"PACHO" MATURANA, LA HISTORIA OLVIDADA EN EL REAL MADRID:
FUENTE: KODRO MAGAZINE:
En 1991, Pacho Maturana firmó contrato para ser el flamante nuevo entrenador del Real Madrid para la temporada 1991-1992. Su gran desempeño con la selección de Colombia en el Mundial de Italia 90, alcanzando los octavos de final, le valió ser el elegido por Ramón Mendoza, a pesar de su inestable paso por el Real Valladolid.
El entrenador colombiano incluso empezó a planificar la siguiente temporada del conjunto merengue en las oficinas del Bernabéu, donde cada semana se reunía con el presidente, y empezó a conocer los que eran sus nuevos pupilos. ¿Qué pasó entonces? ¿Por qué se torció todo?
«A Maturana le espera un reto bien serio. Por eso lo del Madrid no se puede entender como la gran meta de Pacho; es simplemente el comienzo, el inicio de sus verdaderos objetivos. Lo anterior fue la preparación de una gran carrera que empieza ahora», escribía César Augusto Londoño en un artículo, portada de Deporte Gráfico, en el que se daba como un hecho la llegada del chocoano al Bernabéu.
Su fichaje por el Real Madrid era algo más que una salvación para el técnico, tras encarar la puerta de salida con el Real Valladolid, del que repudiaba abiertamente en la prensa española por considerarlo un «equipo perdedor». Por su parte, el Real Madrid vivía una campaña llena de dudas con dos cambios de técnico (acabarían siendo tres) y acercándose al descenso a la Segunda División A: comenzó Benjamín Toshack y luego vino la dupla Di Stéfano-Camacho.
“El que dio el visto bueno para mi fichaje fue Vicente del Bosque. Él entrenaba las inferiores del Madrid y estuvo siguiendo al Real Valladolid, y en un momento determinado dijo, ‘ese equipo mejor no puede jugar’. Lo he conversado muchas veces con Emilio (Butragueño), con Míchel, con Sanchís y con Fernando Hierro. Ellos me dicen que yo fui entrenador del Madrid y yo les digo que no. Me dicen, ‘sí fuiste, firmaste un contrato y eso te avala, y no solamente firmaste, venías semanalmente a reunirte con el presidente, a armar el equipo, la plantilla, y eso lo sabíamos nosotros y estábamos esperando tu llegada. Pero yo siento que no, simplemente firmé un documento. Cuando firmamos, el señor Ramón Martínez (dirigente) y el abogado fueron a Valladolid, firmé y me dicen, ‘chico, no te das cuenta lo que has hecho’ y les digo que firmé un papel y me dicen, ‘no, estás en el techo del fútbol, vamos a celebrar con un Dom Perignon’. Yo no tenía ni idea que era eso, ahora sí sé. Al final les dijo que no, que había firmado un papel, pero que cuando estuviera sentado ahí, yo invitaba el famoso Dom Perignon'».
«El Madrid, por aquel entonces, estaba en caída, y necesitaba urgentemente traer un entrenador antes de terminar la temporada. Hablaban de encontrar un revulsivo, porque si no yo iba a encontrar el equipo en segunda y les dije, ‘esto no es problema, el equipo es de ustedes, hagan lo que tengan que hacer’, entonces con mi autorización trajeron un entrenador que estaba en Zaragoza, ese entrenador era Radomir Antić. Vino, y de los 10 puntos que le faltaban, hizo 9. Entonces me decían a mí que la situación estaba difícil porque Radomir había agarrado mucho cariño de la gente, pero que me viniera igualmente, que iba a estar como manager y que cuando él perdiera un partido yo entraba, y eso fue como un golpe en el hígado para mí y dije que no. Me ofrecieron una indemnización, y yo dije: ‘Pero de qué, si yo no he entrenado ni un minuto'».
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