sábado, 11 de octubre de 2025

"DE COLECCION"

 MARIO ALBERTO KEMPES LA HISTORIA DEL NO FICHAJE AL TOTTENHAM HOTSPUR

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Goleador implacable y héroe de la consagración mundialista de Argentina en 1978, el goleador escribió páginas doradas en la historia del fútbol, sin embargo, su trayectoria, brillante en los años setenta y principios de los ochenta, comenzó a desdibujarse a mediados de esa década, cuando emprendió un periplo europeo que lo llevaría primero a Austria y que, con el tiempo, terminaría en el exótico destino del fútbol de Indonesia. Pero antes de ese declive, cuando aún estaba en plenitud y su nombre seguía siendo sinónimo de gol, el “Matador” rozó la posibilidad de dejar su huella en la liga inglesa. Lo que pudo haber sido, y no fue.




El calendario marcaba julio de 1984. Kempes acababa de concluir su segundo ciclo en el Valencia, donde había alcanzado la gloria con títulos y goles inolvidables, y buscaba prolongar su carrera en Europa. Fue entonces cuando, gracias a su entrañable amigo Osvaldo Ardiles —compañero en Instituto y en la Selección—, apareció una chance inesperada: probar suerte en el Tottenham Hotspur, uno de los clubes más tradicionales de Inglaterra.

En aquel entonces, Ardiles era una figura muy querida en Londres, tras haber conquistado dos FA Cup junto a otro compatriota, Ricardo “Ricky” Villa. La partida de Villa había dejado a Ossie sin socio argentino en el vestuario, y el cordobés parecía ser el reemplazo ideal. La propuesta era tan curiosa como llamativa: Kempes, campeón del mundo y referente internacional, debía someterse a un período de prueba, como si fuese un juvenil buscando su primera oportunidad. Sin embargo, sin perder humildad, aceptó.

La gira de pretemporada lo llevó a escenarios poco glamorosos: Suecia y Noruega. Allí, los Spurs enfrentaron rivales modestos, aunque el magnetismo de Kempes desbordaba las pequeñas canchas nórdicas. En su debut, contra el Stjordal Blink, el Matador mostró sus credenciales con un hattrick en la goleada 9-0. Los hinchas locales, incrédulos ante la presencia de una estrella mundial en su tierra, lo acribillaron a pedidos de fotos y autógrafos. Los dos siguientes encuentros, sin embargo, lo dejaron en blanco.

El cuarto y último partido con la camiseta blanca del Tottenham se disputó ya en suelo inglés, frente al modesto Enfield. Esa tarde, el equipo londinense formó con nombres ilustres: Clemence (Parks); Stevens (Brooke), Hughton, Roberts, Miller, Perryman (Thomas); Ardiles (Bowen), Kempes, Galvin, Hazard y Crooks. El resultado fue un aplastante 7-0 con cuatro goles de Garth Crooks. Kempes, sorprendentemente, no anotó.

La prensa reparó en el detalle y también sus propios compañeros. Mark Falco, delantero titular del equipo, lo resumió con cierta ironía: «Me sorprendió que Kempes no convirtiera, pero no creo que él tenga que probarse contra el Enfield». Una frase que dejaba claro que, pese a su prestigio, el argentino ya estaba siendo apartado del proyecto. Lo que pudo haber sido una nueva aventura en la élite inglesa, se desvaneció antes de comenzar.

La última chance del gran Mario fue ante el Niza, en otro amistoso en el que dejó su sello inconfundible. ¿La rareza? Jugó con la 8 en la espalda. Después de aquel partido, a Kempes le dieron las gracias por todo, pero no le ofrecieron un contrato, así que tuvo que volver a España, donde firmaría para el Hércules de Alicante, donde daría un alto rendimiento.

"DE COLECCION"

EL DIA QUE GIANLUIGI BUFFON JUGO CON UNA CAMISETA DE ORTERO DEL GLASGOW RANGERS

FUENTE: "KODRO MAGAZZINE"

Gianluigi Buffon una vez vistió la camiseta del Glasgow Rangers durante un partido oficial en su ilustre carrera. Este momento tan curioso ocurrió en agosto de 1999, mientras Buffon jugaba en el Parma, entonces dirigido por Alberto Malesani. Los Gialloblù se enfrentaron al equipo escocés en las rondas preliminares de la Liga de Campeones. La temporada anterior, el Parma había conquistado la Copa de la UEFA al vencer al Marsella en la final disputada en Moscú, con un equipo que alcanzó estatus legendario gracias a sus llamativas camisetas amarillas y azules a rayas horizontales diseñadas por Lotto.




Esa elección de diseño marcó un cambio estilístico importante para el club, orquestado en colaboración con la familia Tanzi, propietaria del equipo. Dejando atrás el tradicional uniforme completamente blanco, el motivo de las rayas horizontales fue adaptado en variantes para el uniforme visitante blanco, la tercera equipación azul marino y las camisetas de los porteros. En la temporada 1999/2000, Champion reemplazó a Lotto como patrocinador técnico del Parma, optando por mantener el mismo diseño tanto para la camiseta local como para la de los porteros. Inevitablemente, fue una de estas camisetas de portero la que llevó a Buffon a lucir inesperadamente una camiseta de los Glasgow Rangers.

En el recuento de los hechos, salió a la luz que el árbitro José María García-Aranda prohibió a Buffon usar la camiseta de portero que Parma había preparado para su visita a Ibrox. Había dos opciones sobre la mesa: una con rayas horizontales en negro y rosa con detalles en rosa, el uniforme de portero visitante diseñado por Champion, y la otra, la tercera equipación del Parma esa temporada, un uniforme azul marino con detalles amarillos. Todas las demás camisetas fueron descartadas por problemas de color, lo que implicaba que habrían sido aprobadas por el cuerpo arbitral. Cabe señalar que la camiseta de portero titular estaba diseñada con rayas horizontales en blanco y azul.

Durante esa temporada, y también en la anterior, Buffon solía alternar entre la tercera y la segunda camiseta de portero, como se evidenció en la ida contra los Rangers, cuando vistió la camiseta blanca con una franja azul central, también de Champion. Sin embargo, en aquella noche de agosto, Buffon se quedó sin esas alternativas.

Para resolver el problema, los Rangers tomaron una decisión única: prestar a Buffon una de sus camisetas de portero, un llamativo uniforme naranja con una franja horizontal azul marino en el pecho, con los mismos tonos en los puños y el cuello. Esta camiseta despierta cierta nostalgia, pues representa una de las últimas prendas de portero diseñadas con protecciones en hombros y codos.

La historia se vuelve aún más fascinante en lo que respecta al patrocinio. Aunque los Rangers estaban asociados con Nike en ese momento, Buffon vistió en el partido una camiseta de Champion, gracias a que se preparó un uniforme limpio, sin marcas comerciales. Esto permitió al Parma añadir sus propios patrocinadores, incluidos Champion y Parmalat. Curiosamente, se omitió la roseta conmemorativa por la victoria en la Coppa Italia de la temporada anterior.

Un escenario tan inusual es prácticamente imposible hoy en día, ya que la UEFA establece que los uniformes de los partidos oficiales deben estar confirmados con bastante antelación. Además, cuesta imaginar que alguna gran marca deportiva como Adidas, PUMA o Nike permita usar la camiseta de un rival luciendo sus propios logos.


miércoles, 8 de octubre de 2025

"DE COLECCION"

"LA HISTORIA DE MIGUEL ANGEL RUSSO"

FUENTE: "INFOBAE"

La imagen que queda, es la que siempre soñó. Desde que empezó a darle a la pelota en los picados de barrio y, más adelante, cuando entendió, como pocos, que esto era su vida. Miguel Ángel Russo fue un apasionado del fútbol. Y un ganador, como marcan los preceptos de su amado Estudiantes. Con su partida -murió este miércoles a los 69 años-, queda el vacío de un hombre que supo inculcarle a sus dirigidos una forma de sentir este juego muy especial, con momentos y decisiones, que siempre tenían un justificativo detrás, llenos de sapiencia y conocimiento




Aquel pibe nacido en Lanús en 1956, sintió un inmenso amor por la pelota desde los primeros pasos. Siendo un adolescente llegó al club que lo marcaría por siempre, para vestir la que sería su única camiseta a lo largo de una extensa carrera profesional: Estudiantes de la Plata. Luego de hacer las divisiones inferiores, fue sumado para comenzar a entrenarse con el plantel profesional, que era dirigido por una leyenda de la institución. Un hombre que había logrado todos los títulos posibles como futbolista, ahora ejercía la dirección técnica y sería clave en la vida de Russo. Nada menos que Carlos Salvador Bilardo.

