lunes, 30 de septiembre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

"PACHO" MATURANA, LA HISTORIA OLVIDADA EN EL REAL MADRID:

FUENTE: KODRO MAGAZINE:

En 1991, Pacho Maturana firmó contrato para ser el flamante nuevo entrenador del Real Madrid para la temporada 1991-1992. Su gran desempeño con la selección de Colombia en el Mundial de Italia 90, alcanzando los octavos de final, le valió ser el elegido por Ramón Mendoza, a pesar de su inestable paso por el Real Valladolid.




El entrenador colombiano incluso empezó a planificar la siguiente temporada del conjunto merengue en las oficinas del Bernabéu, donde cada semana se reunía con el presidente, y empezó a conocer los que eran sus nuevos pupilos. ¿Qué pasó entonces? ¿Por qué se torció todo?

 «A Maturana le espera un reto bien serio. Por eso lo del Madrid no se puede entender como la gran meta de Pacho; es simplemente el comienzo, el inicio de sus verdaderos objetivos. Lo anterior fue la preparación de una gran carrera que empieza ahora», escribía César Augusto Londoño en un artículo, portada de Deporte Gráfico, en el que se daba como un hecho la llegada del chocoano al Bernabéu.

Su fichaje por el Real Madrid era algo más que una salvación para el técnico, tras encarar la puerta de salida con el Real Valladolid, del que repudiaba abiertamente en la prensa española por considerarlo un «equipo perdedor». Por su parte, el Real Madrid vivía una campaña llena de dudas con dos cambios de técnico (acabarían siendo tres) y acercándose al descenso a la Segunda División A: comenzó Benjamín Toshack y luego vino la dupla Di Stéfano-Camacho.

“El que dio el visto bueno para mi fichaje fue Vicente del Bosque. Él entrenaba las inferiores del Madrid y estuvo siguiendo al Real Valladolid, y en un momento determinado dijo, ‘ese equipo mejor no puede jugar’. Lo he conversado muchas veces con Emilio (Butragueño), con Míchel, con Sanchís y con Fernando Hierro. Ellos me dicen que yo fui entrenador del Madrid y yo les digo que no. Me dicen, ‘sí fuiste, firmaste un contrato y eso te avala, y no solamente firmaste, venías semanalmente a reunirte con el presidente, a armar el equipo, la plantilla, y eso lo sabíamos nosotros y estábamos esperando tu llegada. Pero yo siento que no, simplemente firmé un documento. Cuando firmamos, el señor Ramón Martínez (dirigente) y el abogado fueron a Valladolid, firmé y me dicen, ‘chico, no te das cuenta lo que has hecho’ y les digo que firmé un papel y me dicen, ‘no, estás en el techo del fútbol, vamos a celebrar con un Dom Perignon’. Yo no tenía ni idea que era eso, ahora sí sé. Al final les dijo que no, que había firmado un papel, pero que cuando estuviera sentado ahí, yo invitaba el famoso Dom Perignon'».

«El Madrid, por aquel entonces, estaba en caída, y necesitaba urgentemente traer un entrenador antes de terminar la temporada. Hablaban de encontrar un revulsivo, porque si no yo iba a encontrar el equipo en segunda y les dije, ‘esto no es problema, el equipo es de ustedes, hagan lo que tengan que hacer’, entonces con mi autorización trajeron un entrenador que estaba en Zaragoza, ese entrenador era Radomir Antić. Vino, y de los 10 puntos que le faltaban, hizo 9. Entonces me decían a mí que la situación estaba difícil porque Radomir había agarrado mucho cariño de la gente, pero que me viniera igualmente, que iba a estar como manager y que cuando él perdiera un partido yo entraba, y eso fue como un golpe en el hígado para mí y dije que no. Me ofrecieron una indemnización, y yo dije: ‘Pero de qué, si yo no he entrenado ni un minuto'».



 


sábado, 28 de septiembre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

LA RELACION ENTRE LEV YASHIN Y PELE

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

 Lev Yashin y Pelé, coincidieron en activo durante 15 años, aunque solo se enfrentaron en dos míticas ocasiones, forjando una relación de amistad y admiración inquebrantable a pesar del paso del tiempo. En su primer encuentro, el soviético era una fortaleza impenetrable y consolidada bajo palos, mientras que Pelé era un joven debutante que aunaba toda la esperanza de su país.




Su admiración mutua siempre fue una delicia para los amantes del deporte rey, ambos se consideraban los mayores rivales a los que se habían enfrentado, «Pelé y yo, jugábamos a un mismo fútbol», aseguraba el soviético.

El primer encuentro en 1958, el debut de Pelé en los Mundiales

«Desgraciadamente, no poseemos el don de valorar infaliblemente los mejores días y momentos de nuestra vida. Solamente ahora comprendo que mis mejores días los viví en Suecia, durante el Campeonato Mundial de 1958. Allí es donde por primera vez vi a Lev Yashin. Fuimos a ver como se entrenaban los soviéticos, y lo vi tirándose al suelo y haciendo bellísimos saltos para atrapar el balón. Todo un enjambre de balones eran disparados por sus compañeros contra su portería, y él apenas haber repelido uno, se lanzaba al encuentro de otro con una dedicación envidiable, con una energía juvenil, aunque poco se parecía en aquel entonces a un muchacho», aseguraba Pelé en el libro “Los Caminos hacia el Olimpo”.

El astro brasileño no estuvo listo para el primer partido de Brasil en el Mundial de Suecia de 1958, disputado en Udevalla ante Austria, debido a una lesión que se produjo en un partido de preparación ante Corinthians. Ganaron los brasileños por un contundente 3-0 con goles de Mazzola (2) y Vavá. El segundo partido fue en Gotemburgo ante Inglaterra. Pelé no jugó y el partido terminó 0-0 gracias a la sensacional actuación del portero inglés, Colin McDonald. La historia nos reservaba algo realmente emotivo, el debut de Pelé en los Mundiales tendría lugar un 15 de junio de 1958 ante la URSS de Lev Yashin. Brasil ganó 2-0 con doblete de Vavá, y Pelé, aunque jugando magistralmente, no pudo batir al portero soviético ni jugando al lado de Garrincha.

«Después de las dos primeras rondas, la vieja guardia de la escuadra de Brasil se cansó notablemente y para el encuentro URSS-Brasil, el entrenador nos puso a Garrincha y a mí en la alineación del once inicial. De este modo, Yashin fue el primer guardameta extranjero contra el quién jugué en un partido internacional oficial. Pueden imaginarse los deseos que tuve de marcar un gol el día de mi debut. Pero no logré hacerlo. Durante el partido tuve varios duelos con él, pero salió airoso en la contienda. Recuerdo, como si fuera hoy, la forma en que mi amigo Garrincha, también debutante de la selección y jugador insuperable, me colocó en una posición maravillosa por medio de un exacto pase. Yo rematé saltando desde la marcha. El esférico iba a parar por debajo del larguero. El corazón medio un brinco en espera de júbilo. Pero Yashin me lo quitó, con su fantástico salto arrancando toda una tormenta de aplausos. Luego interceptó otras dos otras veces mis tiros a puerta, que yo mismo consideraba sumamente difíciles de parar».

El arquero llegó al Mundial de Suecia de 1958 tras haber ganado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956. Era su debut mundialista y los aficionados soviéticos depositaron toda su fe y esperanzas en su participación. Yashin atestiguó cómo el joven Pelé bailó con facilidad a la defensa soviética, y vio con sus propios ojos el inicio del mayor jugador que ha visto la historia de los Mundiales. Pura historia.

