viernes, 20 de septiembre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

ASI ES LA LIGA DE FUTBOL DE GAMBIA 

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Gambia, oficialmente República de Gambia y anteriormente República Islámica de Gambia, es una nación de África occidental rodeada en su totalidad por Senegal, excepto en la desembocadura del río Gambia en el océano Atlántico. Su capital es Banjul, aunque la ciudad más grande del país es Serekunda, con 10300 km² de superficie, donde vive actualmente una población estimada de 1,7 millones de personas.




El 18 de febrero de 1965, Gambia logró su independencia del Reino Unido y, el 24 de abril de 1970, se convirtió en una República dentro de la Mancomunidad de Naciones. Es un país con unas tierras muy fértiles que han convertido la agricultura en uno de los elementos clave de su economía, junto con la pesca y el turismo. Aproximadamente la tercera parte de la población vive bajo el umbral internacional de la pobreza. El inglés es el idioma oficial de Gambia; desde 2014 lo es también el árabe. Se hablan varias otras lenguas regionales como el mandinga, el wólof, el fula, el soninké (sarahule), además del criollo krio.

La liga de fútbol de Gambia está compuesta por 3 niveles, y es oficialmente conocida como GFA League. El campeonato se disputa desde la temporada 1965/66 una vez que el país obtuvo su independencia, y es organizado por la Asociación de Fútbol de Gambia. El campeón de la liga de la First Division obtiene plaza para la Liga de Campeones de la CAF.

Antes de la independencia del país el equipo más destacado fue el White Phantoms que llegó a ganar 8 temporadas consecutivas el título de liga, con una superioridad aplastante. Posteriormente a la independencia el Wallidan FC tomo su relevo, un club fundado en el año 1969 en la capital Banjul. Se erigió como el máximo estandarte del fútbol gambiano ganando 16 títulos de liga y 23 torneos de copa, y participando varias veces en torneos continentales, destacando la Recopa Africana de 1988, donde llegó a los cuartos de final.

Siempre seguido de cerca del Real de Banjul FC con 12 títulos de liga, 4 de copa y una Supercopa.

El jugador más emblemático que nunca ha defendido los colores de la selección de Gambia y ha disputado la liga de primera división fue Alhaji Momodo Njie, conocido como «Biri Biri». Aunque la etapa final de su formación futbolística tuvo lugar en el Mighty Blackpool FC de Sierra Leone, «Biri Biri» debutó en el Augustinians FC de su ciudad natal, Banjul, donde jugó durante 5 años. Posteriormente también jugó durante 7 años en el Wallidan FC en dos etapas distintas.


jueves, 19 de septiembre de 2024

"HISTORIAS DE VIDA QUE VALE LA PENA CONOCER"

 GARRINCHINHA LA TRAGEDIA DEL HIJO DE GARRINCHA

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

Garrincha, leyenda del Botafogo, llegó a defender los colores del Flamengo antes de retirarse, pero también estuvo vinculado al Fluminense, aunque nunca vistiera su tricolor. Fue el club Laranjeiras quien abrió las puertas a Manoel Castilho, el hijo renegado de Mané, e hizo posible que pudiera conocer a su padre antes de morir. Una historia perdida con el paso del tiempo.




Garrincha tuvo cinco relaciones y 13 hijos, y el pequeño Manoel no fue aceptado por su padre al nacer. Todo el mundo en Pau Grande, un barrio de Magé, en la región metropolitana de Río de Janeiro, donde nació la estrella del fútbol, sabía lo que había pasado. Aparte de los rumores, el parecido físico no deja lugar a dudas. El periódico «Manchete Esportiva» del 5 de septiembre de 1978 escribió: «Sólo hay una diferencia: la camiseta tricolor, que Garrincha nunca usó. Pero la forma de caminar, mirar y hablar es idéntica. Las piernas torcidas de Manoel Castilho demuestran que sólo puede ser hijo de Mané Garrincha».

Sin embargo, el pequeño Manoel, que creció con su padrastro como padre, solamente se enteró de la verdad a los 10 años, cuando su madre decidió romper el silencio. Su justificación para ocultar la historia fue evitar causar problemas a la carrera de Garrincha en la prensa. En una entrevista para la misma edición de «Manchete Esportiva», el chico explicó cómo se sintió al descubrir el secreto: «Hasta que recibí la confirmación de mi madre, sospeché que había algún tipo de parentesco entre los dos. No sabía cuál era, pero existía. Cuando supe que era hijo de Garrincha sentí un orgullo increíble. Y no era para menos. ¿Te imaginas descubrir a los 10 años, cuando ya lo sabes todo, que eres hijo de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos?».

 El primer periódico carioca en ir tras esta historia fue O Jornal, el 13 de agosto de 1972. En aquel momento, Manoel solamente tenía 11 años, pero ya se le veía como una estrella en potencia. El artículo decía: «Todos los que le vieron jugar son unánimes en afirmar que sus días de gloria no durarán mucho: otros cinco o seis años y los campos del mundo verán con incredulidad la «nueva alegría del pueblo». Y Garrincha también verá el tiempo que perdió por no conocer a su legítimo heredero».

Por ironías del destino, el club que le abrió las puertas a Manoel era el rival de los clubes donde jugaba su padre. El chico fue descubierto por João Carlos Batista Pinheiro, conocido como Pinheiro, antiguo defensa del club y entrenador del equipo juvenil en aquella época, que llevó al equipo a un partido amistoso en Pau Grande. Llamado a prueba en 1977, el hijo de Mané fue aprobado y se convirtió en el extremo derecho del equipo sub-17 del Fluminense.

