Fue el 15 de agosto de 1979. El equipo de la Paternal celebraba sus 75 años en una fiesta llena de nombres importantes y de buen fútbol. “El estadio de Vélez se transformó en una torta inmensa, dulce, empalagosa”, contó la revista El Gráfico casi una semana después en la página 66 de un número que estaba dedicado al River campeón del torneo Metropolitano. El invitado a la fiesta fue Talleres de Córdoba, que en los 70 tenía equipos memorables y era vanguardia futbolera. Esa jornada histórica, recuerda la página oficial del club, sirvió a la “T” para preparar la definición de la Liga cordobesa, ante Racing de Nueva Italia -fue campeón por sexta vez seguida-, y el inicio del Nacional 79.


En la previa, el diario Tiempo de Córdoba destacó que el amistoso “reunirá a algunos de los mejores futbolistas del momento”. Los cordobeses llegaban con sus figuras, pero además el club de la Paternal se reforzó con estrellas de otros equipos de Buenos Aires. En el arco sumó a Hugo Gatti, que tenía 35 años y era figura en Boca. Marcando punta izquierda apareció Quique Wolff, que había dejado Real Madrid y negociaba con Argentinos y con Talleres para volver al fútbol local. Y también incorporó a “el ‘diablo’ y recién convocado a la selección, Ricardo Bochini” para hacer dupla con Dieguito en la media cancha. “Si a eso se le suma la presencia de Maradona, se advierte que Argentinos Juniors presenta una verdadera selección”, concluía.
El equipo de Delem formó con: Gatti; Carrizo, Pellerano, Wolff (ingresó D´Angelo)y Minuti; Bochini, Magalhaes y Domenech; Maradona, Finaroli y Molnar (Saggiorato). Los once de Saporiti fueron: Guibaudo; Ocaño, Oviedo, Binello (Pavón) y Tarantini; Reinaldi, Ludueña y Valencia; Boccanelli, Bravo y Guerini. El árbitro fue Ricardo Calabria. Las expectativas de la prensa y del público eran inmensas. Dicen que por eso el partido se jugó en Vélez y no en La Paternal. “Con esos nombres está todo dicho: en las líneas medias aparecen jugadores que no gustan de la marca y que sienten, en cambio, el placer del fútbol bien jugado y lujoso. Muchas veces comparados entre ellos, Bochini, Maradona y Valencia podrán brindar un verdadero espectáculo”, confiaban en Córdoba.


Las entradas se pagaron en un rato, con un par de pases vistosos. El primer tiempo concluyó empatado 2-2. “La gente no terminaba de abrir los ojos cuando avanzaba Argentinos Juniors y la llevaban Maradona y Bochini, o cuando le tocaba el turno a Talleres de Córdoba empujado por Valencia y Ludueña. Toque y más toque”, relató El Gráfico. A los 42 del segundo tiempo el partido estaba 4-4, con dos goles de Maradona -de penal-, uno de Finaroli y otro de Bochini para el local. Valencia, Bravo, Bocanelli y Guerini anotaron para los cordobeses. Un gol de Saggiorato en el final le dio la victoria 5-4 a Argentinos. “Seguramente, Talleres no merecía irse en derrota. Pero de todos modos, el resultado fue lo de menos. Como fiesta que era alcanzó el calificativo de diez puntos y el público vio en acción, rivalizando destreza a figuras como Bochini, Maradona, Valencia, Tarantini, Gatti, Wolff, Reinaldi, Ludueña, Oviedo y Bravo. ¿Qué más?”, concluyó el cronista cordobés.


“Todo fue hermoso y, para el recuerdo, quedó un gol de antología de Bochini que el público aplaudió de pie. Se jugó entresemana y de noche, pese a ello, nadie quería irse del estadio. Inolvidable”, concluyó El Gráfico. Después de ese festival de fútbol, Maradona se incorporó a la selección Juvenil y viajó a Japón para disputar un Mundial que se jugó de madrugada y, pese a ello, nadie quería perdérselo. Once días más tarde, con un par de trucos nuevos aprendidos de jugar junto a su maestro, Diego empezó a darnos insomnio. Argentina le ganó 5-0 a Indonesia. El Diez hizo dos goles. El resto es una historia conocida y se puede buscar en Youtube.

FUENTE: UN CAÑO