El joven Miguel, de apenas 19 años, se sumó a un grupo donde había hombres con experiencia criados en el club, como Rubén Galleti, Rubén Pagnanini y Oscar Pezzano, llegados de otros clubes, como Miguel Ángel Benito, Franco Frassoldatti y Carlos Ángel López y dos leyendas vigentes de los tiempos gloriosos de los años ’60 (Juan Ramón Verón y Carlos Pachamé). Junto a Russo, se fueron mezclado otros chicos de las inferiores que quedarían en la historia Pincha: José Luis Brown, Patricio Hernández y Abel Herrera

El esperado momento del debut llegó en la última fecha de la fase de grupos del Nacional ’75. Fue el domingo 30 de noviembre, en el estadio de San Martín de Tucumán, en un empate en dos tantos, donde ingresó por el Fantasma Benito a los 64 minutos. Ese punto le valió la clasificación a Estudiantes para el octogonal final, como segundo en la zona detrás de River, relegando a Huracán, que perdió en Mendoza frente a Gimnasia y Esgrima de esa provincia.

El título se le escapó por apenas un punto ante el magnífico cuadro Millonario que dirigía Ángel Labruna, pero el Pincha tuvo el premio de ganar un desempate ante Huracán en cancha de Racing para clasificarse a la Copa Libertadores del ’76. Esa noche en cancha de Racing, Russo ingresó en la segunda etapa y sufrió la primera expulsión de su carrera. A comienzos de 1976 le llegó la oportunidad de ser titular por primera vez, el 28 de febrero, por la cuarta fecha del Metropolitano, en el empate en dos goles contra All Boys en Floresta, como mediocampista del equipo alternativo, ya que los titulares estaban en Venezuela por la Libertadores.

El año de la consolidación como titular fue 1977. Ya no estaba Bilardo en el banco, pero había sido reemplazado por otro histórico de las horas inolvidables de la década anterior. Un hombre que sería muy importante en el devenir de los años para Miguel Russo: Eduardo Luján Manera. En ese Metropolitano llegó su primer gol oficial. Como un guiño del destino, el rival no podía ser otro que el eterno adversario. Fue 1-1 ante Gimnasia como local el 16 de septiembre.

Serían tiempos de navegar en la mitad de la tabla para Estudiantes, con la excepción del Nacional ’77, que lo encontró perdiendo recién en las semifinales ante Independiente, a la postre el campeón en la recordada final ante Talleres. Tanto 1978 como 1979 y 1980, no dejaron grandes recuerdos, con un equipo donde cambiaban los entrenadores, la conformación del plantel y lo único que se mantenía era esa medianía donde no se luchaba por nada. En 1981 se vivieron momentos complicados, con Carlos Pachamé como técnico. Al terminar la primera rueda, apenas aventajaba en las posiciones a Sarmiento y Colón, cuando había dos descensos por tabla. De a poco comenzaron a aparecer los resultados positivos, pero el alivio llegó recién sobre el final, donde quedó dos puntos arriba de San Lorenzo, que perdió la categoría.

Los dirigentes fueron conscientes que debían remontar esa situación y fueron en busca del hijo pródigo para la temporada 1982. Carlos Bilardo venía de dirigir con éxito al Deportivo Cali y estuvo cerca de clasificar a la selección de Colombia para el Mundial ’82. Dijo sí a la propuesta y comenzó a trabajar, primero en lo anímico y luego en lo futbolístico. Quedaban muy pocos jugadores de los que había tenido en su paso anterior. Pero en dos de ellos sentó las bases: José Luis Brown como líbero y Miguel Ángel Russo, para dar equilibrio en la mitad de la cancha.

Fueron piezas claves del equipo que llegó hasta las semifinales del Nacional y que luego se dio el gusto de volver a gritar campeón en el torneo de primera división, peleado mano a mano contra Independiente hasta la fecha final. Russo hizo horas extras y trabajó a destajo en la mitad de la cancha, como único volante de recuperación, para que pudiera lucirse el talento de Alejandro SabellaMarcelo Trobbiani y José Daniel Ponce. Unos meses más tarde, el Pincha repitió el título en el Nacional, ante el mismo adversario, en lo que se había manifestado como un choque de estilos futboleros.

El éxito de Estudiantes había catapultado a Carlos Salvador Bilardo como nuevo entrenador de la selección en reemplazo de César Luis Menotti. Miguel Russo no estuvo en la primera convocatoria, pero a los pocos meses fue llamado por el Narigón. Su debut con la camiseta de Argentina ocurrió el 10 de agosto de 1983 en un empate en dos tantos ante Ecuador en Quito, en la primera presentación en aquella edición de la Copa América.

Quedó formando parte del plantel en los complejos años 1984 y 1985, donde el equipo jugó bien en pocas ocasiones. Quizás la excepción haya sido la gira por Europa de agosto/septiembre del ’84, donde Miguel dijo presente en los tres partidos: Suiza, Bélgica y Alemania. Al año siguiente disputó 5 de los 6 encuentros por las eliminatorias, faltando solo en el último, el de la agónica clasificación ante Perú en cancha de River.

El 14 de noviembre del 85, vistió por última vez la camiseta celeste y blanca. Fue un empate 1-1 frente a México en Los Ángeles, compartiendo la mitad de cancha nada menos que con Diego Maradona y Ricardo Bochini. Una lesión se interpuso en su camino hacia el Mundial 86. Pese a que Bilardo lo esperó, finalmente no lo vio completamente recuperado y quedó fuera de los 22. Quizás haya sido su más grande dolor como futbolista.

Siguió un par de temporadas más batallando en la mitad de cancha de su querido Estudiantes, hasta que el miércoles 15 de junio de 1988, actuó por última vez. Fue en la desangelada liguilla clasificación (una especie de rueda consuelo, que apenas otorgaba un lugar en la liguilla pre libertadores del año siguiente), en una derrota 2-1 frente a Independiente en La Plata. En total, disputó 431 partidos oficiales con la casaca Pincha, entre torneos locales e Internacionales.

Tras un año sin actividad, el jugador le dio paso al técnico. Con 33 años recién cumplidos, aceptó el desafío que le propusieron los dirigentes de Lanús, club al que siempre le estuvo agradecido por esa oportunidad: “Me vinieron a tocar el timbre de mi casa para ofrecerme el cargo. Ellos se la jugaron conmigo, y yo con ellos, porque era un momento bravísimo. Acababan de perder el ascenso contra Chaco For Ever en la última fecha y el club era un velorio. El primer entrenamiento fue una cosa increíble: ocho dirigentes me presentaron a siete jugadores. El panorama era oscuro, porque el golpe se había sentido. Arrancamos el Nacional B más o menos, pero se terminó armando un buen grupo y logramos regresar a primera luego de 13 años”.

Aquella temporada 1990/91 no fue fácil y Lanús descendió nuevamente. A contramano de lo que ocurría (y ocurre), los directivos mantuvieron la confianza en Miguel, que la retribuyó con un nuevo ascenso en 1992. Se quedó en el cargo hasta mediados del ’94, volvieron a poner a los Granates como protagonistas. Estudiantes había perdido la categoría y Russo acudió al rescate. En dupla con Eduardo Manera, lo regresaron enseguida, con un equipo inolvidable, donde se destacaban VerónCapria Calderón, entre otros.

Había llegado el tiempo de probar suerte en el exterior. Dejó su huella en la Universidad de Chile, llegando hasta las semifinales de la Copa Libertadores 1996. En julio del ’97, decidió aceptar el llamado de Rosario Central. Nadie podía suponer que allí se estaba gestando una increíble historia de mutuo amor futbolero. Fue poco más de una temporada, para sembrar a futuro. Luego fue el tiempo de breves ciclos en SalamancaColón, el regreso a LanúsLos Andes y Morelia de México.

Hacía fines de 2002Rosario Central navegaba de la mitad de tabla hacia abajo. Miguel aceptó el desafió de volver, y realizó excelentes campañas, que no solo hicieron olvidar la tabla de los promedios, sino que lo puso nuevamente entre los mejores. El ciclo concluyó en aquella dolorosa eliminación por penales ante Sao Paulo en los cuartos de final de la Copa Libertadores 2004.

Firmó para Vélez Sarsfield a comienzos de 2005 y en el primer torneo, el Clausura, lo sacó campeón, en lo que fue su primer título en la máxima categoría y lo llevó hasta las semifinales de la Copa Sudamericana de ese mismo año. Tras dos años en Liniers, le llegó la gran chance de dirigir a Boca Juniors. Y se dio el gran gusto de su carrera como entrenador, al obtener la Copa Libertadores 2007, con un muy bien equipo, donde sobresalió un Juan Román Riquelme sin igual.

