jueves, 31 de octubre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

EL DIA QUE INDEPENDIENTE DE AVELLANEDA LLEGO A LA LUNA

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

El Club Atlético Independiente en 1969, hizo socios honorarios y mandó regalos a los tres astronautas que llegaron a la Luna por primera vez ante el beneplácito de la NASA. «Cuando estuvieron en un evento en Argentina, ellos nos dijeron que llevaron el banderín de Independiente en la cápsula», recordó Boris Lisnovsky, por entonces tesorero del club.




En la década de los años 60 «El Rojo» estaba viviendo los inicios de su época dorada gracias a la aportación de futbolistas de la talla de Raúl Savoy, Jorge Maldonado, Aníbal Tarabini, Raúl Berna° o Héctor Yazalde, además de recientemente haber conquistado tres títulos de liga (1960, 1963 y 1967) y dos de la Copa Libertadores (1964 y 1965). Unos éxitos que, posteriormente, serían ampliados durante la década de los setenta con cuatro títulos nacionales más, otras cuatro Libertadores, una Copa Intercontinental y tres Copas Interamericanas.

El abril de 1969, el que fuera secretario de prensa y relaciones públicas de Independiente, Héctor Rodríguez, se enteró del proyecto de la NASA de hacer llegar una nave a la Luna y entendió que podría convertirse en una acción de marketing para la historia. Así que contactó a la Embajada de Estados Unidos en Argentina para trasladarles la propuesta de hacer socios honoríficos del club a Buzz Aldrin, Neil Armstrong y Michael Collins, los tres hombres escogidos por la NASA para realizar el primer alunizaje. «Pensé que si ellos iban a ser los héroes más grandes del siglo, tenían que ser socios de Independiente. Al final aquella acción tuvo más trascendencia de lo que creíamos. Para nosotros era un acto cultural interesante, lindo para el club y después se hizo lindo para Argentina. Tuvo una trascendencia inesperada».

Boris Lisnovsky era un integrante más de aquella comisión directiva que escuchó la locura del encargado de relaciones públicas de Independiente: «¿Por qué no le mandamos un presente a los astronautas que viajarán a la Luna?».

 Así pues, una carta, los presentes y los tres carnets número 80.399 (Aldrin), 80.400 (Armstrong) y 80.401 (Collins) salieron con la firma de Lisnovsky, por entonces tesorero de la entidad roja de Avellaneda, rumbo a la embajada norteamericana. La primera sorpresa llegó con la respuesta del comandante Armstrong.

«En nombre de los miembros de la tripulación de Apollo XI, quiero agradecerles por su muy buena carta y por su consideración de enviarnos los tres banderines. Espero volver pronto para una visita a Buenos Aires y espero que las circunstancias me permitan aceptar su invitación para visitar su club», escribió el mítico astronauta.

«Les mandamos la ropa deportiva y el banderín, que era lo importante porque decían que iban a plantar la bandera. Cuando estuvieron en un evento en Argentina ellos nos dijeron que lo llevaron en la cápsula, obviamente que no pudimos verificarlo nunca. Los tipos estaban encantados con Independiente porque realmente había sido el único club del mundo que tuvo ese gesto», rememora Lisnovsky que en esa época tenía 37 años.»Yo de inglés mucho no entendía, pero nos manifestó eso: «Llevamos el banderín de Independiente en la cápsula». No sabemos si fue como cábala o qué. No tuvo otro en el mundo la idea de Independiente».

En la sede del club, donde solamente quedan una foto y una nota relacionada con el tema, se exhibió durante algunos días de 1969 una réplica pequeña del «módulo lunar» que trasladó a los astronautas del Apolo XI rumbo a la superficie lunar.

Ahora se sospecha que el banderín de Independiente podría estar entre alguno de los 106 objetos abandonados por la tripulación del Apolo XI en la Luna o, bien, se estrelló con el «Eagle», el nombre del módulo lunar, en la superficie, teniendo en cuenta que ese segmento del cohete fue separado antes del regreso a la tierra.


martes, 29 de octubre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA LEER"

 "GORAN PANDEV, EL PADRE DE LA SELECCION DE MACEDONIA DEL NORTE"

FUENTE: "KODRO MAGAZZINE":

«Estoy orgulloso de llegar casi con 38 a una Eurocopa. Pero no me vale. No me conformo con el dato, quiero demostrar que todavía puedo rendir y hacerlo bien. Debo esforzarme el doble que los chavales, debo correr el doble que ellos».




Así es el capitán de Macedonia del Norte, Goran Pandev, un inconformista que se convirtió en el primer goleador de su selección en una fase final de la Eurocopa a pesar de ser el cuarto jugador con más edad del torneo, tras Stekelenburg (Holanda), Gordon (Escocia) y Pepe (Portugal), que ya han cumplido los 38 (los dos primeros son porteros).

No hay muchos récords que Goran Pandev actualmente no posea, como el de marcar el gol ante Georgia que los clasificó para la fase final de la Eurocopa. Con 120 partidos internacionales a lo largo de 20 años de carrera y 38 goles, no es solamente una leyenda viviente de la República de Macedonia del Norte, sino que incluso es más viejo que su propio país.

 Goran nació en Strumica, Macedonia del Norte, el 27 de julio de 1983. Su primer equipo fue el Belasica, club de su ciudad natal, con el que debutó en el equipo senior con tan solamente dieciséis años en el 2000. Un año después el Inter de Milán italiano compró su ficha y lo cedió a préstamo al Spezia y Ancona Calcio 1905 de Serie B, donde apenas pudo marcar cinco goles en su ciclo con ambos clubes.

 En 2004 llegó a la Lazio de Roma para jugar en la Serie A, tras una operación de Calcio Mercato que incluyó en la negociación el traspaso del jugador serbio Dejan Stanković al equipo «nerazzurro». Dejó una marca de 64 goles en 189 partidos disputados entre sus dos etapas con este club, la primera de 2004 a 2009 y la segunda de 2011 a 2014. También conquistó una Copa de Italia y una Supercopa de Italia.

En diciembre de 2009, tras un duro litigio con la directiva del club, quedó libre al no llegar a un acuerdo para su renovación y ser apartado de las convocatorias del equipo. El 4 de enero de 2010, el Inter de Milán hizo oficial su contratación. Entre 2010 y 2011, Goran Pandev logró llevar a las vitrinas del club un título de liga (Serie A), dos Copas de Italia y una Supercopa de Italia. Aunado a ello, ganó a nivel internacional con Inter una UEFA Champions League y un Mundial de Clubes.

El 26 de agosto de 2011 fue cedido a préstamo por un año al Napoli,​ donde jugó 30 partidos y anotó 6 goles en la liga (42 partidos y 7 goles en el total de todas las competiciones), ganando la Copa Italia 2011-12: se trata de la cuarta edición consecutiva ganada por Pandev. El 6 de junio de 2012 el macedonio firmó un contrato de 7,5 millones de euros hasta junio de 2015 con el club partenopeo, con una opción a una temporada más.​ Permaneció en el club «azzurro» hasta el 2014, ganando otra Coppa Italia en la edición 2013-14.

El 1 de septiembre de 2014 fichó por el Galatasaray turco.​ Debutó el 13 de septiembre siguiente, reemplazando a Yilmaz en el 76′ en un Galatasaray-Eskişehirspor (0-0).​ Terminó la temporada en Estambul con un total de 17 partidos y 7 goles, ganando la liga y la Copa de Turquía.