La fábrica de talentos del Xerém no existía en los años 70, y las instalaciones utilizadas por los equipos juveniles del club estaban en Urca, en el sur de Río de Janeiro. Fue allí donde se produjo el encuentro entre padre e hijo, sin previo acuerdo. Al enterarse de que el joven de 16 años estaba en el Fluminense, Garrincha, retirado desde 1972, organizó una visita sorpresa para que fuera lo más natural posible.

«Papá dijo que le gustaría, algún día, verme jugar para ver si realmente había adquirido la forma que él tenía de jugar al fútbol. Me examinó las piernas. Nos pusimos uno al lado del otro. Son lo mismo, concluimos, mientras nos reímos. Fue muy bonito. No hay rencillas ni resentimientos. No hay quejas» contaba Manoel a «Manchete Esportiva».

En el Fluminense a Garrinchinha le apodaban «Neném». Medía 1,70 m, pesaba 59 kg y soñaba con ganar dinero para traer a su madre Iraci, su padrastro Silésio y su hermana Márcia a vivir con él a Río. Pero empezó a sentirse presionado por las inevitables comparaciones, y su prometedor fútbol no floreció como todos en el club esperaban.

 «No es fácil ser el hijo de Garrincha. Todos esperan que hagas lo mismo que vieron hacer a tu padre. El caso es que nunca vi jugar a mi padre. Ni siquiera en el cine. La única oportunidad que tuve de saber, más o menos, lo que hizo fue en un reciente anuncio de televisión. Solo por unos segundos», se quejó en la misma entrevista para «Manchete Esportiva».

Manoel Castilho acabó dejando el Fluminense a principios de los años 80 sin jugar con los profesionales. De la mano de empresarios, fue guiado a una frustrada aventura futbolística en Portugal, a través de Belenenses, AD Fafe y Leixa. Entonces se fue a Suiza a través de unos amigos que hizo en Europa y que le ofrecieron alojamiento y trabajo en Maggia, un pueblo de la ciudad de Locarno.

Cuando Garrincha murió el 21 de enero de 1983 de una infección generalizada, Manoel ya estaba en Europa y se enteró de la noticia por su madre. En unas declaraciones al periódico francés «Le Sport» y publicadas en Brasil por «Jornal dos Sports» el 3 de diciembre de 1987, el hijo de Mané se lamentaba. Los recuerdos de su padre durante su etapa en el Fluminense fueron los primeros y los últimos.

«Me enteré por mi madre de lo que pasaba (a Garrincha) y eso me puso muy mal. Quería ayudarle y no podía. Ni siquiera podía viajar a Brasil. Ni siquiera me fue posible viajar a Brasil para verlo por última vez».

En Locarno, Manoel formó una familia, tuvo una hija llamada Ana Felipa y llegó a jugar en el AC Maggia, un club amateur de la Tercera División del país. Pero se ganaba la vida trabajando como obrero de la construcción. La carrera del heredero de Mané no se acercó a la brillantez de la de su padre, pero ambos acabaron en la penuria y la tragedia. Vivió hasta 1992, cuando murió tras un accidente de coche. Tenía 31 años.


miércoles, 18 de septiembre de 2024

"EN EL RECUERDO"

EL RIVER CAMPEON DEL 81 CON DI STEFANO Y KEMPES

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Alfredo Di Stéfano y Mario Kempes, dos históricos del fútbol argentino, coincidieron en River Plate en 1981 para hacerlo campeón del Torneo Nacional un 20 de diciembre. El rival en la final a doble partido fue Ferro Carril Oeste, al que derrotaron en la vuelta por 1-0, con gol de Mario Kempes, cerrando así una etapa en la que el equipo de Núñez consiguió siete títulos en seis años. Fue el vigésimo certamen del Millonario en la era profesional.




El Torneo Nacional 1981 se jugó entre el 13 de septiembre y el 20 de diciembre y lo disputaron 28 equipos que se dividían cuatro grupos de siete cada uno. Los dos primeros de cada zona avanzaban a los cuartos de final para luego eliminarse en series mano a mano.

Di Stéfano llegó al banquillo Millonario un 31 de julio de 1981, sustituyendo en el cargo al también histórico Ángel Amadeo Labruna, con el que jugó durante algunos años. Se daba la curiosidad que el último equipo argentino que había entrenado «La Saeta Rubia» fue Boca Juniors, con el que se proclamó campeón de la Liga argentina de Primera División en 1969.

Enzo Bulleri y Américo Rubén Gallego, que llegaron de Newell’s, Jorge García, de Central, y Julio Vasco Olarticoechea proveniente de Racing fueron los refuerzos para una plantilla cargada de talento con nombres como «El Pato» Fillol, Daniel Passarella, Alberto Tarantini, Norberto Alonso, René Houseman, Ramón Díaz o el propio Mario Kempes.

Di Stéfano debutó en el banquillo de River Plate en la Copa Presidente Domecq en México, en un partido ante el Atlante, con victoria de los argentinos por 3-2. El rival en la final fue el América, que derrotó a River por 2-1, con un gol en fuera de juego en contra y tres expulsados. Fue tras el partido cuando tuvo buenas palabras para felicitar a su delantero estrella, «Kempes me sorprendió, lo vi entero, jugó una barbaridad. Estuvo fenomenal. Metió paredes con Alonso y tiró de media distancia, eso es muy importante».

River jugó aquel Campeonato Nacional Argentino de 1981, durante la primera fase, en la Zona B, en la que estaban, además, Ferro, Loma Negra de Olavarría, Talleres de Córdoba, Guaraní Antonio Franco, San Martín de Tucumán y Sarmiento de Junín. El rendimiento del Millonario fue bastante aceptable, más en resultados que en juego, aunque cayó en los dos cruces ante Ferro. La gran campaña de Loma Negra, el equipo de Amalia Lacroze de Fortabat, significó el principal obstáculo para lograr el segundo puesto, que clasificaba para los cuartos de final, ya que el conjunto de Caballito consiguió el primer lugar.

