HOY SE CONMEMORA EL DÍA DEL ENTRENADOR DE BASQUETBOL:
En el día del entrenador de basquetbol queríamos rendir nuestro homenaje, a una persona que muchos de nosotros tuvimos la suerte de conocer y compartir momentos únicos.
Una persona que dió todo por y para el basquet , que no tuvo la fortuna de ver como la GD coronaba con éxitos infinitos sueños y esperanzas que siempre pregonaba. León David Najnudel fue un ejemplo adentro y afuera de la cancha. Féliz día para todos los entrenadores de nuestro país !!!
León Najnudel no solo fue uno de los personajes más importantes de la historia del básquetbol nacional, si no de todo el deporte argentino. Acá intentaremos repasar cuál era el pensamiento de ese adelantado a principios de la década de los ochenta, antes de que se pusiera en marcha la Liga Nacional. Ideas de más de 30 años, que tienen una vigencia impactante.
Con la grandeza que lo identificó siempre, León Najnudel nunca dejó de aclarar que él no inventó la Liga Nacional. Se empeñaba en remarcar que solo se limitó a impulsar el modelo que se utilizaba en Europa, para que se implementara en Argentina. Eso fue lo que él había visto e investigado en sus viajes por países mejor organizados.
Estas fueron declaraciones suyas publicadas en distintos medios entre 1982 y 1983, cuando comenzó a recorrer el país pregonando que se debía cambiar la estructura competitiva y organizativa del básquetbol argentino.
Su incansable prédica tuvo su recompensa, ya que los resultados fueron y son abrumadores. Como símbolo de la Liga Nacional, tal vez el hecho más trascendente y revolucionario en la historia del básquetbol argentino, acompañamos la foto del primer partido oficial de la competencia, el mismo 26 de abril de 1985. Se enfrentaron en Bahía Blanca Pacífico y Atenas de Córdoba y el primer balón los disputaron Neal Robinson (Pacífico) y Donald Jones (Atenas).
EL ORIGEN DE SU IDEA
“Apenas cumplidos mis 14 años supe por los diarios que los mejores sesenta o setenta jugadores del país no podían jugar más por una sanción de profesionalismo. Y me quedé con el interrogante de qué habría pasado con mi generación si hubiera podido tener la oportunidad de ver en acción en forma permanente y durante muchos anos a todos esos monstruos del básquetbol argentino. Así se fueron sucediendo una serie de hechos en los que la constante era el decrecimiento de nuestro potencial, cuando en otras latitudes del mundo el básquetbol cada día crecía más”.
“En nuestro país el básquetbol ya ha culminado, y con creces, hace mucho tiempo con su etapa de difusión. Se jugaron 49 Campeonatos Argentinos que, sin duda, sirvieron para ese paso fundamental. Esa semilla que se fue tirando por todo el país en algunos lugares prendió y en otros no tanto. Hoy es el momento de darle calidad al básquetbol argentino y de masificarlo plenamente, de brindarle organización, posibilidad de desarrollo y economía suficiente para poder solventarlo. La Liga Nacional debe ser el corazón, pero dentro del básquetbol hay otros órganos que se deben desarrollar en forma paralela y conjunta”.
“Una vez el técnico yugoslavo Ranko Zeravica me preguntó cuántas primeras divisiones tienen en Argentina. Le dije que, sinceramente, no lo sabía, pero que habría alrededor de 1.500 ó 2.000… El no lo podía creer… y yo tampoco”.
“Hay otro objetivo que persigue esta Liga Nacional, revertir el proceso de centralismo que en estos momentos tiene el básquetbol de la Capital Federal. En una estadística tratamos de ver que incidencia tiene para un chico del interior venir a jugar a la Capital y qué incidencia tiene en su futuro quedarse en su lugar de origen. Este muestreo se basa en las selecciones nacionales juveniles que entre 1955 y 1982 participaron en los ocho Campeonatos Sudamericanos de la categoría que se realizaron. En total actuaron 86 jugadores, con 22 iniciados en la práctica del básquetbol en la Capital y 64 en el interior. De esos 64 chicos, 28 vinieron a jugar a equipos metropolitanos y 36 se quedaron en sus lugares de origen. De los 28 que vinieron, 12 llegaron a la selección nacional mayor (el 42,8%). De los 36 que se quedaron solo lo lograron 5 (el 13,8%). Una muestra elocuente de que hay más chances de desarrollarse con la estructura actual si los jugadores se animan a jugar en la competencia de la Capital Federal.