En el verano de 2015 volvió a Italia, para jugar con la camiseta del Genoa CFC, equipo donde ha permanecido hasta día de hoy con 165 partidos y 32 goles a sus espaldas.

Tras 15 años de carrera profesional, es el capitán y goleador de una de las selecciones debutantes de la Eurocopa y campeón del triplete (Champions, Liga, Mundial de clubes) con el Inter en el 2010.

viernes, 25 de octubre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

DIEGO ARMANDO MARADONA EN SEVILLA 

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

Diego Armando Maradona aterrizó en Sevilla con 32 años el 13 de septiembre de 1992, para ponerse 9 días después bajo las órdenes de un entrenador que lo hizo campeón del mundo en 1986, Carlos Salvador Bilardo. «El Pelusa» llegó tras una sanción por doping que le apartó quince meses del fútbol por consumo de cocaína, en una operación entre la Società Sportiva Calcio Napoli y el Sevilla Fútbol Club que no fue para nada sencilla, y que se solucionó solo tras la intervención directa de la FIFA. Parte del éxito de aquella operación también se debió a la mediatización del conflicto tras una carta firmada por los 11 argentinos que disputaban por aquel entonces la Serie A y B.




Tras rechazar el interés de otros grandes clubes, destacando el Olympique de Marsella, y decir a los periodistas que venía a España a ganar la Liga, el acuerdo final se cerró en siete millones y medio de dólares (750 millones de las antiguas pesetas), que en buena medida aportó Silvio Berlusconi, en alianza con el presidente del Sevilla en esos años, Luis Cuervas, y su vice, José María del Nido. Curiosamente, fue el dirigente italiano el que tuvo intención de fichar a Diego (pocos meses antes de su traspaso al Sevilla) para su AC Milan solo para disputar partidos amistosos con el «Dream Team rossonero», con un segundo equipo al uso que tenía que protagonizar una gira internacional de amistosos con varias figuras que no estaban en nómina con el primer equipo.

Tras su llegada, el jugador y la familia residieron con un séquito de una veintena de personas, en el Andalusí Park, situado en la localidad de Benacazón, a unos 25 kilómetros de Sevilla, a la espera de que el entonces presidente napolitano, Corrado Ferlaino, diera su consentimiento al traspaso. Con aquel fichaje, la capital andaluza, ya revolucionada por la Expo 92, lo recibió con un gran despliegue periodístico que mantenía guardias permanentes en la zona del hotel- Miles de personas también se agolpaban casi a diario en la ciudad deportiva para contemplar sus malabarismos con el balón.

Prueba de aquella locura social que se vivió, su partido de presentación frente al Bayern de Múnich, orquestado por la compañía mercantil que dirigía su agente Marcos Franchi, alcanzó una recaudación de 150 millones de pesetas, suponiendo ¡casi una cuarta parte de lo que había costado su fichaje!

El club, consciente de la locura que aún producía Maradona entre los fanáticos del fútbol, aprovecharía los parones de Liga para viajar a Turquía y a la propia Argentina, donde se disputaría un amistoso contra Boca Juniors. En aquel recordado choque en La Bombonea, Diego Maradona jugó una parte con cada equipo como nota más que curiosa.

Maradona disputó su primer encuentro oficial de Liga con la camiseta del Sevilla FC en San Mamés, donde los hispalenses cayeron derrotados por 2-1, después de adelantarse en el marcador tras una falta que ejecutó el propio Diego. Ese mismo día, el argentino ya portó el brazalete de capitán, que le cedió Manolo Jiménez, y compartió once con su compatriota Diego Pablo Simeone, recién fichado para aquella temporada.

 Maradona y sus habilidades balompédicas con naranjas o una diminuta bola de papel de plata, coparon reportajes y noticieros de la época, aunque su mejor versión sobre el terreno de juego se pudo ver el 19 de diciembre de 1992 ante el Real Madrid. El Ramón Sánchez-Pizjuán vibró con la actuación del centrocampista argentino, redondeada con la victoria sevillista por 2-0. Su mejor aliado durante su etapa sevillista fue Davor Šuker, con el que llegó a compartir 22 partidos oficiales, ayudándole a mejorar sus registros goleadores en su segunda temporada en el club, de 6 a 13 dianas.

Durante el primer tramo del campeonato, el Sevilla de Maradona se mantuvo en las primeras posiciones optando a una plaza para competiciones europeas, aunque el nivel fue decreciendo a medida que se acercaba el final de la temporada y luciendo en la camiseta la mítica publicidad de la consola Super Nintendo. La séptima posición en Liga, perdiendo la plaza europea por la diferencia de goles con el Atlético de Madrid, y la eliminación en octavos de final de la Copa del Rey ante el Valencia, fueron motivo suficiente como para considerar aquella temporada un fracaso, a pesar de los muchos aciertos que vivió el club del Nervión.

La relación con Bilardo, que había sido cercana en la etapa que compartieron en la Selección Argentina, se tensó y mucho. Demasiadas faltas a los entrenamientos y mucha vida nocturna exponían también al entrenador, que lo había llevado al club generando altas expectativas. Una de las muchas fiestas en las que estuvo Maradona fue la de la ficticia Feria de Abril de Sevilla, con collar hawaiano, tamboril en mano y un par de chicas vestidas de gitana para la ocasión. Todo ello bajo la atenta mirada de Cuervas, que se reía a su lado y le echaba el brazo por encima.

Finalmente, Maradona disputaría su último partido con la camiseta del Sevilla FC en el Ramón Sánchez-Pizjuán, en el encuentro de la jornada número 37 de Liga ante el CF Burgos, donde Maradona es sustituido en el minuto 53. Las desavenencias con la directiva y el propio entrenador hicieron que el argentino ya no jugase la última jornada, en la que el Sevilla FC vencería sin premio europeo final al Sporting de Gijón. Maradona disputó 29 partidos, marcando 7 goles en el Sevilla entre LaLiga y la Copa del Rey. Los 5 ligueros fueron ante el Zaragoza, el Rayo Vallecano, el Celta de Vigo, el Sporting de Gijón y el Albacete. Dos de ellos de penalti. En la Copa del Rey marcó ante el Mérida y el Alcázar.

Los escándalos de Maradona insultando a Bilardo por no estar de acuerdo con el cambio en un partido contra el Burgos, o cuando se fue expulsado por extralimitarse en la protesta después de recibir una dura falta de su compatriota Redondo en un partido contra el Tenerife ensuciaron la memoria de su paso por Sevilla. También se hartó el club, que le puso detectives para constatar aquellas fechorías de las que toda Sevilla hablaba. Él sabía que lo espiaban, pero le daba igual. El argentino regresó a su patria, para defender la camiseta del Newell’s Old Boys, los ‘leprosos’ de Rosario. Ayudaron a convencerle otro entrenador, Jorge Solari, y uno de los jugadores, «El Tata» Martino.


jueves, 24 de octubre de 2024

"DE COLECCION"

PANENKA, LA HISTORIA MAS ALLA DEL ARTISTA DEL PENAL

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Toda revista o publicación deportiva le debe un homenaje a Panenka, un futbolista internacional checoslovaco que elevó a nivel artístico algo tan simple y complejo como el lanzamiento de un penalti. Pero detrás de esta gran obra para la posterioridad hay una historia que merece ser contada, la de Antonín.