«Creo que ha sido el equipo más fuerte que ha ganado en los campeonatos del mundo. Los brasileños hacían con el balón todo cuanto querían. Era un auténtico espectáculo, que tenía por protagonistas a los jugadores y a la pelota. Pero incluso en esta magnífica escuadra destacaban Garrincha y Vavá. Y Pelé, la estrella del fútbol comenzó a brillar en este campeonato», aseguró Lev un su autobiografía.

Más casualidades de la vida, Yashin y Pelé disputaron las mismas ediciones de Copas del Mundo, defendiendo los colores de sus selecciones por última vez en México 1970. El arquero lo hizo como suplente y O’Rei convertido en triple campeón mundial.

El amistoso de 1965

El 21 de noviembre de 1965, Yashin y Pelé se volvieron a enfrentar, esta vez en el Maracanã de Río de Janeiro ante 123.000 espectadores. El partido fue toda una delicia para los amantes del buen fútbol y terminó con empate a 2. Fue entonces cuando por primera vez Pelé pudo batir al portero soviético, aunque solo en una ocasión.

La URRS disputó 4 días después otro partido en Belo Horizonte ante el Minas Gerais que acabó en empate a 0. Pero aquel no sería el primer viaje de la selección soviética a Sudamérica, ya que posteriormente visitarían Argentina, Uruguay, Chile, y volverían a Brasil. Como curiosidad, Pelé acudió como espectador en más de una ocasión para ver y saludar a su compañero.

 

Pelé & Yashin, una amistad histórica

Desde su primer encuentro en el Mundial de 1958 su relación de amistad y admiración se fue consolidando con el paso del tiempo, hasta el punto que Pelé fue uno de los grandes artífices de la visita de la URSS para los amistosos en Brasil de 1965. Yashin pasados los años volvería a visitar a su amigo en 1972, viajando a Brasil ya retirado para verlo en acción en sus últimas temporadas en el Santos.

 Tras su retirada, en 1971 se organizó un partido homenaje en el Estadio Lenin de Moscú que enfrentó al Dynamo de Moscú a un combinado de estrellas internacionales en las que no faltaron Pelé, Eusebio, Bobby Charlton o Franz Beckenbauer entre otros. Las gradas presentaron un lleno absoluto con 100.000 fans que disfrutaron, pero también lloraron ante la emoción de despedir a la que había sido su mayor leyenda. El partido acabó con resultado de empate a 2.

 Yashin y Pelé coincidieron públicamente en otras ocasiones ante las cámaras, demostrando su respeto mutuo y amor por el deporte rey. Nunca protagonizaron ni el más mínimo enfrentamiento dialéctico. Total y absoluta camaradería hasta el último de los días del portero soviético, tristemente fallecido un 20 de marzo de 1990.


viernes, 27 de septiembre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

 FUTBOL EN SALZBURGO UNA CIUDAD CON DOS CORAZONES 

FUENTE "KODRO MAGAZINE":

Salzburgo es una ciudad de destino obligado para todos los amantes del turismo cultural, pero también para los aficionados al fútbol a través de su actual abanderado, el Red Bull Salzburg. Si es cierto que a los visitantes les puede sorprender la falta de símbolos de este club en la ciudad de las cien iglesias, algo que contrasta con los símbolos del Sportverein Austria Salzburg, que sí dominan el espacio público.


Ello es debido a que desde 2005, estos dos clubes opuestos defienden los colores de la ciudad, a pesar de ser hermanos de armas, y provenir de la misma familia: el SV Austria Salzburg original, también conocido entre 1978 y 1997 como SV Casino Salzburg. Para entender este embrollo económico y deportivo, hay que remontarse al 6 de abril de 2005. Aquel día la empresa Red Bull compró el SV Austria Salzburg. Los aficionados, bastante contentos con aquella toma de posesión, descorcharon el champán pensado que vendrían días mejores y que pronto estarían compitiendo por el título de liga. La alegría duró muy poco. Después de unas semanas se dieron cuenta de que la empresa austríaca cambió su nombre, escudo y colores.

Los nuevos propietarios hicieron borrón y cuenta nueva, hasta el punto de que el Red Bull FC ni siquiera quiso conservar los trofeos ganados por el equipo púrpura y blanco antes de 2005 en el museo del club. Una parte de los aficionados, ante tal falta de respeto, decidieron abandonar definitivamente el club. Lo hicieron de forma espectacular en el estadio de Wals-Siezenheim, en el minuto 33 del choque entre el Red Bull Salzburgo y el Austria Viena, el 19 de septiembre de 2005. Aquel momento simbólico hacía referencia a la fundación del SV Austria Salzburg en 1933.

Se prendieron bengalas en el campo, y fue la última vez que aquellos aficionados salieron del estadio. Un intenso humo púrpura envolvió el campo mientras el resto del público silbaba en la esquina. El gesto fue claro y la fractura completa. Así pues, estos aficionados molestos con la destrucción de su club funda-ron otro desde cero. El 7 de octubre de 2005, el SV Austria Salzburg renació para conservar la tradición. Los comienzos resultaron difíciles, eran un 80% de ultras y un 20% de aficionados los que participaron en el proyecto. La iniciativa estuvo plagada de dificultades a la hora de oponerse al proyecto vecino: el 80% del público tradicional fue feliz con la llegada de Red Bull. Para la mayoría, los colores eran tan importantes.

La gente prefería ver al RB Salzburgo en la Liga de Campeones. En los primeros meses, el Austria Salzburgo participó en la cuarta división, formando una asociación con un pequeño equipo local, y luego se lanzó en solitario en la temporada 2006-2007, partiendo del séptimo nivel, el más bajo de la pirámide austríaca. Pero un equipo necesita un estadio, así que encontraron un terreno de juego con gradas supletorias. Luego, negociando con el ayuntamiento, consiguieron el Max Aicher Stadion. Desde el punto de vista deportivo, actualmente el proyecto va muy bien. El club no solamente se está desarrollando, y presentando equipos en las distintas categorías inferiores, sino que, sobre todo, el equipo principal está ascendiendo poco a poco y ganando otra vez el respeto de sus rivales.

El público también empieza a responder con una media de 1.000 a 1.500 espectadores en Regionalliga (la tercera división) en un estadio con capacidad para solamente 1.566 personas y con solamente tres gradas. Esto lleva a algunas situaciones divertidas y a veces hay más fans fuera que dentro del campo. En 2014, el equipo de Salzburgo llegó a ascender a la 2. Liga (la segunda división austríaca). Pero este éxito deportivo provocaría una primera caída. Se equivocaron al contratar a gente de fuera, a un nuevo jefe. Antes, los presidentes eran siempre fans en activo. Fue un error para un proyecto tan sentimental.