Algunos problemas dentro y fuera de la cancha, lo alejaron del club Xeneize y recaló poco tiempo después en San Lorenzo. Cuando promediaba el Apertura 2008, era el cómodo líder del torneo, con amplia ventaja. En el mes de octubre, por unas horas, fue el técnico de la selección nacional. Fue apenas un suspiro, porque al día siguiente del ofrecimiento por parte de la AFA, se enteró que el elegido era Diego Armando Maradona. Una inmensa frustración, que se sumó al hecho de perder ese campeonato que estaba ganado, a manos de Boca, en el recordado triangular en el que también participó Tigre.

Luego tuvo un tercer ciclo en Central, que fue muy breve, un paso por Racing y apenas 14 partidos en su querido Estudiantes de La Plata. En 2012 retornó, una vez más a territorio Canalla, cuando la parada era muy brava. Pero Miguel siempre estuvo templado para esas circunstancias y logró el anhelado ascenso a primera, quedándose hasta 2014. La temporada siguiente fue en Vélez Sarsfield.

A partir de allí, llegó el periplo sudamericano, con estaciones en MillonariosAlianza Lima y Cerro Porteño. Estando en el club colombiano, fue que le detectaron esa enfermedad contra la que luchó sin dar un milímetro de tregua hasta el final de sus días. A comienzos de 2020, volvió a Boca y se dio el gusto de ser campeón, superando a River en la fecha final, a 10 días del inicio de la horrenda pandemia. Al retornar la actividad, nunca logró reencontrar el rendimiento y dejó el cargo en septiembre de 2021, para marcharse al Al-Nassr de Arabia Saudita.

En 2023, Rosario Central, su segunda casa, lo recibió una vez más, y nuevamente hubo fiesta, con la obtención de la Copa de la Liga, en la final ante Platense. La eliminación a manos de Fortaleza en los octavos de final de la Copa Sudamericana, marcó el final de la era auriazul. Poco tiempo después, llevó su calma y experiencia al afiebrado momento de San Lorenzo, donde logró atemperar los ánimos, llegando hasta la final del Clausura 2025.

Ya su estado de salud era un rival complejo. Que se agigantaba cada día más. De manera sorpresiva, recibió el llamado de Juan Román Riquelme, para ocupar el lugar que había sido de Fernando Gago y con la inmediatez de tener que dirigir el Mundial de Clubes en los Estados Unidos durante los primeros días de junio del 2025. La eliminación en primera rueda, estaba dentro de los planes, pero el no poder vencer al modesto y amateur Auckland City, no. En el ámbito local, la cosa no fue mucho mejor, sumado a la decadencia física que se hacía evidente.

Como futbolista, una de las características más destacadas de Russo, era que no se entregaba jamás. Esa voluntad, también se la transmitió a sus dirigidos, en más de 35 años, casi ininterrumpidos, de trayectoria como entrenador. Con esa tenacidad que luchaba cada pelota en la mitad de la cancha, peleó contra la enfermedad. Dolía verlo muchas veces, con un frágil estado de salud dentro de una cancha, pero ese fue su ámbito. Se fue Miguel Ángel Russo. Caen, sobre todo, lágrimas PinchasCanallas Xeneizes. Pero el mundo del fútbol argentino, se suma en la despedida a un hombre respiró fútbol hasta el último día de su vida.

lunes, 6 de octubre de 2025

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

"DWIGHT YORKE Y LA TRINIDAD Y TOBAGO MUNDIALISTA DEL 2006"

FUENTE: "KODRO MAGAZINE

Dwight Yorke representó a Trinidad y Tobago en 72 ocasiones anotando 19 goles, siendo su mayor logro la sorprendente clasificación para la Copa Mundial de 2006 en Alemania. La selección caribeña clasificó por primera vez en la máxima competición de selecciones, después de alcanzar el cuarto lugar en el proceso clasificatorio de la Concacaf y de derrotar a Baréin en la repesca intercontinental. Así, Trinidad y Tobago se convirtió en el cuarto país del Caribe en llegar a estas instancias, tras Cuba (1938), Haití (1974) y Jamaica (1998).




La selección nacional de fútbol de Trinidad y Tobago jugó su primer partido oficial en 1905. El mismo terminó con triunfo por 4-1 sobre Guyana. Sin embargo, durante muchos años los ‘Soca Warriors’ no participaron en compromisos oficiales, ya que no formaban parte de los organismos rectores de este deporte.

Sin embargo, no tardaron en darle un giro a su historia en 1962, cuando se unieron a Concacaf para luego dar otro gran paso y convertirse en miembro oficial de la FIFA, en 1964. Eso les permitió comenzar a participar en las Eliminatorias de la Copa del Mundo, siendo su primera campaña el clasificatorio para Inglaterra 1966. A partir de entonces, Trinidad y Tobago comenzó a participar tanto en las Eliminatorias como en el Campeonato de la Concacaf, registrando resultados impresionantes.

Sus mejores clasificaciones fueron el subcampeonato de Cocacaf de 1973, y su primer gran título en 1989 de la Copa del Caribe, torneo del cual se convertiría en el equipo más exitoso, con 8 campeonatos en sus vitrinas.

 Yorke debutó en la absoluta de Trinidad y Tobago en 1989, y participando de forma activa en la consecución de la Copa del Caribe, el primer gran logro del delantero centro con su selección.

En 2001 el jugador renunció debido a conflictos con el cuerpo técnico. Sin embargo, su nación intentó calmar los ánimos en el Mundial Sub 17 cuando uno de los estadios (el de Bacolet) se bautizó con su nombre. Tras este gesto el jugador reconsideró su retiro del equipo nacional y volvió en 2005, cuando derrotaron a Bahrein en el repechaje intercontinental para viajar a Alemania, un logro impresionante. Y es que los Soca Warriors se convirtieron en la selección con menos población en disputar un Mundial, hasta la aparición de Islandia en el 2018.

 A pesar de ser considerada una de las selecciones más débiles que se presentó en la Copa Mundial de 2006 celebrada en Alemania, Trinidad y Tobago dejó una grata impresión de la mano del neerlandés Leo Beenhakker y de la tripleta de jugadores formada por Russell Latapy, Stern John y el propio Yorke, los tres con trayectoria en el fútbol europeo.

 A pesar de terminar última en el Grupo B, se mantuvo hasta el último partido con oportunidades de pasar a la siguiente ronda. En su primer partido, logró un inesperado empate sin goles ante Suecia donde el equipo caribeño resistió jugando con un jugador menos durante casi todo el segundo tiempo, y teniendo una clara ocasión de gol desperdiciada. Ante Inglaterra, todo parecía indicar que el partido terminaría de igual forma, pero Peter Crouch y Steven Gerrard le dieron la victoria a los cabezas de serie cuando faltaban siete minutos para el final del encuentro. En el último partido, Paraguay derrotó sin problemas por 2:0 a los trinitarios, aunque la primera anotación fue por un autogol de Brent Sancho, y así se despidieron del torneo con un punto, siendo el único que se retiró del mundial sin marcar goles, pero realizando igualmente un digno papel en el torneo.

Cuando Dwight decidió retirarse en 2009 lo hizo dejando atrás un historial sumamente impresionante, no solo para el fútbol inglés (donde sigue siendo recordado como uno de los mejores delanteros de la década de los 90´) sino para todo el Caribe.

"HISTORIAS DE COLECCION"

"EL CHICAGO FIRE DE 1988, DE LA NADA AL DOBLETE"

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Pocos equipos pueden presumir de haber ganado una liga en su primera temporada de existencia, este fue el curioso caso del Chicago Fire en la MLS de la 1997-1998, club fundado el 8 de octubre de 1997 por Joe Mansueto en una ceremonia en el muelle Navy Pier.




La tercera edición de la MLS, liga creada posteriormente al Mundial de 1994, deparó esta gran sorpresa con una franquicia formada básicamente por jóvenes promesas estadunidenses y viejas glorias del fútbol del Este, con Bob Bradley en el banquillo. El Chicago Fire consiguió superar en la final al DC United de Marco Etcheverry (mejor jugador de la temporada regular), el equipo ganador de las dos primeras ediciones, y entrenado por Bruce Arena, que después de este partido se convirtió en el seleccionador de Estados Unidos, dejando en su palmarés con los de Washington dos ligas y 5 campeonatos universitarios.

El octubre de ese mismo prolífico 1998 llegaría la consecución de la US Open Cup.

