viernes, 4 de octubre de 2024

"EN EL RECUERDO"

 Ernest «Wire» Chirwali Mtawali, el malauí de Newell’s Old Boys

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

Ernest «Wire» Chirwali Mtawali consiguió su pequeña porción de fama jugando con el Club Atlético Newell’s Old Boys en 1995, aunque muchos desconocen que estuvo a prueba previamente en el Inter de Milan, QPR y hasta el Newcastle. Otro dato que también pasó de largo para la prensa de la época es que llegó a cambiarse de nombre en 3 ocasiones.




La llegada de este internacional malauí no supuso ni el primer ni último fichaje exótico de la liga argentina, que a lo largo de su historia ha importado algunos jugadores africanos. Para la memoria queda la llegada de jugadores Alphonse Tchami, Ibrahim Sekagya, “Doctor” Kumalo, David Chabala, Nii Lamptey, Custodio Mendes, Getachew Solomon, Abubakar Ismail o Semann Hesham entre otros.

 Ernest Mtwalli, nacido un 10 de octubre de 1968, fue un centrocampista formado en las categorías inferiores del Hardware Stars de su país. Su momento de gloria llegó cuando con 17 años en 1983 fue convocado por la selección de Malawi para enfrentarse a Madagascar, en Antananarivo, en un partido de clasificación de la AFCON que debía ganar para clasificarse para la fase final del torneo de 1984 que se disputaría en Costa de Marfil. El joven malauí lanzó un tiro libre que Ricky Phuka desvió marcando el gol de la victoria y se clasificó.

Su gran actuación le llevó a fichar por el Welkom Real Hearts, de la tercera división de Sudáfrica. Aunque Ernest tras dos partidos recibió la invitación del Celtic de Bloemfontein de Sudáfrica, donde aprovechó para cambiar su nombre por el de Ernest Molemela, que al parecer era su padrino y el propietario del Celtic. En 1986, con el nombre de Molemela, fichó y jugó en el Inter de Milán durante 8 meses, hasta que las autoridades malauianas se dieron cuenta de que el Molemela del Inter era su compatriota e informaron a la FIFA. Fue uno de los muchos jugadores que optaron por cambiar su nombre para eludir la prohibición impuesta por la FIFA a los futbolistas que habían jugado en la liga de Sudáfrica durante la época del apartheid.

En 1987, Ernest Mtawali adoptó su otro apellido, Chirwali, y siguió jugando en el Celtic de Bloemfontein hasta la temporada 1991-1992. La siguiente fichó por el Mamelodi Sundowns Football Club, donde con sus grandes actuaciones cautivó el corazón de la afición que le otorgó el apodo de «Livewire», debido a su habilidad en el centro del campo. Durante su etapa con el Sundowns que se extendería hasta 1994, el equipo recibía el apodo de «Malawi» y míticos eran sus enfrentamientos ante el Kaiser Chiefs de Doctor Khumalo, Tovey, Marks Maponyane y John Shoes Moshoeany, en especial cada vez que se enfrentaban en las Copas Iwisa.

En 1992 fue convocado sorprendentemente con Sudáfrica junto con Mark Williams, Marks Maponyane, August Makalaklane, «Doctor» Khumalo, Ace Khuse, Chippa Masinga, etc. Mientras se entrenaba con los Bafana Bafana, la federación de fútbol de Malawi se apresuró a convencer al jugador para que volviera a jugar con ellos, y además denunció el caso ante la FIFA, ya que el jugador ya había debutado internacionalmente en 1983 vistiendo la camiseta de la absoluta de Malawi. El jefe Kaomba y el entrenador Mathias Mwenda tuvieron que ir a convencerle a él y a otros jugadores para que volvieran a la selección de Malawi.

