Marcelo Salas, estuvo muy cerca de jugar en La Bombonera en agosto de 1996, concretamente a préstamo y por seis meses. Gracias a sus goles, la U obtuvo el bicampeonato de la Primera División del fútbol chileno en 1994 y 1995. Un año más tarde, y con Miguel Ángel Russo como entrenador, El Bulla alcanzó las semifinales de la Copa Libertadores, fase en la que fue eliminado por River, que terminó consagrándose ganador del certamen continental en el 96.
Fue gracias a su increíble actuación que sedujo a Mauricio Macri, que hacía unos pocos meses se había transformado en presidente de Boca y que estaba dispuesto a conseguir a Salas y sumarlo para el Xeneize. «Estuve en La Bombonera con el vicepresidente del club. Estuve a pasos, a una firma. Estuve concentrado en el hotel para la Supercopa y Bilardo me dice ‘mañana a las 10 entrenamos’ y le dije ‘no puedo entrenar si no he firmado un contrato. Yo iba a préstamo y le dije a mi representante ‘o me compran o no’».
Pese a su cartel de estrella emergente, y la recomendación personal de Miguel Angel Russo, quien era el técnico de Salas en la Universidad de Chile, no acabó fructificando el acuerdo. La desconfianza en el talento chileno por parte de Carlos Salvador Bilardo, el entrenador que había elegido Macri como su primer DT, dinamitó a Marcelo. ¿Qué dijo el por entonces director técnico del Xeneize? «¿Cuándo un chileno ha triunfado en la Argentina? «El Sapo» Livingstone en la década de los 40, jugó bien en Racing, pero duró solo un año. Basay pasó por Boca como un lirio. ¡Hummmmmmm! Que venga, pero a prueba. Seis meses para ver qué pasa». Finalmente, ante las dudas del club de La Boca, River Plate puso sobre la mesa 3.500.000 pesos y se llevó al «Matador».
Cosas de la vida, el 30 de septiembre de 1996, el chileno anotó su primer gol con la camiseta de River Plate en el clásico ante Boca Juniors en el estadio La Bombonera.
Pase de Ortega por la derecha, Marcelo Salas que controla, gira y remata a la portería. Acto seguido, los hinchas de River Plate explotan en La Bombonera celebrando un golazo del chileno, el primero de Marcelo Salas en Argentina, y anotado nada más y nada menos que a Boca Juniors, el club que lo acabó rechazando.
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