COMO PENSABA LA LIGA
“Conviene aclarar: la Liga Nacional no excluye a nadie, no divide ni resta, si no que suma. Su implantación como estructura competitiva no significa que alguien va a desaparecer; al contrario, juegan todos y en todos lados del país”.
“Para nivelar la competencia existen cuatro factores:
1- la tradición que tenga la institución en este deporte.
2- la infraestructura que posea.
3- Poderío deportivo.
4- Poderío económico. Este último no implica tener dinero, implica también tener 5.000 simpatizantes que vayan todos los días a ver el equipo.
Cuáles son los cuatro lugares del país que reúnen en mayor proporción estos cuatro factores?. Buenos Aires, Capital Federal, Santa Fe y Córdoba. Con clubes de esas regiones se debe comenzar. Reitero, sólo para empezar”.
“El nuevo calendario del básquetbol argentino debe quedar así estructurado:
-Dos meses para la selección nacional. Y la nombro primero porque el objetivo de todo el movimiento del básquetbol argentino tiene que estar en función de hacer una gran estructura interna para que la resultante, su selección nacional, sea el real exponente, poderoso, que todos buscamos.
-Ocho meses para competir en la Liga Nacional.
-Un mes para preparación de los equipos.
-Un mes de descanso para los jugadores”.
“La estructura de la Liga de estar dividida en tres: una Liga A con 16 equipos, una Liga B con 48 equipos repartidos en tres zonas geográficas y una Primera Regional en la jurisdicción de todas las federaciones”.
“El principal interés de este proyecto está puesto en el jugador. Qué cosas hay que hacer para el desarrollo del jugador, que es el elemento más importante del juego. No hay nada más importante que él, ni nosotros los entrenadores, ni los árbitros, nadie. Y el segundo elemento a tener en cuenta es el público: el interés del público. Es decir, buscar que mucha gente se interese en querer ver este tipo de espectáculo, para que después se solvente solo”.
“Hay que tratar de hacer una competencia interna cada vez más fuerte, con sus mejores exponentes, para permitir el perfeccionamiento de nuestros jugadores. Como también ocurrirá en todos los estamentos que están en el básquetbol –entrenadores, dirigentes, árbitros, periodistas- al sentir que la exigencia aumenta”.
“Un jugador para poder desarrollarse necesita cantidad y calidad de trabajo y de competición. Eso es lo que yo pretendo darle con la realización de no menos de 60 partidos y un máximo de 75 en la temporada. Entonces no hay dudas de que tener un nivel de competencia elevado y exigente es lo más primordial para su desarrollo. A eso apunta la Liga Nacional”.
“El objetivo clave es el interés que se pretende despertar en una gran masa de chicos para que jueguen al básquetbol. Cuanta mejor calidad tenga la élite, más se ampliará la base para que nazcan nuevos basquetbolistas, que es lo que todos pretendemos. A su vez, a cuantos más chicos lleguemos, mayores posibilidades habrá de cumplir con la auténtica meta del juego: la educación, fin real del deporte”.
“Yo lo que quiero es que haya mayor y mejor competición. Más nivelada, con chance pareja para muchos lugares del país, no solo para los ‘beneficiados’ de Capital Federal. Porque en este momento ellos son los únicos que se benefician, los porteños”.
“No se puede correr el riesgo de hacer una competición en la que jueguen todos contra todos por puntos, por más que sea lo más justo, y que a falta de 4 ó 5 fechas ya esté definido el campeonato y el descenso, porque nadie más juega por nada. Entonces, después de la clasificación hay que jugar unas series eliminatorias, los playoffs como se hace en la NBA. Para abaratar los costos de traslado de un equipo en la fase regular, cada viaje debe implicar dos juegos. Además, esto redundará en dos recaudaciones para el local”.
“Hay que darle tiempo y calidad de competencia a nuestros jugadores. Con la Liga, el que menos juega del torneo tiene siete meses de competencia”.
En los planteles de cada club se tienen que reducir el número de jugadores de primera a seis, con dos extranjeros, que sumarán ocho fichas de buen nivel. Hay un dicho que dice que ‘hay que jugar al básquet con ocho. El que no gana al básquet con 8 no gana ni con cuarenta y ocho. Al que le sobran jugadores, los debe dejar ir y eso levantará el nivel de otros equipos”.