River Plate consiguió clasificar tras ganar en Junín a Sarmiento, y en la primera contienda enfrentó a Central, derrotándolo en Arroyito por 2-1 con goles de Daniel Passarella y José María Vieta y empatando sin goles en el Monumental. En las semifinales, el club de Núñez se topó con Independiente con el que mantuvo dos duros cruces. En Avellaneda, igualó 1-1, poniendo en ventaja nada menos que Antonio Alzamendi e igualó Passarella de tiro libre. En Núñez empataron sin goles.

El rival en la final a doble partido fue Ferro Carril Oeste, dirigido por Carlos Griguol, el único que había doblegado a River en todo el Nacional y por dos veces. La primera final se jugó en el Monumental el 16 de diciembre y en un partido muy parejo, River se quedó con el triunfo gracias a un gol de larga distancia de Olarticoechea, que contó con la complicidad del arquero del equipo de Caballito, Carlos Barisio.

En el partido final, River Plate formó con Ubaldo Fillol; Eduardo Saporiti, Alberto Tarantini, Daniel Passarella y Julio Olarticoechea; Enzo Bulleri, Américo Gallego y Emilio Commisso; Jorge Tévez, Mario Kempes y José María Vieta. En la segunda parte, Di Stefano hizo ingresar a Ramón Díaz y Reinaldo Merlo por Tévez y Vieta, respectivamente.

River jugó su mejor partido del campeonato y definió el título a los 13 minutos del segundo tiempo, en una gran jugada de su goleador Mario Kempes. La figura de la temporada fue el delantero, que además, fue el goleador junto con Daniel Passarella, ambos con seis tantos cada uno. La principal virtud de los dirigidos por Alfredo Di Stefano fue la solidez defensiva que tuvo en los mano a mano del final del certamen.

 

martes, 17 de septiembre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

 "IGOR BELANOV EL PRIMER BALON DE ORO EN UNA GUERRA"

FUENTE: "KODRO MAGAZZINE"

Igor Belanov, en 1986 pasó a la historia como uno de los tres jugadores de la Unión Soviética que ganaron el Balón de Oro. Tras la invasión de Rusia sobre Ucrania, igual que otros valientes deportistas, se apuntó al frente para combatir y defender a su país, convirtiéndose en el primer futbolista ganador de un Balón de Oro que participa en una guerra.




A lo largo de 1986, el delantero de origen ucraniano no solamente brilló con la camiseta de un Dinamo de Kiev que ganó la Recopa de la UEFA de esa temporada con él como máximo goleador. También tuvo una actuación destacada en el Mundial de México, incluyendo el hat-trick en la derrota ante Bélgica de octavos de final, además de gritar un tanto en el 6-0 contra Hungría en el debut en el torneo en la fase de grupos. En esa Recopa precisamente fue verdugo de un equipo español. En la final ganó al Atlético de Madrid.

«Trato de ser útil a nuestras fuerzas armadas, para ir a baterías, orfanatos. Todo lo que pasa hoy, lo que vi, me impactó. Realmente ni siquiera tengo tiempo para descansar, porque entiendes que quieres hacer algo bueno, aunque sea alguna cosita: llevarte el Balón de Oro, mostrar a los luchadores en primera línea, hablar de los campeonatos mundiales, distraerlos de alguna manera», explicó en la prensa ucraniana sobre su labor.

El exjugador ganó ocho títulos en el Dinamo de Kiev y también jugó para el Borussia Mönchengladbach y el Eintracht Braunschweig en las décadas de 1980 y 1990. Junto con Oleh Blokhin (1975) y Andrei Sevchenko (2004), son los jugadores que ponen al país en el mapa del Balón de Oro. Ahora lucha por Odessa, su ciudad de nacimiento, ayudando a los ciudadanos con todo lo que pueden, así como manteniendo el orden con su carisma.


lunes, 16 de septiembre de 2024

EN EL RECUERDO

CUANDO RUDD GULLIT JUGO EN EL NEWCASTLE

FUENTE: "KODRO MAGAZZINE":

Sí, Ruud Gullit vistió la camiseta del Newcastle en un partido disputado el 24 de julio de 1999 ante el Reading en el Madejski Stadium. Las Urracas viajaron a Berkshire para ayudar a inaugurar el nuevo estadio de los Royals, pero fue el holandés quien acaparó los titulares cuando se incluyó entre los suplentes en un amistoso de pretemporada… y luego debutó tras el descanso con su equipo perdiendo 2-0.




La presencia de Gullit en el terreno de juego animó a su equipo, y su pase en diagonal de 50 metros a Paul Robinson hizo que el delantero ganara un penalti convertido por su joven compañero de ataque James Coppinger. Para no ser menos, Robinson empató a diez minutos del final y el partido terminó 2-2. Gullit demostró que aún se encontraba en gran estado de forma, y es que no olvidemos que la campaña 1997-1998 fue jugador-entrenador del Chelsea.

 Aquel verano, el equipo entrenado por Gullit disputó nueve amistosos en solamente 17 días. Además de un viaje a Holanda para enfrentarse a los modestos Den Bosch, SV Deurne y Helmond Sport, le siguieron partidos en Livingston, Dundee United, Reading, Celtic, Stoke y, por último, el Vfl Bochum alemán.

domingo, 8 de septiembre de 2024

DE COLECCION:

CLAUDIO PAUL CANIGGIA EN EL HELLAS VERONA DE ITALIA

FUENTE: KODRO MAGAZINE

En 1988 Claudio Paul Caniggia recaló junto a Pedro Troglio en el Hellas Verona Football Club, aunque un año antes estuvo muy cerca de fichar por la Juventus. Tan cerca estuvo, que el propio jugador dinamitó el acuerdo cuando aceptó hacerse una sesión de fotos con la revista argentina El Gráfico para lucir antes las cámaras con la bianconera. Craso error de juventud.