Su primer título de la MLS

El 2-0 en la final de las eliminatorias para el título de liga, con goles de Pobrozny y Gutiérrez, ante 51.000 espectadores convocados en el imponente Rose Bowl, el magnífico estadio de Los Angeles, no dejó lugar a dudas. El mejor jugador de la final fue Piotr Nowak, un mediocampista de 34 años que nunca había ganado nada en su dilatada carrera, junto a él, los delanteros Pobrozny (ex Mérida español), Roman Jacek Kosecki (ex Osasuna y Atlético de Madrid), completaban el trío polaco. Otros jugadores importantes fueron el checo Luboš Kubík en defesa, el centrocampista colombiano Diego Gutiérrez, y los americanos Chris Armas, Zach Thorton, ex suplente de Tony Meola.

A lo largo de la trayectoria de los «Red Machine» muchas han sido las estrellas que han defendido sus colores: DaMarcus Beasley, Cuauhtémoc Blanco, Carlos Bocanegra, Bob Bradley, Frank Klopas, Marco Pappa, Brian McBride, Ante Razov, Peter Wilt, Gonzalo Segares, Hristo Stoichkov, Jorge Campos, Damani Ralph y Bastian Schweinsteiger.

La consecución de la US Open Cup

La US Open Cup es un torneo organizado por la Federación de Fútbol de los Estados Unidos (U.S. Soccer) donde participan todos los clubes afiliados, profesionales, amateur y de la Major League Soccer. Fue fundado en 1914 bajo el nombre de la National Challenge Cup, dicha denominación que se utilizó hasta 1989, siendo el torneo de clubes de fútbol más antiguo de los Estados Unidos.

El 30 de octubre de 1998 el Chicago Fire se impuso en la prórroga por un resultado final de 2-1 al Columbus Crew.


domingo, 5 de octubre de 2025

HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER

 JARRED SHAW EL EX HISPANOAMERICAO DE RIO GALLEGOS QUE AFRONTA LA PENA DE MUERTE:

FUENTE: BASQUET PLUS

Jarred Shaw tuvo un breve paso por la Liga Nacional y ahora puede ser condenado a muerte. El pivote fue atrapaso en Indonesia en un caso de drogas y las penas allí van de 20 años hasta la pena de muerte.




El exjugador de Hispano Americano fue arrestado por la policía del Aeropuerto de Soekarno-Hatta este miércoles. Fue tras recibir un paquete de drogas Delta 9 THC (tetrahidrocannabinol) con forma de caramelos, siendo uno del os 20 paquetes que tenían 870 gramos de estos productos.

A su vez, revelaron que Shaw buscaba distribuir las drogas entre otros atletas, y él mismo confesó haber utilizado la marihuana para relajarse después de entrenar, además de haberlas conseguido por un contacto en Tailandia.

“La IBL junto con la Perbasi DPP aplicarán firmemente una lista negra, prohibiéndoles jugar y regresar a sus actividades en el entorno de la IBL para aquellos que demuestren haber violado la ley en Indonesia” expresó Junas Miradiarsyah, Presidente Director de la IBL. Y agregó: “No toleramos a los consumidores de drogas en el mundo del baloncesto. Ya sean jugadores, administradores, oficiales de campo o cualquier persona involucrada en el uso de drogas o similares”.

Además de ser expulsado de la liga, Tangerang Hawks le rescindió su contrato. Ahora, Shaw enfrenta cargos Clase 1, con penas de hasta 20 años de prisión, cadena perpetua y hasta pena de muerte.

En Argentina jugó para Hispano Americano en 2016, con 8 partidos y 10 puntos más 7.5 rebotes de promedio.

sábado, 4 de octubre de 2025

HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER

 DESMOND ARMSTRONG EN EL SANTOS, EL PRIMER ESTADOUNIDENSE EN EL BRASILEIRAO

FUENTE: "KOFRO MAGAZINE"

Desmond Armstrong fue el primer futbolista estadounidense en jugar en la máxima categoría del fútbol brasileño. Un jugador que irrumpió en la escena con la Selección Nacional de Estados Unidos en 1987, y que no tuvo una trayectoria profesional convencional, pero su disposición a tomar riesgos y su éxito fueron fundamentales para que fuera inmortalizado en el Salón de la Fama del Fútbol Nacional de Estados Unidos.




Su fichaje fue una maniobra de marketing del Santos, sin embargo, sobre el terreno de juego, el jugador no rindió todo lo bien que hubiera deseado, y solo disputó un partido oficial: una derrota por 1-0 ante el Flamengo en el Brasileirão de 1991.

Originario de Washington D.C., Armstrong fue descubierto jugando baloncesto por un entrenador de fútbol local en su vecindario (su familia fue la primera familia afroamericana en mudarse a un vecindario completamente occidental) cuando tenía 11 años, y el entrenador le pidió que jugara fútbol. Eventualmente, continuó jugando durante la secundaria, luego se dirigió a College Park para jugar con los Maryland Terrapins, obteniendo honores All-ACC como mediocampista y delantero en 1984 y 1985. Después de ganar la Copa Nacional Amateur en 1986 con los Fairfax Spartans, Armstrong se trasladó a los Cleveland Force de la Major Indoor Soccer League. Allí, se movió a la posición de lateral, donde jugó lo suficientemente bien como para ser nombrado All Star de la MISL. Finalmente, fue convocado a la USMNT, haciendo su primera aparición en 1987.

Cuando se le preguntó sobre el ambiente que enfrentó como uno de los pocos jugadores afroamericanos en el equipo nacional, Armstrong comentó: “Éramos dos. Mi compañero de cuarto, Jimmy Banks, y yo nos conocimos cuando teníamos 15 años en el National Sports Festival. Nos hicimos amigos rápidamente porque éramos los únicos dos chicos negros jugando para nuestros respectivos equipos. Desde entonces, intentamos cada año llegar al equipo nacional, y en 1987, ambos lo logramos. Fui recibido por cómo jugaba. Pero, en 1988, hice el equipo olímpico y él no. En el campo, todo estaba bien. Es un terreno de juego nivelado, porque se trata de cómo juegas. Fuera del campo, fui recibido bastante bien, solo que no tenía muchos compañeros con quienes salir. Estaba cerca de Jimmy Banks y él no estaba en 1988”.

Armstrong recordó que después de 1988, la U.S. Soccer, por primera vez, ofreció contratos a sus mejores jugadores. Como uno de los cinco mejores jugadores del equipo en ese momento, Armstrong recibió una oferta de contrato por parte de la U.S. Soccer, pero decidió jugar con los Baltimore Blast de la MISL. Fue allí donde se rompió la pierna en enero de 1989. Se rehabilitó para intentar recuperar su fuerza total (“Tomó muchos analgésicos”, dijo con una sonrisa), pero estaba lo suficientemente bien como para formar parte del equipo de la Copa del Mundo de 1990 como defensor, con Jimmy Banks también en el equipo. “Tuve la suerte de iniciar los 3 partidos en la Copa del Mundo, y eso me ayudó a prepararme para mi carrera en el club”.

Después del Mundial de Italia 90, Armstrong recordó que tuvo que depender de sus contactos personales para obtener oportunidades de jugar profesionalmente. “La U.S. Soccer estaba promocionando a sus jugadores: John Harkes, Tab Ramos, Tony Meola, y ayudándoles a obtener oportunidades fuera del país. Yo tuve que depender de mis propios contactos”. En febrero de 1991, mientras buscaba pruebas en Inglaterra, recibió una llamada que le permitiría trazar su propio camino. Le preguntaron si quería jugar para el Santos en el Brasileirao. Su respuesta: “Sí, sin duda. Fírmame”. Al firmar ese contrato, Desmond Armstrong se convirtió en el primer jugador estadounidense en firmar un contrato para jugar en Brasil.

Armstrong viajó a Brasil para unirse al equipo y mencionó la multitud de reporteros en el aeropuerto. El hijo de Pelé, Edinho, lo recibió en el aeropuerto para hacerle de traductor: “Edinho me preguntó si sabía portugués, y mi respuesta fue, ‘No’. Luego me preguntó si sabía español, y nuevamente dije, ‘No’. Y él me dice, ‘¿Cómo esperas comunicarte con tus compañeros?’ Yo respondí, ‘Supongo que tendré que sonreír mucho’. Salí del aeropuerto y fui directamente al campo de entrenamiento en Santos y cuando entré al vestuario, todos estaban allí sentados sonriéndome. Así que, fue una gran, cálida bienvenida, una gran experiencia”.