 Antonín Panenka nació el 2 de diciembre de 1948 en Praga. Su infancia tuvo lugar en el barrio de Vinohrady, donde pasó la mayor parte de su tiempo libre jugando al fútbol. Su padre, un futbolista semiprofesional que solía usar siempre la moto como medio de transporte, tuvo un accidente que le apartó de los terrenos de juego. Aquella lesión hizo que le pudiera dedicar mucho más tiempo a su hijo, Antonin, al que supervisaba en cada sesión de entrenamiento para convertirlo en un verdadero atleta. Durante la niñez de Antonín, el trabajo formativo de su padre se complementó con el de su profesor de gimnasia en el colegio, que le enseñó todo tipo de deportes durante sus años escolares, como voleibol, tenis y baloncesto entre otros.

 La carrera de Antonín Panenka se inició en las categorías inferiores del FC Bohemians Praha, fundado originalmente en 1905 como AFK Vršovice, y se vio seriamente amenazada tras una grave lesión ocular que le obligó a operarse a los 20 años. En aquella época curiosamente para ganarse bien la vida compaginaba su carrera como futbolista del Bohemians, con un trabajo en el ČKD Praha, algo impensable hoy en día.

Panenka debutó en la 1. Fotbalová Liga la temporada 1967/68, en la que participó en tres partidos. Marcó su primer gol la temporada siguiente en Ostrava. Antonín defendió los colores del Bohemians hasta la temporada 1980/81, jugó 230 partidos con la camiseta verde y blanca del equipo de Praga y marcó 76 goles. Sin embargo, nunca ganó una competición nacional, y su mejor resultado con el equipo fue un tercer puesto.

Panenka fue uno de los primeros jugadores checoslovacos a los que se les permitió salir del país y jugar al fútbol en el extranjero. Esto se debió principalmente al interés por los jugadores checos, como medallistas en los Campeonatos de Europa de 1976 y 1980.

La presión sobre el régimen fue tan fuerte que finalmente se permitió la salida de los jugadores, pero debían cumplir dos condiciones: tener más de treinta y dos años y haber jugado más de 50 partidos con la selección. Hubo interés por Panenka en Suecia, Bélgica y España, pero el oriundo de Praga se trasladó al club austriaco del Rapid Vienna en 1981.

Allí cosechó los mayores éxitos de su carrera ganando dos veces la liga austriaca, tres veces la copa e incluso jugó la final de la Recopa, que el Viena perdió ante el Everton inglés. Con cinco goles, Panenka se convirtió en el máximo goleador de la Recopa. En la temporada 1983/84, Panenka fue el máximo goleador de la liga austriaca. Jugó un total de 127 partidos con el Rapid de Viena y marcó 63 goles.

Panenka jugó su primer partido con la camiseta nacional en septiembre de 1973, contra Escocia, en un encuentro de clasificación para el Mundial. En 1976, participó en el Campeonato Europeo de Yugoslavia (jugado en Belgrado y Zagreb), donde la selección checoslovaca ganó sorprendentemente el oro, convirtiendo a Panenka en una leyenda del fútbol para siempre. Cuatro años más tarde, formó parte del equipo que se trajo a casa el bronce del Campeonato de Europa en Italia, venciendo al equipo local en el partido por el tercer puesto. El último gran torneo de Panenka fue la Copa del Mundo de 1982 en España, donde la selección checoslovaca no logró pasar de grupo, pero Panenka marcó los dos únicos goles checoslovacos del torneo. Antonín Panenka jugó 59 partidos con la selección nacional checoslovaca y marcó un total de 17 goles.

El momento más famoso de la carrera de Antonín Panenka y uno de los goles más importantes de la historia del fútbol checo y checoslovaco, llegó en el partido final de la Eurocopa de 1976 en Yugoslavia entre Checoslovaquia y Alemania Occidental, que tras un empate a dos se fue a la tanda de penaltis. Tras un penalti fallado por Uli Hoeneß, Antonín Panenka se dispuso a lanzarlo. Corrió hacia el penalti y pateó el balón ligeramente hacia el centro de la portería. El portero estrella Sepp Maier no supo como reaccionar ante lo que vieron sus ojos. Checoslovaquia se proclamó así campeona de Europa por primera vez.

La gesta de Panenka, lejos de ser olvidada, sigue siendo homenajeada por más de 25 medios de comunicación de diferentes puntos del planeta que se han «apropiado» de su nombre a modo de homenaje.

miércoles, 23 de octubre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

 ADIDAS PREDATOR Y ADIDAAS PREDATOR RAPIER, LA LEYENDA DE LAS PRIMERAS DE LA SAGA

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Con motivo del Mundial de Estados Unidos, Adidas lanzó un nuevo modelo de botas revolucionario que tenía que intentar hacer sombra a las míticas Copa Mundial, también de la misma marca. La principal característica inédita la encontrábamos en la puntera, totalmente revestida de una goma con pestañas que aseguraban que potenciaba poder chutar con más potencia, efecto y control.




Estas Adidas Predator además estaban confeccionadas con piel de canguro y ofrecían un ajuste óptimo, rompiendo totalmente los esquemas de mediados de los 90, sobre todo en cuanto al marketing.

Este mítico modelo de botas de fútbol de Adidas recibió en 1995 varias reinterpretaciones, sin grandes cambios estructurales, y reforzando el concepto del «elemento Predator» del que hablábamos. La marca deportiva alemana continuó con la evolución del modelo inicial, bautizando este segundo como Rapier, con un sutil pero vital detalle: aparece una lengüeta reversible, que más tarde sería el símbolo de Predator, como mostramos a continuación. Además de una versión «oro» que actualmente se considera una pieza de coleccionista al ser una auténtica rareza.

 Este sería el listado de modelos que se pusieron a la venta hasta el año 2004:

Predator 1994
Predator II Rapier 1995
Predator III Touch 1996
Predator Accelerator 1998
Predator Precision 2000
Predator Manía 2002
Predator Pulse 2004


viernes, 18 de octubre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

 CUANDO EL CAGLIARI FUE EL CHICAGO MUSTANGS 

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

El Cagliari Calcio, en sus más de 100 años de existencia, ha conquistado solo un gran trofeo, el Scudetto ganado en 1970, gracias al mítico Gigi Riva, el máximo goleador histórico de la selección nacional italiana, y uno de los mejores goleadores de la historia de Italia.




Sin embargo, el club trascendió hasta el continente americano gracias a una historia olvidada con el paso del tiempo, su “reencarnación” como Chicago Mustangs. Durante un verano fugaz, el Cagliari Calcio, el equipo de la pintoresca isla mediterránea de Cerdeña, utilizó el Comiskey Park en el South Side de Chicago como su estadio.