 Aquello sentó muy mal a los directivos de la Vecchia Signora que se retiraron inmediatamente de las negociaciones, y todo acabó con el argentino fichando a la vez por la AS Roma y el Hellas Verona. Los romanos retrasaron uno de los pagos, y el presidente de River, Santilli, perdió la paciencia y lo acabó vendiendo al mejor postor, los de Verona. Tras acabar el caso en los tribunales, los scaligeri ganaron el litigio, pagaron cerca de dos millones y medio de dólares, además de incluir un piso y un coche de lujo (Alpine-Renault), llevarse también al internacional Pedro Troglio y jugar dos partidos amistosos en El Monumental ante River Plate aquel mismo año.

«El Pájaro» llegó a la ciudad de la Arena como si de una estrella del rock se tratara, y dejando claro que lo daría todo para conseguir una plaza en el Mundial de Italia ’90. Tampoco hay que olvidar que en River Plate su entrenador Carlos Timoteo Griguol le quitaba la titularidad.

Es más, en su contrato incluyó una cláusula que obligaba al club a cederlo a la selección argentina siempre que el jugador lo deseara. «Llegaré al Mundial con dos años de experiencia europea, jugando en el país anfitrión, le servirá a Bilardo», aseguraba a los medios en su presentación.

A pesar de que el argentino parecía muy concentrado para triunfar, la afición desconfiaba, por lo que había estado leyendo en la prensa italiana antes de su llegada. La presión mediática (negativa) de su fichaje llegó hasta tal punto que su propio amigo Diego Armando Maradona tuvo que salir a apagar el fuego. «Todavía no ha llegado Caniggia a Italia y ya tiene fama de antipático. Lo que ha trascendido acá es que es loco. Está bien, nosotros le decimos loco, pero se tiene que interpretar como corresponde. Caniggia e fortíssimo, parola di Diego».

Lo cierto es que la prensa italiana no exageraba… la vida nocturna veronesa era bastante animada y no tardó en seducir al delantero argentino. Concretamente, lo hizo a los pocos meses de su llegada de la mano de un popular relaciones públicas, de un centro de belleza de la ciudad, que consiguió convertir el salón en un lugar de encuentro de personalidades, futbolistas y coristas, y Caniggia no podía faltar. Este personaje de la noche veronesa se llamaba Darío Mora, pero era conocido como «Lele».

Evidentemente, a los Carabinieri no se les escapaba aquella incómoda situación y en un informe policial la describieron así: «Una actividad de placer, cuyos ingredientes, sin embargo, no eran solamente fiestas o chicas fáciles, sino también drogas». Entre los clientes de Mora, según las interceptaciones de los Carabinieri, estaban Patty Pravo y, efectivamente, Claudio Caniggia. Las llamadas más comprometidas, que meterán en problemas tanto a Mora como al delantero argentino, parten de un restaurante del centro de la ciudad, la noche después del partido entre el Verona y el Nápoles. En la fiesta de Mora también estaba, como invitado especial, Maradona.

 Solo habían pasado un puñado de meses desde que «El Cani» llegó a Italia y ya estaba involucrado en círculos sociales de dudosa reputación, pero también se había ganado el cariño de su afición. Marcó su primer gol en la Serie A al borde de la línea de fuera de juego, con esa postura encorvada que tiene, antes de rematar con una vaselina contra el AC Milan, que era el vigente campeón. «Tenía que ser muy rápido, aprovechar ese metro y medio que apareció de repente. Las defensas italianas eran las más difíciles del mundo, cerradas, siempre muy cuidadosas. Tenías que moverte mucho, porque si no te destrozaban».

 En enero de 1989, Caniggia ya era ídolo, había sustituido a Elkjaer en el corazón de los aficionados del Véneto, pero todo se vino abajo ante el Bolonia, chocó contra Ivano Bonetti, se fracturó el peroné y se torció los ligamentos del tobillo. Estuvo tres meses de baja, sin embargo, para Bagnoli hubiera sido mejor tenerlo disponible, al menos para poder controlarlo. En mayo, las relaciones eran tensas, se hablaba de ruptura: Bagnoli, en Cesena, solamente lo utilizó media hora, molesto porque a pesar de que su recuperación de la lesión aún no era completa, había decidido participar en un amistoso benéfico, en Terni, entre Italia y Argentina (Caniggia había marcado tres goles, e Italia era en realidad el Ternana, con Tacconi en la portería). El distanciamiento entre estrella y entrenador se hizo inevitable, así que «El Pájaro» decidió anidar en Bérgamo, en el Atalanta. Atrás quedaron los primeros 21 partidos de Serie A y 9 goles, y la fascinación de los aficionados Gialloblù, que no le perdonaron su marcha.

 

sábado, 7 de septiembre de 2024

DE COLECCION

CUANDO HUGO ORLANDO GATTI JUGO DE DELANTERO EN BOCA JUNIORS:

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Hugo «El Loco» Gatti dejó en dos ocasiones su habitual posición entre los tres palos para disputar minutos como flamante delantero centro del Club Atlético Boca Juniors. La primera ocasión tuvo lugar el 11 de agosto de 1976 ante Platense, y el 17 de septiembre de 1984 ante el Atlas de México.




Dos actuaciones inusuales que lo hicieron entrar en el selecto grupo de porteros que han sido capaces de alternar posiciones en el terreno de juego a lo largo de su trayectoria deportiva por distintos motivos, como Jorge Campos, José Francisco Molina, Víctor Loyola o Agustín Marchesín, entre otros.