“El día que se haga la Liga, a mi criterio, se va a poder jugar desde el viernes a las 20 hasta el domingo a las 12. Porque está el caso de que en una ciudad convenga jugar por la noche, pero quizás en Córdoba, como hay fútbol por el torneo de AFA, convenga jugar el domingo por la mañana”.
EL TEMA DEL DINERO
“Ya no hay más básquetbol amateur en el mundo. En la FIBA (Federación Internacional de Básquetbol Asociado) ya no hay más ligas amateurs, no existen”.
“Todos se asustan por los costos de jugar la Liga. ¿Es que hoy no se les paga a los jugadores? Cuando trato de explicar que hay que cambiar la estructura competitiva, me dicen ‘¿Pero quién va a alimentar todo eso?’. Yo pregunto: ¿Quién lo alimenta hoy? No es que yo les proponga poner un dinero que nunca pusieron. ¿No les cuesta dinero todo lo que juegan hoy? Muchos clubes ponen mucho dinero para jugar los torneos locales”.
“Están las camisetas de los equipos, que pueden tener publicidad. ¿Y la televisión? ¿Usted cree que no se va a acercar la TV a este tipo de torneos?. Hay muchísimas formas de conseguir ingresos.”
“Nadie va a pagar una entrada para ver la pelea de Casius Clay contra mí. Ahora si ponemos dos buenos boxeadores frente a frente al público le va a interesar. Hay que provocar la concurrencia de público a los estadios, porque esto se soporta con dinero, si no hay dinero no hay deporte, salvo que cambien la estructura económica mundial. Una utopía…”.
“Las recaudaciones quedan para el equipo local. Cuidado que van a aparecer los vivillos de Capital Federal queriendo quedarse con un pedazo de lo recaudado. Así seguiremos con el elitismo”.
EL MANEJO DE LOS CLUBES.
“La realidad histórica de nuestro país establece, y nadie puede negarlo, que los que hacen los deportes son los clubes, raíz clave de la actividad. Es por esto que los clubes son los que deben comprender y asumir su papel fundamental para tener representación y autoridad en la estructura técnica y organizativa de la competencia”.
“¿Por qué digo que deben ser los clubes los que manejen la Liga? Porque los que ponen la pelota, los que ponen la cancha, los que ponen el entrenador, los que alimentan a los jugadores. Las asociaciones y las federaciones sólo representan a esos clubes. La Liga Nacional tiene que ser una competencia exclusiva de quienes la juegan, es decir los clubes. Ellos la tienen que organizar”.
RELACION CON LA SELECCIÓN.
“El perfeccionamiento de la competencia interna redundará en una elevación del máximo objetivo buscado: el mayor nivel de la selección nacional”.
“Como la selección nacional es el reflejo exacto de lo que pasa en el medio, progresivamente también nos daremos cuenta de que iremos recuperando terreno en el ámbito internacional, aunque eso llevará su tiempo. Debemos entender que lo que para nosotros en mucho tiempo, en la historia del básquetbol argentino no es nada”.
El ideario “najnudeliano”
En esta nota, que se nutre de entrevistas realizadas por León Najnudel entre 1990 y 1993, podemos reafirmar su pensamiento como entrenador y como hombre del básquetbol. Además, un perfil de su vida realizado en su momento por el respetado colega Osvaldo Orcasitas (ORO). Su trayectoria en la Liga y una anécdota que describe su comprobada calidad.
Fecha de nacimiento: 14/07/41.
Lugar: Ciudad de Buenos Aires.
Trayectoria:
Sport Club en 1986, 1987 y 1988.
Ferro en 1989, 1990, 1996/97 y 1997/98.
San Andrés en 1990/91.
Gimnasia (CR) en 1991/92 y 1992/93.
Boca en 1993/94 y 1994/95. Racing Club en 1995/96.
Dirigió el Zaragoza de España en 1983 y 1984.
Menciones:
Campeón con Ferro de la Liga Nacional en 1989.
Elegido mejor entrenador de la temporada en 1989.
Elegido para dirigir el Juego de las Estrellas en 1988 y 1990.
Campeón con el Zaragoza de la Copa del Rey de España en 1983.
Presencias internacionales en selecciones:
Sudamericano de mayores en 1985.
Presencias internacionales en clubes:
Sudamericanos con Ferro en 1981, 1982 y 1983.
Copa Williams Jones con Ferro en 1981 y 1982.
