UN BÚFALO EN EL RECUERDO” JUAN GILBERTO FUNES
Cada enero un legado ineludible se presenta, recordar el
aniversario de la muerte del ídolo máximo que dio el deporte sanluiseño, Juan
Gilberto Funes.
Fue el 10 de enero a las 23 horas para Buenos Aires, fue el
11 de enero a las 24 para los puntanos, una hora más o menos no le hace. El
corazón de Juan le susurró al oído “perdón Búfalo, nos tenemos que ir”, y fue
así que Juan se transformó en un cometa.
Esa calurosa mañana de 1992 no fue igual a ninguna, en San
Luis no hubo clases, no hubo trabajo, no hubo consuelo, las calles céntricas
estaban despobladas. La ruta nacional Nº 7 aglomeró a miles de puntanos como
nunca antes, el río Seco se transformó en mar, un mar hecho con lágrimas de
todo un pueblo. Fue una larga vigilia esperando al querido “Búfalo” que había
dejado de existir en la Clínica Güemes de Buenos Aires.
Ni el insistente Chorrillero que soplaba como un huracán
despejó tanta tristeza.
Ese corazón “grande como una casa” que le dio tanta fuerza y
potencia en otras ocasiones, que lo acompañó en cada embate goleador, ahora no
quiso más. No resistió la quinta operación, realizada meticulosamente por René
Favaloro y su equipo.
Ya pasaron 25 años y su figura se agiganta. Nada sabe del
olvido. Al contrario la “leyenda del Búfalo puntano” está más latente que
nunca.
Su carrera
Su historia, la del “Globo” puntano, el “Millo” colombiano,
ésa de la Libertadores y la Intercontinental hasta su paso fugaz por Boca, su
amor por los autos y su querida familia, esa historia escrita en mayúsculas, se
agiganta a cada instante.
Comenzaba la década del '80 y Juan con 17 años descollaba en
el Club Huracán, su físico era imponente y le sobraba oficio de goleador.
Estudiantes, también de San Luis, fue el segundo club donde deleitó a grandes y
chicos y ridiculizó a varios defensores. Jugó el Torneo Regional, enfrentó a
Alianza de Villa Mercedes, Ferrocarril Oeste de La Pampa e Independiente de
Mendoza.
En el '81 emigró a Sarmiento de Junín, jugó una temporada y
desde Jorge Newbery de Villa Mercedes le hicieron un buen ofrecimiento y
decidió retornar a la provincia. Juega un par de partidos y el “globito”
nuevamente lo tentó, en 1982 fue la última vez que “el Tanque” jugó
oficialmente en una cancha puntana.
La temporada ‘83/’84 vistió la camiseta de Gimnasia y
Esgrima de Mendoza, y gracias a su excelente performance es vendido a
Millonarios de Colombia.
River Plate fue el próximo escalón de su ascendente carrera,
sólo con dos goles le alcanzó para transformarse en ídolo indiscutido. Dos
goles nada más y nada menos que en la final de la Copa Libertadores de América,
esos tantos le dieron el título y la posibilidad de ir a jugar a Japón y
traerse la Copa Intercontinental.
También vistió la camiseta de la Selección Argentina en los
IX Juegos Panamericanos de Venezuela y la Copa América '87.
Olimpiakos de Grecia en 1987 le abrió la puerta europea y
tras un año sin mayores satisfacciones retornó a la Argentina y jugó en Vélez
Sarsfield.
FUENTE: EL DIARIO DE LA REPÚBLICA
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