ALEMANIA VS AUSTRALIA EL PARTIDO DEL ARREGLO
FUENTE: LA NACION
Desde 1986, el tercer partido de la etapa de grupos, ése que en más de una ocasión define a los clasificados para los octavos de final de un Mundial de fútbol, se disputa a la misma hora. Pero no siempre fue así.
Todo cambió a partir del 25 de junio de 1982: hace 40 años, durante el Mundial disputado en España, se escribió uno de los capítulos más bochornosos de la historia de los Mundiales. El estadio El Molinón de Gijón fue testigo del partido entre Alemania Federal y Austria, que definió a los clasificados a la segunda etapa del Grupo B.
La sorprendente e inesperada victoria de Argelia sobre los germanos por 1 a 0 desacomodó la lógica de los resultados. Alemania se recuperó y goleó 4 a 1 a Chile. En tanto, Austria superó 1 a 0 a los sudamericanos y 2 a 0 a los argelinos.
Llegó la definición. Y como en Oviedo los africanos le habían ganado a Chile 3 a 2 el día anterior, en Gijón entraron a jugar las especulaciones. Alemania y Austria entendieron que si los germanos ganaban 1 a 0, los dos equipos se clasificaban y dejaban en el camino a Argelia por diferencia de goles.
Y sucedió lo imaginable. Alemania le ganó a Austria por la mínima diferencia, gracias al gol de Horst Hrubesch, que marcó a los 10 minutos. Los restantes 80´ fueron un papelón, una sobreactuación, un canto al ridículo y una falta de respeto al público. Y Argelia se quedó afuera.
Ni jugadas de peligro. Ni remates al arco. Ni intentos de progresar en el campo rival. Ni roces. Ni faltas. En síntesis, un completo desinterés por jugar al fútbol. Todo bajo la mirada del árbitro escocés Robert Valentine.
Los 40.000 espectadores repudiaron lo que veían, y en el segundo tiempo explotaron. Los gritos de “Tongo, tongo” y un inolvidable cantito que decía “¡Que se besen, que se besen!” formaron parte del bochorno. Incluso, varios hinchas argelinos comenzaron a arrojar monedas al campo de juego, para expresar su indignación, y todo el estadio terminó coreando por Argelia y silbando a los 22 protagonistas de tamaño papelón.
“Hoy fue una jornada fea para el fútbol”, declaró el zaguero alemán Franz Beckenbauer, mientras que recién en 2007, su compatriota Hans Peter Briegel reconoció el acuerdo entre ambas selecciones, al declarar: “Sólo me puedo disculpar ante los argelinos, porque habían merecido clasificarse a la siguiente etapa”.
A raíz de lo sucedido, la FIFA inició una investigación, que cerró poco después sin sancionar a los equipos involucrados. De hecho, Alemania terminó disputando (y perdiendo 3 a 1) la final con Italia.
Como consecuencia de lo que pasó en Gijón, se tomó la decisión de que a partir del nundial siguiente, México 1986, los partidos que definieran la etapa de grupos se jugaran el mismo día y a la misma hora, para que nadie buscara sacar ventaja deportiva y no se repitiera aquel triste arreglo entre alemanes y austríacos.
Argelia, en tanto, participó de otras tres copas del mundo. En México 86 y en Sudáfrica 2010 culminó último de su grupo. En cambio, en Brasil 2014 se ganó el respeto del mundo al avanzar a los octavos de final, donde le jugó de igual a igual precisamente a Alemania, que recién pudo imponerse 2 a 1 en tiempo extra.
En marzo de este año, Argelia arañó la clasificación a Qatar 2022. Con el 1 a 1 se metía en el Mundial de este año. Pero sobre la hora, en un desenlace dramático, Camerún encontró el 2 a 1 y se quedó con ese pasaje africano.
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