En 1976, tras seis largos años de espera, Boca Juniors se llevó el torneo Metropolitano de la mano de Juan Carlos «Toto» Lorenzo, con un equipo que dejaría huella en la historia del club. Tras la memorable vuelta olímpica en El Monumental de River Plate el 4 de agosto de ese año, la directiva decidió sobre la marcha prolongar los festejos de la consecución del título liguero. Se programó en La Bombonera un amistoso contra Club Atlético Platense, que también venía de coronarse campeón, en concreto, del torneo de Primera B.

Los once titulares que salieron a la cancha en aquella ocasión fueron Gatti; Vicente «Tano» Pernía, Francisco «Pancho» Sa, Roberto Mouzo, Alberto Tarantini, Jorge «Chino» Benítez, Rubén «Chapa» Suñé, Jorge «Ruso» Ribolzi, Carlos «Heber» Mastrángelo, Jorge Veglio y Gerardo Ríos.

La sorpresa vendría en la segunda parte, cuando el Toto Lorenzo hizo salir al Toti Veglio, José Luis Burtovoy se puso entre los tres palos, y el Loco Gatti ¡pasó a jugar de delantero centro! La Bombonera lo acompañaba a cada acción con constantes ovaciones, a las que el improvisado delantero respondía con sonrisas y gestos. «Me saqué el gusto. Esta era nuestra noche de fiesta y el público me lo pedía. Pero es difícil jugar adelante. Al segundo pique me fundí…». El resultado fue de 1-0 para el xeneize.

En 1984, en Fresno (California), el mítico arquero volvió a ser delantero durante 17 minutos en un amistoso contra el Atlas de México. «Atención troncos, que entró el maestro» fue el grito de Gatti antes de entrar al terreno de juego en un estadio prácticamente vacío.

Aquel partido en Estados Unidos fue uno de los 10 programados para afrontar la crisis de la entidad boquense, y estos tuvieron lugar en Europa y América del Norte. Boca salió al césped con Balerio; Passucci, Alberto, Mouzo, Córdoba; Stafuza, Segovia, Sotelo; Porté, Morena y Mendoza. Hugo Gatti, que estaba tomando el sol como un turista, con short y chinelas, se calzó la camiseta 14 (la única disponible y que tuvieron que ir a buscarla en el autobús del club), y jugo 17 minutos como delantero de Boca, y hasta llegó a tener una oportunidad de marcar un gol que sí concretó Fernando Morena.

 

viernes, 6 de septiembre de 2024

"HISTORIAS DE VIDA QUE VALEN LA PENA CONOCER"

ALAIN SUTTER, EL ACTIVISTA QUE BRILLO CON SUIZA EN EL MUNDIAL DE 1994

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Alain Sutter es un excentrocampista internacional suizo que destacó en el Mundial de Estados Unidos de 1994, y que tuvo un longevo paso por la Bundesliga alemana. En su palmarés encontramos dos Ligas, dos Copas y una Supercopa de Suiza. Con la absoluta de su país marcó 5 goles en 63 partidos.




Más allá del fútbol, y de su look con larga melena rubia al aire, también es recordado por su implicación con el medio ambiente y en especial en la deforestación del Amazonas. Memorable su protesta junto a otros compañeros de selección, el otoño de 1995 ante Suecia, con una pancarta contra las pruebas de la bomba atómica de Francia en Mururoa.

 Entre 1973 y 1985 Sutter se formó en el fútbol base del SC Bümpliz 78, que actualmente milita en la 2L Interregional Group 2 de Suiza, y con tan solo 17 años, se incorporó a las filas del Grasshopper Club Zürich, uno de los clubes más importantes del país helvético, y además debutó con la absoluta suiza.

 Tras dos temporadas en el club sin muchas oportunidades, se fue cedido la temporada 1987-1988 al Young Boys de su ciudad natal, Berna, en busca de minutos. Tras 28 partidos y 5 goles, volvió a Zurich donde terminó de explotar el año siguiente. Tras un total de 202 partidos y 36 goles con el Grasshoppers, fue traspasado al 1. FC Nürnberg alemán para disputar la campaña 1993-1994.

En el Mundial de Estados Unidos de 1994, Sutter desempeñó un papel fundamental en la gran actuación de Suiza, llegando hasta los octavos de final, donde fueron eliminados por España, que ganó 3-0. En aquel equipo Sutter era uno de los jugadores más importantes junto al «killer» Stéphane Chapuisat, Adrian Knup y Ciriaco Sforza.

El equipo centroeuropeo quedó encuadrado en un difícil grupo A, junto al anfitrión, Estados Unidos y las selecciones de Rumania y Colombia, con Hagi y Faustino Asprilla como rutilantes estrellas locales, respectivamente, que venían haciendo un gran fútbol. Sorprendentemente, Suiza se coló en el segundo puesto gracias, en parte, a la exhibición del equipo suizo frente a Rumania, a la que ganó por 1-4, con gol incluido de Alain Sutter.

El gran juego demostrado por la selección suiza, y la calidad de la zurda de Sutter junto a su inconfundible larga melena rubia, hizo que el Bayern Múnich se hiciera con los servicios del talentoso extremo zurdo helvético para la temporada 1994/95, donde coincidiría con Ciriaco Sforza, compañero de selección.

Sin embargo, una temporada complicada en el equipo muniqués precipitó la salida del suizo a otro club de la Bundesliga, el SC Freiburg, donde jugaría dos temporadas. En 1997, Sutter rechazó una oferta de la Universidad Católica de Chile y emigró a la MLS, para firmar con los Dallas Burn, equipo donde se retiró en 1999 jugando los partidos con un pañuelo en su cabeza.




jueves, 5 de septiembre de 2024

"EN EL RECUERDO"

EL 0 A 5 DEL BARCELONA EN EL SANTIAGO BERNABEU

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

El 0-5 del FC Barcelona al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, del 17 de febrero de 1974, sigue siendo a día de hoy una fecha imposible de olvidar para los aficionados del FC Barcelona. Una espectacular victoria que trascendió al ámbito social y, sobre todo, político. Aquella era la segunda manita de los blaugranas a los merengues, la primera tuvo lugar el 21 de abril de 1935 en el Camp Nou.