Su segundo partido con Malawi tuvo lugar el 6 de julio de 1993, después de 10 años, y marcó contra Suazilandia en una victoria por 3-1. Lawrence Waya y Lovemore Chafunya marcaron los otros goles. Fue aquel año que Ernest fue a probar suerte en el Newcastle durante la pretemporada de verano a las órdenes de Kelvin Keegan, pero regresó a Sudáfrica debido a las estrictas normas británicas de entonces, las cuales tampoco le permitieron fichar por el QPR donde también lo intentó.

Eduardo López, tras ganar las elecciones para asumir la presidencia de Newell’s Old Boys, tuvo la oportunidad de hacer realidad su promesa durante la campaña electoral, traer al club una promesa del fútbol internacional por año. Y cumplió. A principios de 1995, y contra todo pronóstico, Ernest-Chirwali Mtawali llegó a Rosario para incorporarse a Newell’s.

 El volante ofensivo jugó solamente cuatro partidos, porque no rindió como se esperaba. Entre ellos el famoso partido de Kempes a los 40 años. En uno de esos partidos el periódico argentino Clarín le llegó a valorar con un 2 tras una lamentable actuación. En otro partido que jugó contra Boca, con Maradona usando la 10, Ernest entró en el segundo tiempo con la 10 de Newell’s.

 Chirwali tras dejar Newell’s volvió al Sundowns y en 1997 incluso tuvo una segunda oportunidad en la liga argentina jugando algunos minutos con CA Talleres antes de poner rumbo a la liga francesa para jugar con el Toulouse la temporada 1999-2000. Posteriormente, daría el Salto a la liga de Arabia Saudita con el Al-Wahda, para finalmente volver a Sudáfrica con el Orlando Pirates.

Ernest marcó un polémico gol que hizo ganar la liga al Orlando Pirates, que lo contrató para que le ayudara a ganar la apretada liga contra el Chiefs en 2002. Kaiser Chief tras aquel encuentro acudió a los tribunales para determinar la identidad de Chirwali-Mtawali-Molemela, que supuestamente eran el mismo individuo. Querían declararlo inmigrante ilegal y anular los partidos que ganó el Pirates. El caso fue desestimado, después de una exhaustiva investigación financiada por los Piratas para averiguar la información sobre la madre de Ernest, una Xhosa pura del Cabo Oriental, que se trasladó de la RSA a Chilomoni en los años 60. Los Piratas ganaron el caso y mantuvieron su copa de la liga y Ernest siguió adelante.

Tras ganar el caso fue cedido al Ajax Cape Town y al Hellenic FC, volvió al Orlando Pirates y finalmente colgó las botas jugando junto a su hijo en el Wits FC, concluyendo así su ilustre carrera, marcada por su velocidad, sus pases precisos y sus tiros libres.


jueves, 3 de octubre de 2024

"DE COLECCION"

DIEGO ARMANDO MARADONA Y LA COPA AMERICA, UN AMOR IMPOSIBLE":

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"/CESAR FERRERO

Maradona comparte una gran decepción deportiva con Pelé: los reyes del fútbol planetario, de prodigiosas gestas mundialistas, nunca lograron elevar al cielo el máximo trofeo de su continente, la Copa América. En el caso del argentino, sus 21 años como futbolista senior en activo (1976-1997) abarcaron nada menos que ocho ediciones del torneo, aunque por circunstancias solo pudiera actuar en tres, cosechando más sinsabores que alegrías.




Este es el repaso de todas las ediciones de Copa América de la ‘era Pelusa’. Como veremos, las circunstancias tampoco le favorecieron.

– 1979 (sin sede): Argentina cayó en la primera fase de esta Copa donde no había país organizador. En esa época, aún se disputaba al estilo de las competiciones internacionales de clubes, es decir a lo largo de varios meses y con locales y visitantes. Aquella abarcó de julio a diciembre. Campeón: Paraguay.

Este 1979, a la Albiceleste le tocó un grupo de primera fase muy complicado, que también incluía a Brasil (…) y a Bolivia, que parecía floja pero jugaba como local en La Paz, esto es aliado con el mal de altura a más de tres kilómetros sobre el nivel del mar. Cuatro partidos en total, que otorgaban un solo billete para semifinales.