Títulos internacionales:
Campeón con Ferro de los Sudamericanos de Clubes en 1981 y 1982.En las 13 temporadas que dirigió en la Liga Nacional su récord es de 207-188 (52,4%) en fase regular y de 34-36 (56,7%) en playoffs, para un total de 241-455 (52,9%) en su carrera.Los primeros pasos como entrenador León Najnudel los dio en las divisiones inferiores de Scholem Aleijem en 1959. En 1960, con 19 años, asumió la conducción de la Primera División de Atlanta, logrando el título de Segunda División y el ascenso en 1963. En este club estuvo hasta 1971, aunque en 1968 también dirigió a Lanús.
Entre 1971 y 1975 estuvo al frente de las distintas selecciones de la Federación Correntina, en 1977 pasó por Rosario para dirigir a Sportivo América de esa ciudad hasta que en 1976 arribó a Ferro Carril Oeste, donde desarrolló un trabajo que marcó un estilo y una época en el básquetbol nacional.
Su excelente tarea le permitió la única experiencia internacional: fue contratado por el Zaragoza de España. equipo con el que consiguió un histórico y siempre recordado título en la Copa del Rey venciendo al temible Barcelona por 81-78.
En su regreso al país, como era lógico, le ofrecieron la selección nacional para iniciar un nuevo proceso. Allí León fue consecuente con su pensamiento y conformó un equipo impresionante en altura: Jorge González (2,30), Fernando Borcel (2,18), Luis González (2,10), Diego Maggi (2,06), Hernán Montenegro (2,06), Sergio Aispurúa (2,00) y Adoldo Perazzo (2,00). El tercer puesto y la clasificación para el Mundial de España’86 parecían el comienzo ideal para desarrollar el proyecto, pero inesperada e injustamente fue despedido por la Confederación Argentina. El tiempo le dio la razón, ya que Najnudel ganó el juicio laboral contra la CABB.
Su etapa en la Liga Nacional ya fue más conocida. obteniendo con Ferro el título en 1989 y logrando el primer premio al mejor entrenador de la temporada.
Aquí repasamos algunos de sus pensamientos, de los cuales se pueden obtener valiosas enseñanzas.
Jugadores
“Con los jugadores me guío por algo que me dijo hace mucho Casimiro González Trilla: los técnicos argentinos pecamos por poner a los jugadores dos años después de lo que deberíamos y los quitamos dos años después de lo conveniente. A partir de ahí me convencí de que en Argentina no hay audacia para poner a los chicos y trato de no hacer eso. Cuando un chico juega bien, lo pongo, aunque tenga 15, 17 ó 19 años. Tampoco me quedo con la fama de los jugadores, cuando no son idóneos para lo que yo quiero, los reemplazo. Hay muchos jugadores que duran un par de años más por la fama que tienen y no por lo que producen. Más allá de esto, lo normal es que un basquetbolista llegue a su mejor nivel entre los 28 y 30 años”.
“No hay que dejarse llevar por el nombre de un jugador. Hay muchos que no tienen fama, pero producen. A veces no son los mejores, pero producen como si lo fueran. Pero cuidado, porque yo quiero que los chicos de la cantera jueguen. Sin embargo, los procesos no se pueden demorar ni acelerar. Lo difícil es advertir cuándo es el momento”.
“Los campeones de todas las Ligas del mundo lo fueron por su plantilla nacional, no porque acierten con los extranjeros”.
“No hay que tener un jugador en un equipo cuando no está a gusto o no quiere jugar en ese club, aún cuando sea el mejor”.
Entrenadores
“A los entrenadores se los debe juzgar por una trayectoria y no por un lapso corto, eso me parece imprudente. Se debe evaluar qué logró y le dejó al club después de su trabajo. No es un burro el que pelea el descenso, ni un fenómeno otro que gana 15 partidos”.
“Un entrenador es un vendedor del producto que ofrece. El mío es el de convencer a los dirigentes del camino a recorrer para lograr objetivos. Traer chicos jóvenes, desarrollarlos y lograr un equipo competitivo por ese camino”.
“Yo creo en la cosa diaria, de hacer pocas cosas nuevas pero todos los días, en cada entrenamiento. Hay entrenadores que prefieren darle al jugador una catarata de información diaria. Yo pienso que hay que darle un poco por encima de lo que es capaz de recepcionar y así ir levantándole el techo. Pero no atosigarlo, una cosa por vez todos los días. Además, hay que darle cosas básicas del juego, nada misterioso. Creo en la simpleza y no todo el mundo está capacitado para ver las cosas simples. Trato de no irme de las obviedades, de las precisiones y no agarrarme de las excentricidades”.