Un resultado especial que incluso se vio reflejado en el NewYork Times, donde llegó a escribirse que aquel resultado “había hecho más por la causa catalana de lo que cualquier político o figura de la resistencia hubiese hecho nunca”. “Lo que más me chocó era que no nos felicitaban, nos daban las gracias. Aquello era realmente inesperado, algo que no olvidaré jamás. Era todo lo que nos decían: gracias. En todos los sitios” recordaba el propio Cruyff.

Eran tiempos de franquismo, y en los que aún estaba presente en la memoria culé la dolorosa derrota en la final de Copa de Europa de Berna. El club catalán vivía una oscura etapa, nefasta en éxitos, pero la esperanza de cambio tenía un nombre propio, Johan Cruyff. Fichado en agosto de 1973 por la directiva presidida por Agustí Montal, el holandés no pudo debutar hasta la octava jornada, debido a problemas burocráticos, cuando el FC Barcelona ocupaba, increíblemente, la penúltima posición del campeonato. Con Johan, como líder indiscutible, el Barça llevó a cabo una espectacular remontada. El nuevo crack blaugrana, que marcó dos goles en su primer partido de Liga ante el Granada, llegaba en plena forma para disputar el segundo Clásico de la campaña 1973-1974. Los blaugranas lideraban la liga, con seis puntos de ventaja sobre el Real Zaragoza, mientras que un desorientado conjunto merengue se quedaba a la deriva en la séptima posición.

Johan Cruyff aún no había saboreado la derrota con la camiseta del FC Barcelona, y la crisis que acarreaban los locales era tan pronunciada que su mítico entrenador, y antes jugador, Miguel Muñoz, había sido despedido un mes antes, tras una vergonzosa derrota en Castellón. El simbolismo era enorme y el ex del Ajax y sus compañeros de equipo se enfrentaron a sus anfitriones sabiendo que aquel partido era algo más que fútbol.

Era la jornada 22 y el conjunto dirigido por Rinus Michels encabezaba la tabla clasificatoria con 31 puntos, seis más que sus más directos perseguidores, Zaragoza y Málaga, que sumaban 25. El Real Madrid, séptimo, tenía 22 y estaba por debajo de Atlético y Athletic (24) y Granada (23).

 Con una aceptable entrada y las cámaras de TVE en el Bernabéu, ambos equipos fueron sorprendentemente recibidos con aplausos. La temperatura, a las ocho de la tarde, era algo baja en la capital de España, pero muy apropiada para la práctica del fútbol. El árbitro era el navarro Orrantía (el mismo que expulsaría a Cruyff en La Rosaleda un año más tarde) y las alineaciones, fueron las siguientes:

Real Madrid: García Remón, Morgado, Benito, Rubiñán; Pirri, Zoco; Aguilar (Santillana 46), Velázquez, Amancio, Netzer y Macanás.

FC Barcelona: Mora, Rifé, Torres, De la Cruz; Costas, Juan Carlos; Rexach, Asensi, Cruyff, Sotil y Marcial (Tomé 70).

Si bien los primeros minutos del partido fueron bastante igualados y el Madrid hasta tuvo alguna que otra ocasión, el gol de Asensi al filo de la media hora (31′) , tras una gran jugada trenzada por los virtuosos Marcial y Rexach dio paso a un auténtico vendaval blaugrana con Johan como director de orquesta. A los 39′ el propio Cruyff estableció el 0-2 tras sortear a dos defensas y batir por raso a García Remón. Y en el 44  marcó en plancha Marcial, tras centro del bátavo, pero el árbitro Orrantía anuló el gol por fuera de juego.

La segunda parte fue un auténtico festival. A los 52 minutos, Asensi se infiltró por la izquierda, superó a Benito y Morgado y remató cruzado a la red, marcando el 0-3. A los 65 Johan hizo un cambio de juego y cedió al capitán Juan Carlos para que lograra el cuarto. La quinta y última diana fue obra de Sotil que remató de cabeza un medido lanzamiento de falta del holandés en el 70.

Minutos después de señalar Orrantía el final del partido, los alrededores del Camp Nou se llenaron espontáneamente de miles de seguidores que entendían aquella victoria deportiva como algo que trascendía al ámbito social y, sobre todo, político. Cruyff se había convertido en algo más que un futbolista para los catalanes aquella noche.


miércoles, 4 de septiembre de 2024

HISTORIAS QUE VALEN CONOCER

 LA HISTORIA DE ROMARIO " O BAIXINHO"

FUENTE: KODRO MAGAZINE:

Romário, mucho antes de convertirse en campeón del mundo con Brasil, tuvo que lidiar con el asma, la pobreza y los problemas de confianza que generaba su baja estatura entre sus primeros entrenadores. Una historia de origen, desconocida para muchos, que forjó el carácter de un «futbolista de dibujos animados» que todos disfrutamos y seguimos disfrutando.




Con 55 goles en 70 apariciones, aun a día de hoy es el cuarto máximo goleador de la selección de Brasil, detrás de Pelé, Neymar y Ronaldo. Su promedio de goles con la selección es superior a los goles de Neymar (segundo) y Ronaldo (tercero). Es el jugador que más goles marcó en una temporada con la camiseta de su selección, llegando a marcar 20 goles en 1997. Es el segundo máximo goleador de la selección brasileña en las eliminatorias mundialistas, ocupando el primer lugar hasta septiembre de 2021, cuando fue superado por Neymar. Es tercero en la lista de todos los tiempos de los máximos goleadores de la liga brasileña con 155 goles.