A mediados de la década de los años 60, el fútbol profesional en los Estados Unidos estaba en un total desorden, rozando el amateurismo. La International Soccer League, basada en un modelo con suculentas invitaciones a equipos de Europa y América Latina, se fundó en 1960, pero se disolvió cinco años después debido a la presión de la United States Soccer Football Association (o USSFA), que veía con sospecha a la liga emergente y a su propietario, Bill Cox. Parecía contraproducente que el organismo rector del deporte sofocara el desarrollo de una liga en crecimiento en lugar de fomentarla, pero así era el lamentable estado de la administración del fútbol estadunidense en ese momento. La única otra liga profesional existente era la American Soccer League (fundada en 1933), que operaba principalmente en el noreste. A pesar de su estatus profesional oficial, la liga estaba mal gestionada y en constante problemas financieros. Walter Chyzowych, máximo goleador y MVP de la liga en la temporada 1965-66, lo resumió muy bien: “La ASL se suponía que era una liga profesional, pero yo la consideraba amateur. Era un nivel de juego más alto, claro, pero nadie ganaba dinero. Era una broma… Cada dos o tres años, los jugadores se iban por problemas de gestión, problemas de entrenadores. Realmente te entrenabas tú mismo. Alguien solo hacía la alineación”.

La selección nacional no lo estaba haciendo mucho mejor. Tras la heroica victoria sobre Inglaterra en el Mundial de 1950, la USMNT no logró clasificarse para la competición durante las siguientes cuatro décadas. El único puesto de clasificación asignado a la CONCACAF en los años 1958-78 casi inevitablemente iba a México; los estadounidenses rara vez estaban siquiera en la lucha.

 Y sin embargo, a pesar de este desolador panorama, el año siguiente vio la creación de no una, sino dos ligas profesionales más en el país. Claramente, los fracasos pasados no fueron suficientes para desalentar a los empresarios deportivos, como el mencionado Bill Cox, de intentar reavivar el interés en un deporte que, con la excepción de las comunidades de inmigrantes en los centros urbanos, nunca había realmente arrelado en el país. En mayo de 1966, Cox y un consorcio de propietarios de franquicias de béisbol y fútbol americano anunciaron planes para una liga de 11 equipos que se conocería como la North American Professional Soccer League. Poco después, otros dos grupos también revelaron sus intenciones de crear ligas profesionales: la National Soccer League, liderada por Richard Millen, y la United Soccer Association, liderada por Jack Cooke.

La USSFA, bajo presión de la FIFA para poner en marcha rápidamente la nueva liga, presionó a las delegaciones para que fusionaran sus respectivas ligas. Pero los poderes fácticos se negaron a comprometerse y siguieron adelante con sus propios proyectos. Además, el anuncio de la USSFA de que, a cambio de su sanción oficial, exigiría una considerable tarifa de licencia de $25,000 de cada club y una porción significativa de los ingresos de las taquillas y de la televisión, no ayudó a promover la cooperación entre las distintas partes. Ese verano, mientras la controversia sobre qué liga recibiría el sello de aprobación de la USSFA continuaba sin cesar, la NBC transmitió la final del Mundial. El viento económico del torneo despertó el apetito de los peces gordos y solo exacerbó su obstinación.

Bill Cox y Richard Millen finalmente fusionaron sus propuestas para crear la National Professional Soccer League (NPSL), y así, en 1967, comenzaron a operar dos ligas, la United Soccer Association (USA) y la NPSL. La primera liga contaba con la aprobación de la FIFA, mientras que la segunda no, y así los jugadores que firmaban con clubes de la NPSL se enfrentaban a sanciones del organismo rector mundial. La NPSL se promocionaba como una liga «americana», aunque en realidad solo ocho ciudadanos estadounidenses en total estaban incluidos en las plantillas de los 10 equipos, y de estos, solo tres habían nacido en los Estados Unidos. Los jugadores y entrenadores se reclutaron apresuradamente de países europeos; con los ejecutivos de la NPSL con tanta prisa por empezar, hubo poco tiempo para invertir en una infraestructura adecuada para los clubes. La NPSL también consiguió un contrato televisivo con CBS para un partido semanal a nivel nacional que, a pesar de no ser particularmente rentable, daba credibilidad al esfuerzo. El 16 de abril de 1967, la NPSL comenzó en Baltimore, donde los Bays locales derrotaron a los Atlanta Chiefs visitantes por 1-0 frente a 8,434 aficionados.

La USA originalmente planeaba iniciar su andadura en 1968, pero, temerosa de que la NPSL hubiera tomado la delantera, decidió comenzar a jugar el mismo año. En lugar de lidiar con la molestia de construir equipos desde cero, los directores de la USA tuvieron una idea novedosa: importar equipos europeos y sudamericanos para que jugaran en la liga durante su temporada baja. Los equipos importados se comercializaban a los aficionados como doce de los mejores equipos del mundo, pero esto era pura hipérbole. Glentoran de Irlanda del Norte, rebautizado como los Detroit Cougars, fue el único equipo que había terminado como campeón en la edición anterior de su campeonato doméstico. Otros «poderosos» incluían al Shamrock Rovers de la República de Irlanda (Boston Rovers), 7º en la Liga de Irlanda; Club Atlético Cerro (New York Skyliners), 3º en la Primera División uruguaya; y Wolverhampton Wanderers (Los Angeles Wolves), 2º en la Segunda División inglesa. La élite mundial, por supuesto, no eran.

El Cagliari Calcio, sexto en la edición anterior de la Serie A, fue renombrado como los Chicago Mustangs. Supuestamente, los equipos se asignaban a las ciudades en función de su composición étnica, y dado que Chicago tiene una comunidad italiana considerable, en este caso la decisión parecía lógica. Lo mismo no puede decirse, sin embargo, de colocar un equipo uruguayo en Nueva York o un equipo brasileño en Houston.

 Un mes antes de que comenzara la liga, el Comiskey Park de Chicago acogió un amistoso entre el Athletic Club de Bilbao y el Estrella Roja de Belgrado como una especie de partido de promoción, aunque ninguno de estos equipos participaría en la liga. David Condon, el legendario periodista deportivo del Chicago Tribune, informó sobre el partido. Aunque su columna está llena de entusiasmo, trata al fútbol como una curiosidad, como si estuviera observando una demostración de un ritual tribal en la feria mundial de la época victoriana en Gran Bretaña en lugar del pasatiempo más popular del mundo: «Durante la primera mitad, los jugadores extranjeros se deslizaron sobre el césped y se enfrentaron. Los yugoslavos parecían tener la ventaja en la sesión sin goles, y así algunas apuestas cambiaron durante el intermedio».

Para demostrar aún más el tono casi satírico del artículo, Condon también llama al Athletic «los Bilbaos», y al Cagliari «los Cagliaris», aparentemente ajeno a las costumbres de nombrar equipos no estadounidenses. Un jugador del Athletic Club es referido como el «secretario del once español», y se sugiere que el espectáculo de fuegos artificiales en el descanso dejó a los jugadores del Estrella Roja de Belgrado buscando refugio, «aparentemente convencidos de que los rusos estaban atacando».

El 27 de mayo, en vísperas del primer partido de temporada de los Mustangs en el Comiskey Park, Condon una vez más dedicó su columna «In the Wake of the News» al fútbol. Esta vez entrevistó a Ray Huber, un exjugador y funcionario de los Mustangs, quien explicó las complejidades de la United Soccer Association: «Los Chicago Mustangs son la Unione Sportiva Cagliari de Cerdeña, Italia, pero llegarán en avión el viernes o sábado para vestir los colores de los Chicago Mustangs durante la primera temporada de la United Soccer Association… Es así: ningún patrocinador en la United Soccer Association sintió que podría construir un equipo en el breve espacio de un año. Así que todos hemos importado equipos extranjeros para jugar como clubes estadounidenses este año».

