VIDA Y OBRA DE SEBASTIÁN VILLA
Hace poco más de un mes, era una de las estrellas ascendentes del Boca campeón de la Superliga, ganándose un lugar fijo en el elenco titular desde la llegada de Miguel Ángel Russo en base su velocidad. Hoy, Sebastián Villa quedó en el ojo de la tormenta luego de que su ex pareja, Daniela Cortés, lo denunciara pública y judicialmente por violencia de género. "Sebastián se acercó a la dicente y le propinó un golpe de puño en la cara, a la altura de la frente, del lado izquierdo. Además, la tomó fuertemente de sus cabellos y la zamarreó fuertemente agarrándola de ambos brazos”, indica la declaración, que le fue tomada a la mujer en el domicilio que compartía con el delantero, en el country Saint Thomas.
Antes, mucho antes de convertirse en una de las estrellas del plantel xeneize que acaba de ser campeón del fútbol argentino con la que posiblemente haya sido su mejor performance desde que es futbolista profesional; antes de que irrumpiera en las páginas policiales por la denuncia, el pequeño Sebastián Villa Cano creció en el municipio colombiano de Bello, en el departamento de Antioquia, que tiene como capital a la ciudad de Medellín. La hermosa Medellín que respira fútbol por el Atlético Nacional y el Deportivo Independiente. Y la que quedó identificada como zona principal del narcotráfico mundial durante el reinado de Pablo Escobar Gaviria. Allí también se registró el asesinato del futbolista Andrés Escobar después del Mundial de Estados Unidos 94.
En un sector humilde de aquel poblado Sebastián se crió pateando pelotas y, literalmente, esquivando tiros. Él fue uno de los que pudo eludir las malas juntas con la extensión de mano que le ofreció el deporte. Nació justo en la posguerra entre cárteles narcos colombianos y es por eso que lidiar con asesinatos y gente armada se hizo moneda corriente.
El propio Villa confesó que hasta los 10 años solamente comía una vez al día. Entre los menúes económicos abundaban el chicharrón (cerdo frito), arroz, lentejas o lo que cayera en la olla. Si hasta su representante reveló que Seba se golpeaba la cabeza para sentir ese dolor y no enfocarse en los ruidos de su panza por el hambre.
En el año 2011 decidió lanzarse al fútbol grande. Quería dejar el potrero y triunfar como jugador para comprarle una casa a su madre. Aunque tuvo que luchar con ella para asistir a una prueba de futbolistas que el Deportivo Tolima iba a llevar a cabo en Medellín. En su casa no había un peso y por ese motivo dejó escapar la primera oportunidad. Al día siguiente analizarían más juveniles y a Sebastián no le quedó otra que romper el marco de una ventana para vender el pedazo de aluminio por 8 mil pesos con los que viajó de la estación de Bello hasta la de Santa Lucía, separadas por unos 35 minutos en metro. Las gambetas y zancadas que lo diferenciaban en el Club Deportivo Palmazul, en el que se inició, le aseguraron un lugar en el Tolima. Armó un bolso y se marchó a Ibagué para vivir en una casa de familia antes de saltar a la primera división.
En las juveniles del club pijao se terminó de perfeccionar y debutó como profesional en 2014 por la Copa Colombia, certamen que el Tolima obtuvo en esa edición. Con el paso de los meses se fue afirmando y explotando sus cualidades físicas. En 2018 dio el salto de calidad en el Torneo Apertura con su equipo que lo transformó en la revelación del campeonato. En las fotos de ese título aparece con la copa junto a Daniela Cortés, con la que había formalizado su relación meses antes y hoy lo denunció por agresión; hecho por el cual le concedieron la restricción perimetral y el punta debió mudarse a la casa de Juan Fernando Quintero.
A mediados de ese año fue transferido al Boca dirigido por Guillermo Barros Schelotto, que pretendía una alternativa de las mismas características de Cristian Pavón ante su inminente venta. Con el dinero del pase terminó de comprarle la casa a su madre y cumplió uno de sus sueños. El segundo era vestir la camiseta azul y oro, algo que anheló desde chico.
Más allá de la incipiente fama y lucir alguna alhaja de oro, en cada receso, Villa volvió a Medellín para estar con los suyos. Llevó regalos para sus familiares y también para sus parceros. Incluso cuenta su entorno que hasta algunos conocidos ofician de guardaespaldas amateurs. Por otra parte, cada vez que su agenda lo permite acude a la iglesia; caso contrario, se arregla leyendo la Biblia, a la que tiene descargada en su celular. Su frase de cabecera es “Si el Señor está conmigo, ¿quién contra mí?”.
Alternó entre titularidad y suplencia durante los ciclos de Barros Schelotto (lo incluyó en las alineaciones iniciales en las dos finales de la Libertadores 2018 contra River) y Gustavo Alfaro pero se ganó el puesto a principios de 2020 de la mano de Miguel Ángel Russo, quien lo tuvo en el banco en el primer partido ante Independiente pero que frente a la lesión de Mauro Zárate decidió mandarlo a la cancha de entrada y no sacarlo más. A sus atributos de velocista (sus marcas de velocidad se asemejan a las del atleta jamaiquino Usain Bolt o el francés Kylian Mbappé, considerado por muchos el futbolista más rápido del mundo) le sumó volumen de juego y terminó siendo uno de los extremos de mayor desequilibrio en Argentina hasta el parate por la pandemia del coronavirus.
Ensanchó su espalda internamente a base de buenas actuaciones y a la vez plantándose de cara a sus compañeros, a los que les señaló que las críticas por sus malas decisiones adentro de la cancha no le sumaban. Y desde allí cambió el trato del resto de los futbolistas boquenses para con él.
En la Ribera se bordó dos estrellas (Supercopa Argentina 2019 y la última Superliga) y muchos ya le auguraban futuro europeo. La situación personal que atraviesa en este momento, con una denuncia por violencia de género por parte de su ex pareja, lo sumerge en la etapa más oscura de su carrera.
“El que me conoce a mí sabe que soy un buen hijo. Siempre dije que primero la familia, lo más bonito que tiene uno es la familia. Cada 15 días aporto en mi casa. Haberle regalado la casa a mi mamá en Medellín es uno de los sueños que cumplí. Ir y poder verla bien a ella es un motivo de orgullo para mí. Me ayuda a crecer”, declaró en el pasado.
A esa ligazón con las mujeres de su familia se ciñó para realizar su descargo. “A raíz de lo que se está viendo en las redes sociales quiero decir que yo tengo mi madre, mis hermanas, mis sobrinitas, mis primitas; tengo mujeres en mi familia. A partir de mañana aclararé la situación con las personas indicadas”, subrayó en un video que se hizo viral. Sin embargo, Cortés aseguró en la denuncia que no se trató del primer episodio de violencia. Una ex novia, desde Colombia, también lo acusó de agresiones en la relación. La denuncia quedó en manos de la Justicia.
FUENTE: INFOBAE
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