El genio solo participó en dos encuentros, y tanto él como su escuadra se vieron perjudicados por la juventud de la nueva estrella: a la vez, estaba preparando el Mundial Juvenil de Japón, a disputarse en agosto-septiembre del mismo año. Por eso, el seleccionador Menotti repartió su presencia entre los Sub-20 y los ‘mayores’.

Tras un sonoro bofetón inaugural en la capital boliviana (2-1), sin Dieguito, este actuó en la otra derrota en Maracaná (2-1), que casi condenaba a los rioplatenses. Y el ‘10’ (que aún llevaba el dorsal número 6) repitió en el triunfo en casa contra Bolivia (3-0), donde anotó su primer gol en la Copa. Después marchó a tierras niponas, se salió entre los de su quinta y ganó el Mundial de pibes, a la vez que la Selección mayor caía eliminada.

– 1983 (sin Maradona): Argentina tampoco pudo superar la primera fase. Fue la última edición sin sede fija, como la de 1979, y volvió a jugarse a lo largo de varios meses de la segunda mitad del año. Sin embargo, a Diego Armando, ya del Barça, le dejó cojo un tal Goikoetxea y ya no hubo pie a especular sobre si el club le habría dejado volar a jugar algún partido importante de estancias avanzadas.

– Argentina 1987: la Albiceleste, que organizaba el campeonato, quedó en cuarto lugar tras perder su semifinal y también el partido por el bronce. Campeón: Uruguay.

Probablemente fue la mayor desilusión del ‘Pibe de Oro’ en esta Copa, que recuperaba el formato ‘normal’ y tenía por sede su país. Conquistarla habría sido la guinda de su era más dorada, pues venía de enlazar la gloria máxima de México ‘86 con el doblete Scudetto-Coppa Italia 86-87 con el Napoli. Su gran problema fue que precisamente llegó con la lengua fuera al torneo, apenas dos semanas después de terminar la estresante temporada italiana.

Con todo y con eso, la Albiceleste y su propio capitán no estuvieron tan mal. De sus cuatro partidos en este torneo, la Selección local mereció ganar a Perú (y empató, 1-1), venció con justicia a Ecuador (3-0) y, ya en semifinales, como mínimo debió haber logrado tablas contra Uruguay (y perdió, 0-1). El choque por el tercer y cuarto puesto, disputado contra Colombia en mitad de una espesísima niebla, ya fue el clásico trámite incómodo para un decepcionado (derrota 1-2).

“Yo, físicamente, no estaba para jugar”, afirma el ‘Pibe de Oro’ en su autobiografía Yo soy el Diego. “Tenía tendinitis de aductores”, y el doctor de la Selección “me había dicho que, para recuperarme medianamente bien, tenía que hacer reposo absoluto durante dos semanas”, exactamente lo que duraba la Copa. Para más inri, se le cruzó una gripe que derivó en bronquitis. Fue de más a menos, pero a ratos brilló y marcó tres goles, uno de penalti y otro de impresionante tiro libre.

– Brasil 1989: Argentina queda en tercer lugar, en un torneo novedoso en el que solo había dos liguillas: la de primera fase (pasó como primera, pero sin brillo) y el grupo final (tercera de cuatro equipos). Campeón: Brasil.

Si en la edición de dos años antes decíamos que el ‘Pelusa’ declaró que no estaba para jugar (pero no le falló a la Selección), cómo definir su paso por la de 1989, en la que la Copa adquiría carácter bienal. Volviendo a sus palabras en la autobiografía Yo soy el Diego, “sabía, sinceramente, que no estaba ni para asomarme a la cancha”. Tanto, que “llegué a sentirme ridículo estando ahí”.