Más adelante en la entrevista, después de enumerar la plantilla del Cagliari, Huber enfatizó que «no todos los jugadores que mencioné vendrán a jugar en Chicago, no sabemos qué jugadores traerán». Como resultó, el delantero estrella del Cagliari, Gigi Riva, no fue uno de ellos. Un comienzo poco esperanzador…

Y así, el 28 de mayo, el Cagliari Calcio jugó su primer partido como los Chicago Mustangs contra el Dundee United (Dallas Tornado) frente a 9,872 personas en el Comiskey Park en el South Side de la ciudad. El único gol del partido lo anotó el delantero danés del Dundee, Finn Dossing, en el minuto 64, dando la victoria a Dallas por 1-0.

El partido inaugural marcó la pauta para el resto de la temporada. Los Mustangs empataron sus dos siguientes partidos y solo consiguieron su primera victoria en su cuarto encuentro, una victoria por 3-2 sobre los New York Skyscrapers (Club Atlético Cerro de Uruguay). Habían desperdiciado una ventaja de 2-0 en el descanso en cinco minutos de la segunda mitad, pero fueron rescatados en el minuto 72 por el esfuerzo individual de Roberto Boninsegna. Este fue, sin duda, el mejor jugador de los Mustangs de la campaña. Fue el máximo goleador de la USA con 10 goles y 1 asistencia, sumando 21 puntos en total, ya que los goles valían el doble. Dos años después de su paso por los Mustangs, se trasladaría al Internazionale y participaría en el Mundial de 1970, donde anotó el único gol de Italia en la famosa derrota por 4-1 ante Brasil en la final en el Azteca y dos veces fue máximo goleador en la Serie A.

 El interés por los Mustangs disminuyó constantemente; solo 3.214 personas estuvieron presentes para ver las heroicas actuaciones de Boninsegna, menos de un tercio de las cifras de asistencia en los partidos inaugurales y era como una gota en el océano, considerando la capacidad del estadio de 46,550. Sin embargo, mientras los sardos hicieron poco para capturar los corazones de los habitantes de Chicago, continuaron siendo noticia, aunque por las razones equivocadas. Brian Glanville, el legendario periodista de fútbol inglés y autor del World Cup Handbook, estaba en Nueva York durante el verano de 1967 y asistió cuando los Mustangs visitaron a los New York Skyscrapers. Aunque el partido fue en Nueva York, es probable que el contingente italiano que asistió estuviera allí para apoyar al Cagliari y no a los «locales» uruguayos. En un artículo para The Times, Glanville describe un incidente durante ese partido: «Afortunadamente, los aficionados del Cagliari esa calurosa noche no llegaron a Leo Goldstein, el pequeño árbitro que sobrevivió, al igual que habría sobrevivido a un campo de concentración. Después de una falta grave de un jugador del Cerro, hubo una pausa. Entonces, un pequeño y gordo aficionado italiano saltó las vallas y, sin ser molestado por la policía presente, pateó a un juez de línea y luego regresó a su lugar, donde los policías charlaban con él. De repente, una manada de aficionados italianos estaba persiguiendo a Goldstein por el campo. Tropezó, pateó, se levantó y se escapó».

 El problema en las gradas en Nueva York fue un presagio de lo que vendría en Toronto solo varios días después. Una cifra récord de 15,178 personas asistió al University of Toronto Stadium para presenciar a los Hibernian de Escocia, jugando como Toronto City, enfrentarse a los Mustangs. Una vez más, había muchos italianos ruidosos en las gradas. Toronto tomó la delantera en los primeros 40 segundos, pero Boninsegna empató en la segunda mitad. El partido se estaba volviendo cada vez más violento. Peter Cormack de Toronto, en el libro Summer Of ’67: Flower Power, Race Riots, Vietnam and the Greatest Soccer Final Played on American Soil, recuerda: «Te estaban haciendo faltas a la altura de la cintura. Era brutal. Te estaban agrediendo. Me golpearon un par de veces y luego decidí que el próximo que lo hiciera, lo golpearía».

Cormack cumplió con su amenaza y, en consecuencia, fue expulsado. Nueve minutos antes del final, el árbitro perdió totalmente el control del partido. Colin Grant de Toronto puso a su equipo en ventaja 3-1 con un tiro libre, pero los Mustangs protestaron diciendo que aún estaban formando la barrera. El árbitro se negó a ordenar una repetición, y los jugadores de Chicago abandonaron el campo en protesta. Se produjo una invasión del campo, y el árbitro y sus asistentes fueron brutalmente atacados por los aficionados. Según Grant, los jugadores de los Mustangs intentaron entrar en el vestuario de Toronto. La pequeña presencia policial fue impotente para detener el disturbio. El partido fue abandonado y el marcador final declarado como 2-1.

Poco más de notable sucedió en el campo de fútbol. Los Mustangs terminaron con un récord final de 3 victorias, 7 empates y 2 derrotas, lo que fue suficiente para el 3º puesto en la división occidental, pero no lo suficiente para llegar a la final, en la que los Los Angeles Wolves (Wolverhampton) derrotaron a los Washington Whips (Aberdeen) 6-5 en tiempo extra. La calidad del juego simplemente no atraía a los aficionados al estadio; los Mustangs terminaron con un promedio final de asistencia de solo 4,207. El rival de la USA, la NPSL, no lo estaba haciendo mucho mejor, y ambas ligas estaban perdiendo grandes cantidades de dinero. Abe Korsower del Chicago Tribune resume los problemas:

«El fútbol profesional invadió los Estados Unidos en 1967 a un costo máximo con un efecto mínimo. La principal razón de la confusión y la consiguiente inundación de tinta roja fue que no una, sino dos ligas de fútbol profesional comenzaron y terminaron temporadas en todo el país, a menudo en competencia directa entre sí».

Finalmente, prevaleció el sentido común, y las dos ligas se fusionaron en diciembre, creando la North American Soccer League. Pero para entonces, los Chicago Mustangs habían anunciado que la plantilla para la campaña de 1968 sería completamente estadounidense. Importar equipos resultó ser un experimento fallido. El verano sardo había terminado. Los Mustangs sobrevivieron una campaña más. En 1968, la temporada debut de la NASL, terminaron segundos en su división, pero no lograron clasificarse para las eliminatorias. Esa temporada volvieron a contar con el máximo goleador de la liga, el polaco Janusz «John» Kowalik, que anotó 30 goles y registró 9 asistencias en solo 28 partidos. Al año siguiente, la NASL se redujo a solo 5 equipos, y los Chicago Mustangs se unieron a la liga semi-profesional National Soccer League. No fue hasta 1975, con la fundación de los Chicago Sting, que la Ciudad de los Vientos volvió a experimentar el fútbol profesional.