Luego explicó por qué era el tema principal de todos los medios en Brasil: porque era estadounidense y afroamericano, el primero de su país en en el Brasileirão. “El pensamiento era, ‘¿El fútbol brasileño se ha vuelto tan malo que tuvieron que importar a un estadounidense?’” Pero recordó que había visto jugar a Pelé cuando estaba en la antigua NASL con los New York Cosmos, y era el único lugar donde había jugado fuera de Santos. Así que, para un afroamericano poder jugar en Santos, lo valoró como una “maravillosa experiencia”.

La discusión luego se centró en si el Brasileirão es una liga que más jugadores estadounidenses deberían considerar como opción. Armstrong comparó el futebol en Brasil con el baloncesto callejero en Estados Unidos: “Hay un paralelismo entre el baloncesto callejero aquí y el futebol en Brasil. El jugador negro en una zona urbana aquí se inclinará hacia el baloncesto, en Brasil muchos jugadores negros son muy habilidosos en el fútbol y vienen de áreas empobrecidas y el fútbol es su salida. Ese es el tipo de jugador que se celebra. El fútbol en Brasil es parte espectáculo – en el baloncesto, si haces un movimiento y dejas a alguien en el suelo, la multitud enloquece, celebran eso. Lo mismo ocurre en Brasil. El entretenimiento es parte del juego”.

Armstrong también señaló que a los brasileños les encantan los jugadores atléticos, particularmente aquellos que poseen una habilidad técnica superior. Para que los estadounidenses triunfen en el Brasileirão, necesitan ser atletas increíbles con un poco de estilo. Desmond Armstrong regresó a Estados Unidos después de que terminó el Campeonato Paulista de 1991, completando su carrera en América. Aun así, además de los Juegos Olímpicos, considera su momento favorito en el campo cuando fue seleccionado para competir en el Partido Mundial de Estrellas de UNICEF. “Estuve allí con George Weah, quien ahora es presidente de Liberia, y George y yo forjamos una buena relación allí, los Ruud Gullit, Ricardo, Carlos Valderrama, y jugamos contra Jürgen Klinsmann y el entonces equipo campeón del mundo de Alemania. Fue genial estar en el campo con los mejores jugadores de sus respectivos países”.

En 2012, Armstrong fue incluido en el Salón de la Fama del Fútbol Nacional. Sobre ese día como uno de sus momentos favoritos de su carrera, Armstrong dijo: “No pensé que alguna vez entraría en el Salón de la Fama. Mi nombre estaba allí y sentí que mi carrera me había llevado a un nivel muy alto. Pero, la mejor parte fue que toda mi familia estuvo allí y pude compartir con ellos mi carrera por primera vez. Mis hijos no sabían realmente hasta dónde había jugado, así que pudieron compartir mi carrera y darse cuenta de que es parte del legado de nuestra familia y ellos fueron parte de algo que su padre hizo”.

Desmond Armstrong tuvo una carrera maravillosa que abrió nuevos caminos para los jugadores de fútbol estadounidenses. Y lo hizo siendo uno de los únicos negros en el campo. Su juego estelar definió su carrera, pero su capacidad para trabajar duro y tomar riesgos sin la ayuda de una cara conocida es la razón por la que el legado de Desmond Armstrong perdurará en la historia del fútbol de Estados Unidos.

 

miércoles, 24 de septiembre de 2025

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

LA VERDAD DE LA HISTORIA DEL DOPING DE MARADONA EN 1994

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"/ MARIO MARTIN GODOY

Año 1993, la selección argentina sin la presencia de Maradona (había dejado la selección) en su once inicial, pierde por 5-0 contra Colombia en el Monumental de River Plate en el último partido de la clasificación para el Mundial de Estados Unidos. Un partido que no fue tan desigual como nos podría parecer por el resultado, y que condenó a los argentinos a la segunda posición de su grupo que daba acceso a la repesca contra Australia.




Durante el partido contra Colombia el estadio entero elaboró múltiples cánticos para que Maradona, que estaba en el palco, volviese a la selección. El astro argentino después de ese baño de masas, decidió rescatar a su país, haciendo de Dios otra vez. Y finalmente, volvió para clasificar a Argentina en los partidos de repesca.

En el partido de vuelta, no hay control antidoping y Maradona aseguró que les fue ofrecido un energizante para poder clasificarse para el Mundial antes de ese partido. Maradona declaraba en entrevistas posteriores que a la FIFA le interesaba tener a Argentina y a Maradona en el Mundial de Estados Unidos, por la expectación que generaban.

Una vez clasificados para el Mundial, Maradona contrató un preparador físico, Daniel Cerrini, y juntos se concentraron varios meses en Argentina. Esos entrenamientos no eran los que solía hacer un futbolista normal, sino una preparación muy dura para conseguir perder mucho peso, pero conservando la fuerza física. Cualquiera que haya jugado al fútbol sabe que los entrenamientos de este deporte no son de la misma exigencia que los de alguien que practica culturismo (especialidad de Daniel Cerrini). No hay más que ver las imágenes de Maradona en ese Mundial, un cuerpo muy delgado para la corpulencia que él tenía, y unos rasgos faciales muy marcados, debido a la estricta alimentación a la que estaba sometido.

A primera vista y por desconocimiento, a la gente le puede parecer que esos rasgos se debían a su adicción, sin embargo lejos de toda suspicacia, era por esos entrenamientos con tanta cantidad de cardio. Este tipo de entrenamientos le causaron algunas lesiones durante la temporada 93-94 debido a la dureza física que exigían. Durante esta preparación de cara el Mundial 94, su nuevo preparador físico le empezó a añadir a su dieta diaria varios suplementos que le ayudaban a perder peso de forma acelerada.

Diego Maradona, ya con 33 años, se llevó a Daniel Cerrini como preparador personal a la concentración en Estado Unidos. Cerrini se llevó todos los suplementos antes mencionados, que nutrían artificialmente al astro argentino (a disgusto del médico de la selección). Una vez llegado el primer partido de Argentina contra Grecia, Maradona culminó una gran actuación y Argentina ganó 4-0 en su debut en el Mundial. Ese partido es el de la famosa celebración de Maradona con la cara desencajada gritando a la cámara con rabia.

 El segundo partido contra Nigeria, Argentina acaba ganando 2-1. Después del partido, en el sorteo para ver qué jugadores se hacen el control antidoping, casualmente o no, escogen a Maradona. Y aquí encontramos otra imagen histórica e inédita que nos dejó aquel Mundial, Maradona saliendo del campo agarrado de una de las enfermeras encargadas del control, la primera vez que ocurría en un campo de fútbol. Esta foto siempre tuvo una leyenda negra, ya que se decía que la enfermera fue a buscarlo exclusivamente a él porque iban a adulterar los resultados del control antidoping, y así poder echar a una de las selecciones candidatas a ganar el Mundial. Recordemos que Argentina tenía una selección impresionante y estaba jugando increíblemente bien. Sin embargo, esta enfermera no fue a buscar a Maradona por ninguna razón que tenga que ver con esas conspiraciones, sino por qué la enfermera tenía un exmarido argentino, que era vecino de uno de los médicos de la selección albiceleste, y este médico al enterarse de eso, le dijo que tras el pitido saliese directa a por Maradona para que su exmarido la viese por la tele y sintiese envidia de ella. Esa razón tan inocente, nos dejó una de las imágenes más recordadas del fútbol.

Argentina, tras el partido con Nigeria, ya estaba clasificada para la siguiente ronda, solamente quedaba un partido contra Bulgaria, para decidir el cuadrante que le tocaba jugar en las eliminatorias. El problema llegó antes de ese partido, cuando se filtraron los resultados del control antidoping en los que Maradona había dado positivo. Ha llegado el momento de desmentir otra leyenda negra, el positivo de Diego NO fue por cocaína. La prensa y la sociedad de aquel momento empezó a extender el rumor de que Diego había vuelto a recaer en el mundo de las drogas, y en uno de los mejores momentos de sus últimos años. Sin embargo, el positivo fue por efedrina, una sustancia prohibida por la FIFA, y que Maradona consumió sin saberlo en muchos de los suplementos que le proporcionaba su preparador Daniel Cerrini.