El Austria Salzburg no duró mucho en la segunda división, ya que descendió tras una sola temporada. Si las cosas van mal en el campo, también van mal fuera de él. Las grandes inversiones realizadas para adecuar el estadio, incluyendo un sistema de iluminación adecuado para los partidos televisados, pasaron factura a las cuentas de Austria. Fue el efecto dominó. El club volvió a bajar y se hundió en la cuarta división. Aquello no desanimó a sus fieles seguidores y en 2021 volvieron a la tercera división.

jueves, 26 de septiembre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

"CUANDO EL ONCE CALDAS FUE EL ONCE PHILIPS"

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

El actual Once Caldas S.A. es el club colombiano que más veces ha cambiado su nombre oficial: Deportes Caldas, Varta Caldas, Cristal Caldas, Once Caldas Colombiana u Once Philips. Este último cambio fue aplicado en 1991, cuándo la empresa de electrodomésticos Philips, por gestión de su gerente, Fausto Brivio Tarabella, se vinculó publicitariamente con el equipo profesional de Manizales, renombrándolo como Once Philips.




Curiosamente, aquel fue el segundo gran movimiento de la marca neerlandesa en el mundo del fútbol. No hay que olvidar que el PSV (Philips Sport Vereniging Eindhoven) fue fundado el 31 de agosto de 1913 para los empleados de la empresa de aparatos eléctricos Philips y juega en la Eredivisie.

La historia del club Once Caldas se remonta a los años 40, cuando los clubes Deportes Caldas y Once Deportivo, eran los representantes de Manizales, participando ambos en el primer campeonato profesional llevado a cabo en el año 1948. Estos equipos consiguen algunos títulos en el tiempo en el que juegan separados, más tarde en 1952 ambos equipos se unen formando el Deportivo Manizales jugando el Campeonato Colombiano de ese año, quedando en el duodécimo lugar, sin embargo, este equipo solo duró un año. 

Por esta razón en 1954 se forma un nuevo equipo para representar a Manizales llamado Atlético Manizales, este equipo vuelve a representar a la ciudad en 1958, pero es la última vez que regresa al campeonato colombiano. Es así que en 1959 se forma el equipo Once Caldas como unión de los nombres de los antiguos equipos Deportes Caldas y Once Deportivo. Más tarde el equipo empieza a tener encuentro con equipos de otros países. Finalmente, en 1961 el Once Caldas participa por primera vez en el campeonato colombiano, perdiendo en el primer encuentro contra el club Deportivo Pereira por 3-1.

Debido a los problemas económicos por los que el club estaba pasando, las empresas de la ciudad empezaron a apoyar al equipo, es así que Industria Licorera de Caldas, empezó a patrocinar al club en 1971, por lo que el nombre del equipo cambió a Cristal Caldas, más tarde en 1979 la empresa Colbateco se vincula con el club por lo que renombran como Varta Caldas, cuatro años más tarde Cobalteco cesa con su patrocinio al club, por lo que Licorera de Caldas vuelve a patrocinar al equipo, retornando al nombre de Cristal Caldas. En 1983 el equipo realiza una buena campaña resultando campeón de la Copa de la Paz (torneo Apertura), sin embargo, en el octogonal para definir al campeón del Campeonato colombiano de ese año, el equipo queda en quinto lugar. En 1991 la empresa Philips se vincula al equipo, por lo que el nombre del club vuelve a cambiar, esta vez a Once Philips.

 El 3 de junio, en 1993, el Once Caldas enfrentó al Júnior de Barranquilla, en el estadio Fernando Londoño que se encontraba en demolición para darle paso al Palogrande, en el partido de vuelta por la final del Torneo Apertura. El blanco se impuso 3-2 (4-3 en el global tras el 1-1 de ida) y ganó el campeonato del primer semestre, el premio fue un punto de bonificación, ya que en esa época había solo un campeón por año. Aquel fue el segundo título sin estrella para el Once Caldas, puesto que en 1983, también enfrentando al Júnior, el blanco se coronó campeón del torneo apertura, para la época se denominó Copa de la Paz.

Pese al triunfo y al no contar con el suficiente dinero del patrocinador Philips en 1993, se decide la vinculación de un copatrocinador: Postobón, con su producto Colombiana. En ese momento se cambia el nombre a Once Philips-Colombiana. Ese mismo año ganó el Torneo Apertura y clasificó para los octogonales finales, ocupando el quinto lugar. Esta fue la campaña más destacada del equipo en los últimos años y, sin embargo, tuvo durante el año una baja capacidad en el estadio Fernando Londoño y Londoño, lo que ocasionó un déficit importante por concepto de taquillas. Este año fue también de grandes cambios, ya que siempre se jugó fuera de Manizales por la demolición del viejo estadio Fernando Londoño y Londoño, teniendo que desplazar la sede como local a Cartago y Riosucio.

En 1994 se retira Philips como patrocinador; Postobón asume todas las obligaciones comerciales del equipo, inicialmente con su producto Colombiana. De esta forma, el equipo se renombra a Once Caldas-Colombiana, y para el año de 1995 es cambiado por Once Caldas Leona, por motivo del patrocinio de Cerveza Leona. Después de esto, el uso del patrocinio en el nombre desaparecería definitivamente.

 

miércoles, 25 de septiembre de 2024

"DE COLECCION"

ROGER MILLA EL ABUELO CAMERUNES DE LOS MUNDIALES

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Roger Milla fue leyenda de Camerún y del fútbol internacional, con imborrables goles y míticos bailes a ritmo de Makossa (música popular en las zonas urbanas de Camerún) en el banderín de córner.




Participación en 3 Copas del Mundo (1982, 1990 y 1994) y 5 ligas de distintos puntos del planeta, 2 Balones de Oro Africanos (1976 y 1990), reconocido como uno de los 125 mejores futbolistas vivos por Pelé, mejor jugador africano de los últimos 50 años según la Confederación Africana de Fútbol, y considerado por los aficionados al fútbol como el inmortal abuelo de los Mundiales.

 Una leyenda africana que reescribió los libros de historia del Mundial de Fútbol en dos ediciones consecutivas: en Italia 1990 se convirtió en el goleador más veterano del certamen y, en EEUU 1994 cuatro años después, batió su propio récord cuando ya había cumplido los 42.

El hecho de que Roger Milla se convirtiera en el primer y, hasta la fecha, único futbolista mayor de 38 años en ver portería en una Copa Mundial fue algo asombroso, como lo fue la heroicidad de clasificar a Camerún para los cuartos de final de 1990. Pero lo realmente increíble fue que regresara cuatro años después, con 42 años y 39 días, y estableciera un récord mundialista para la posteridad. «Más vale tarde que nunca», sería la mejor manera de definir la carrera del gran Roger Milla.

Albert Roger Miller (cambió el apellido posteriormente) nació en Yaoundé, la capital de Camerún, un lejano 20 de mayo de 1952. Por aquel entonces su formación futbolística se basaba en el fútbol callejero, y su paso por diversas escuelas de fútbol de la ciudad. Pero todo cambió cuando su padre encontró un mejor trabajo y la familia se mudó a Douala en 1970. Roger con recién cumplidos 14 años se inscribió en las pruebas de acceso a las categorías inferiores del Eclair Football Fille de Sa’a de Douala, y las superó con total éxito.

Tras acabar su formación en categorías inferiores, dio el salto a categoría senior con el Léopard Sportif de Douala de la Cameroon Première Division, a principios de la década de los años 70. Con el Léopard Sportif viviría en 1972 la inauguración del Stade de la Réunification, y que tras su renovación en 2018 puede albergar a 30.000 espectadores.

En este conjunto Roger se proclamaría campeón de las 2 únicas ligas ganadas durante la historia de este club, concretamente la de 1972 y 1973, además de disputar por primera vez la Champions de África. Allí su estrella empezó a brillar tras 116 partidos y 89 goles marcados en 4 años (1970-1973), y ofreciéndole la oportunidad de debutar con la selección de Camerún a sus 21 años en un partido disputado en 1973 ante Zaire clasificatorio para el Mundial de 1974.

