viernes, 5 de septiembre de 2025

"DE COLECCION"

"QUILMES EL REY DE LOAS ASCENSOS Y DESCENSOS DEL FUTBOL ARGENTINO"

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

El Quilmes Atlético Club es una institución deportiva argentina, de la ciudad de Quilmes, provincia de Buenos Aires, que tiene el récord de ascensos (11) y descensos (12) en Argentina. Los hinchas del popular cuadro cervecero no ganan para sustos aunque, en especial los veteranos, intentan sacar la parte buena de esta curiosa situación que lo convierte en un equipo ascensor, frotándose las manos esperando la celebración del próximo ascenso de categoría de un club que ya supera sus 133 años de historia.




Quilmes descendió por primera vez en 1916, cuatro años después de haber ganado su primer campeonato en 1912 en el más absoluto amateurismo. Esa vez lo habían reforzado varios de los míticos hermanos Brown, que se habían ido del famoso Alumni porque el cuadro hipercampeón ya no participaba más. Pudo regresar a la categoría en 1919.

Iniciado el profesionalismo en 1931, Quilmes fue uno de los equipos que iniciaron los descensos en aquel tiempo, en 1937. Le costó mucho volver, al punto que perdió dos finales contra su rival, Argentino de Quilmes, en 1938. Ese clásico es uno de los grandes olvidados de la historia contemporánea, ya que no se enfrentan desde la vieja B de 1981. Después ganó el torneo en 1949, pero se mantuvo dos años en la máxima categoría del fútbol argentino para acabar bajando en 1951. Repitió en 1961 –gracias al descuento de 10 puntos que le hizo la AFA a Newell’s por una incentivación- y retrocedió en 1962.

De nuevo alcanzó la gloria en 1965 junto a Colón y se fue a pique otra vez en 1970 con dos juveniles en sus filas: Ubaldo Fillol y Ricardo Villa, ocho años después campeones del mundo con la Selección. Hubo regreso tras ganar el torneo de 1975 y el título del Metropolitano en 1978, algo que pocos imaginaron.

El descenso de 1980 sorprendió a todos porque era la base del equipo campeón, pero hubo retorno al año siguiente (junto a Nueva Chicago) y otro retroceso un año más adelante, en 1982. Vuelta para jugar la temporada de 1991/92 y una nueva amargura que se prolongaría hasta 2002/03, aunque sobrevendrían tres ascensos y descensos más.

En definitiva, Quilmes sufrió doce veces el dramón de bajar a la segunda categoría, pero se recuperó en once ocasiones.

El detalle adicional es que Quilmes debió haber descendido en 1900, cuando participó por primera vez en la A y quedó último, en 1904, en 1911, en 1922 y en 1924. Distintas decisiones de la dirigencia lo mantuvieron en la máxima categoría. Y para colmo, la Liga Profesional le impidió jugar el torneo de 1934 porque junto con Tigre eran los equipos que recaudaban menos en taquilla…

COMO LOCALIZARME EN LAS DIFERNTES REDES SOCIALES

 AQUI LES DETALLO COMO PUEDEN UBICARME 

COMO ENCONTRARME EN LAS REDES SOCIALES:

Son varias las páginas deportivas, y no todas tienen la misma información o algunas como blogger o la página de mi radio ON-LINE tien mas detalles sobre la información que aquí brindo.





FACEBOOK: https://www.facebook.com/jorgeomarbarrera

"X" (EX TWITER): https://x.com/jorgeomarbarre1

INSTAGRAM: https://www.instagram.com/elmundodeldeporte2010/

BLOGGER DE NOTICIAS ACTUALIZADAS: https://jorgeomarbarrera-elmundodeldeporte.blogspot.com/

BLOGGER DE RECUERDOS DEPORTIVOS: https://losgrandesmomentosdeldeporte.blogspot.com/

PAGINA DE MI RADIO ON LINE CON SU WEB RESPECTIVA: https://www.musicaydeportes.com.ar/

SE PUEDE COLABORAR PARA SEGUIR CON TODOS ESTOS PROYECTOS CON:

A) cafecito.App/bjorgeomar


B) IMPORTE MINIMO EN MERCADO PAGO: MI ALIAS: JOB 1968


C) UNA PUBLICIDAD CON IMPORTE MINIMO


D) ADQUIRIENDO UN NUMERO DE LAS TOMBOLAS QUE LARGO TODOS LOS MESES EN FACEBOOK

Y DE VEZ EN CUANDO DESDE FACEBOOK APARECEN MIS STREAMING DEPORTIVOS. LA IDEA ES HACERLO TODOS LOS DIAS, PERO A VECES EL TIEMPO NO DA, POR QUE LLEVA MUCHO TIEMPO ACTUALIZAR TODOS LOS DIAS CADA PAGINA.

DESDE YA MUCHAS GRACIAS
JORGE OMAR BARRERA
40 AÑOS EN RADIO CON DIFEReNTES TIPOS DE PROGRAMAS MAS ALLA DE LOS DEPORTIVOS.
38 AÑOS RELATANDO NO SOLO EN LA COMARCA PETROLERA SINO EN DIVERSOS MEDIOS DEL PAIS QUE ME CONTRATARON EN SU MOMENTO Y DEL EXTERIOR.