Desde ese momento, la expedición de la selección albiceleste estaba expectante ante una posible sanción, pero empezó a aferrarse a precedentes de otros positivos en efedrina como el del español Ramón Calderé en 1986, que no tuvo ninguna sanción. También certificaron que la efedrina se encuentra en medicamentos para descongestionar la nariz, y usaron esta excusa como explicación al positivo. Sin embargo, esta explicación quedaba anulada totalmente porque el médico encargado de hacer el sorteo del control antidoping tenía que redactar un documento con los medicamentos que tomaba cada jugador que iba a hacerse el control, y evidentemente Maradona no tomaba ningún descongestionador y el médico no lo apuntó. Con esa opción descartada, los médicos de la selección preguntaron a Daniel Cerrini sobre la sustancia que estaba tomando Maradona durante ese Mundial. Por lo visto, Daniel, estaba dando Ripped Fuel a Maradona. Este suplemento, en Argentina no se elabora con ninguna sustancia prohibida, sin embargo, Daniel Cerrini la compró en Estados Unidos, y allí para elaborarla utilizan la hierba de la que sale la efedrina, de ahí el positivo del “10” de la albiceleste…

 Una vez, ambas partes (FIFA y AFA) eran conscientes de la razón del positivo, el representante de la AFA debía acudir a reunirse con la FIFA para saber la sanción que se le tenía que imponer a Maradona, sin embargo, horas antes de la reunión le comunicaron que no hacía falta que fuera, porque Maradona era expulsado del Mundial de USA en ese mismo momento. Se dice que la FIFA sometió a Grondona a un chantaje que consistía en que si Maradona se quedaba, le quitaban 3 puntos y se quedaban fuera del Mundial, pero si echaban a Maradona de la concentración permitían a la selección continuar en la competición. Grondona, accedió y les entregó a Maradona.

Días después, Maradona era entrevistado en el hotel y usó su mítica frase: «Yo no me drogué, me cortaron las piernas». Argentina, sin su estrella, sin su capitán, se encontraba derrumbada y caería en la siguiente ronda contra la Rumanía de Hagi.

​Nota del autor

Llegados a este punto, y una vez la verdad ha sido desvelada, toca hacer una pequeña reflexión. Personalmente uno llega a la conclusión de que los medios estaban hambrientos para dar la exclusiva de que Maradona había recaído en el mundo de las drogas incluso antes del inicio del Mundial, era exactamente la exclusiva que tanto estaban buscando. La gran mayoría de medios, después de la sanción publicaron titulares haciendo referencia a su adicción y muchos extendieron el rumor de que el positivo fue por cocaína.

Maradona siempre ha estado muy mal aconsejado, y se ha dejado llevar al lado oscuro en muchas épocas, pero es uno de los jugadores más grandes que ha dado el fútbol. Y se le debería haber tenido mucho más respeto. La FIFA por lo visto, también lo tuvo siempre en el punto de mira y culminó el trabajo echándolo de aquel Mundial del 94. Una triste historia que marcó el fin de la carrera internacional del jugador más grande de la historia de la selección argentina.

martes, 23 de septiembre de 2025

"DE COLECCION"

LA PRIMERA ENTREVISTA A DIEGO ARMANDO MARADONA

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

¿Cuál fue la primera entrevista realizada a Diego Armando Maradona? Una interesante pregunta que muchos fans del «Pelusa» se habrán hecho y que tiene dos respuestas que deben ser argumentadas de forma correcta.




La primera intervención individual del eterno 10 de Argentina en los medios de comunicación tuvo lugar en algún momento entre 1972 y 1973, cuándo Diego jugaba para los Cebollitas de Argentinos Juniors, equipo en el que llegó en 1969 y abandonó en 1974. Desgraciadamente la fecha exacta de aquella primera aparición mediática nunca ha llegado a ser concretada ni por Diego ni por el autor de aquel reportaje, Humberto «Tito» Biondi, el periodista que le formuló la gran pregunta: ¿cuál es tu sueño? Una cuestión a la que Diego, con tan solo 12 años, le respondió: «mi primer sueño es jugar en el Mundial, y el segundo salir campeón».

Aquel breve clip con Diego formó parte de un reportaje dedicado a aquel mítico equipo infantil que fue emitido originalmente en la Televisión Pública Argentina (entonces Canal 7 / ATC). Aunque no hay que olvidar que el primer gran medio que se hizo eco de las proezas de los Cebollitas, con fotos y notas, fue la revista El Gráfico, que provocó el interés de la televisión argentina.

3 o 4 años después de aquel primer impacto en los medios de comunicación llegaría el turno de Horacio Pagani, que le realizaría la primera entrevista (entendida como tal), para el periódico Clarín. Esta fue publicada el 17 de noviembre de 1976. La motivación y gran ojo del periodista para detectar al que sería el mejor jugador del mundo, llegó tras apreciar las habilidades de aquel pibe de baja estatura que jugó un par de partidos en la Reserva del club ubicado en el barrio de La Paternal y también en las divisiones inferiores de la Selección Argentina. A continuación recuperamos el texto íntegro de aquella joya para la historia publicada en el periódico argentino Clarín que nos regaló Pagani:

Con la insolencia de sus dieciséis años recién cumplidos, Diego Armando Maradona se para, se hamaca, y saca un zurdazo bajo, terrible, que se le mete a Gatti junto a un rincón. La gente de Argentinos Juniors delira. El pibe acaba de convertir su primer gol en primera división. Un golazo. Y no es un hecho casual. Es, simplemente, la consecuencia de una serie de hechos que se vienen sucediendo. Desde que Francisco Cornejo, técnico de las inferiores, lo descubrió en un potrero de Villa Fiorito. ‘Juega como vive y piensa. Con una enorme picardía. Con una gran inteligencia. Es, además, un pibe bueno, sano, que no fuma, no toma y es familiero’. La definición de Cornejo es exacta. Porque este «barrilete» que parece escapado de una historieta de Fontanarrosa, es así. Sencillo, como sus goles.

‘¿Cómo fue el gol? La jugada la empezó Fren. La pelota le llegó a Mastrángelo, que me la dio a mí. Enganché para la zurda y le pegué fuerte y abajo. Por suerte entró’. La modestia de su relación contrasta con la espectacularidad de la conquista. Pero él es así. No se agranda. Sabe que todavía tiene mucho que aprender. Y lo dice sin falsas modestias. ‘Tengo que mejorar mucho. Sobre todo en el cabezazo. Y en la pegada con la derecha. Pero con la práctica voy a andar bien’. Suplente en el último partido frente a River, Maradona ingresó en el segundo tiempo y fue la figura de la cancha. Desequilibró con su habilidad endiablada y se cansó de meter pases-gol. Uno de ellos fue aprovechado por Fren para marcar el empate.

‘Me gusta jugar así, de entrada. Pero el técnico es el que decide. Yo estoy para lo que me necesitan’. La selección juvenil es su próximo objetivo. ‘Ojalá que me citen. Sería una gran alegría’. Por ahora, se conforma con seguir deslumbrando en la primera de Argentinos Juniors. Y con seguir soñando. Con los ojos abiertos. Como los ‘barriles’. Esos que, a veces, llegan a tocar el cielo con las manos.”

 

lunes, 22 de septiembre de 2025

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

EL DIA QUE PELE ,CRUYFF Y EUSEBIO FORMARON TRIDENTE EN LA DELANTERA

FUENTE: KODRO MAGAZINE 

Pelé y Johan Cruyff sí jugaron juntos y hasta llegaron a formar tridente en la delantera con el portugués Eusébio. Una combinación que no se volvió a dar nunca más y que convirtió aquel día en único.




Lo hicieron en un partido «olvidado» por la historia y dirigidos por uno de los máximos exponentes del Fútbol Total, el holandés Rinus Michels, que hasta tuvo el atrevimiento de poner a Johan como lateral izquierdo durante sus últimos minutos sobre el terreno de juego.

Todo tuvo lugar en el partido de despedida de Paul van Himst, que de 1959 a 1975, formó parte del primer equipo del Anderlecht. Con 309 goles, contribuyó con creces a los ocho títulos nacionales conquistados con el club y a las cuatro Copas de Bélgica, incluida la primera Copa de Bélgica ganada por su club en 1965. El conocido como «Pelé blanco» fue tres veces máximo goleador de la liga belga y en Europa también se le daba bien el tiro. Por ejemplo, fue el mejor tirador en la Copa de Europa de Campeones Nacionales (1966-1967) y en la Copa de Europa de Ciudades Justas (1969-1970).

El encuentro tuvo lugar el 26 de marzo de 1975 en el Astridpark de Bruselas, hoy conocido como Estadio Constant Vanden Stock. Se enfrentaron el Anderlecht de Van Himst y una selección del Resto del Mundo, con resultado favorable para los locales por 8-3.