“El que piense que en el básquetbol hay cosasmisteriosas está equivocado. Los mejores entrenadores entrenan con una simpleza tremenda, en Estados Unidos, Europa o cualquier lado, porque todavía los partidos los ganan los que mejor pasan la pelota, los que seleccionan mejor los lanzamientos, los que menos violaciones cometen, los que agarran más rebotes. Eso no varió nunca. Este es un juego de jugadores y no de entrenadores, por eso trato de aportarles detalles obvios, simples, para mejorarlos, porque son cosas pequeñas las que diferencian a los jugadores”.
“Hay una frase de algunos entrenadores que repudio totalmente: ‘Yo hice a tal jugador’, dicen, y pretenden demostrar que dieron a luz a un jugador de básquetbol. Es una gran mentira, porque el jugador es hijo de tres factores, ordenados según su incidencia: sus aptitudes potenciales (lo que trae de la cuna), el medio interno en que se desarrolla y la influencia de su entrenador”.
“A mí me gusta darle participación al asistente e intervenir cuando sé que puedo mejorar o corregir algo. Lo que pasa es que nuestra economía no siempre da para traer asistentes de buen nivel. Estoy convencido de que sí un entrenador está inmerso en dar el entrenamiento, deja de ver detalles importantes de un equipo. Todos los entrenadores trabajan, porque es la única manera de competir en este nivel”.
“El profesionalismo hizo que una camada de entrenadores buenos, hoy esté alejada o retirada. Por otro lado, el interés por ser entrenador es cada vez mayor y aparece gente nueva. Esta actualidad de entrenadores jóvenes se va a estabilizar y no habrá tanto recambio. De la misma forma que hoy los jugadores se dan cuenta de que, además, esta actividad les permite un buen pasar económico, con los entrenadores pasa lo mismo. A los jóvenes los veo con inquietudes, con profesionalismo, con amor por esto y tratan de mejorar”.
“Para ganar hay que jugar mejor que el otro y tener algo de suerte, pero los resultados se obtienen después de un trabajo continuado”.
“Soy un privilegiado que vive de lo que le apasiona. Cuando empiezo un proyecto nuevo no me inquieto, porque el básquetbol mundial es una gran familia y por más que uno cambie de lugar, la gente es igual en todos lados».
Liga Nacional
“Hoy en la Argentina se juega mucho mejor, pero no sólo en la Liga A, también en el TNA, la B y los regionales. Se defiende mejor, los equipos tienen más variantes ofensivas, se ven jugadores de mayor talla y aparecen chicos jóvenes. La Liga provoca un proceso evolutivo indetenible”.
“Este trabajo que se hace en la Liga, al cabo de unos años, va a dar sus frutos, pero para eso no hay que pensar en procesos cortos ni exitistas”.
“Hay cinco equipos que tienen a los mejores jugadores. Después hay un lote de equipos muy parejos. Pero es así en todo el mundo, en la NBA, Espana o Italia. Esto es inevitable”.
“Actualmente la Liga está en manos de los que ponen la plata para jugarla y son ellos los que deben decidir cómo ponen ese dinero. Si ganan o pierden lo deciden ellos, aunque creo que pierden”.
“La Liga Nacional la manejan los clubes que la están jugando, como corresponde, y cada club tiene una porción de poder similar. El que ve que un socio lo está estafando lo tiene que echar, pero para eso debe estar seguro. No me gusta que el deporte que yo quiero sea noticia por cosas malas”.
“Siempre trato de aportar ideas a la competencia para que cada vez se pierda menos y que algún día se pueda ganar. Acá no hay ningún fenómeno, somos todos hijos del mismo medio. A veces escucho ‘perdimos por los árbitros’, pretendemos que tengan el nivel de NBA. Pero nosotros los técnicos, tampoco lo somos, ni los jugadores, ni los dirigentes. Todos somos culpables de lo que avanzamos o retrocedemos y se necesita de un montaje general para que esto crezca”.
