ALFREDO DOMINGO OBBERTI
La historia de los futbolistas se escribe desde su debut hasta su retiro. Y si han pasado por varios clubes sucede a veces que en alguno de ellos encontraron su lugar en el mundo. Hay jugadores que tienen un rendimiento parejo poniéndose diez camisetas distintas. Pero otros no. Es el caso de Alfredo Domingo Obberti.
Para algunos periodistas de la década del 70, de los mejores delanteros del país. Y más aún cuando vistió la casaca de Newell´s.
El Mono Obberti nació al mundo del fútbol en 1962 en Huracán. Tenía 17 años.
Obberti, nacido en Buenos Aires el 12 de agosto de 1945, jugó por el Globo en la última fecha del campeonato del 62, cuando ya Boca se había consagrado campeón en el famoso torneo del penal atajado por Roma a Delem en la penúltima fecha.
El 12 de diciembre se jugó la última y al golear a Estudiantes 4 a 0 Boca dio la vuelta olímpica. Algunos partidos se disputaron el martes y el miércoles siguiente.
El 14 Huracán perdió en su cancha ante Independiente, uno a cero, con gol de D´Ascenso y el arbitraje de Luis Ventre. El equipo de Patricios fue con Bertoldi; Álvarez y Alarcón; Arredondo, Pederzoli y Schneider; Juárez, Rendo, Roldán, Obberti y Luis Medina. Debutaba un delantero que tendría una carrera irregular pero que a lo largo de la misma, en Primera División, marcaría 138 goles, sin contar los que marcó en la "B", en el ascenso de Colón y en el Gremio de Porto Alegre.
Después de su debut en el Globo, deambuló como suplente hasta 1965, cuando se fue a Colón para ser pieza fundamental en el ascenso del Negro.
Un gol suyo en la penúltima fecha, de visitante, ante el Deportivo Español, le aseguró la llegada a primera a los sabaleros. Colón y Quilmes ascendieron. La delantera del equipo santafesino formaba habitualmente con Canevari, Ríos, Obberti, Orlando y Alejo Medina. Hizo 12 goles.
Volvió a Huracán, sin llegar a consolidarse. A pesar de ello, en sus dos etapas con el Quemero convirtió 26 goles en 74 encuentros.
Llegaría el tiempo de Los Andes, en el que empezó a mostrarse ante la afición, ya que en el Metropolitano que ganó invicto San Lorenzo Obberti fue el goleador del torneo con 13 tantos, y postergó al Lobo Fischer, que convirtió uno menos.
El Milrayitas terminaría en la mitad de la tabla de su zona. El debut del Mono en Los Andes fue el 3 de marzo del 68 en el triunfo ante Gimnasia, dos a cero, en Lomas de Zamora, con tantos de Abdenur y Villagra. La formación fue con Barboza; Ginarte y Bordatto; Vignale, Mattos y Muñiz; Obberti, Abdenur, Zárate, Da Graca y Villagra. Con la camiseta albirroja jugaría 37 partidos y marcaría 23 goles. Luego le llegaría Ñuls. Su gran momento.
Tuvo dos etapas en la Lepra. Entre el 70 y 72 y luego 74-75. La metió en 89 ocasiones.
Su debut se produjo el 22 de marzo del 70 en Lanús, empatando ante el local uno a uno. Él metió el gol rojinegro.
Vicente para el Grana. Su primer Newell´s fue con Toriani; Zeballos y Chazarreta (Kairuz); De Rienzo, Solórzano y Musante; Cavoli, Martínez, Obberti, Zanabria y Bezerra. Comenzaba a gestarse un gran Ñuls que tocaría techo en el 71, cuando perdió la semifinal del Nacional ante Central con la palomita de Poy, pero jugando un fútbol de gran nivel. En ese 1970, metió 15 goles en el Metro (fue goleador Pinino Mas con 16) y 13 en el Nacional (allí, Bianchi fue el máximo artillero con 18).
La delantera del 71, con Marcos, Silva, Zanabria y Bezerra es inolvidable.