La Selección Mundial reunió a jugadores como Tomaszewski, Piot, Rijsbergen, Cruyff, Katalinski, Heredia, Pelé, Eusebio, Viera, Amancio, Altafini, Sotil, Rivera, Paulo Cesar, Van Hanegem, Babington, Delikaris o Jairzinho.

domingo, 21 de septiembre de 2025

"DE COLECCION"

 LEONEL ALVAREZ, HISTORIA DEL NO FICHAJE EN EL CLUB ATLETICO JUNIORS"

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Leonel Álvarez fue presentado por el Junior de Barranquilla, incluso entrenó y protagonizó una campaña de abonos, pero al último momento cuando se le esperaba para firmar desapareció rumbo Cali… Esta es la historia del no fichaje del internacional Leonel Álvarez por el Club Atlético Junior procedente del Real Valladolid.




En 1991 el Club Deportivo Atlético Junior pese a una gran campaña y un muy buen juego, produjo una profunda desazón en la hinchada de Barranquilla al quedarse sin el título de liga. El técnico Julio Comesaña, considerado el principal responsable de la desilusión, se fue al igual que el paraguayo Javier Ferreira que ya no era considerado intocable…

El sustituto en el banquillo de «El Tiburón» fue Miguel Ángel López, quien en su última etapa al frente del Junior (1989) había clasificado al equipo al cuadrangular final, que no se pudo disputar, ya que el torneo fue cancelado por al asesinato, el 15 de noviembre de ese año, en Medellín, del árbitro Álvaro Ortega Madero. La llegada del ‘Zurdo’ tampoco ilusionó a la afición de Barranquilla, que reclamaba algo más.

Fue así como entró en escena el nombre del internacional Leonel Álvarez por segunda vez, la primera fue en 1987 cuando jugaba para el Medellín. El volante antioqueño era un titular indiscutible de los cafeteros y que por aquel entonces jugaba en el Real Valladolid de la Primera División Española, al lado del ‘Pibe’ Valderrama, René Higuita, y dirigido por el mismísimo Francisco Maturana. De Leonel se reconocía su liderazgo y se le consideraba uno de los responsables de la clasificación a un Mundial, el de Italia 90, después de 28 años.

Parecía que todo ya estaba cerrado, por lo que Junior no demoró mucho para poner en venta los abonos y para ello utilizó la imagen de Leonel Álvarez, vestido con la camiseta rojiblanca como reclamo. Leonel Álvarez incluso empezó a entrenar con Junior, pero el día que lo esperaban en la sede administrativa para firmar el contrato, nunca llegó. Así como la noticia de su contratación causó revuelo en Barranquilla, la de su ‘desaparición’ fue un completo misterio.

El volante antioqueño se había marchado en secreto de Barranquilla con rumbo desconocido. A las pocas horas, se conoció que estaba en Cali negociando su fichaje con el América y así convertirse en el principal refuerzo para la Copa Libertadores del 92. Haber cambiado a Junior por el América de Cali en el ultimísimo momento generó que el defensa se ganara para siempre la antipatía de los hinchas del equipo rojiblanco, que jamás olvidaron esa afrenta. Aunque años después de su fichaje circuló una versión, no confirmada, que contaba que el cartel de Cali amenazó a Leonel y a su familia de atentar contra ellos si no firmaba con el equipo rojo…

sábado, 20 de septiembre de 2025

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

RUBEN SOSA EL PRINCIPITO QUE CONQUISTO EUROPA

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Rubén Sosa, apodado como «El Principito», es considerado como uno de los mejores futbolistas surgidos en Uruguay durante la segunda mitad del siglo XX. Durante su extensa carrera profesional, que tuvo lugar de 1982 hasta 2005, el exinternacional uruguayo disputó 687 partidos y marcó 221 goles en clubes de hasta 5 países. En su palmarés encontramos una Liguilla Pre-Libertadores, una Copa del Rey, una Bundesliga, tres campeonatos de Uruguay y una Copa de la UEFA, además de reconocimientos de máximo goleador de la Primera División de Uruguay de 1998 y de la Copa Libertadores de 1999 o el Premio Pirata d’Oro al futbolista del año del Inter de Milán de 1993.




Con la selección de Uruguay ganó la Copa América de Argentina 1987 y la celebrada en su país de origen en 1995, además de ser subcampeón en Brasil 1989. También participó en el Mundial de Italia 1990, en Copa América Ecuador 93, así como en las eliminatorias del Mundial de Estados Unidos de 1994. Como juvenil jugó el Campeonato Mundial Juvenil en 1983. Disputó un total de 46 partidos, marcando 15 goles, que le valieron para ser el goleador de las Eliminatorias sudamericanas de 1989 y el mejor jugador de la Copa América de 1989.

Nacido en Montevideo un 25 de abril de 1966, para él y su familia nada fue fácil al comienzo. “Yo tenía 10 hermanos y mi vieja me decía, el que no viene a la 1 no come, entonces veníamos rápido. Cuando dejé el baby fútbol en Potencia, estudiaba poquísimo porque quería ayudar a mi vieja y a los 13 años empecé a matar pollos, a trabajar. Me acuerdo de que yo decía, esta es mi pretemporada, yo voy a ser futbolista”, recuerda el jugador. A los 14 debutó en la Sexta de Danubio y a los 15, Sergio Markarian lo puso en Primera división.

“Yo era un inconsciente que le gustaba correr atrás de la pelota, le quería ganar a Maradona y a todos los fenómenos. Cuando debuté en Primera estaba como loco para jugar y yo jugaba contra grandes jugadores y ya veteranos que tenían más de 30 años, pero no miraba la edad. Es como decía Markarian, cuando sos bueno no hay pasaporte, hay que meterte en la cancha. Te tienen que cuidar, porque no es meter por meter. Markarian me ponía 15 o 20 minutos, yo quería jugar más, hasta que entré de titular y no salí más”.

Cuando cumplió la mayoría de edad se fue al Real Zaragoza, después de tres años con su primer club profesional, Danubio, en Uruguay. En las tres temporadas anteriores, Zaragoza había terminado sexto, séptimo y décimo en la máxima categoría española. Sosa contribuyó con cinco goles en 17 partidos para ayudar a su nuevo equipo a alcanzar un cuarto puesto en su primer año. “Fue difícil el primer año porque entrenaban distinto ellos, en las montañas, con nieve, corría 100 metros en la montaña y yo con 18 años no tenía mucho músculo, era flaquito. Los primeros meses no le hacía un gol a nadie, era otro ritmo. Jugué contra Hugo Sánchez, Míchel, Butragueño, eran profesionales mayores. Ahí tenía un buen entrenador también, Luis Costa, que era de Zaragoza, que hizo lo mismo que Markarian, me cuidó y de repente a veces me dejaba descansar y me metía en el segundo tiempo, y después cuando vio que estaba físicamente bien, que estaba fuerte, empecé a jugar de titular”.

 No solo el Real Zaragoza superó al Atlético de Madrid para obtener un puesto entre los cuatro primeros, sino que también llegó hasta el final en la Copa del Rey, derrotando al Barcelona de Terry Venables en la final. Sosa marcó el único gol del partido contra los catalanes, logrando meter un tiro libre raso tras una ligera desviación en la barrera defensiva. Fue el primer trofeo doméstico del Zaragoza en 20 años.

Esa fue la mejor temporada para Sosa y el conjunto maño durante su paso de tres años por La Romareda. Aunque el Zaragoza no saboreó más éxito durante ese período, Sosa, entonces con 22 años, se había establecido como uno de los nombres más emocionantes y prometedores del juego. Marcó 18 goles en la liga en su última temporada en España, lo que le valió un traslado a Lazio.

El pase de Danubio a Zaragoza lo hizo el presidente de la Franja, el ingeniero Héctor Del Campo, junto a un abogado. Cuando terminó el contrato en el club español, empezó a representarlo Francisco Casal. “Paco me preguntó si quería ir para Italia, era el boom en los 90. Por supuesto, le dije”. Fue en Italia donde la carrera de Sosa realmente despegó. Había sido parte del equipo de Uruguay que ganó la Copa América de 1987 y ahora, un año después, estaba a punto de comenzar a ejercer su oficio en lo que entonces era la liga más importante del mundo. “En Italia me dijeron de hacer el pasaporte comunitario para jugar un par de años más y dije que no, me voy, ‘sono uruguaiano’ les decía. Me sentía un embajador de Uruguay porque respetaba a los chicos que salían de acá. Uno de los primeros fui yo, después fueron el Pepe Herrera a Cagliari, el Enzo, el Pato Aguilera la rompió».

A pesar de su estatura baja y robusta, Rubén Sosa tenía una explosión de velocidad que lo hacía especialmente efectivo en el Calcio. Además, su toque con el pie izquierdo era algo impresionante. Sosa podía ejecutar los toques más delicados por encima de un portero que avanzaba o disparos de larga distancia que parecían capaces de romper un larguero.

