jueves, 4 de mayo de 2023

SIEMPRE PRESENTE

"PALITO" CERUTTI EL HOMBRE QUE SIEMPRE ESTA PRESENTE:

FUENTE: LA VOZ 

 Dicen que la muerte hace más bueno a todos. Con el “Palo” Cerutti eso no pasó. Más bueno no podía ser. Se cumplieron 32  años de su fallecimiento. Tras 13 días de pelea en terapia intensiva, se fue de este mundo dejando su cuerpo en la clínica Sucre, un dolor inmenso en su entorno y un recuerdo indeleble al paso del tiempo. Tenía sólo 21 años.




Jugador de básquet, figura en ascenso y uno de los proyectos más firmes que tenía el básquet argentino. Pero también hijo, hermano, amigo, tío, compañero y un ser excepcional que es mucho más que el nombre del Polideportivo más famoso de Córdoba.

¿Quién fue Carlos Alberto Cerutti? ¿Cómo se transformó en mito del deporte cordobés? Nadie mejor que quienes más lo conocieron para entender este fenómeno.

Cerutti nació en Morteros el 12 de febrero de 1969 y su estatura lo llevó a jugar al básquet en su club: 9 de Julio. A sus 15 años llegó a Atenas y su explosión deportiva no tardó en producirse. Fue campeón de la Liga Nacional en 1987 y 1988 (MVP de esa final). Llegó 1990, en el que Atenas buscaría una nueva consagración nacional y en el que se jugaría el Mundial en nuestro país. “Palito” no pudo disfrutar ni del título con el Griego (se coronó el 1 de junio) ni del torneo ecuménico (se jugó en agosto) con la selección argentina. Cerutti chocó con su auto contra un guardarrail en la madrugada del 21 de abril de ese año. Fue el principio del fin.

“A los que no lo conocieron: no saben lo que se perdieron”, definió Myriam Cerutti, la hermana del “Palo”. Sobre la noche del accidente, detalló: “Ese día, él había ido a Carlos Paz a buscar a mi hijo y viajaron a Morteros juntos porque era el aniversario de casamiento de mis padres. Cenaron y “Carlitos” (como llama a su hermano) estuvo con ellos hasta la 1. Después, se fue a bailar a otro pueblo con amigos. Y llegó esa fatalidad”.

El accidente causó graves daños en sus piernas y fue trasladado a Córdoba. Tan grave fue que, con autorización de la familia, le amputaron una pierna. Pero, a pesar de los esfuerzos, “Carlitos” no resistió.

Diego Osella compartió mucho con “Palito”. Y no sólo dentro de la cancha. Tenían la misma edad y vivieron juntos. El de Oncativo rememoró aquellos días, tras el accidente que sufrió su amigo: “íbamos todos los días a la clínica. Teníamos esperanza que saliera adelante. Hasta se hablaba que iría a vernos a la selección, que iba a estar como asistente en el Mundial... Nada; se nos fue”.

Marcelo Milanesio fue otro de los que disfrutó la amistad de Cerutti: “Era una extraordinaria persona y venía de una gran familia”. En tanto, Walter Garrone (DT de Atenas en aquel momento) recordó: “Era un fenómeno. Cuando viajábamos, él dibujaba en el vidrio transpirado del colectivo a la hinchada de Atenas y recreaba los cánticos”. También contó que “el ‘Palito’ se sentaba al fondo con ‘la pesada’, como los llamaba yo, con el ‘Lomo’ (Ligorria), el ‘Runcho’ (Prato) y Mario (Milanesio). En esas épocas no había televisores en los ómnibus y se jugaba a las cartas. Había unas historias bárbaras con una libretita en la que se anotaba todo”.

Por su parte, Medardo Ligorria resaltó: “Era una persona hermosa. Un pibe con una riqueza personal y con una educación familiar muy marcada. Era excelente desde todo punto de vista”. Del mismo modo, Osella resaltó con añoranza: “Es como que me adoptó. Además, tenía auto y me llevaba a todos los lados. Era de juntarse con amigos. Le gustaba estar con compañía, los asados, las charlas largas... Yo me copiaba de él. Teníamos carácter distinto pero nos llevábamos muy bien. Y me defendía a muerte”.

