martes, 9 de abril de 2019

LA MALDICION LOS PERSIGUE

EL EQUIPO MAYO GAELICO QUE  NUNCA GANO


La mala fortuna de este equipo de fútbol irlandés es tan extraordinaria, que la historia de "la maldición de Mayo" es conocida por casi todos los fanáticos. Es el hechizo más famoso de Irlanda.


Todo comenzó en 1951. El equipo volvía a Mayo, condado ubicado en la costa oeste de Irlanda, después de vencer al prestigioso club Meath en Dublín.


En aquella época, los campeones viajaban con menos pompa que ahora. El viaje previo a la noche de celebración lo hicieron en la parte trasera de un camión.




En un pueblo llamado Foxford, según cuenta la leyenda, pasaron de largo junto a un funeral sin mostrar el debido respeto. La maldición fue entonces lanzada: Mayo no ganaría una final hasta que murieran todos los miembros de aquel equipo.


Solo dos miembros de aquel conjunto, Dr. Padraig Carney y Paddy Prendergast, continúan vivos.

La angustia de ser segundos

En 1989 el club jugó su primera final desde 1951. Se enfrentaban al equipo de Cork.


Después de la primera mitad, anotaron un gol y la victoria parecía inminente. Al entusiasmo siguió la decepción.


Greg Maher, estrella del futbol gaélico de Mayo y miembro de ese equipo, murió el jueves.


¿Qué es el fútbol gaélico?

  • Es el deporte más popular de Irlanda, por encima del rugby o el fútbol.
  • Juegan dos equipos, cada uno con 15 integrantes.
  • Se anota un punto cuando el balón es pateado o golpeado con el puño y pasa por encima del travesaño de la portería en forma de H.
  • Se suman tres puntos cuando el gol es anotado por debajo del travesaño.
  • El terreno de juego es un poco más grande que los campos de fútbol y de rugby.
  • A diferencia del rugby, en el futbol gaélico no existe el try o ensayo.


Mayo no cree en hechizos


Irónicamente, ningún otro condado alberga tanta pasión por este deporte.

Mientras tanto, en cada pueblo y villa del condado abundan festones rojos y verdes, los colores del equipo.


El club Mayo ha discutido el título ocho veces en 27 años. 


Francie Maloney, quien tenía 17 años cuando asistió a la final de 1951, explica cómo la actitud de los seguidores del equipo varía antes y después de la celebración de cada final.

Maloney nunca se ha perdido un partido importante de su equipo en el Croke Park de Dublín, hogar de los juegos gaélicos.

"Cada vez que pierden, la gente piensa que la maldición realmente existe", según cuenta.

"En cambio -asegura-, nadie quiere creer en el embrujo antes de jugar la final."

FUENTE: BBC DEL 17 DE SEPTIEMBRE DEL 2016

En un país tan supersticioso como Irlanda, las maldiciones son uno de esos elementos en los que el pueblo cree, y si además está vinculado al deporte, más aún. Hablamos de Eire y de su fútbol gaélico, una maldición que sigue vigente 65 años después.



Toda la historia se centra en un pequeño condado de la isla verde, el condado de Mayo. No tiene más de 130.000 habitantes y está situado al norte de Galway, en la provincia de Connacht. Llevan medio siglo luchando por ganar el trofeo más prestigioso de fútbol gaélico, el que te nombra campeón de toda Irlanda (All-Ireland Senior Football Championship, llamado de esta manera porque compite toda la isla, incluidos los condados de Irlanda del Norte).





Desde 1951 llevan 7 finales perdidas, la primera en 1989 contra Cork, más tarde, en 1996 contra Meath, donde a falta de 18 minutos para el final del partido, Mayo ganaba por una ventaja de 6 puntos. Pero Meath consiguió empatar en el último minuto. Replay y derrota, de nuevo en Croke Park y por 13 a 10.






Posteriormente perdería las finales de 1997, 2004 y 2006, contra el condado de Kerry, el equipo que más veces se ha laureado campeón de All-Ireland con 37 títulos. En 2012 y contra Donegal, volvía a perder otra final (2)11 – (0)13. Dublin esperaba en la final de 2013 y el resultado fue el mismo, derrota  (2)12 – (1)14.





Repasados estos datos, sólo quedan dos preguntas por hacerse ¿Qué maldición persigue al Condado de Mayo? ¿Qué les impide ganar la final del All-Ireland Championship?





Para encontrar una respuesta a estas preguntas hay que remontarse a 1951, exactamente al año que ganó su último título. Dice la historia que después de la victoria contra Meath en Croke Park y proclamarse campeones por segundo año consecutivo, el equipo salió a celebrarlo y festejaron la victoria por todo lo alto, recorriendo el condado en un bus lleno de trompetas y banderas. Pasaron por todas las ciudades y pueblos del Condado y llegaron a Foxford, un pequeño, donde sucedió un episodio desafortunado. Los festejos de los campeones interrumpieron el cortejo fúnebre de un funeral que se estaba celebrando en ese momento en la pequeña localidad. El sacerdote que oficiaba dicho funeral no se tomó muy bien esa interrupción y  maldijo al equipo de Mayo: “Mientras alguno de vosotros viva, no ganaréis nunca”.





En 2012, y en vistas de la final contra Donegal, uno de los cinco supervivientes del equipo de 1951, Mick Mouldering, declaró que no se interrumpió ningún funeral en Foxford. El sacerdote, Padraic Costello, realizó una serie de investigaciones y dictaminó que no hay ninguna prueba de la interrupción del cortejo fúnebre. El sacerdote va más allá, declaró que en los días sucesivos a la victoria de 1951 no hubo ningún funeral en Foxford. Pero estamos en Irlanda, y la maldición está ya en la mente de cada uno de los habitantes del Condado de Mayo. Quizás por superstición o quizás por romanticismo, nunca ha sido desmentida esta maldición, y la gente sigue creyendo en ello.




La creencia en esta maldición llegó al punto que ese mismo año, antes de la final de 2012, el Taoiseach o primer ministro irlandés, Enda Kenny, nacido en Castlebar, en el Condado de Mayo, visitó el Vaticano. Cuentan que el mismo Kenny le comentó al entonces Santo Padre Benedicto XVI esta historia del funeral interrumpido en 1951 para pedirle su intercesión. Ni el Papa pudo hacer nada, pues ya sabemos el resultado de esa final.




Todas las historias de este tipo cuentan con anécdotas internas que las convierten en algo todavía más romántico. En este caso el punto anecdótico lo puso uno de los jugadores de 1951 que murió en enero de 2016, Peter Quinlan. El bueno de Peter, jugaba con otro apellido, por lo que era difícil de identificar ya que su nombre verdadero era Peter Quinn. ¿De qué se escondía Peter Quinn? Resulta que era sacerdote, e incluso llegó a ser misionero en Filipinas. Pero de joven tenía una pasión, el football. Sin embargo los sacerdotes no podían jugar, dado que en el Gaelic Football diversas acciones relevantes del juego se resolvían a puñetazos, y claro está, no era algo normal ver a un religioso liarse a golpes. Por esta razón el Padre Peter debía jugar con un apellido falso. Una anécdota maravillosa que sólo podía suceder en Irlanda..




A día de hoy solo quedan dos jugadores de aquel equipo de Mayo de 1951, Paddy Prendergast y Paradigm Carney. 



FUENTE: WANDEREERSFUTBOL (AL 32 DE ENERO DEL 2017) 

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