En un momento en que Diego Maradona estaba brillando en el Napoli, Sosa hizo su propio nombre en la Lazio, especialmente como especialista en tiros libres. Marcó ocho goles en la Serie A en cada una de sus dos primeras temporadas para los gigantes de Roma, junto a estrellas como Luigi Di Biagio y Paolo Di Canio.

En la Copa América de 1989, Sosa marcó cuatro goles mientras Uruguay terminaba segundo detrás de Brasil. Fue votado como el mejor jugador del torneo por delante de Maradona, Romário, Bebeto y el propio El Príncipe, Enzo Francescoli.

 Sosa aumentó su cantidad de goles con 11 y 13 en su tercer y cuarto año en Roma. Sin embargo, no hubo trofeos para El Principito ni para la Lazio antes de unirse a Internazionale en 1992. Los Biancocelesti no terminaron más arriba del décimo puesto en la Serie A mientras Sosa estuvo en el club.

Desde su llegada a la Serie A, Sosa nunca había formado parte de un equipo que desafiara por el título. Todo eso cambió en su primer año con el Inter. Impulsado por la presencia de estrellas como Walter Zenga, Giuseppe Bergomi, Nicola Berti, Matthias Sammer y Totó Schillaci, El Principito comenzó a jugar el mejor fútbol de su carrera. En lugar de achicarse en su nuevo entorno entre jugadores de renombre, Sosa demostró que pertenecía y que podía ser un pez gordo en lo que ya era un estanque bastante grande.

Inter había vendido a sus tres leyendas alemanas: Andreas Brehme, Lothar Matthäus y Jürgen Klinsmann, el verano en que llegó Sosa después de terminar en octavo lugar en 1991/91. Demostró ser un reemplazo más que capaz para Klinsmann, marcando 20 goles en su primera temporada.

Inter quedó segundo detrás de sus rivales locales, AC Milan, dirigidos por Fabio Capello y contando con el talento de jugadores de clase mundial como Franco Baresi, Paolo Maldini, Demetrio Albertini, Ruud Gullit, Dejan Savićević, Frank Rijkaard, Jean-Pierre Papin y Marco van Basten. En términos futbolísticos, era una vergüenza de riquezas que tenían a su disposición sus vecinos cercanos.

 En 1993/94, Inter cayó a un decepcionante 13.º lugar en la Serie A, a pesar de agregar a su propia contingencia holandesa al equipo. Llegaron un joven Dennis Bergkamp y el centrocampista Wim Jonk. Sosa volvió a ser el máximo goleador del club en la liga con 16 goles. «Dennis era un chico muy cerrado, un holandés típico, con una técnica bárbara, que vino muy jovencito al Inter. Era muy tímido, no se reía, y cuando festejaba apenas abría los brazos, mientras que yo hacía un festejo a toda alegría con “el avión” (risas). Pero era un campeón, no era fácil sacársela y, así como podía errar un mano a mano, hacía un gol increíble o salía de dos o tres marcas con gran facilidad. Fue un jugador estupendo».

Inter se había clasificado para la Copa de la UEFA. Con Sosa y un influyente Bergkamp llevando los hilos, llegaron hasta el final y levantaron el trofeo. Inter venció a Austria Salzburgo 2-0 en el global en la final a doble partido. Sosa disfrutó de una gran relación con los aficionados de Inter, como mencionó en una entrevista muchos años después de retirarse. «Tengo grandes recuerdos de mi tiempo en Inter, de jugar en un escenario como San Siro. Los aficionados solían cantar mi nombre cuando marcaba goles, y ese fue uno de los equipos más importantes para mí».

En la escena internacional, Sosa y Uruguay sufrieron unos años estériles. Salieron de Italia 90 en octavos de final, perdiendo 2-0 contra los anfitriones. Sosa fue omitido del plantel de Uruguay para la Copa América de 1991 por el entrenador Luis Alberto Cubilla. La Celeste no logró avanzar más allá de la primera fase de grupos en Chile.

Cubilla aún estaba a cargo para el torneo de 1993. Esta vez llevó a Sosa a las finales en Ecuador, pero el jugador de 27 años no disputó ni un minuto en el campo. El equipo de Cubilla fue eliminado en penales por Colombia en los cuartos de final. Afortunadamente, para Sosa, su historia en la Copa América no terminó ahí.

El verano de 1994, recién comenzado la danza de fichajes de todos los años, el Real Madrid con Jorge Valdano como nuevo entrenador, andaba tras los pasos de un delantero de nivel. Sonaban algunos nombres como Eric Cantona (Francés) y Rubén Sosa (Uruguayo). Comenzaron los rumores, el representante del jugador lo daba por hecho. Fuentes del propio Real Madrid lo daban por cerrado el traspaso. Se habían reunido y pactado el fichaje por aproximadamente 500 millones de pesetas (cerca de 3,5 Millones de dólares de hoy en día).

Al final ni fichaje ni nada, e incluso Sosa fue multado en el Inter por sus declaraciones, y además se quejó públicamente de la actitud de Ramón Mendoza, presidente del Real Madrid. Así pues, la temporada 1994/95 sería la última de Sosa en Italia. El nuevo entrenador Ottavio Bianchi llevó al Inter a un respetable sexto lugar en la Serie A con Sosa nuevamente como máximo goleador del club, aunque con solo ocho goles. Sin embargo, no pudieron defender con éxito su corona de la Copa de la UEFA, ya que Sosa falló el penalti vital en Villa Park después de que el Inter empatara 1-1 en dos partidos con el Aston Villa de Ron Atkinson. El lanzamiento de Sosa golpeó el larguero y rebotó al otro lado de la línea. Villa marcó su último penalti y eso fue todo. La aventura del Inter en la Copa de la UEFA había terminado y Sosa partió hacia Alemania en el verano de 1995.

Ottmar Hitzfeld llevó a Sosa a la Bundesliga, persuadiéndolo para unirse al campeón defensor Borussia Dortmund. Aunque solo pasaría un año en Alemania, Sosa ganó su primer título de liga doméstica allí. Junto a Jürgen Kohler, Andreas Möller, Karl-Heinz Riedle y Stéphane Chapuisat, Sosa se encontró siendo utilizado como jugador de plantilla. Disputó 17 partidos (ocho como titular) para el Dortmund de Hitzfeld, contribuyendo con tres goles. El Dortmund fue eliminado de la Liga de Campeones en los cuartos de final, derrotado 3-0 en el global por un Ajax inspirado por Jari Litmanen.

Hablando de su experiencia en la Bundesliga, Sosa dijo: «Es un fútbol rápido, creo que fue más un impacto físico para mí que técnico. Pero veo que hay muchos aficionados. Los aficionados son apasionados por el fútbol. Fue un año hermoso para mí, porque ganamos el campeonato alemán».

Sosa ganó su último trofeo en el fútbol internacional como parte del plantel de la Copa América de 1995 dirigido por Héctor Núñez. Principalmente, fue utilizado como suplente en las primeras etapas de la competencia, ya que Núñez había decidido sobre una pareja de ataque titular compuesta por Francescoli y Daniel Fonseca. Sin embargo, Sosa había ganado su segunda medalla de oro de la Copa América. Lamentablemente, nunca volvería a representar a su país, terminando con un respetable registro de 15 goles y 46 apariciones para Uruguay.

Después de solo un año en Alemania, Sosa regresó a LaLiga, uniéndose al recién ascendido CD Logroñés. Aunque ya superaba los 30 años, jugó 35 partidos en la máxima categoría y marcó siete goles. Sin embargo, no pudo evitar que el club descendiera directamente a la segunda división. Con eso, se cerró el capítulo europeo de la carrera futbolística de Sosa.

En 1997, Sosa regresó a su tierra natal, uniéndose al club que había apoyado de niño: Nacional. Tres títulos uruguayos seguirían en sus cinco años en Nacional en 1998, 2000 y 2001. Sosa volvió a disfrutar de su fútbol y de la adoración de los aficionados de Nacional. En 1999, aunque Nacional solo llegó a los octavos de final de la Copa Libertadores de ese año, Sosa fue el máximo goleador del torneo con seis goles.

 Le siguió un traslado al club chino Shanghai Shenhua en 2002. Allí, Sosa ganó un título de liga, aunque sería retirado de los honores del club debido a hallazgos de amaño de partidos más de diez años después. El delantero regresó a Uruguay para jugar intermitentemente durante los próximos años en Nacional y Racing Montevideo, finalmente poniendo fin a su carrera profesional en 2006, a la edad de 40 años.



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