EL JUGADOR DE FERRO QUE PASO A BOCA POR TABLONES DE MADERA
FUENTE: "TyC SPORTS"
Mientras se apagaba la década del 30 y empezaban a llover ofertas en Ferro, la dirigencia decidió ponerle precio a Julio Arcadio López, inquebrantable half derecho que había regresado su préstamo de Flamengo de Brasil: 25 mil pesos. En apenas unas horas de negociación, Boca le ganó la pulseada a San Lorenzo, que también estaba interesado en sus servicios, y compró al marcador de punta, aunque no puso ni un centavo…
El pase del futbolista, que en 1934 había jugado el Mundial con la Selección Argentina, se selló a través de un acuerdo único entre dos clubes profesionales del fútbol argentino. El Xeneize le pagó al Verdolaga con una tribuna de madera y 410 sillas-plateas. Esta operación, lejos de cualquier crítica, fue bien valorada en Caballito: “Un negociado positivamente brillante para nuestra institución, que a la sazón se encontraba militando en un club brasileño sin ninguna perspectiva de reintegrarlo a nuestras filas”, se refleja en la Memoria y Balance del club en aquellos tiempos.
Este puñado de tablones le sirvieron a Ferro para ampliar a 45 mil espectadores la capacidad de su estadio, donde Boca fue local entre 1938 y 1939 debido a la construcción de La Bombonera, una majestuosa obra a cargo del arquitecto esloveno Viktor Sulcic.
Como la vieja cancha azul y oro, ubicada entre las calles Brandsen y Del Crucero -hoy E. del Valle Iberlucea-, ya no iba a ser utilizada por el equipo, la directiva de Camilo Cichero le puso sobre la mesa esta llamativa propuesta a Rodolfo Legeren, quien no dudó en aceptarla.
Así, el 7 de febrero de 1938, Boca incorporó a sus filas a Arcadio Julio López, con un contrato por 4 mil pesos –a pagar en cuatro cuotas- y un sueldo mensual de 200 pesos, además de un premio por rendimiento del equipo. Con la camiseta xeneize compitió en 62 partidos, con un saldo de 33 triunfos, 12 igualdades y 17 caídas.
También levantó ganó dos títulos: el Campeonato de la Primera División y la Copa Carlos Ibarguren, ambos en 1940. Por las vueltas del fútbol y la vida, su última función en Boca fue curiosamente contra Ferro, una alegría por la mínima en favor del Xeneize. Tiempo después regresó a Lanús, donde le puso punto final a su carrera.
En tanto, las tribunas de madera aguantaron varias décadas los saltos de los hinchas de Ferro en el Arquitecto Ricardo Etcheverry. En 2006, el Gobierno empezó a prohibir las tribunas de madera en los estadios de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, aunque recién en 2013 el Oeste llevó a cabo el desmantelamiento de sus tablones y en noviembre de 2017 fueron repatriados por Boca.
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