Para la temporada 1973-1974 su nuevo destino sería el Tonnerre Kalara Club de Yaoundé, club donde también jugó posteriormente otro histórico del fútbol africano, el liberiano George Weah. En su primera temporada con su nuevo equipo ganó su primer trofeo continental, la Recopa de África. Sus hazañas en el Ahmadou Ahidjo Stadium le valieron el Balón de Oro Africano de 1976, y su posterior salto a Europa. Atrás quedaron 87 partidos y 74 goles.

De 1977 a 1989 se instaló en Francia, alternando temporadas en Ligue 1 y Ligue 2 con diversos clubes como el Valenciennes Football Club, el Association Sportive de Monaco Football Club, el Sporting Club Bastiais, el Association Sportive de Saint-Étienne y el Montpellier Hérault Sport Club.

En 1980 y 1981 ganó la Copa de Francia con conjuntos distintos: Mónaco (con muy poca presencia en el once inicial) y Bastia respectivamente, y ayudó al AS Saint-Étienne y Montpellier a ascender a la Ligue 1 en 1987.

 Su difícil adaptación al ritmo de juego europeo se transformó en bajo rendimiento y pesadilla en sus dos primeros años al norte de Francia con el Valenciennes, pero sus posteriores aventuras en el Mónaco y Bastia demostraron que los peores pronósticos sobre su carrera europea se iban quedando por el camino. Al menos, con estos dos últimos, consiguió estrenar su palmarés europeo en 1980 y 1981 con dos Copas de Francia. Y mientras su talento por fin dejaba constancia en tierras galas, Roger Milla iniciaba su leyenda con los leones indomables logrando una histórica clasificación para el Mundial de España de 1982. La primera vez que Camerún llegaba a una fase final de un Mundial.

Entre 1984 y 1989 llegaría su paso por el AS Saint-Étienne en Ligue 2 (dos años tras la marcha de Michel Platini a la Juventus), y el Montpellier HSC (empezando también en Ligue 2 para posteriormente ascender), donde coincidiría con jugadores como el «Pibe» Valderrama, Eric Cantona o Laurent Blanc. A pesar de sus notables actuaciones, su fama internacional y un olfato goleador innegable los grandes clubes europeos lo miraban con recelo, y es que Roger era un supuesto amante de la fiesta (sana, le encantaba salir a bailar), antes y después de los partidos, algo que desquició a la mayoría de sus entrenadores, y que le privó de dar el salto a un club grande. Sus constantes viajes a Camerún fueron otro de los grandes problemas durante su periplo francés. «La gente me juzgaba por lo que oían o leían en la prensa y los grandes clubes no tenían ninguna fe en mí», señalaría Milla.

En 1984 no solamente iría convocado con la Selección Olímpica de Camerún en Los Ángeles, sino que se proclamaría campeón por primera vez de la Copa África, mientras que en 1986 se convertiría en el máximo goleador de esta competición continental. En 1988, con él otra vez como estrella, Camerún lograba su segundo título de Copa África al derrotar en la final a Nigeria por uno a cero en Casablanca.

La temporada 1989-1990 decidió poner fin a su carrera fichando por el Jeunesse Sportive Saint-Pierroise de la Réunion Premier League, un conjunto con gran tradición para acoger a grandes superestrellas en el ocaso de su carrera, como por ejemplo Djibril Cissé o Jean-Pierre Papin. Tampoco hay que olvidar que este modestísimo campeonato totalmente independiente del sistema de ligas francés (aunque la Federación Francesa lo supervisa) ha dado jugadores como Jean-Pierre Bade, Guillaume Hoarau, Florent Sinama Pongolle, Dimitri Payet y Jean-Pascal Fontaine.

Y cuando ya parecía que el fútbol de élite le había dado la espalda definitivamente a Roger Milla, una llamada inesperada del propio presidente de Camerún, hizo que Roger se replanteara y aceptara volver a liderar los leones indomables. Para prepararse para la cita mundialista de Italia 90 abandonó la Réunion Premier League, y fichó por el Sporting Toulon Var, donde jugaba un joven Jacques Songo’o.

 Con 38 años, Milla completó una selección de gran nivel junto a Thomas N’Kono, Cyrille Makanaky y François Omam-Biyik, entre otros. Camerún inició la cita mundialista de Italia 90 sorprendiendo a la Argentina de Maradona. Milla se estrenó en el siguiente encuentro con un doblete para destrozar a la Rumanía de Hagi. Camerún ya estaba en octavos.

En el estadio San Paolo de Nápoles llegó el gran momento en la carrera de Milla, cuando Camerún y Colombia midieron sus fuerzas en un choque que fue a la prórroga, y que el de Yaoundé rompió con otros dos goles. En el primero fusiló a Higuita tras sentar a Perea y Escobar, y el segundo castigó una frivolidad del meta colombiano que quedó para la historia. «Higuita quiso regatearme. A Milla no le regatea nadie», explicaba más tarde el camerunés entre risas.

El histórico papel del combinado africano se vio frenado por la Inglaterra de los Gascoigne, Shilton, Platt y Lineker. Un partido para el recuerdo en el que los ingleses tuvieron que empatar en el último suspiro, de penalti, y que decidieron en la prórroga. Camerún era respetada a nivel internacional, y la imagen de Milla celebrando sus goles con un baile en el banderín de córner quedó para la historia. En 1990 levantaría su segundo Balón de Oro africano.

Con esta segunda juventud, Roger Milla aceptó prolongar su carrera. Primero en la India donde jugó para el Diamant Club en el torneo conmemorativo de los 100 años de Mohun Bagan (anotando en la victoria final ante el Mohun Bagan), y posteriormente en el Tonnerre camerunés donde se mantuvo hasta 1994, disputando 116 partidos y marcando 89 goles.

Por aquel entonces él no lo sabía, pero aún tenía mucho que dar a su país, y regresó sorprendentemente a la convocatoria de la selección absoluta de Camerún para afrontar el Mundial de 1994.

 Fue realmente increíble que regresara cuatro años después, con 42 años y 39 días, y estableciera un récord mundialista para la posteridad. Milla lo consiguió en el primer minuto de la reanudación, tras sustituir a un compañero en el descanso, y en un partido en el que los suyos cayeron 6-1 ante Rusia. En aquel choque, su rival Oleg Salenko también estableció otro récord mundialista: se convirtió en el único jugador en la historia del torneo en anotar cinco goles en un mismo encuentro. Además por el mero hecho de saltar al terreno de juego, Milla se había convertido ya en el primer futbolista africano en participar en tres Mundiales, así como en el más veterano de todas las selecciones y continentes en participar en una fase final de la prueba reina con 42 años. Curiosamente jugó con compañeros y se enfrentó a rivales que ni siquiera habían nacido cuando, 21 años y medio antes, anotó su primer gol internacional en un clasificatorio mundialista contra Zaire. Todos quedaron maravillados con su clásico baile en el banderín de córner.