La United Soccer Association y la importación de equipos extranjeros representa un capítulo fallido pero curioso de la historia del fútbol estadounidense. ¿Qué tan improbable es que Roberto Boninsegna, subcampeón mundial y tres veces ganador de la Serie A, en algún momento de su carrera jugara justo al lado del Dan Ryan Expressway en el South Side de Chicago, donde solían jugar los White Sox? El Cagliari Calcio puede no haber dejado mucho legado en Chicago, y este episodio de su historia puede ser en gran parte olvidado, pero las historias deportivas de estas ciudades están eternamente ligadas.


jueves, 17 de octubre de 2024

"DE COLECCION"

EL SCUDETTO DE LA MITICA SAMPDORIA  DE LA TEMPORADA 90/91

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

La Sampdoria de 1991, un equipo proyectado años antes y terminado unas temporadas después, dejó una larga huella en el calcio italiano, y la ciudad de Génova, que no veía un equipo campeón des de principios del siglo XX. Con una victoria contra el Lecce en el estadio Ferraris de Génova, el 19 de mayo de 1991 la Sampdoria ganó su primer y todavía único Scudetto en sus 75 años de historia. Uno de los equipos más amados por su propia afición, que le perdona sus altibajos que incluso lo hicieron caer en la Serie B.




 Fue el último campeonato que no ganó un equipo de Turín, Milán o Roma, y el último de un equipo de los mal llamados «de provincia» (aunque sea del más alto nivel y provenga de la ciudad desde la que se extendió el fútbol en Italia). Después de los nueve Scudetti del Génova a principios del siglo XX, el de la Sampdoria sigue siendo el último ganado por un equipo de Génova.

De ese equipo salieron dos de los mejores delanteros italianos de los años 90, los «gemelos del gol» Gianluca Vialli y Roberto Mancini, que luego contribuyeron a las victorias de dos de los equipos italianos más exitosos de esa época, la Juventus y el Lazio. Ambos siguieron en el mundo del fútbol incluso después de retirarse, con papeles influyentes y exitosos, como demuestran los trece trofeos ganados en tres países diferentes por Mancini, actual seleccionador de Italia, cargo en el que es asistido por su inseparable amigo Vialli.

La Sampdoria, campeona de Italia, era también el equipo de Gianluca Pagliuca, que más tarde se convertiría en el portero del Inter y en el portero titular de Italia en el Mundial de Estados Unidos, los defensas Pietro Vierchowod y Moreno Mannini, el capitán Luca Pellegrini, el internacional brasileño Toninho Cerezo y el extremo Attilio Lombardo, todos ellos reunidos en un grupo creado por dos figuras histriónicas y vanguardistas como el entrenador eslavo Vujadin Boskov y el propietario del club, el petrolero Paolo Mantovani.

Mantovani, que nació en Roma y creció entre Cremona y Génova, donde se instaló después de la guerra, compró la Sampdoria en 1979 tras trabajar allí como directivo en los primeros años de esa década, pero luego dejó el club por desacuerdos en la gestión. En aquel periodo de crisis del petróleo, Mantovani consiguió tener éxito en el sector con sus empresas, y también por ello se vio envuelto en numerosas investigaciones, de las que, sin embargo, salió casi indemne.

Cogió a la Sampdoria en la Serie B y en tres años la llevó a la Serie A. Entre 1982 y 1986 formó la columna vertebral del equipo que luego fue campeón de Italia. Mancini fue comprado por el Bolonia en 1982, Vialli por el Cremonese en 1984. Mannini y Pagliuca también llegaron en esos años junto con tres extranjeros que forjaron vínculos entre el Génova y el fútbol inglés: Liam Brady, Trevor Francis y Graeme Souness. Estos dos últimos contribuyeron a la victoria que inició un ciclo especial, la Coppa Italia de 1985 con Eugenio Bersellini como entrenador.

Boskov llegó en 1986 después de dos temporadas en el Ascoli, llevado allí por la Juventus, de la que iba a ser entrenador, para darle tiempo a conocer mejor el fútbol italiano después de haber entrenado durante mucho tiempo en España y en el Real Madrid en los cuatro años anteriores. Pero por una serie de coincidencias, después de que Giovanni Trapattoni en la Juventus acabara con Rino Marchesi, y Boskov se fuera a la Sampdoria.

Boskov había sido un gran jugador yugoslavo en los años cincuenta y sesenta, pero durante mucho tiempo no pudo salir del país y de su equipo, el Vojvodina de Novi Sad, debido a la prohibición de expatriación impuesta a los jugadores yugoslavos de la época. Al igual que muchos otros yugoslavos, solamente se le permitió salir del país al final de su carrera, a principios de los años sesenta, cuando se incorporó a la Sampdoria por una temporada.

Como entrenador en Génova comenzó a formar un equipo con jóvenes promesas como Vialli y Mancini y otros jugadores más experimentados, ofreciendo un fútbol proactivo y concreto, y dejando una serie de menciones memorables a lo largo de los años. Desde la primera temporada fue una mejora constante. En 1987, la Sampdoria terminó sexta, al año siguiente cuarta y ganó la Coppa Italia, trofeo que conservó al año siguiente. Gracias a estos dos éxitos jugó la Recopa en 1990, y la ganó en la final contra el Anderlecht gracias a dos goles de Vialli.

Después de ganar todo lo que podía, la Sampdoria comenzó la temporada 90/91 con la esperanza de que fuera la correcta. Al convertirse en un equipo maduro, formado por un grupo muy unido, las condiciones de los demás equipos también resultaron favorables.

El Nápoles, vigente campeón de Italia, vivía una temporada decepcionante en la que, además del desgaste de un equipo ganador que había llegado al final de su ciclo, se reflejaban los problemas que tenía Diego Armando Maradona, que en marzo de 1991 jugó su último partido en Italia contra la Sampdoria. La historia del Milan de Arrigo Sacchi, el otro gran equipo italiano de la época, considerado uno de los mejores de todos los tiempos, también llegaba a su fin.

Con la Juventus aún en proceso de reconstrucción y el Inter al final del ciclo ganador de Trapattoni, a mitad de temporada solamente el AC Milan seguía el ritmo de la Sampdoria, que en verano el director deportivo Paolo Borea había reforzado en los puestos adecuados comprando a un elegante y experimentado centrocampista soviético, Oleksiy Mykhaylychenko, y a Marco Branca como reserva de Vialli y Mancini.

Con el mayor número de victorias de la temporada (20), el menor número de partidos perdidos (3), la segunda mejor defensa del campeonato, el mejor ataque, apoyado en los 19 goles del máximo goleador Vialli y los 12 de Mancini, el 19 de mayo, en la penúltima jornada del campeonato, la Sampdoria alcanzó los 50 puntos en la clasificación y ganó matemáticamente el Scudetto por delante del Milan, el Inter y su rival, el Genoa, que, espoleado por el éxito de la Sampdoria, jugó su mejor temporada en la Serie A en décadas.

La historia de aquella Sampdoria no acabó ahí, pero duró poco. Terminó un año después en Wembley con una dolorosa derrota contra el Barcelona de Johan Cruyff en la final de la Copa de Campeones (segunda final perdida ante el equipo culé, la anterior fue en la Recopa de la 88-89), y un sexto puesto en el campeonato. Al final de la temporada, Boskov y la mayoría de los jugadores que formaban la columna vertebral del equipo se marcharon. Al año siguiente, Cerezo volvió a Brasil y Vialli se fue a la Juventus. Mantovani, aquejado de un cáncer de pulmón, falleció el 14 de octubre de 1993 dejando el club en manos de su hijo Enrico, que lo dirigió durante una década con algunas dificultades que culminaron con el descenso a la Serie B en 1999. Tres años después, Mantovani dejó el equipo a la familia Garrone, otra familia petrolera genovesa, pero esta ya es otra historia.


miércoles, 16 de octubre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

"EL COMBINADO DEL FRENTE DE LA LIBERACION NACIONAL, LA PRIMERA SELECCION DE ARGELIA"

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

La selección de fútbol de Argelia, apodada Los zorros del desierto, empezó a competir tras la independencia del país en 1962, pero años antes tuvo su embrión en la figura del combinado del Frente de Liberación Nacional.




