FERNANDO REDONDO EN EL REAL MADRID
FUENTE: KODRO MAGAZZINE
Fernando Redondo en el Real Madrid fue la elegancia personificada sobre un terreno de juego más allá de su mítico autopase con taconazo, y caño incluido, ante el Manchester United en Old Trafford. Después de aquella jugada, hasta el propio Alex Ferguson, por entonces míster del Manchester United, se rindió ante el talento del argentino: «¿Qué tiene ese jugador en las botas? ¿Imanes?».
Redondo fue capaz de sostener en solitario la medular de todo un Real Madrid pregaláctico, con un fútbol ofensivo exquisito para devolver la gloria al rey del continente europeo, sumando hasta seis títulos: dos Copas de Europa, 1 Intercontinental, 2 Ligas y 1 Supercopa de España. Un espectacular bagaje que junto a su carácter ganador le convirtió en leyenda en el Santiago Bernabéu. Llegó de la mano de Jorge Valdano, con quien había coincidido en el mítico Tenerife de los años 90. Una inoportuna lesión le impidió comenzar la temporada, pero a su vuelta se hizo dueño y señor del centro del campo. Durante seis temporadas fue el faro que iluminó el juego del Real Madrid e indiscutible para todos los entrenadores, sumando un total de 228 partidos oficiales y 5 goles, ante de partir a Italia.
El 17 de mayo de 1994 Ramón Mendoza y Javier Pérez, presidentes del Real Madrid y del CD Tenerife, respectivamente, cerraron el traspaso del jugador argentino al equipo madrileño. El jugador ya había llegado en fechas anteriores a un acuerdo con el club merengue sobre las condiciones de su contrato. Redondo se comprometió con el Real Madrid para las cuatro próximas temporadas. Aunque en un primer momento no se facilitaron las cantidades que el argentino percibiría en el Madrid, se barajó la cifra de 700 millones de pesetas por los cuatro años. Por su parte, el Tenerife percibiría del Madrid por el traspaso del futbolista argentino 525 millones de pesetas. En la operación se incluyeron también un partido del Madrid en la capital tinerfeña, así como también dos jugadores de la plantilla blanca.
“El Tenerife casi no había estado en Primera en su historia, y cuando llegamos venía de salvarse del descenso en una promoción, con Azkargorta de técnico. Al buscarme me explicaron que la idea era armar un equipo importante para tratar de aspirar a una plaza en la vieja Copa de la UEFA (hoy Europa League), y así se fue dando la transformación, y lo terminamos consiguiendo. No fue fácil al principio, la pelota la veía pasar por arriba de un lado para el otro (risas). Después llegó el Indio (Solari), trajo al Tata Martino, y más tarde vinieron Valdano y Cappa y muchos argentinos: Ezequiel Castillo, Dertycia, Pizzi, Latorre… El equipo jugaba muy bien. Al llegar a España, se decía que si sacabas un empate de visitante era un positivo, y si empatabas de local, era un negativo. ¡Vos fíjate la mentalidad! Entonces para un equipo chico sacar un empate afuera era la gloria. Yo no lo podía entender. Con aquel Tenerife rompimos con esa idea y salimos a ganar en cualquier cancha. Tras aquel éxito llegaría el Real Madrid a mi vida”.
El 19 de abril de 2000, el Real Madrid ganó al Manchester United en Old Trafford el partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions en su camino hacia la conquista de la Octava en París. El encuentro ha quedado en la memoria de los madridistas por el triunfo y por la espectacular jugada por la banda izquierda de Redondo en el tercer tanto blanco. En una demostración de calidad y potencia física, el argentino se inventó un autopase con un taconazo y caño a Berg para llegar hasta la línea de fondo y asistir a Raúl.
Los blancos, que habían empatado en casa en la ida (0-0), superaron la eliminatoria gracias a la victoria por 2-3 en el feudo del que era vigente campeón de Europa. Keane, en propia puerta, y Raúl firmaron los primeros tantos antes de la obra maestra de Redondo que culminó con el doblete de Raúl. A pesar de que el Manchester United recortó distancias con goles de Beckham y Scholes, los blancos pasaron de ronda y, tras eliminar al Bayern en semifinales, ganaron la Octava contra el Valencia.
«Recuerdo bien la jugada que comienza en nuestro propio campo, presionados por los jugadores del Manchester, recibo de Roberto Carlos, toco con Savio que me devuelve con clase por encima de la cabeza de Gary Neville y arranco hacia delante, recostado sobre la banda izquierda. En el uno contra uno el taconazo fue un recurso técnico, un momento de inspiración. No lo había hecho antes profesionalmente, sí con alguna frecuencia en divisiones menores cuando jugaba en Argentinos Juniors. Para mí fue importante levantar la cabeza y hacer la pausa para ver llegar a Raúl por el segundo palo y que finalizara en gol. Fue un gran partido de fútbol, de ida y vuelta. Ellos tenían un muy buen equipo, eran los campeones vigentes y hacía más de un año que no perdían de local en Champions. Old Trafford es un escenario fantástico. Recuerdo perfectamente que una vez finalizado el partido, cuando nos marchábamos hacia el vestuario, todo el público nos despidió de pie aplaudiendo a pesar de que su equipo había sido eliminado. Disfruté ese espíritu de entender este juego», rememora Fernando Redondo.
