LA HISTORIA DE LILIANA COLINO
FUENTE: UNIDIVERSIDAD.COM.AR
Es un día significativo para todos y todas. No es una fecha más, es un 2 de abril cargado de significaciones y recuerdos. Tal vez, como una cuestión dolorosa que posiblemente no superemos nunca: hablamos del conflicto de Malvinas. Alrededor de esta historia nos hemos nutrido de cientos de testimonios, de sensaciones, de momentos. Es más, mucho se habla de Malvinas y de la participación del varón, pero poco se habla de la participación de la mujer.
En esta fecha tan significativa, Podría Ser Peor (Radio U) trae la historia de Liliana Colino, la única mujer militar argentina que pisó Las Islas Malvinas durante la guerra. En contacto con ella desde Tierra del Fuego, nos cuenta cómo inició su contacto con la Fuerza Aérea y de su participación en el conflicto bélico.
“En aquel entonces, vivía en Buenos Aires y volvía en el colectivo que va de Caballito a Retiro. La Administración Nacional de Parques Nacionales me acababa de negar la posibilidad de ser guardaparques. En ese momento, ser mujer era motivo suficiente para cerrarte la puerta. Por la ventanilla del 132 vi un afiche que decía: ´Fuerza Aérea incorpora personal militar femenino que sea profesional de Enfermería`. Para marzo de 1980, ya era enfermera y cursaba los estudios para ser también convertirme en veterinaria”, recordó.
La Fuerza Aérea, ese año, incorporaba por primera vez mujeres a su personal militar y fue la primera fuerza en tomar esa decisión en la Argentina, la aceptó. Colino atravesó la formación marcial en Ezeiza que la convirtió en “cabo principal” de esa fuerza y, después de esos meses, trabajó en el área de terapia intensiva del Hospital Aeronáutico Central, en Pompeya, especializada en personas quemadas o que habían atravesado un trasplante renal.
Dos años después, Colino ya era jefa de Enfermería en la terapia intensiva de ese hospital. Ese fue el cargo que dejó en suspenso cuando le avisaron, en mayo de 1982, que viajaría a Comodoro Rivadavia, Chubut, para ser enfermera en el hospital modular reubicable con el que contó la Fuerza Aérea durante la Guerra de Malvinas. Colino no sabía aún que, en ese traslado, se convertiría en la única mujer argentina integrante de las Fuerzas Armadas en estar las islas durante el conflicto bélico.
“No sabía nada y no tuve tiempo de pensarlo. El avión Hércules fue el que nos depositó en las Islas Malvinas, poco después del desembarco inglés. Por las permanentes alertas rojas por el bombardeo inglés, los vuelos eran al ras del mar y con silencio de radio porque ya había zona de exclusión con dominio aéreo y marítimo del enemigo. Se viajaba a oscuras con olas que golpeaban las ventanillas del Hércules. Una vez que llegamos a Puerto Argentino abríamos las compuertas del avión en movimiento para cargar a los heridos desde las ambulancias en movimiento. Por los tiempos y el momento, no se podía convertir al Hércules en un avión sanitario. Los heridos iban sentados y los peores acostados en el piso. La vuelta era exactamente lo mismo. Pese a todo, nunca me vi sobrepasada por la situación”, detalló.
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