El crack exagera con semejante autocrítica, pero desde luego no fue su mejor versión. Venía de su más agotadora temporada de clubes, 50 choques oficiales con el Napoli, con el que ganó la Copa de la UEFA 88-89 y además terminó subcampeón en la Serie A y la Coppa Italia. Pero, sobre todo, la mayoría de ese medio centenar de choques los disputó lesionado de las más diversas partes del cuerpo. Por si fuera poco, sus obligaciones con el club le hicieron aterrizar en Brasil ¡dos días antes del debut!, sin conocer siquiera a algunos nuevos compañeros del combinado nacional.

Coincidió además con que varios compañeros del aún vigente campeón planetario también estaban muy tocados. Así que Argentina dio un nivel paupérrimo, sobre todo el ofensivo: dos goles en los siete partidos del torneo, ambos de Caniggia, ninguno de ellos en la liguilla final. Maradona apenas cumplió: no marcó, dio una asistencia de gol y, contra Uruguay, regaló un sensacional disparo desde el círculo central de Maracaná, que por desgracia se estrelló espectacularmente en el larguero.

Nadie lo podía saber, pero la de 1989 fue la última participación de Diego Armando en la Copa América.

Aún estaba en activo durante las siguientes cuatro ediciones, pero no pudo presentarse a ninguna:

– Chile 1991 (sin Maradona): Argentina fue campeón pese a estar privada de su líder. El ‘10’ meditaba dejar el balompié mientras se hallaba cumpliendo 15 meses de sanción global sin fútbol, producto del sonado positivo por cocaína que cerró amargamente su increíble aventura napolitana.

– Ecuador 1993 (sin Maradona): Argentina volvió a ganar la Copa América (hasta hoy, último título oficial de las vitrinas albicelestes). Y lo hizo de nuevo sin Diego, que había terminado muy mal su única temporada con el Sevilla. Él mismo era consciente de su declive y se autodescartó para el torneo, ahorrándole una impopular decisión al seleccionador Alfio Basile.

– Uruguay 1995 (sin Maradona): la Albiceleste cayó en cuartos de final a los penaltis, en el duelo de duelos contra Brasil. Pero el ‘Pelusa’ volvió a faltar, porque ahora se encontraba cumpliendo su segunda sanción de 15 meses. La razón fue el famoso positivo por efedrina que le obligó a dejar por la puerta falsa aquel Mundial de EEUU ‘94 para el que se había preparado como nunca.

– Bolivia 1997 (sin Maradona): Argentina volvió a doblar la rodilla en cuartos, tras caer 2-1 contra Perú. El ya muy veterano as, cercano a cumplir 37 años muy vividos, estaba casi retirado de facto, y no pisaba la Selección desde 1994. De hecho, después de esta Copa América apenas disputaría otros siete partidos oficiales con Boca Juniors antes de colgar las botas.

EN RESUMEN: Maradona compareció en tres ediciones de la Copa América (1979, 1987 y 1989), totalizando 12 partidos, 4 goles y 1 asistencia de gol. Logró un tercer puesto y un cuarto lugar.

 

miércoles, 2 de octubre de 2024

""DE COLECCION"

" RINAT DASAYEV, EL PESO DEL TELOS DE ACERO SOVIETICO"

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Rinat Faizrajmánovich Dasáyev es considerado el segundo mejor portero ruso de la historia por detrás del Balón de Oro Lev Yashin, y uno de los mejores del mundo durante la década de los años 80. Su difícil vida personal, a causa de las limitaciones políticas de la Unión Soviética, se llevó por delante su carrera profesional y casi su vida en una historia llena de sufrimiento e injusticia.




Rinat, de origen tayiko, nació el 13 de junio de 1957 en Astracán, al sur de Rusia, en el delta del Volga, en el mar Caspio. Alto (1,89 m), flexible, con gran percepción, asombrosos reflejos y capacidad de liderazgo, fue considerado el digno sucesor de su camarada Lev Yashin.