Tijuca, 29 de enero de 1966. El joven matrimonio formado por Edevair de Souza Faria y Manuela “Lita” Ladislau Faria recibe la llegada de su hijo primogénito. Río de Janeiro no es consciente que acaba de nacer un futbolista que pasaría a la historia. El padre trabajaba en una fábrica de pinturas y la madre le ayudaba en todo lo que podía. Todo esfuerzo era poco para salir de Jacarezinho, un conjunto de favelas donde el cartón, las maderas, la hojalata y, en el mejor de los casos, la uralita, sustituían torpemente a más nobles materiales de construcción. No era lugar para unos padres jóvenes criando a su recién nacido.

Por aquel entonces, sus dudas no solo se centraban en su hogar, sino también en el nombre que le debían poner al pequeño. Ede y Lita, como cientos de brasileños, eran apasionados de la tele, y “Don Romário, el hombre del diccionario”, era el programa de moda en aquellos momentos. El guion era fácil: un erudito, previa consulta del diccionario, iba descifrando el significado de palabras poco conocidas para el pueblo. Aquello maravilló a los brasileños… e inspiró a los padres de Romário.

“O baixinho” creció con graves problemas respiratorios. No jugaba con otros niños y, si lo hacía, enseguida volvía a casa, cansado… Por la noche dormía intranquilo, y más con la llegada de Ronaldo, su hermano, dos años más joven que él (más adelante llegaría su hermana). Pero todo problema a veces encuentra solución de la forma más inesperada…

En 1970, Ede consiguió un cargo de más responsabilidad dentro de la misma empresa, y la familia De Souza Faria se mudaría a una nueva casa en un barrio algo más seguro. “Cuando hablo de mi familia me emociono. Mi padre pintaba, hacía de todo para poder vivir. Mi madre lavaba ropa. Trabajaron mucho para dejarme hacer lo que me gusta. Mi hermano lo sacrificó todo para que yo jugara. También él jugaba. Dijeron que era mejor que yo, pero no era verdad”, recuerda Romário. En Vila da Penha, el asma de Romário, que por aquel entonces tenía 3 años, desapareció de la noche a la mañana, posiblemente a causa de un clima más benigno y unas condiciones higiénicas mejores. Además, muy cerca de su casa vivían sus tíos, Dé y Delza, grandes amantes del futebol.

En aquella época el talento innato para el fútbol de Romário era cultivado no solamente por su padre, sino también por sus tíos, que no perdían ocasión para llevarle a los entrenamientos que se realizaban en el modesto Campo do Alianza de Praça Soldado José dos Anjos. Los niños llegaban atildados con su camiseta limpia y sus botas relucientes. Muchos de ellos, acompañados de sus padres o arrastrando a su hermano pequeño, como en el caso de Romário y Ronaldo. Todos buscaban alinearse en el equipo con más posibilidades. La gente estaba ansiosa, con el aplauso siempre dispuesto para premiar a aquellos chiquillos entre 7 y 13 años que se esforzaban en imitar a las grandes figuras. No eran simples “pachanguitas” de patio de colegio. El director de la Escola Futebol Vila da Penha, dirigía con la misma ilusión y entrega que lo haría el responsable de una escuela de samba. Todos estaban maravillados por un chiquillo de siete años, el más bajito de todos, con el dorsal número 7 a la espalda, que trataba de burlar a sus contrincantes, mucho más altos y corpulentos. Con una habilidad sorprendente, regateaba y se plantaba ante el portero. Su sueño era convertirse en jugador del America do Rio, y su nombre nadie lo olvidaría.

Edevair tenía claro que haría lo imposible para ayudar a sus dos hijos a cumplir su sueño de llegar al fútbol profesional, fue así como cogió la dirección de la Escola Futebol Vila da Penha, la profesionalizó dentro de sus posibilidades, y la transformó en el Estrelinha. Club que seguiría jugando sus partidos en el Campo do Alianza. “Yo había llegado hasta la Liga de Segunda División, pero no era profesional. Eso quedaba reservado para los que jugaban en Primera División. En Brasil hay tantos jugadores, que si no llegas a lo más alto no eres nada… Bueno, sí, jugador de un equipo y para mí, eso ya era suficiente…”. Está claro que a Ede le hubiera gustado más lucir la elástica de alguno de los grandes clubs y llegar a codearse con las máximas figuras del balompié.

El Estrelinha tenía una plantilla de 30 jugadores, y todos querían jugar. Nunca había ninguna baja, y Romário era el líder. Pese a su carácter reservado y tímido ante los extraños, siempre se erigía en el jefe sobre el campo. Posiblemente, porque su labor era más lucida. “Yo me limitaba a robar balones desde el centro del campo y él, a rematarlos, marcando los goles. Era la estrella”, recuerda su hermano Ronaldo.

Los cazatalentos futbolísticos de Río no tardaron en llamar a la puerta de la familia. El primero en intentar su fichaje fue Wilson, el entrenador del equipo júnior del Vasco da Gama. Era el año 1979 y “O baixinho” tenía 13 años. La visita se produjo durante el transcurso de un partido entre el Estrelinha y el Bonitinhos, un equipo juvenil dependiente de uno de los clubs profesionales de Río. Wilson quedó impresionado de la habilidad, la técnica y la rapidez del hijo de Ede. Pese al preacuerdo, a los técnicos del Vasco de Gama el chico les pareció poco formado, demasiado joven y especialmente bajo. “¿Qué haremos con él? ¿Ponerlo en los infantiles?” A Wilson no le gustó la ironía, él confiaba en Romário y discrepaba de aquellos técnicos de despacho que solamente le habían visto tocar la pelota en los entrenamientos. Así que decidió abandonar el Vasco da Gama, y se fue al Olaria Atlético Clube con Romário, que abandonaría el Estrelinha en 1980 con 14 años. El modesto club brasileño les abrió las puertas y los trato como parte de su familia. Tuvieron todo tipo de atenciones a su alcance para poder desarrollar su talento con tranquilidad. Era el inicio de una gran “amistad”, que tendría desgraciadamente un final muy infeliz.