Se fue a Gremio en el 72, club en el que jugó 36 partidos, marcó 11 goles y fue muy querido por los hinchas del Tricolor.
En 1971 jugó en la selección argentina. Un solo partido. Fue un amistoso contra Francia, el 8 de enero en la cancha de Boca. Al equipo lo dirigía Pizutti y perdimos cuatro a tres (curioso, igual que en el último Mundial). Argentina formó con Marín; Suñé, Perfumo, Larraignée y Carrascosa; Madurga, Nicolau y Tojo; Gramajo, Obberti y Verón. Entraron Ángel Marcos, Carlos Bianchi y Miguel Brindisi. Los goles los marcaron Brindisi, Nicolau y Larraignée de penal.
Su vuelta a Ñuls en el 74 no pudo ser mejor. La Lepra obtuvo su primer título oficial en el Metropolitano empatando ante Central, dos a dos, en la última fecha del cuadrangular final con aquel bombazo de Mario Zanabria. Era 2 de junio y Ñuls salió en Arroyito con Carrasco; Rebottaro, Pavoni, Capurro y Barreiro; Picerni, Berta y Zanabria; Santamaría, Obberti (Ribeca) y Rocha (Magán).
Alfredo Domingo Obberti tuvo un fugaz paso por All Boys antes de retirarse, fue director técnico de Chaco For Ever en el 83 y de otros clubes del fútbol de ascenso, y también trabajó en inferiores de Newell´s.
Uno de los delanteros preferidos de mi amigo Alejandro Apo y definido por el gran Osvaldo Ardizzone en un viejo El Gráfico: "Sabe usar esos veinte o treinta metros para escaparles a los marcadores centrales.
Conlleva la frialdad del goleador y cuando entra al área tiene una inmutable serenidad, siempre con la cabeza arriba adivinando los movimientos del arquero. Por eso cuando se decide a definir es casi infalible".
Alfredo Domingo Obberti. El Mono goleador, que encontró su lugar en el mundo pisando los treinta. Era el Parque Independencia. Era Ñuls.
Osvaldo Alfredo Wehbe/PUNTAL.COM
La historia de los futbolistas se escribe desde su debut hasta su retiro. Y si han pasado por varios clubes sucede a veces que en alguno de ellos encontraron su lugar en el mundo. Hay jugadores que tienen un rendimiento parejo poniéndose diez camisetas distintas. Pero otros no. Es el caso de Alfredo Domingo Obberti.
Para algunos periodistas de la década del 70, de los mejores delanteros del país. Y más aún cuando vistió la casaca de Newell´s.
El Mono Obberti nació al mundo del fútbol en 1962 en Huracán. Tenía 17 años.
Obberti, nacido en Buenos Aires el 12 de agosto de 1945, jugó por el Globo en la última fecha del campeonato del 62, cuando ya Boca se había consagrado campeón en el famoso torneo del penal atajado por Roma a Delem en la penúltima fecha.
El 12 de diciembre se jugó la última y al golear a Estudiantes 4 a 0 Boca dio la vuelta olímpica. Algunos partidos se disputaron el martes y el miércoles siguiente.
El 14 Huracán perdió en su cancha ante Independiente, uno a cero, con gol de D´Ascenso y el arbitraje de Luis Ventre. El equipo de Patricios fue con Bertoldi; Álvarez y Alarcón; Arredondo, Pederzoli y Schneider; Juárez, Rendo, Roldán, Obberti y Luis Medina. Debutaba un delantero que tendría una carrera irregular pero que a lo largo de la misma, en Primera División, marcaría 138 goles, sin contar los que marcó en la "B", en el ascenso de Colón y en el Gremio de Porto Alegre.
Después de su debut en el Globo, deambuló como suplente hasta 1965, cuando se fue a Colón para ser pieza fundamental en el ascenso del Negro.
Un gol suyo en la penúltima fecha, de visitante, ante el Deportivo Español, le aseguró la llegada a primera a los sabaleros. Colón y Quilmes ascendieron. La delantera del equipo santafesino formaba habitualmente con Canevari, Ríos, Obberti, Orlando y Alejo Medina. Hizo 12 goles.