 “Los cameruneses me presionaron para que jugara en 1994, porque creían que yo era el único capaz de marcar goles. No tenían fe en ningún otro futbolista. En aquella época estaba en el Tonnerre Yaoundé, un club camerunés, así que estaba listo y en forma. ¿Que si tenía confianza? Por supuesto. Siempre me cuidé físicamente. Nunca hice nada que pudiera perjudicar mi condición física. No llevaba una vida de excesos, llevaba más bien una vida muy sana. Como mucho, me bebía medio vaso de vino de vez en cuando. Convertirme en el goleador más veterano de los Mundiales fue un honor, pero tampoco es algo muy importante para mí. Aquel tanto sigue siendo un grato recuerdo, pero, como se suele decir, los récords están para batirse. ¿Y si lo consiguiera otro jugador camerunés?”.

La leyenda de Camerún colgó finalmente sus botas con la selección el diciembre de 1994, y su última aparición fue en un amistoso contra Sudáfrica. Nada más y nada menos que 77 partidos y 43 goles con la selección absoluta camerunesa.

En 1994 y con 43 años fichó primero por el Pelita Jaya FC (actual Madura United FC) al que ayudó a conseguir los mejores resultados de su historia, y un año después por el Putra Samarinda de Indonesia. Lejos de lo que pudiera parecer Roger no fue precisamente a pasearse por la PT Liga Indonesia Baru, sino que marcó 41 goles en 35 partidos, siendo aún hoy en día un auténtico récord.

Aún con fuerzas llegó en 1996 para jugar algunos partidos en su tercera etapa en el Tonnerre de Yaoundé, y lo que parecía ya un retiro tranquilo, en 1997 cambió tras recibir una oferta de cesión para disputar 5 partidos con el Atlanta Silverbacks de la A-League, un campeonato de fútbol de Estados Unidos y Canadá, que funcionó como la segunda categoría del sistema de ligas de los Estados Unidos desde 1995 hasta 2004, cuando se reconvirtió en la USL First Division.

Roger pasó por Estados Unidos con más pena que gloria, en lo que fue más una estrategia de marketing que no una oportunidad deportiva. Para el inicio de la 1997-1998 volvió a Camerún con el Tonnerre, en el que se retiró la 1998-1999 tras cumplir 50 años. Sí, esta vez se retiró definitivamente.


martes, 24 de septiembre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

DENER, LA HISTORIA COMPLETA DEL ENESIO PRODIGIO DE BRASIL

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Dener pudo poner en duda el reinado del joven Ronaldo en 1994 como mayor promesa del fútbol brasileño de aquel entonces. Era un jugador realmente espectacular que sorteaba rivales con extrema velocidad al más puro estilo “Garrincha”. Uno de los mejores artistas del balón que dio Brasil durante la década de los 90, aunque un accidente mortal cuando tan solo tenía 23 años le cortó una carrera meteórica. Justo en aquel momento tenía apalabrado su traspaso al VfB Stuttgart, e incluso se rumoreaba su presencia en la lista de preseleccionados de Carlos Parreira para el Mundial de Estados Unidos de 1994.




Apenas lo pudimos disfrutar 116 partidos en primera, con 42 goles. Un centrocampista extremadamente rápido y hábil, considerado uno de los prodigios brasileños más prometedores de su generación, que tuvo que luchar también contra las lesiones, que le complicaron su corta carrera. También es considerado el último gran jugador en la historia de la Portuguesa, donde fue conocido como el “Reizinho do Canindé”.

Tras la eliminación del Mundial de Italia a manos de Argentina, el fútbol brasileño comenzó a plantearse una seria limpieza en la canarinha. Si bien aquel equipo no tenía una media de edad que rozara la trentena, sí que necesitaba sangre fresca. Para la Copa América de 1991 disputada en Chile, se cambiaron hasta 15 jugadores respecto a la convocatoria para Italia 90. Fuera de esa lista se quedó un jugador que lo tenía todo, pero que aún era demasiado joven, era Dener. Su debut con la selección brasileña absoluta tuvo que esperar y le llegó a sus recién cumplidos 20 años, de manos del seleccionador Paulo Roberto Falcão, un 27 de marzo de 1991 contra la selección de Argentina, en un vibrante empate a 3 en la cancha del Club Atlético Vélez Sársfield.

El 28 de mayo repitió contra la selección de Bulgaria, con Hristo Stoichkov como superestrella. Aquellos partidos con la canarinha le sirvieron para despertar el interés del Anderlecht y Brujas, aunque la Portuguesa lo acabaría convenciendo para permanecer en Brasil. En total sumó 9 participaciones con Brasil Sub-23, y dos partidos con la absoluta bajo las órdenes de Paulo Roberto Falcão.

 Dener Augusto de Sousa nació el 2 de abril de 1971 en Vila Ede, un barrio humilde de la periferia norte de São Paulo. Al igual que muchos niños brasileños, tuvo una infancia complicada, aunque nunca renunció a su sueño de triunfar en el mundo del fútbol. Sus primeros pinitos con el balón los realizó, como no, jugando a fútbol sala hasta los 11 años, cuando fichó por el fútbol base del São Paulo. Cumplía perfectamente con el tópico del futbolista brasileño de origen pobre y crecido en el fútbol callejero.

Decía su madre en un reportaje que el pequeño Dener jugaba antes de andar, tan menudo que rodaba con el cuerpo encima de la pelota. Combinaba una velocidad fuera de lo común con una coordinación extraordinaria, un malabarista del balón sobre piernas de alambre. Asombraba en especial por su coordinación de velocidad y elasticidad: eludía patadas con una plasticidad pocas veces vista, con un cuerpo casi raquítico, producto de una alimentación deficitaria acorde a la situación de pobreza en la cual vivía.

En poco tiempo demostró que en esos pequeños campos no se podía expresar en su totalidad como artista que era, su estilo de juego necesitaba más metros. Pronto dio el paso al fútbol 11, con un equipo de Vila Ede. Su posición perfecta era la de mediapunta escurridizo pero con cierta precisión para habilitar delanteros y una interesante efectividad delante del arco. Pero la vida le tenía preparada otra zancadilla, y el jugador, huérfano de padre desde los ocho años, tuvo que aparcar momentáneamente sus aspiraciones de llegar a ser un futbolista profesional con 15 años para poder trabajar.

Si bien en un principio sus hermanos le propusieron que él siguiera jugando al fútbol y buscando acceder al fútbol base de algún gran club brasileño, mientras ellos trabajaban, Dener consideró que eso era injusto y se negó. Por la mañana iba al colegio y por la noche trabajaba, mientras que los fines de semana jugaba con el Familia Vila Ede FC en los campeonatos inter colegiales. Taquá, compañero y amigo de Dener en aquel equipo, recuerda una anécdota sobre aquellos torneos: “Dener era muy pequeño físicamente y jugábamos contra equipos que no solo tenían jugadores mayores que nosotros, sino también mejores. Recuerdo uno en particular contra un equipo que tenía un crack llamado Rodolfo. Dener sabía que para ganar había que pararlo. En una pelota dividida fue directamente con la mano hacia la cara de Rodolfo y le metió un dedo en el ojo. Rodolfo no pudo seguir jugando y ganamos el partido. Dener era muy vivo”.

En aquellos campeonatos intercolegiales Dener era una de las figuras que todo el mundo iba a ver, pero la situación económica se volvía cada vez más complicada y pública. Después de un partido en Familia Vila Ede FC, fue acusado de robarse un reloj, el cual apareció en su mochila. Él juró y perjuró que no había sido, que se lo habían colocado allí. Fue suspendido durante un tiempo y su equipo perdió fuelle. Fue perdonado y volvió a jugar. Sus hermanos, enterados del hecho, nunca creyeron que había sido inculpado. Temían que el talento de su hermano se desviase por mal camino. Hablaron con su madre y le pidieron que permitiera que el pequeño se pudiera dedicar solo al fútbol. Fue así como Dener se fue a probar al equipo de sus amores, el São Paulo.