Dasáyev fue sin duda alguna uno de los mejores del mundo en la década de los 80, galardonado con el premio al mejor portero del año en 1988 por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS). En 1999, fue elegido el 16º portero europeo del siglo XX, junto al italiano Gianpiero Combi, y el 19º del mundo. En 2004, fue nombrado por Pelé (Edson Arantes do Nascimento, «Pelé») como uno de los 125 Mejores Jugadores del Mundo, en el marco de las celebraciones del 100º aniversario de la FIFA.

Con los apodos de «El Telón de Acero» y «El Gato», fue el portero titular del Spartak de Moscú durante la mayor parte de la década de 1980, conquistando la Liga Soviética en dos ocasiones, en 1979 y 1987, y siendo nombrado 6 veces Mejor Portero Soviético, mientras que en 1982 fue nombrado Futbolista Soviético del Año. Se retiró a principios de la década de 1990, tras expirar su contrato con el Sevilla FC español. Jugó con la selección nacional soviética en los Juegos Olímpicos de 1980 y participó en los Mundiales de 1982, 1986 y 1990, llegando a la final de la Eurocopa de 1988, disputando 91 partidos internacionales entre 1979 y 1990, el segundo rebote de entradas para la Unión Soviética.

De pequeño Rinat se dedicó a la natación, participando en competiciones soviéticas para niños, pero tras una operación en la mano, abandonó la natación y a los 9 años se inscribió en los departamentos de la organización de su ciudad natal, el Volgar de Astracán. Se inició como profesional en este club, debutando el 5 de agosto de 1975, con una derrota por 0-2, a domicilio ante el Terek de Grozny. Al año siguiente, participó en 26 de sus 40 partidos ocupando una posición clave, desplazando así a su compañero Youri Makov.

 Jugó por última vez con el Volgar el 11 de septiembre de 1977, cuando su talento fue descubierto por el Spartak de Moscú, que acababa de descender a la Segunda División de la Liga Soviética, lo que le convenció para formar parte de su plantilla con la promesa de poder disfrutar de minutos. A pesar del contratiempo de ser operado de los meniscos de ambas rodillas, a los 20 años ya era insustituible bajo palos.

Con Konstantin Beskov en el banquillo, en aquella época en el Spartak tuvo que competir con Valeriy Lobanovskyi, del Dinamo de Kiev por ser el mejor portero ruso del momento. Permaneció en la plantilla del Spartak hasta 1988 y durante ese tiempo participó en 335 partidos, celebró un campeonato de la categoría B en 1977 y otros dos de la categoría A’ en 1979 y 1987, además de debutar en el grupo representativo de la URSS en 1979.

 En 1988, aprovechando las políticas promovidas por el último líder de la Unión Soviética, Miguel Gorbachov, logró salir de la URSS y pudo conseguir un traspaso a España para jugar en el Sevilla FC gracias a una de las cuatro licencias (una especie de salvoconducto) concedidas por el Ministerio de Deportes soviético a futbolistas, dejando a su mujer e hija en la Unión Soviética. El Sevilla desembolsó 2 millones de dólares para hacerse con él, una cantidad récord para los porteros de aquella época.

A pesar de ser uno de los mejores del mundo, el seleccionador federativo Valeriy Lobanovskyi sentía aversión por todos los que abandonaban la URSS para luchar en el extranjero, mostrando preferencia por los jugadores que se quedaban y especialmente por los del Dinamo de Kiev. Futbolistas como Oleksandr Zavarov, Sergei Aleinikov y Vagiz Khidiyatullin tuvieron problemas, y a Dasáyev se le excluyó de la Copa del Mundo de 1990 tras el primer partido, la derrota ante Rumanía por 0-2, el 9 de junio de 1990, supuso la ruptura definitiva de las tensiones entre ambos.

 Dasáyev llegó a Sevilla el 21 de noviembre de 1988 y el 30 de noviembre debutó en el campeonato español contra el Real Madrid en un empate a uno haciendo uno de sus mejores partidos en España. Unas semanas más tarde, su mujer y su hija llegaron a Sevilla, pero tuvieron que regresar casi inmediatamente porque el sueldo del portero no era suficiente para mantener a las tres en el país ibérico. En octubre de 1989, se convirtió en el gran señalado de una dolorosa derrota ante el Real Madrid en un partido en el que el Sevilla fue derrotado por 2-5.