Cerutti llegó a Atenas con muchos centímetros, varios sueños y pocos kilos. Pero fue desarrollando su contextura y perfeccionando su juego. Sobre todo, su gancho. “La gran pregunta mía es quién le enseñó a tirar ese gancho. Hace unos días estaba viendo unos videos y era indefendible. A los 21 años que jugara del modo que lo hacía... Era un fuera de serie”, destacó Marcelo.

Uno que lo sufrió como rival, pero que lo disfrutó como amigo, fue Luis Villar. En la final del ‘88 Atenas enfrentó a River, donde jugaba el “Mily”. Y no sólo que el “Palo” celebró el título, sino que también fue el MVP de esa serie. “Éramos muy amigos, pero en la cancha nos dábamos duro. Me ganó el duelo. Tenía ese gancho muy afinado”, repasó Villar.

Ligorria describió al Cerutti jugador: “Contaba con una estatura magnífica (2,04 metros) para este deporte, unos brazos enormes y mejoró su juego a medida que sumó roce. Se transformó en un jugador que no había en este país”.

“El Lomo” comparó la aparición de Cerutti con la que después tuvo Fabricio Oberto y destacó su motricidad y su inteligencia para jugar: “Tomaba un rebote defensivo, se daba vuelta y te ponía un pase largo para el contragolpe. En el poste bajo terminó haciendo estragos. Era un jugador europeo”.

Un día, Cerutti y Osella debían ir a Buenos Aires a un entrenamiento de la selección, pero si iban en micro no llegaban a tiempo. Garrone les brindó una solución: viajar en un avión de la Escuela de Aviación. “Vuelven para entrenar con nosotros y me dice ‘¿en qué nos mandaste, Walter?’. Cuando pasaron por Rosario, el piloto hizo unas maniobras para que el hijo lo viera. El ‘Palo’ llegó descompuesto a Buenos Aires y no pudo entrenar con la selección. ‘¡Era un Rastrojero con alas, Walter!’, me dijo. Tenía esas salidas el ‘Palo’”, contó Walter.

En otra ocasión, Cerutti invitó a Villar a Morteros, donde se dio una particular situación. “En esa época, él tenía un ciclomotor. En eso andaba y me llevó a mí. Imaginate: él de 2,04 y yo con 2,06 en una motito así. Pasamos por una vidriera que nos reflejó y él tiró la frase: ‘¿Viste que más de cuatro metros pueden entrar en un metro?’. Éramos dos hilachas en Morteros”, describió el “Mily”.

En Morteros, la habitación que era del “Palito” está casi igual. “Sólo se sacaron unos banderines y agregamos algunas de sus cosas que se trajeron de Córdoba. Y en el living tenemos todos los recuerdos y las cosas que nos fueron dando sobre él”, enumeró su hermana.

Bety, la mamá, se encargó de coleccionar todas las notas en las que aparecía su hijo. Años después, una hija de Myriam armó un álbum con ese material, que se transformó en un orgulloso tesoro familiar.

¿Y cómo está la madre del “Palo”? “Está muy bien, consciente de todo. Es increíble; tiene 90 años y hace 30 que vive con esto. Después, perdió a mi papá, que era el fanático de Atenas y de la cancha”, señaló Myriam.

El nombre Carlos Cerutti bautiza al estadio del “9” de Morteros y al “Poli” de barrio San Martín. Marcelo Milanesio señala la explicación sobre el lugar ganado en la memoria colectiva por el “Palito”: “Su nombre sigue presente porque está dentro de una gran historia, que es la de Atenas. Él fue una parte muy importante. Y porque el estadio en el que juega Atenas lleva su nombre”. Ligorria coincide: “Fue un gran acierto haberle puesto su nombre al Polideportivo. Los partidos se juegan en ‘el Cerutti’”.

Para cerrar, Myriam Cerutti agradece el afecto que sigue teniendo Córdoba con su hermano: “Mientras a uno lo recuerdan quiere decir que está vivo”.


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