAN

CUANDO CANIGGIA ESTUVO CERCA DE FICHAR PARA LA JUVENTUS


FUENTE: KODROMAGAZINE.COM

Claudio Paul Caniggia estuvo muy cerca de fichar por la Juventus, tanto que incluso llegó a vestirse con sus colores para un reportaje para la revista El Gráfico, un documento gráfico para la posterioridad. Formado en las categorías inferiores de River Plate, “El Cani” no tuvo demasiado protagonismo en el equipo de Vieira que ganó el torneo liguero de 1985-86, la Copa Libertadores y la Intercontinental de 1986. Con la llegada de Carlos Timoteo Griguol fue titular y sumó minutos, hasta que a mediados de 1987, comenzó a ser tentado por algunos equipos italianos, entre ellos la Vecchia Signora.




 Tras su aparición en El Gráfico vestido con la indumentaria de la Juventus, la reacción de los directivos de la Juventus fue entrar en cólera y abortaron las negociaciones sin avisar al delantero, al sentirse totalmente traicionados. Caniggia totalmente decepcionado y con la ilusión firme de entrar a formar parte de la mejor liga del mundo por aquel entonces, firmó a la vez con la Roma y al Verona, hecho que desembocó en una batalla legal que terminó en 1988 llevándolo junto a Pedro Troglio al Verona. Algunos años más tarde, jugaría en la Roma, pero en la Juventus jamás.

 

martes, 20 de julio de 2021

EL FUTBOLISTA QUE FUE LEYENDA

 "EL CHARRO" MORENO 

Cuando la AFA otorgó a Maradona el título del mejor futbolista argentino de todos los tiemposel Pibe de Oro, sintió por supuesto una fascinación y un orgullo pero también una vergüenza de dejar atrás nombres como [el charro] Moreno, Di Stéfano, Pedernera, Kempes, Bochini. Haciendo referencia a la injusta del reconocimiento, Maradona nos invitaba a retomar aquellas figuras abandonadas.




Uno de los nombres que resalta en este sentido es el de José Manuel El Charro Moreno, en su momento reconocido por quienes lo vieron jugar como el mejor jugador de la historia. Por encima de figuras como Di Stéfano y el propio Pelé y mencionado también como el quinto mejor futbolista sudamericano del siglo XX. A propósito de los 101 años de su nacimiento, recordamos al ídolo de los Millonarios.


El Charro Moreno fue y será una figura mítica en la historia del futbol argentino. Sus récords, anécdotas y leyendas dentro y fuera de la cancha le han construido como uno de los personajes más exuberantes dentro del relato del balompié de la Argentina.

Sus impresionantes habilidades con el balón, su idea del futbol total que antecedió a la de Di Stéfano pero también, su pasión por el tango, el vino y la fiesta nocturna le posicionan no sólo como héroe futbolero, sino también como insigne bohemio.

Lo cierto es que la carrera de Moreno está llena de impresionantes hazañas futbolísticas. El Charro iniciaría su camino a la gloria en medio de azares del destino. Su primer intento por jugar futbol lo realizó en su equipo preferido, Boca Juniors, pero la escuadra de la pequeña localidad donde nació lo rechazó en las pruebas de ingreso.

Deseoso de venganza, Moreno se probaría con el antagónico rival, el River Plate. En donde no sólo sería aceptado, sino que construiría una de las carreras más exitosas en la historia del futbol argentino. Anotó un total de 170 goles y conquistando nueve títulos oficiales: Por cuestiones de la vida me tocó jugar y triunfar en la otra vereda, diría luego a propósito de su ambivalente destino.


Moreno debutó con el primer equipo de River en 1934. Con la institución de los Millonarios, el poeta de la zurda como también se le conocía, ganaría prácticamente todo: cinco campeonatos argentinos (1936, 1937, 1941, 1942 y 1947) y cuatro copas internacionales a través de la Copa Aldao (1936, 1937, 1941 y 1947).

“Lo que lo llevarían a consolidarse como uno de los héroes míticos en la historia del club, formando parte de aquel equipo bautizado como La máquina” por el periodista Lorenzo Borocotó. En este conjunto ideal, Moreno compartió titulares con futbolistas de la talla de Juan Carlos Muñoz, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y Félix Loustau.