“No soy de tener muchas ofertas de clubes, ni cambio todos los años de equipo. No creo que sea por mis declaraciones. Solo cuando me piden una opinión trato de aportar algo para mejorar la actividad y no creo que eso me genere problemas. Yo siempre luché para que los clubes pudieran decidir, porque son los que ponen el dinero y para que además, puedan ganar más. Ahora, si lo que quieren es seguir perdiendo, allá ellos”.
“El objetivo debe ser captar a la gente que no es el del medio. Sumar nuevos seguidores. Los que están, hay que cuidarlos, pero ya están. Hay que sumar gente nueva”.
Selección nacional
“No tenemos todavía la fuerza para enfrentar a las grandes potencias. No hay que molestarse por eso, porque es un trabajo de muchos años, de generaciones».
«Las grandes potencias están todavía muy lejos. Nosotros venimos a la cabeza del cuarto grupo, con posibilidades de pegar un salto. Si seguimos con el desarrollo de nuestros jugadores, nos acercaremos a las potencias. Cuidado, porque nosotros avanzamos pero los otros también lo hacen”.
“Hay que levantar la altura, el kilaje y la calidad en todos los puestos, aunque estoy de acuerdo en que eso se debe implementar desde los clubes, no aisladamente desde la selección”.
León pensó por todos y para todos.
León David Najnudel, ciudadano de Villa Crespo, era algo más que un entrenador, por más que a él lo enorgullecía esa denominación: fue un apóstol de una religión llamada básquetbol.
Vivió predicando para engrandecerlo. Se adelantó a su medio. Veía siempre más allá con el don de los sabios y no se quedaba en la anécdota de un partido, sino que su preocupación profundizaba en los temas esenciales de la organización y de las estructuras.
Pensaba por todos y para todos. Cuando se lanzó la propuesta de la Liga Nacional (N. de la R.: Orcasitas fue especial fogonero de la idea), dirigía a Ferrocarril Oeste, el equipo con el que empezó a amontonar títulos (lograría 12 de los 16 del club) y podía seguir gozando de esa envidiable comodidad de estar al frente de la mejor institución del momento. ¿Quién lo iba a mover de su puesto con un sistema de competencia sin exigencias? Pero sus principios buscaban el progreso general del básquetbol, el bien común, y jamás descansaría en el facilismo egoísta.
Por eso pregonó su idea, para que todo el país tuviera las mismas posibilidades, con el objetivo de lograr el crecimiento de nuestros jugadores al tener «mayor calidad y cantidad de competencia». Aunque fuera en contra de su propio interés personal.
Carismático, tenía un magnetismo atrapante y su personalidad siempre vital avasallaba con un poder de convencimiento arrollador. Didáctico, hablaba con una claridad conceptual notable. Inteligente, informado y actualizado, desparramaba un conocimiento de su deporte en todos los aspectos como pocos en el mundo. Maestro, era un líder aglutinante que vivía orientando y enseñando sin esconder nada, un lujo para nuestro deporte. Crítico, no dudaba en enfrentar a cualquiera a riesgo de mostrarse antipático, aunque infundiendo siempre respeto.
Jorge Valdano, para redondear su personalidad, exaltó la faceta que siempre estaba a flor de su piel: fue un permanente generador de amistad.
Falleció en el Hospital Británico de Buenos Aires, el miércoles 22 de abril de 1998, a las siete de la mañana, después de pelearle 17 meses a una leucemia cruel e irreversible. ¡Era justo el Día del Entrenador de Básquetbol! León, aun frente a la muerte, no podía traicionarse a sí mismo.
* Artículo escrito por el periodista Osvaldo Ricardo Orcasitas, al colocarle el nombre de León Najnudel al estadio del Cenard.
Un Najnudel auténtico.
La anécdota la cuenta nada más ni nada menos que Andrés Nocioni: “Mi viejo recibió un telefonazo de León Najnudel para decirle que me queria ver jugar para llevarme a Racing. Papá le dijo que jugaba en Unión de Santo Tomé. El partido empezaba a las 5 y unos 10 o 15 minutos antes entró Najnudel, que de por si habia tenido que pagarse la entrada porque nadie lo había reconocido. Vio 5 minutos de entrada en calor y a los 5 minutos de juego se levantó y se fue. Mi viejo, sorprendido, lo fue a buscar. No sabía qué decirle. «Si no le gustó puede venir otra vez…», alcanzó a decirle mi viejo. Y León le dijo: «Vi lo necesario. Póngalo en forma que me lo llevo a Buenos Aires».
AdC.
FUENTE:SANTAFEBASKET