A través de un comunicado y responsabilizando de todo al jugador, el Madrid anunció un 27 de julio de 2000 la marcha de Fernando Redondo al AC Milan. El conjunto blanco recibió 3.000 millones de pesetas y el jugador cobrararia 700 por cada una de las tres temporadas, con opción a una cuarta, a las que se comprometió. El director general del Madrid, Julio Senn, el vicepresidente del Milan, Adriano Galiani, y el representante del futbolista, Roberto Luri, cerraron el acuerdo, pero según directivos del Madrid, el futbolista ya había firmado antes con el Milan, algo que Fernando siempre negó rotundamente.
«El Real Madrid desea hacer público el acuerdo al que han llegado Fernando Redondo y el Milan, y que vinculará al jugador con el club italiano durante las próximas temporadas. Por este traspaso, que se produce por expreso deseo del jugador, el Real Madrid percibirá la cantidad de 3.000 millones de pesetas». Así se iniciaba el comunicado oficial que hizo público el Madrid. «El deseo expreso del jugador por incorporarse al Milan», sigue el comunicado, «ha sido clave para que el Madrid no haya puesto obstáculo alguno a su traspaso, más aún teniendo en cuenta la extraordinaria profesionalidad que el jugador ha mostrado en todo momento con la camiseta blanca. Todo ello ha motivado que el Real Madrid no pueda sino aceptar y respetar la decisión del jugador». Directivos del club se mostraban indignados por el comportamiento del jugador en aquellos últimos días. Aseguraron que ya hacía tiempo había aceptado la oferta del Milan. «Quería irse al Milan, quedar como un héroe y culpar al Madrid de su adiós», declaraba uno de ellos, «y no estamos dispuestos a aceptarlo».
Lo cierto es que en la pasada campaña electoral, Florentino Pérez aseguró que sería Del Bosque quien decidiría qué jugadores necesitaba. Y el técnico, cuando se supo del interés del Milan, declaró que Redondo era imprescindible. El club justificó que no se hizo caso a la opinión del técnico porque así lo había decidido el propio Redondo. Este, en declaraciones a la cadena SER, desmintió esa información: «No quiero hacer un drama de todo esto, pero sí que queden las cosas claras. No me han dejado alternativa. No comprendo que no se digan las cosas tal y como han sido. Yo no tengo por qué mentir. Mi madridismo está demostrado con hechos, no con palabras. He tenido ofertas mayores que la del Milan y no me he ido. Si el presidente me hubiera llamado y me hubiera dicho que no quería venderme, no me hubiera ido. No ha ocurrido eso. Cuando los señores Amancio y Pirri me dijeron lo que quería el club, no me quedaron dudas». En el entorno del jugador se recuerda que, conocido el apoyo de Redondo a Sanz en las pasadas elecciones, un colaborador de Pérez dijo tras el triunfo de este que Redondo «puede irse preparando». Respecto a este hecho, el jugador dijo: «No quiero creer que haya gente que tome represalias por ser sincero».
El Madrid recibió un fax del Milan en el que ofrecía 3.000 millones de pesetas. «Pero no respondimos», aseguran fuentes de la directiva. «Nos extrañó que quisieran la respuesta de un día para otro. Hablamos con Del Bosque, le dijimos que de él dependía y comunicamos los hechos a Luri. Entonces descubrimos el porqué de tanta urgencia. El plazo de inscripción de jugadores para la Liga de Campeones acaba el 3 de agosto».
Redondo dijo que se siente obligado a irse; los directivos cargaban en privado contra el jugador -«nos ha engañado a todos»-, pero la nota oficial del club solamente contenía buenas palabras: «El Real Madrid, uniéndose al gran número de seguidores del jugador, quiere manifestar el enorme orgullo que ha supuesto contar en sus filas con un jugador como Redondo, al tiempo que le desea todo lo mejor en esta nueva etapa que ha decidido emprender. Seguirá teniendo su casa en el Estadio Santiago Bernabéu».
Años después Fernando insistiría en la verdad de su marcha, «Florentino se había comprometido en la campaña a traer a Figo, costaba mucho dinero y el Milan ofrecía por mí 18 millones de euros. Era mucho dinero por un futbolista de 31 años. Me dijeron que el club quería aceptarla. Me tocó un poco el amor propio que me quisieran vender. Por otro lado, se trataba del Milan y estaba Berlusconi, que me llamaba para que fuera».
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