Romário llegó al cadete del Olaria Atlético Clube la temporada 1980-1981, donde coincidiría con otros futuros futbolistas profesionales como Gonçalves y Aílton. Allí maduró, aprendió a pelearse con las defensas y a sacrificarse constantemente. Una formación que, a la larga, le serviría para convertirse en un futbolista deseado por medio mundo. Su esfuerzo y dedicación tuvieron premio al final de temporada con la llamada del Vasco de Gama. Entonces, sus técnicos sí se dieron cuenta de su valor.

Romário, en su primera y única temporada en el Olaria, fue el máximo goleador de todas las categorías cadetes de Brasil y forjó una gran amistad con el técnico Paulo Ferreira. “Es bajito y delgado. Le costará más llegar que a los chicos de su edad. Le exigirán lo mismo, con unas condiciones inferiores. Afortunadamente, cuenta con una inteligencia como jugador superior a la de cualquier otro…”. Ferreira apoyó en todo momento a Romário, y este supo agradecerlo hasta tal punto que, aún hoy, es uno de sus mejores amigos en el fútbol brasileño. Además, le ayudó a superar sus crisis psicológicas como jugador. “Tuvo un par de malos momentos. Quiso dejarlo por unas decepciones, pero le hice ver que en el fútbol estaba su futuro. Tanto en Brasil como fuera del país. Le convencí de que cosas similares también pasaban en otras actividades de la vida y en las que encontraría menos satisfacciones. Por ejemplo, el fútbol le podía brindar una serie de comodidades difíciles de alcanzar en otras profesiones. Me hizo caso y siempre que dialogamos me lo agradece”.

Aquella historia, que parecía tener un final feliz, acabó con el delantero aceptando la primera la oferta del Vasco sin consultar al Olaria, y este último no dio el visto bueno al traspaso. Por desgracia para el joven, todo acabaría mal a causa de una especie de derecho de formación. El Olaria le impediría así jugar durante un año como venganza por la “traición”.

La historia la recuerda el propio Paulo Ferreira: “Romário no era un desconocido para el Vasco. Sabían de su existencia. Simplemente, esperaban que se formase más y la temporada con el Olaria le fue muy bien. Se concertó un partido amistoso entre ambos clubes, a final de temporada. Ganó Vasco por 4 goles a 3… con tres goles de Romário. Aquella fue la prueba definitiva y Augusto, técnico del Vasco da Gama, le ofreció la ficha al jugador, que dio el sí. Pero ninguna de las dos partes consultó con el club contrario. Romário, quería irse, pero su antiguo club dijo no”. Todo hizo indicar que existió una guerra de intereses. El modesto Olaria Atlético Clube posiblemente quería sacar gran tajada de la operación y el Vasco de Gama ahorrarse dinero. Las consecuencias las pagó el jugador, que fue sancionado por la federación brasileña con un año de inhabilitación (reducida a 8 meses) sin poder jugar en competiciones oficiales.

Pese a no poder jugar partidos oficiales, hasta la parte final de la temporada, Romário se incorporó al juvenil del Club de Regatas Vasco da Gama para la temporada 1981-1982. Aquella situación atípica no gustó a nadie y menos al jugador, que incluso pensó en tirar la toalla. Los partidos de vóley en las playas eran su única válvula de escape durante ese duro periodo. No podía entender cómo los que le habían tratado como a un hijo, ahora le impedían mejorar en su incipiente carrera deportiva. Tan solo acababa de empezar su historia.

 

martes, 3 de septiembre de 2024

"EN EL RECUERDO"

LA MITICA TANDA DE PENALES EN ESTADOS UNIDOS:

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

17 de julio de 1994, un total de 94.194 espectadores en un Rose Bowl lleno hasta la bandera, Brasil e Italia deben afrontar una fatídica tanda de penaltis tras empate sin goles en los 120 minutos reglamentarios. Solo puede haber un ganador… y un vencido.




Franco Baresi, Albertini, Evani, Massaro y Roberto Baggio preparados en el lado de los italianos. Márcio Santos, Romário, Branco, Dunga y Bebeto preparados en el lado de los brasileños. Un desfile al abismo a ritmo del silbato del árbitro húngaro Sandor Puhl.

 El error de Roberto Baggio fue una auténtica caída al abismo del Balón de Oro de 1993, el mayor sufrimiento de su vida. Pero solo los más valientes son capaces de afrontar el reto. El líder absoluto de un equipo al que había comandado hasta la final de Pasadena con sus grandes actuaciones. Su imagen arrodillado sobre el césped y llorando de forma descontrolada sobrellevando la tristeza de un país entero a sus espaldas aún duele a los que amamos con locura a este fuera de serie.

«Los penaltis los fallan los que tienen el coraje de tirarlos. Aquel lo fallé y fue el momento más duro de mi carrera, me condicionó durante años. No olvidaré el abrazo de Riva, el afecto del cuerpo técnico de la Selección, pero yo ya no tenía la cabeza allí. Cuando mis compañeros fueron a cenar, me encerré en mi habitación. Perder en el campo, aunque no lo merezcas, puede ser justo. Pero hacerlo en los penaltis no lo fue. Me pareció inconcebible que cuatro años de trabajo se borrasen en tres minutos de penaltis», confesó el delantero de Caldogno que sigue sin «dormir bien por el error».


"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

ASI ES LA LIGA DE FUTBOL DE GAMBIA  FUENTE: "KODRO MAGAZINE" Gambia , oficialmente República de Gambia y anteriormente República I...