Tras convencer a los técnicos del fútbol base del tricolor, tan solamente permaneció allí dos meses, a causa de sus pocas participaciones en el equipo titular, y prefirió acceder a las categorías inferiores de la Portuguesa, donde debutó con António Lopes. Un clásico de los banquillos brasileños, que lo recuerda de este modo, “en aquella época había un directivo que me pidió probarlo en el primer equipo. Llegó un día de partidillo. Le dije al utillero que le diera la ropa, pero él se quedó a un lado, fuera, y yo ni me di cuenta. Al final de la pachanga lo hice entrar. A la primera le hizo un lençol (sombrero) al central titular. A la segunda, se elevó con la pelota sobre una entrada con las dos piernas por delante. Yo no tenía ninguna fe al verlo, era un negrito flaco con piernecitas. Pero la reventó. Hablé inmediatamente con el presidente, pedí que se alojara en la residencia del club y que le dieran un buen salario, muy superior al del fútbol sala”.

Sus actuaciones en la Portuguesa comenzaron a asombrar, a la vez que convivían con sus berrinches e indisciplina. Pero todos sabían, desde el presidente hasta el último suplente, que Dener aportaba al equipo un plus. Capitao, uno de los jugadores más experimentados que tenía Portuguesa en aquel entonces, cuenta que “le pedíamos por favor al entrenador que no lo sancione. Llegaba tarde, a veces desaparecía… pero era el que nos hacía ganar los partidos”. Uno de esos entrenadores fue José Macia, compañero de Pelé en el Santos y entrenador de la Portuguesa en 1990. Pepe confirma lo que decía Capitao: “Dener fue el único jugador con el cual hice excepciones en toda mi carrera como entrenador. De lo que yo viví y vi jugar, fue lo más cercano a Pelé”. Pavada de elogio. Véanlo con sus propios ojos”.

Su calidad en la media punta le llevó a ser nombrado como el mejor jugador de la Copa São Paulo Junior que conquistó su equipo. Su espectacular rendimiento y su estilo de escuela Ginga le permitieron subir al primer equipo, donde comenzó a llamar la atención de todo Brasil con sus endiablados regates. Debutó en septiembre de 1989 con el primer equipo sustituyendo a Roberto Dinamita, y permaneció en el once inicial hasta 1993, jugando 47 partidos de la Serie A del Campeonato Brasileño y marcando siete goles.

En 1993, el Corinthians se encaprichó de él, pero finalmente la operación no avanzó por las altas pretensiones económicas de la Portuguesa, y acabó siendo cedido primero al Grêmio de Porto Alegre, donde ganó el Campeonato Estatal de Río Grande do Sul y jugó cuatro partidos de la Copa de Brasil durante ese año. Al año siguiente, fue cedido por segunda vez al Vasco de Río de Janeiro, donde jugó dos partidos de la Copa de Brasil y marcó un gol, y ganó el Campeonato Estatal de Río de Janeiro a título póstumo. En aquel momento ya era padre de tres hijos con su novia de toda la vida.

Brilló clasificando al equipo en la final del campeonato Carioca, un torneo plagado de clásicos que dan pie a la mayor de las rivalidades. En este caso, ganó la Taça Guanabara, una copa previa al cuadrangular final, frente a Fluminense. Dejó perlas en los campos y en los micrófonos: “Yo creo que muchas veces un regate es más bonito que un gol”, aseguraba en una entrevista al inicio de 1994. Por aquel entonces Maradona jugaba en Newell’s Old Boys y el Vasco fue a jugar un amistoso en Rosario. Quedaron 0-0, pero efectivamente Dener demostró que no hace falta marcar gol para dejar asombrado a alguien, incluso a Maradona. “Hizo una jugada que dejó tumbado a medio equipo argentino y recuerdo a Diego preguntando por él, alucinado”, comenta Luisinho. El diario argentino Clarín dijo en la crónica de aquel partido que en la primera arrancada demostró “por qué su pase vale tres millones de dólares”.

Su compañero de delantera en el Vasco, el goleador Valdir, aun a día de hoy lo compara con Neymar: “Ambos fueron estrellas en grandes equipos brasileños, pero Neymar saltó al Barcelona y Dener ya no tuvo oportunidad de nada”. Dice Valdir, igual que otros compañeros en Vasco, que en Río de Janeiro, lejos de su casa y amistades de São Paulo, Dener estaba más centrado. Que salía menos y entrenaba más y mejor. Pero algo ocurrió aquel fin de semana que se hizo acompañar por Otto Gomes Miranda, amigo de futbolistas como Romário y Edmundo y muerto años después en un tiroteo relacionado con el tráfico de drogas. “A mí me pareció raro que se fuera en coche a Río de Janeiro. Vino aquel domingo, yo acababa de entrenar y nos vimos en el parking de la Portuguesa. Me dijo que lo acababan de vender al Stuttgart. Pero mientras me hablaba, un tipo con los pies sobre el salpicadero le metía prisa para irse. Cuando vi marcharse el coche me quedé pensando por qué no iba en avión si entrenaba al día siguiente y me quedé en blanco, como si ya supiera que era la última vez que lo vería”, afirma su colega Tico.

Un final fatídico

A pesar de jugar en Vasco, Dener seguía perteneciendo a la Portuguesa. Por ello, el fin de semana del 16-17 de abril de 1994 viajó a São Paulo para reunirse con los dirigentes del club para negociar su pase a Europa, concretamente al Stuttgart alemán. Sin embargo, cuando Dener volvía de São Paulo dirección Lagoa Rodrigo de Freitas el lunes 18, sufrió un terrible accidente que acabó con su vida. El conductor del coche se durmió al volante y Dener, que iba de copiloto, falleció ahogado por el cinturón de seguridad después de una fuerte colisión.

Empotrado contra un árbol, con el morro convertido en chatarra, un deportivo Mitsubishi blanco, con matrícula, DNR-0010, mantenía entreabierta la puerta del copiloto. Allí yacía tumbado Dener, con el asiento reclinado, el impacto del coche contra el árbol lo lanzó contra el cinturón de seguridad, que le estranguló la laringe provocándole la asfixia. Luisinho, emblema de aquel Vasco tricampeón carioca, lo relataba, “parecía que estaba dormido, lo veía allí y quería despertarlo: ‘Vamos, Dener, a entrenar, tenemos partido el domingo’, le llegué a decir”.


viernes, 20 de septiembre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

ASI ES LA LIGA DE FUTBOL DE GAMBIA 

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Gambia, oficialmente República de Gambia y anteriormente República Islámica de Gambia, es una nación de África occidental rodeada en su totalidad por Senegal, excepto en la desembocadura del río Gambia en el océano Atlántico. Su capital es Banjul, aunque la ciudad más grande del país es Serekunda, con 10300 km² de superficie, donde vive actualmente una población estimada de 1,7 millones de personas.