El alcoholismo llegó a su vida con la marcha de su mujer e hija y las críticas por sus pobres actuaciones en La Liga, Dasáyev empezó a perder la confianza en sí mismo. Pronto se convirtió en el cuarto extranjero, mientras que durante este período, tuvo un primer accidente de coche causado por el abuso del alcohol, rompiéndose la mano. Su club le propuso ir a Suiza para recuperarse, pero lo rechazó. Depuesto e incapaz de soportar el ridículo, se retiró del fútbol poco después, en marzo de 1991, y al final de la temporada, con menos de 34 años, se retiró de la actividad. Había podido participar en 59 partidos del club español.

Fue 91 veces internacional con la URSS, y estas participaciones le sitúan en el segundo lugar de los jugadores soviéticos con más apariciones internacionales, después de Oleh Blokhin. Su primer partido con la selección nacional de la URSS tuvo lugar el 5 de septiembre de 1979, contra Alemania Oriental (1-0). Consiguió la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de 1980 en Moscú y fue una de las revelaciones del Mundial de 1982, sobre todo en el partido de la selección escocesa, donde el equipo soviético fue eliminado de las semifinales por la diferencia de goles con Polonia.

El 10 de octubre de 1984 jugó su primer partido al frente de la Unión Soviética, un empate a uno con Noruega, en la fase de clasificación para el Mundial de 1986 en México. Finalista de la Eurocopa de 1988, recibió uno de los mejores goles de la historia del fútbol mundial por parte de Marco Van Basten en la final.


martes, 1 de octubre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

EL ESCUDO OLVIDADO DEL BARCELONA FC

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":


La historia del FC Barcelona sigue sorprendiendo a sus historiadores, el último hallazgo es la foto de un escudo ovalado que se usó en 1911 en la casa-bar del club. Esta se encontraba ubicada en la parte alta del terreno que acogió el antiguo Camp del carrer Industria, popularmente conocido como «La Escopidora», la casa de los blaugranas entre 1909 y 1922.



La prueba de su existencia, previamente documentada en la prensa de la época, es la siguiente instantánea obra del fotógrafo barcelonés Josep Llorens.

 Esta casa-bar de estilo alpino, quedaba ubicada en la parte alta de la calle Urgell, donde posteriormente se ubicaría la Escola Industrial de Barcelona, y estaba conectada telegráficamente con el quiosco de Canaletes (Les Rambles), donde se informaba de los goles y eventos más destacados de los partidos. El quiosco fue en aquellos tiempos una especie de agencia de información del equipo azulgrana y el primero en anunciar, en 1910, la victoria del Barcelona en la Copa o Challenge de los Pirineos, organizada por la Federación Francesa de Fútbol. Fue tan grande la aceptación y la afluencia de clientes al quiosco que Esteve Sala tomó la decisión de montar un bar restaurante enfrente, que inauguró el 19 de junio de 1916, como Bar Canaletas.

 Con el paso de los años, el quiosco realizó varias obras para ponerse al día con innovaciones y mejoras. Esto sirvió para que utilizase la parte del techo para colocar anuncios publicitarios, aprovechados por la empresa de bebidas y alcoholes Montplet y para que publicitase todos sus artículos de una forma prioritaria. Terminada la Guerra Civil Española, fue el primer lugar en imprimir el carácter barcelonista y catalanista del quiosco, las victorias del Barcelona en campeonatos o a los equipos madrileños en sus enfrentamientos.

"EN EL RECUERDO"

  Ernest «Wire» Chirwali Mtawali, el malauí de Newell’s Old Boys FUENTE: "KODRO MAGAZINE": Ernest «Wire» Chirwali Mtawali consigui...