Su primer encuentro como selección reconocida por la FIFA tuvo lugar un año el 6 de enero de 1963 contra Bulgaria, terminando el marcador a su favor por dos goles a uno. Hasta aquel entonces sus mejores jugadores competían con Francia. Los argelinos no disputaron su primera fase de clasificación para un Mundial hasta años después, concretamente para México 70. Aunque no consiguieron el objetivo de llegar a la fase final, sí lo hicieron posteriormente en cuatro ocasiones: 1982, 1986, 2010 y 2014. En la última ocasión se clasificaron por primera vez en su historia para los octavos de final, convirtiéndose así en la sexta nación africana en conseguirlo.

Argelia también ganó la Copa Africana de Naciones dos veces, en 1990, cuando fueron los organizadores del torneo, y en el 2019. En el 2021 conquistaron la única edición de la Copa Árabe de la FIFA.

Acabada la Segunda Guerra Mundial, y tras la sangrienta represión en Setic y Guelma, en 1945 el Frente de Liberación Nacional, creado por Mohamed Boudiaf y Ben Bella, nació para desestabilizar la administración colonial francesa. A partir de 1954, comenzó la masacre en el camino de la independencia de Argelia, llegando a su clímax 1 de noviembre de aquel año, cuando ejecutó una treintena de atentados, conocidos como el Toussaint Rojo. Nacía así la terrible Guerra de Argelia.

El 9 de septiembre, un mes antes de la guerra, un terremoto de 12 segundos en Orleansville, dejó 1.400 muertos, miles de heridos y una ciudad muerta, a la que se le cambió el nombre tras ser reconstruida, por el de El-Asnam. En París se organizó inmediatamente un partido benéfico para ayudar a las víctimas, este enfrentó a un combinado francés y una de jugadores del Magreb (marroquíes, argelinos y tunecinos), que acabó con victoria de los segundos.

 En abril de 1958, Francia se preparaba la cita mundialista en Suecia (acabarían en tercer lugar). El día 12, Rachid Mekhloufi, se entrenaba con el Saint-Étienne, que se jugaba plaza europea ante el Béziers. Después de ducharse se encontró con Mokhtar Arribi (Lens) y Abdelhamid Kermali (Lyon). Su sorpresa al verlos fue mayor al oír su saludo: «Mañana nos vamos». «¿Dónde?», preguntó el jugador estrella de Les Verts. La repuesta fue clara y concisa: «A Argelia, a unirnos al combate de nuestros hermanos». Mekhloufi no dudó en ir con ellos. Nacido en Setif, la masacre de su ciudad y la de Guelma (más de 10.000 muertos en mayo de 1945) le habían dejado una profunda huella. «Me llamaba mi país, no podía negarme», explicó años después.

La dirección del FNL decidió hacer, en forma secreta, un llamamiento a jugadores argelinos que participaban en el campeonato francés para que dejaran el país y se unieran a las filas del equipo. El arquitecto del plan fue Mohamed Boumezrag, exjugador profesional en Francia, estaba profundamente comprometido con la causa del FNL. En secreto, comenzó a reunirse con los jugadores argelinos de la primera y segunda división del fútbol francés para convencerlos de que se sumaran al proyecto.

Así, el 13 de abril de 1958, diez jugadores de primer nivel, sigilosamente, dejaban el territorio francés (vía Suiza e Italia) para llegar a Túnez, sede del Gobierno Provisional de la República de Argelia. La policía francesa, que no pudo prever la movida, quedaba en ridículo ante el mundo.

Aquel grupo de jóvenes argelinos que antepusieron el patriotismo a su carrera e intereses económicos, dejaron de lado la gloria deportiva para contribuir, desde su lugar, en la lucha por la liberación del yugo colonial.

Rachid Mekhloufi tuvo que ingeniárselas para unirse a sus compatriotas: jugó ante el Béziers, simuló una lesión en el último minuto de partido, y pasó 36 horas en el hospital, desde donde organizó su fuga.

Viajando en tren como transporte, Rachid cruzó Suiza e Italia para desde allí llegar a Túnez en un vuelo desde Roma y unirse al combinado que en 1957 ideó el Frente de Liberación Nacional para promover la independencia de Argelia bajo la dirección de Mohamed Boumezrag, uno de los líderes del FLN, exjugador del Red Star. Siete jugadores más iban a abandonar Francia para unirse a la causa argelina. Dejaban la élite, la comodidad de las ciudades francesas para formar parte de una selección sin reconocimiento oficial. El 15 de abril, L’Équipe titulaba ‘Nueve argelinos desaparecen’. Un fallo en la huida hizo que Mohamed Maocuhe (Stade Reims), que tras llegar a Lausana regresó a París por error, fuera detenido en su intento de volver a cruzar la frontera suiza y estuviera tres meses en prisión.

La Federación Francesa de Fútbol y la FIFA trataban de poner fin a aquella situación. El FNL había llevado su lucha al fútbol ordenando el retiro de todos los equipos musulmanes de la liga y atacando estadios. En 1957, en la final de Copa de Francia en París, había asesinado a Ali Chekkal, exvicepresidente de la Asamblea Argelina y opositor a la independencia.

En mayo de 1958, el Frente de Liberación Nacional demandó un sitio en la FIFA, y esta respondió con sanciones a todo país que jugara contra ellos. Marruecos desobedeció la orden y fue castigado con la expulsión de su selección del Mundial de 1958. Por su parte, otras federaciones africanas también ofrecieron su apoyo a los argelinos, casos de Libia y Túnez, y fueron inmediatamente suspendidas por la FIFA. En cuatro años, el equipo del FLN iba a jugar 91 partidos de exhibición, ninguno en suelo argelino, y lograron algún triunfo memorable, como un 6-1 en Belgrado ante una selección yugoslava camuflada para que no hubiera sanción. El balance final fue de 65 victorias, 13 empates, 13 derrotas, 385 goles a favor y 127 en contra.

Pocos jugadores argelinos llamados por el FLN, que se aseguró que todos aportaran un 15% de su salario a la revolución, se negaron a ir. Recibidos en Túnez por Habib Bourghiba, primer presidente del Túnez independiente (se separó de Francia el 20 de marzo de 1956), su primer partido lo jugaron contra Marruecos el 9 de mayo de 1958. Allí comenzó la gira independentista del equipo del FLN, que llevó por donde pasó la bandera de la Argelia libre. Mientras, De Gaulle y la V República Francesa se vieron inmersos en una guerra de atentados entre el FLN y la OAS (Organización Secreta del Ejército) que dejaría más de medio millón de muertos.