Con su Selección Nacional, Moreno también destacó a partir de impresionantes logros. A pesar de no haber participado en los Mundiales por cuestiones políticas -la Segunda Guerra Mundial y la decisión de los argentinos por no participar en la Copa del Mundo de 1950.

El Charro pudo conquistar a lo largo de sus 14 años como seleccionado, en tres ocasiones el título del Campeonato Sudamericano (1941, 1945 y 1947), símil de la actual Copa América. Con la playera albiceleste, Moreno ostenta el récord de mayores anotaciones (5) en este torneo, título que comparte con Juan Marvezzi, Héctor Scarone y Evaristo.


Sus habilidades le llevarían a trascender las barreras nacionales. En 1946, Moreno llegó a un incipiente futbol profesional mexicano en donde conquistaría el título de liga con el extinto Club España. Sería este paso por tierras mexicas que le valdrían su más famoso apodo como El Charro. Su odisea no se limitaría al balompié azteca.

En 1949, llegaría al futbol chileno en donde fue parte del primer título local en la historia de la Universidad Católica. Los azares del destino le harían regresar a la Argentina, pero jugando para el acérrimo rival del equipo que le dio sus máximas glorias. Con los xeneizes, sin embargo, nunca estuvo en su óptimo nivel. Moreno fue a dar luego al balompié colombiano, resultando campeón con el Independiente de Medellín en 1955 como jugador y en 1957 como director técnico, año en que el futbolista argentino vería la actividad profesional pateando el balón por última vez.


Quienes le vieron jugar, aseguraban que su juego anticipó al del futbolista total, título que sería luego acaparado por Alfredo Di Stefano, con quien tuvo la oportunidad de jugar en su última temporada con los Millonarios en 1947. La capacidad de Moreno por generar un juego desde el área contraria, ir conduciendo el balón a través de paredes y abrir a la defensa, le hacen reconocerse también como uno de los inventores del futbol en su sentido actual. Sus 243 goles como futbolista profesional le merecen el título de poeta del futbol. La fama de Moreno, sin embargo, se debe también a su reconocimiento fuera de las canchas.

Su pasión por el tango, del cual decía, era “el mejor entrenamiento puesto que en él llevas el ritmo, lo cambias en un instante, manejas todos los perfiles y hacès trabajo de cintura y piernas” así como su amor por la bebida y la fiesta nocturna le han reconocido también como una suerte de poeta bohemio del futbol argentino. Cuenta la leyenda, que para batir los récords y jugar de la manera impresionante en que sólo Moreno podía hacerlo, se necesitaba de un caldo de gallina y una botella de vino antes de iniciar los encuentros.


En una ocasión, los directivos de River, enojados ante la indisciplina del futbolista le obligaron a la obediencia, que sin embargo, causó su derrumbe en la cancha: “Decidí portarme bien. Nada de trasnochar y sólo leche para beber durante una semana. El domingo jugamos con Independiente en el “Monumental” y a los 10 minutos no podía respirar. No estaba acostumbrado a ese régimen de vida y jugué mal.

Reconocido por su bigote y por su pelo excesivamente engominado, Moreno es también ese héroe bohemio de antaño. Despreocupado pero cumplidor, bohemio pero talentoso, El Charro es es así reflejo de aquella figura ideal del dandy de los cuarentas que ahora nos es difícil de comprender.


Podríamos decir que el tiempo, en la medida en que es injusto y no perdona, lo ha sido con El Charro. Su muerte ocurriría en 1978, apenas dos meses después del primer campeonato mundial argentino. Sus logros, ocurridos en la década de los 40, ocurrirán también de manera muy temprana para que llegara el reconocimiento. A pesar de sus impresionantes logros, su excéntrica personalidad y sus capacidades futbolísticas, el reconocimiento de Moreno ha perecido junto con aquellas generaciones que vivieron sus mejores momentos.

Lo cierto es que el sitio del Charro, dentro de la historia del futbol tanto argentino como mundial es tan importante como el de otros nombres entre los que se incluyen Pelé, Di Stéfano y el propio Maradona. Por ello, el jugador reconocido como el vigésimo quinto mejor futbolista del siglo XX, merece más que un reconocimiento o un regreso a la memoria, la invocación de una leyenda.


Por Eduardo Yescas


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