El 18 de febrero de 1965, Gambia logró su independencia del Reino Unido y, el 24 de abril de 1970, se convirtió en una República dentro de la Mancomunidad de Naciones. Es un país con unas tierras muy fértiles que han convertido la agricultura en uno de los elementos clave de su economía, junto con la pesca y el turismo. Aproximadamente la tercera parte de la población vive bajo el umbral internacional de la pobreza. El inglés es el idioma oficial de Gambia; desde 2014 lo es también el árabe. Se hablan varias otras lenguas regionales como el mandinga, el wólof, el fula, el soninké (sarahule), además del criollo krio.

La liga de fútbol de Gambia está compuesta por 3 niveles, y es oficialmente conocida como GFA League. El campeonato se disputa desde la temporada 1965/66 una vez que el país obtuvo su independencia, y es organizado por la Asociación de Fútbol de Gambia. El campeón de la liga de la First Division obtiene plaza para la Liga de Campeones de la CAF.

Antes de la independencia del país el equipo más destacado fue el White Phantoms que llegó a ganar 8 temporadas consecutivas el título de liga, con una superioridad aplastante. Posteriormente a la independencia el Wallidan FC tomo su relevo, un club fundado en el año 1969 en la capital Banjul. Se erigió como el máximo estandarte del fútbol gambiano ganando 16 títulos de liga y 23 torneos de copa, y participando varias veces en torneos continentales, destacando la Recopa Africana de 1988, donde llegó a los cuartos de final.

Siempre seguido de cerca del Real de Banjul FC con 12 títulos de liga, 4 de copa y una Supercopa.

El jugador más emblemático que nunca ha defendido los colores de la selección de Gambia y ha disputado la liga de primera división fue Alhaji Momodo Njie, conocido como «Biri Biri». Aunque la etapa final de su formación futbolística tuvo lugar en el Mighty Blackpool FC de Sierra Leone, «Biri Biri» debutó en el Augustinians FC de su ciudad natal, Banjul, donde jugó durante 5 años. Posteriormente también jugó durante 7 años en el Wallidan FC en dos etapas distintas.


jueves, 19 de septiembre de 2024

"HISTORIAS DE VIDA QUE VALE LA PENA CONOCER"

 GARRINCHINHA LA TRAGEDIA DEL HIJO DE GARRINCHA

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

Garrincha, leyenda del Botafogo, llegó a defender los colores del Flamengo antes de retirarse, pero también estuvo vinculado al Fluminense, aunque nunca vistiera su tricolor. Fue el club Laranjeiras quien abrió las puertas a Manoel Castilho, el hijo renegado de Mané, e hizo posible que pudiera conocer a su padre antes de morir. Una historia perdida con el paso del tiempo.




Garrincha tuvo cinco relaciones y 13 hijos, y el pequeño Manoel no fue aceptado por su padre al nacer. Todo el mundo en Pau Grande, un barrio de Magé, en la región metropolitana de Río de Janeiro, donde nació la estrella del fútbol, sabía lo que había pasado. Aparte de los rumores, el parecido físico no deja lugar a dudas. El periódico «Manchete Esportiva» del 5 de septiembre de 1978 escribió: «Sólo hay una diferencia: la camiseta tricolor, que Garrincha nunca usó. Pero la forma de caminar, mirar y hablar es idéntica. Las piernas torcidas de Manoel Castilho demuestran que sólo puede ser hijo de Mané Garrincha».

Sin embargo, el pequeño Manoel, que creció con su padrastro como padre, solamente se enteró de la verdad a los 10 años, cuando su madre decidió romper el silencio. Su justificación para ocultar la historia fue evitar causar problemas a la carrera de Garrincha en la prensa. En una entrevista para la misma edición de «Manchete Esportiva», el chico explicó cómo se sintió al descubrir el secreto: «Hasta que recibí la confirmación de mi madre, sospeché que había algún tipo de parentesco entre los dos. No sabía cuál era, pero existía. Cuando supe que era hijo de Garrincha sentí un orgullo increíble. Y no era para menos. ¿Te imaginas descubrir a los 10 años, cuando ya lo sabes todo, que eres hijo de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos?».

 El primer periódico carioca en ir tras esta historia fue O Jornal, el 13 de agosto de 1972. En aquel momento, Manoel solamente tenía 11 años, pero ya se le veía como una estrella en potencia. El artículo decía: «Todos los que le vieron jugar son unánimes en afirmar que sus días de gloria no durarán mucho: otros cinco o seis años y los campos del mundo verán con incredulidad la «nueva alegría del pueblo». Y Garrincha también verá el tiempo que perdió por no conocer a su legítimo heredero».

Por ironías del destino, el club que le abrió las puertas a Manoel era el rival de los clubes donde jugaba su padre. El chico fue descubierto por João Carlos Batista Pinheiro, conocido como Pinheiro, antiguo defensa del club y entrenador del equipo juvenil en aquella época, que llevó al equipo a un partido amistoso en Pau Grande. Llamado a prueba en 1977, el hijo de Mané fue aprobado y se convirtió en el extremo derecho del equipo sub-17 del Fluminense.

La fábrica de talentos del Xerém no existía en los años 70, y las instalaciones utilizadas por los equipos juveniles del club estaban en Urca, en el sur de Río de Janeiro. Fue allí donde se produjo el encuentro entre padre e hijo, sin previo acuerdo. Al enterarse de que el joven de 16 años estaba en el Fluminense, Garrincha, retirado desde 1972, organizó una visita sorpresa para que fuera lo más natural posible.

«Papá dijo que le gustaría, algún día, verme jugar para ver si realmente había adquirido la forma que él tenía de jugar al fútbol. Me examinó las piernas. Nos pusimos uno al lado del otro. Son lo mismo, concluimos, mientras nos reímos. Fue muy bonito. No hay rencillas ni resentimientos. No hay quejas» contaba Manoel a «Manchete Esportiva».

En el Fluminense a Garrinchinha le apodaban «Neném». Medía 1,70 m, pesaba 59 kg y soñaba con ganar dinero para traer a su madre Iraci, su padrastro Silésio y su hermana Márcia a vivir con él a Río. Pero empezó a sentirse presionado por las inevitables comparaciones, y su prometedor fútbol no floreció como todos en el club esperaban.

 «No es fácil ser el hijo de Garrincha. Todos esperan que hagas lo mismo que vieron hacer a tu padre. El caso es que nunca vi jugar a mi padre. Ni siquiera en el cine. La única oportunidad que tuve de saber, más o menos, lo que hizo fue en un reciente anuncio de televisión. Solo por unos segundos», se quejó en la misma entrevista para «Manchete Esportiva».

Manoel Castilho acabó dejando el Fluminense a principios de los años 80 sin jugar con los profesionales. De la mano de empresarios, fue guiado a una frustrada aventura futbolística en Portugal, a través de Belenenses, AD Fafe y Leixa. Entonces se fue a Suiza a través de unos amigos que hizo en Europa y que le ofrecieron alojamiento y trabajo en Maggia, un pueblo de la ciudad de Locarno.

Cuando Garrincha murió el 21 de enero de 1983 de una infección generalizada, Manoel ya estaba en Europa y se enteró de la noticia por su madre. En unas declaraciones al periódico francés «Le Sport» y publicadas en Brasil por «Jornal dos Sports» el 3 de diciembre de 1987, el hijo de Mané se lamentaba. Los recuerdos de su padre durante su etapa en el Fluminense fueron los primeros y los últimos.

«Me enteré por mi madre de lo que pasaba (a Garrincha) y eso me puso muy mal. Quería ayudarle y no podía. Ni siquiera podía viajar a Brasil. Ni siquiera me fue posible viajar a Brasil para verlo por última vez».