 Jugaron en Hanoi, donde les recibió Ho Chi Minh, como en Pekín lo hizo Zhou Enlai, primer ministro chino. Sin embargo, fue en Bagdad donde el equipo argelino se encontró con más entusiasmo por parte del público asistente. Fue en febrero de 1959, en un partido que ganaron los argelinos por 3-0 y se preparó como si fuera oficial. Los equipos formaron para escuchar los himnos y sonó el del FLN, Kassaman, con la bandera argelina ondeando en el estadio. El embajador francés, invitado al palco, abandonó el estadio y presentó una protesta formal.

En 1962, los acuerdos de Evian acabaron con la Guerra de Argelia y llegó la independencia, que se formalizaría el 5 de julio tras decretarse el alto al fuego a finales de marzo. El primer presidente de Argelia fue Ahmed Ben Bella, que llegó a jugar con el Marsella.

Ese mismo año se fundó la Federación de Fútbol, que dos años más tarde sería reconocida por la FIFA. Mekhloufi fue de los pocos que volvió a jugar en Francia. En 1968, pocos días antes de la explosión de mayo y la revuelta de los futbolistas franceses, Mekhloufi hizo los dos goles de su equipo en la final de Copa ante el Girondins (2-1). El trofeo lo entregó el general De Gaulle, que le recibió en el palco con una frase que es historia: «¡Usted es Francia!».


martes, 15 de octubre de 2024

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

EL DIA QUE STEVE MCMANAMAN JUGO EN EL WETS HAM UNITED FC:

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"


Steve McManaman, jugador emblema del Liverpool, jugó con el West Ham United Football Club el 12 de noviembre de 1995, en un partido contra el Chelsea FC disputado en el Upton Park de Londres. Sin duda una de las imágenes más impactantes del fútbol inglés de los años 90, y es que Macca fue uno de los miembros más destacados de la generación «Spice Boys», donde también encontrábamos ilustres nombres Red como los de Michael Owen, Robbie Fowler, Jamie Redknapp, Jason Mc Ateer, David James y Stan Collymore.




El motivo que llevó al también exjugador del Real Madrid a vestir la camiseta de los Hammers fue el homenaje a Alvin Martin, que desde 1976 hasta 1996 jugó en el conjunto londinense. En aquel partido de homenaje, que terminó con empate a 3, también participaron Chris Waddle y Jamie Redknapp.

 

lunes, 14 de octubre de 2024

DE COLECCION

MENDIETA, EL MEJOR CAPITAN DEL VALENCIA CF DE LA HISTORIA:

FUENTE: "KODRO MAGAZINE":

Gaizka Mendieta se convirtió en el capitán del mejor Valencia de la historia, con el que alcanzó su cenit futbolístico entre 1999 y 2001. En ese periodo fue reconocido como uno de los mejores futbolistas europeos y lideró un Valencia campeón de Copa y Supercopa en 1999, y dos veces finalista en Liga de Campeones (2000 y 2001). 62 goles en 360 partidos fueron sus números finales.




Experto en los golpes francos y casi infalible en las penas máximas, fue se convirtió también en fijo en las convocatorias de la selección nacional, con la que completó 40 internacionalidades y marcó 8 goles. Para la historia quedarán por siempre sus tres obras maestras: un golazo en San Mamés tras regatera a toda la defensa del Athletic, una volea imposible a la salida de un córner en el Camp Nou desde fuera del área y su obra cumbre frente al Atlético de Madrid en la final de Copa de 1998.

Su clase como interior derecho y su capacidad goleadora le llevaron a ser uno de los futbolistas más cotizados de Europa de final de los años 90 y, tras desestimar el Valencia una oferta del Real Madrid fue finalmente traspasado a la Lazio en 2001 por una cantidad superior a 8000 millones de pesetas (unos 48 millones de euros), siendo el mayor traspaso de un futbolista español, posteriormente superado por el traspaso de Fernando Torres en 2010 del Liverpool al Chelsea por 58 m€ y de Kepa Arrizabalaga en 2018 del Athletic al Chelsea por 80 m€.

Gaizka llegó procedente del CD Castellón en 1992, bajo el mandato en el banquillo che del holandés Guus Hiddink, que lo vio como una clara apuesta de futuro. Junto a él llegaron fichajes para la temporada 1992-1993 como los de González (Real Sociedad), Belodedici (Estrella Roja), Álvaro (RCD Mallorca), Sánchez (CD Mestalla), Ibáñez (Osasuna), y Fran (CD Teruel).

 A pesar de las esperanzas depositadas en aquel joven lateral, sus actuaciones no convencieron como para ganarse un sitio en las convocatorias del primer equipo, aunque sí pudo ganarse la simpatía de la afición por su constante lucha y entrega. Aquella primera temporada Mendieta jugó 22 partidos con el filial en Segunda División B bajo las órdenes de Óscar Rubén Valdez y Paco Real, y su buena progresión le llevó a participar con el primer equipo durante la pretemporada y a ser convocado con la selección española sub-21. Su gran oportunidad llegó en junio de 1993, cuando el técnico holandés Guus Hiddink le dio 48 minutos en los dos últimos partidos de Liga, debutando así en Primera División.

Tras aquel primer logro, se fue ganando un puesto en el primer equipo hasta convertirse en un fijo la temporada 1995-1996 con Luis Aragonés. Gaizka disputó un total de 42 partidos oficiales, acumulando un subcampeonato de Copa y otro de Liga en dos años consecutivos. Pese a su magnífica proyección, no fue fácil en absoluto su quinta temporada en el club, tras la dimisión del preparador madrileño y la llegada de Jorge Alberto Valdano, cuya preferencia eran los jugadores de técnica. Aquel cambio provocó que casi fuera traspasado durante el mercado de invierno, pero el club apostó por él y finalmente se quedó. Fue una decisión afortunada, ya que la temporada siguiente el técnico argentino fue cesado en la tercera jornada de Liga y la llegada del entrenador italiano, Claudio Raneri cambió la carrera del jugador por completo.

 Su nueva posición en el terreno de juego le permitió una evolución exponencial, convirtiéndose en un centrocampista ofensivo completísimo, mejorando su técnica individual y con una visión del juego vertiginosa. Aquella fue la temporada de su graduación a nivel mundial. Pretendido por los grandes clubes españoles y europeos, Mendieta apostó por su renovación con el club valencianista tras la conquista de la Copa y la clasificación para la Liga de Campeones, firmando dos cursos inolvidables. Referente icónico del equipo, se convirtió en capitán y siguió manteniendo un nivel excelente, ejerciendo su autoridad y tirando del equipo cuando hizo falta. Mientras tanto, siguió ampliando su colección de goles antológicos y ayudó a llevar al equipo a jugar dos años consecutivos la final de la Liga de Campeones, cayendo derrotado frente a Real Madrid y Bayern de Munich en una de las mayores tragedias del valencianismo.

Acabada la temporada 2000-2001, y tras haber perdido la final de la Liga de Campeones en los penaltis y no haber conseguido la clasificación para la competición en la temporada siguiente, Gaizka Mendieta decidió buscar un cambio de aires. Pretendido por el Real Madrid, finalmente marchó traspasado al Lazio de Roma, en una decisión que provocó un auténtico terremoto en el club, hasta el punto de provocar la dimisión del presidente, Pedro Cortés.


"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

LA HISTORIA DE LOS HERMANOS BONETI FUENTE: "KODRO MAGAZINE" Ivano y Dario Bonetti fueron los únicos hermanos de la mítica plantill...