Volvió a Huracán, sin llegar a consolidarse. A pesar de ello, en sus dos etapas con el Quemero convirtió 26 goles en 74 encuentros.
Llegaría el tiempo de Los Andes, en el que empezó a mostrarse ante la afición, ya que en el Metropolitano que ganó invicto San Lorenzo Obberti fue el goleador del torneo con 13 tantos, y postergó al Lobo Fischer, que convirtió uno menos.
El Milrayitas terminaría en la mitad de la tabla de su zona. El debut del Mono en Los Andes fue el 3 de marzo del 68 en el triunfo ante Gimnasia, dos a cero, en Lomas de Zamora, con tantos de Abdenur y Villagra. La formación fue con Barboza; Ginarte y Bordatto; Vignale, Mattos y Muñiz; Obberti, Abdenur, Zárate, Da Graca y Villagra. Con la camiseta albirroja jugaría 37 partidos y marcaría 23 goles. Luego le llegaría Ñuls. Su gran momento.
Tuvo dos etapas en la Lepra. Entre el 70 y 72 y luego 74-75. La metió en 89 ocasiones.
Su debut se produjo el 22 de marzo del 70 en Lanús, empatando ante el local uno a uno. Él metió el gol rojinegro.
Vicente para el Grana. Su primer Newell´s fue con Toriani; Zeballos y Chazarreta (Kairuz); De Rienzo, Solórzano y Musante; Cavoli, Martínez, Obberti, Zanabria y Bezerra. Comenzaba a gestarse un gran Ñuls que tocaría techo en el 71, cuando perdió la semifinal del Nacional ante Central con la palomita de Poy, pero jugando un fútbol de gran nivel. En ese 1970, metió 15 goles en el Metro (fue goleador Pinino Mas con 16) y 13 en el Nacional (allí, Bianchi fue el máximo artillero con 18).
La delantera del 71, con Marcos, Silva, Zanabria y Bezerra es inolvidable.
Se fue a Gremio en el 72, club en el que jugó 36 partidos, marcó 11 goles y fue muy querido por los hinchas del Tricolor.
En 1971 jugó en la selección argentina. Un solo partido. Fue un amistoso contra Francia, el 8 de enero en la cancha de Boca. Al equipo lo dirigía Pizutti y perdimos cuatro a tres (curioso, igual que en el último Mundial). Argentina formó con Marín; Suñé, Perfumo, Larraignée y Carrascosa; Madurga, Nicolau y Tojo; Gramajo, Obberti y Verón. Entraron Ángel Marcos, Carlos Bianchi y Miguel Brindisi. Los goles los marcaron Brindisi, Nicolau y Larraignée de penal.
Su vuelta a Ñuls en el 74 no pudo ser mejor. La Lepra obtuvo su primer título oficial en el Metropolitano empatando ante Central, dos a dos, en la última fecha del cuadrangular final con aquel bombazo de Mario Zanabria. Era 2 de junio y Ñuls salió en Arroyito con Carrasco; Rebottaro, Pavoni, Capurro y Barreiro; Picerni, Berta y Zanabria; Santamaría, Obberti (Ribeca) y Rocha (Magán).
Alfredo Domingo Obberti tuvo un fugaz paso por All Boys antes de retirarse, fue director técnico de Chaco For Ever en el 83 y de otros clubes del fútbol de ascenso, y también trabajó en inferiores de Newell´s.
Uno de los delanteros preferidos de mi amigo Alejandro Apo y definido por el gran Osvaldo Ardizzone en un viejo El Gráfico: "Sabe usar esos veinte o treinta metros para escaparles a los marcadores centrales.
Conlleva la frialdad del goleador y cuando entra al área tiene una inmutable serenidad, siempre con la cabeza arriba adivinando los movimientos del arquero. Por eso cuando se decide a definir es casi infalible".
Alfredo Domingo Obberti. El Mono goleador, que encontró su lugar en el mundo pisando los treinta. Era el Parque Independencia. Era Ñuls.
Osvaldo Alfredo Wehbe/PUNTAL.COM
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