En Locarno, Manoel formó una familia, tuvo una hija llamada Ana Felipa y llegó a jugar en el AC Maggia, un club amateur de la Tercera División del país. Pero se ganaba la vida trabajando como obrero de la construcción. La carrera del heredero de Mané no se acercó a la brillantez de la de su padre, pero ambos acabaron en la penuria y la tragedia. Vivió hasta 1992, cuando murió tras un accidente de coche. Tenía 31 años.


miércoles, 18 de septiembre de 2024

"EN EL RECUERDO"

EL RIVER CAMPEON DEL 81 CON DI STEFANO Y KEMPES

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Alfredo Di Stéfano y Mario Kempes, dos históricos del fútbol argentino, coincidieron en River Plate en 1981 para hacerlo campeón del Torneo Nacional un 20 de diciembre. El rival en la final a doble partido fue Ferro Carril Oeste, al que derrotaron en la vuelta por 1-0, con gol de Mario Kempes, cerrando así una etapa en la que el equipo de Núñez consiguió siete títulos en seis años. Fue el vigésimo certamen del Millonario en la era profesional.




El Torneo Nacional 1981 se jugó entre el 13 de septiembre y el 20 de diciembre y lo disputaron 28 equipos que se dividían cuatro grupos de siete cada uno. Los dos primeros de cada zona avanzaban a los cuartos de final para luego eliminarse en series mano a mano.

Di Stéfano llegó al banquillo Millonario un 31 de julio de 1981, sustituyendo en el cargo al también histórico Ángel Amadeo Labruna, con el que jugó durante algunos años. Se daba la curiosidad que el último equipo argentino que había entrenado «La Saeta Rubia» fue Boca Juniors, con el que se proclamó campeón de la Liga argentina de Primera División en 1969.

Enzo Bulleri y Américo Rubén Gallego, que llegaron de Newell’s, Jorge García, de Central, y Julio Vasco Olarticoechea proveniente de Racing fueron los refuerzos para una plantilla cargada de talento con nombres como «El Pato» Fillol, Daniel Passarella, Alberto Tarantini, Norberto Alonso, René Houseman, Ramón Díaz o el propio Mario Kempes.

Di Stéfano debutó en el banquillo de River Plate en la Copa Presidente Domecq en México, en un partido ante el Atlante, con victoria de los argentinos por 3-2. El rival en la final fue el América, que derrotó a River por 2-1, con un gol en fuera de juego en contra y tres expulsados. Fue tras el partido cuando tuvo buenas palabras para felicitar a su delantero estrella, «Kempes me sorprendió, lo vi entero, jugó una barbaridad. Estuvo fenomenal. Metió paredes con Alonso y tiró de media distancia, eso es muy importante».

River jugó aquel Campeonato Nacional Argentino de 1981, durante la primera fase, en la Zona B, en la que estaban, además, Ferro, Loma Negra de Olavarría, Talleres de Córdoba, Guaraní Antonio Franco, San Martín de Tucumán y Sarmiento de Junín. El rendimiento del Millonario fue bastante aceptable, más en resultados que en juego, aunque cayó en los dos cruces ante Ferro. La gran campaña de Loma Negra, el equipo de Amalia Lacroze de Fortabat, significó el principal obstáculo para lograr el segundo puesto, que clasificaba para los cuartos de final, ya que el conjunto de Caballito consiguió el primer lugar.

River Plate consiguió clasificar tras ganar en Junín a Sarmiento, y en la primera contienda enfrentó a Central, derrotándolo en Arroyito por 2-1 con goles de Daniel Passarella y José María Vieta y empatando sin goles en el Monumental. En las semifinales, el club de Núñez se topó con Independiente con el que mantuvo dos duros cruces. En Avellaneda, igualó 1-1, poniendo en ventaja nada menos que Antonio Alzamendi e igualó Passarella de tiro libre. En Núñez empataron sin goles.

El rival en la final a doble partido fue Ferro Carril Oeste, dirigido por Carlos Griguol, el único que había doblegado a River en todo el Nacional y por dos veces. La primera final se jugó en el Monumental el 16 de diciembre y en un partido muy parejo, River se quedó con el triunfo gracias a un gol de larga distancia de Olarticoechea, que contó con la complicidad del arquero del equipo de Caballito, Carlos Barisio.

En el partido final, River Plate formó con Ubaldo Fillol; Eduardo Saporiti, Alberto Tarantini, Daniel Passarella y Julio Olarticoechea; Enzo Bulleri, Américo Gallego y Emilio Commisso; Jorge Tévez, Mario Kempes y José María Vieta. En la segunda parte, Di Stefano hizo ingresar a Ramón Díaz y Reinaldo Merlo por Tévez y Vieta, respectivamente.

River jugó su mejor partido del campeonato y definió el título a los 13 minutos del segundo tiempo, en una gran jugada de su goleador Mario Kempes. La figura de la temporada fue el delantero, que además, fue el goleador junto con Daniel Passarella, ambos con seis tantos cada uno. La principal virtud de los dirigidos por Alfredo Di Stefano fue la solidez defensiva que tuvo en los mano a mano del final del certamen.

 

martes, 17 de septiembre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

 "IGOR BELANOV EL PRIMER BALON DE ORO EN UNA GUERRA"

FUENTE: "KODRO MAGAZZINE"

Igor Belanov, en 1986 pasó a la historia como uno de los tres jugadores de la Unión Soviética que ganaron el Balón de Oro. Tras la invasión de Rusia sobre Ucrania, igual que otros valientes deportistas, se apuntó al frente para combatir y defender a su país, convirtiéndose en el primer futbolista ganador de un Balón de Oro que participa en una guerra.




A lo largo de 1986, el delantero de origen ucraniano no solamente brilló con la camiseta de un Dinamo de Kiev que ganó la Recopa de la UEFA de esa temporada con él como máximo goleador. También tuvo una actuación destacada en el Mundial de México, incluyendo el hat-trick en la derrota ante Bélgica de octavos de final, además de gritar un tanto en el 6-0 contra Hungría en el debut en el torneo en la fase de grupos. En esa Recopa precisamente fue verdugo de un equipo español. En la final ganó al Atlético de Madrid.

«Trato de ser útil a nuestras fuerzas armadas, para ir a baterías, orfanatos. Todo lo que pasa hoy, lo que vi, me impactó. Realmente ni siquiera tengo tiempo para descansar, porque entiendes que quieres hacer algo bueno, aunque sea alguna cosita: llevarte el Balón de Oro, mostrar a los luchadores en primera línea, hablar de los campeonatos mundiales, distraerlos de alguna manera», explicó en la prensa ucraniana sobre su labor.

El exjugador ganó ocho títulos en el Dinamo de Kiev y también jugó para el Borussia Mönchengladbach y el Eintracht Braunschweig en las décadas de 1980 y 1990. Junto con Oleh Blokhin (1975) y Andrei Sevchenko (2004), son los jugadores que ponen al país en el mapa del Balón de Oro. Ahora lucha por Odessa, su ciudad de nacimiento, ayudando a los ciudadanos con todo lo que pueden, así como manteniendo el orden con su carisma.


"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

LA HISTORIA DE LOS HERMANOS BONETI FUENTE: "KODRO MAGAZINE" Ivano y Dario Bonetti fueron los únicos hermanos de la mítica plantill...