YA SABE COMO LOCALIZARME Y COMO COLABORAR

CUALQUIER CONSULTA LO PUEDE HACER POR MENSAJE PRIVADO EN FACEBOOOK O TWITTER


JORGE OMAR BARRERA

40 AÑOS EN RADIO CON DIFERENTES PROGRAMAS MAS ALLA DE LOS DEPORTIVOS.

38 AÑOS DE RELATOS DE TODAS LAS DISCIPLINAS DEPORTIVAS NO SOLO EN LA COMARCA PETROLERA (CUTRAL CO- PLAZA HUINCUL) SINO TAMBIEN EN LA PROVINCIA DEL NEUQUEN, EN VARIAS RADIOS DEL INTERIOR DE LA ARGENTINA Y EN EL EXTERIOR.


MUCHAS GRACIAS

jueves, 4 de septiembre de 2025

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

 " MAURICIO CIENFUEGOS LA HISTORIA DEL NO FICHAJE AL LLEIDAS"

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Mauricio «El Chaparrito» Cienfuegos estuvo muy cerca de fichar por la Unió Esportiva Lleida para disputar la liga española de primera división de la temporada 1993-1994 ante rivales como Romário, Bebeto, Stoichkov, Laudrup, Zamorano o Suker.




Después de solo una temporada en Santos Laguna, el internacional salvadoreño decidió probar suerte primero en el Servette suizo y después en el equipo entrenado por José Manuel Esnal «Mané», aunque sus altas pretensiones económicas acabaron dinamitando su salto a Europa.

Cienfuegos fue uno de los muchos fichajes que no acabaron de concretarse para el conjunto ilergeta, junto al de Pier Luigi Cherubino (en formato cesión), Velko Iotov, Francisco Javier Oliete, Elivelton, Bertelsson, Otosson, Olson, Froberg, Radinovic, Eskilsson, Cosic, Rodax, Ale, Đurđević, «Torpedo» Caballero, Omam-Biyik, Ricky Owubokiri, Romildo o incluso Yekini, Tchami, «Platini» Sánchez o Viola, sueños totalmente inalcanzables para el conjunto catalán en su retorno a la Primera División.

El salvadoreño José Mauricio Cienfuegos, apodado «El Chaparrito» por sus 1,66 metros de estatura, se incorporó a los entrenamientos de la plantilla ilergeta el 30 de septiembre de 1993, ya con la temporada empezada. El exjugador del Santos Laguna de México y del Atlético Morelia, dio muestras de su fuerza y velocidad en sus primeros entrenamientos, en los que también participaba el paraguayo Pablo «Torpedo» Caballero, joven delantero que también buscaba su oportunidad en el fútbol español. Cienfuegos ocupaba la demarcación de centrocampista y había sido cuarenta veces internacional con la selección salvadoreña.

Finalmente, el 2 de octubre se desestimó el fichaje de ambos jugadores, el paraguayo por motivos deportivos y la del salvadoreño por sus altas pretensiones económicas. Cienfuegos se quedó sin club varios meses hasta que aceptó volver a México para fichar por el Jaibos Tampico Madero.


lunes, 1 de septiembre de 2025

"DE COLECCION"

 PAUL GAISCONE  EN LA LAZIO PURA DINAMITA INGLESA EN LA SERIE "A"

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Paul Gascoigne fue la estrella absoluta de la SS Lazio para la temporada 1992-1993, a pesar de pasarse en el dique seco 12 meses antes de su fichaje, tras sufrir una grave lesión con el Tottenham. Su reputación como el jugador más explosivo de Inglaterra le valió lo suficiente para llegar a la Serie A por la puerta grande. La mezcla asombrosa de habilidades técnicas sublimes y la sólida ética de trabajo, emocionante y excitante a partes iguales, le había hecho ganarse el cariño no solamente de los pretendientes nacionales, sino también de los extranjeros.




 Era una época de transición en el fútbol inglés. La Premier League estaba naciendo y, pronto, un torrente de talentos extranjeros reforzaría a la mayoría de los clubes. Más raros, sin embargo, eran los que iban en dirección contraria. Sin embargo, en la siempre caprichosa historia de la carrera de Gascoigne, el capítulo del calcio fue característicamente imprevisible. Incluso el inicio estuvo cargado de incertidumbre; Gascoigne aún se estaba recuperando de una grave lesión de rodilla y la transición de las anticuadas tradiciones de la pretemporada inglesa al calendario mucho más intenso de Europa fue un shock.

El pandemónium recibió a Gascoigne a su llegada al aeropuerto de Fiumicino, en Roma, en 1992. Alrededor de un millar de aficionados de la Lazio se habían reunido para dar la bienvenida a su nuevo fichaje. A su paso por la aduana, los cánticos de “Che sarà, sarà” y “Paul Gascoigne, la la la”, cantados al son de Brown Girl in the Ring, retumbaron en la terminal. En medio de la vorágine, los agentes de seguridad rodearon a Gazza y le hicieron pasar a toda prisa por el aeropuerto.

En el exterior, las escenas eran igual de frenéticas, ya que los Laziali se morían por saludar a Gascoigne. Describiendo este fervor mesiánico, un aficionado de la Lazio dijo a los periodistas: “Cuando lo fichamos, Dios mío, parecía que llegaba Jesucristo”. El fichaje también acaparó la atención en todo el país, y un juez del tribunal supremo italiano se preguntó si este inglés era “más famoso que el Duque de Wellington tras la batalla de Waterloo”. Gascoigne fue juzgado como el hombre capaz de llevar a la Lazio hacia la luz. El hombre que iniciaría una era próspera bajo la nueva propiedad del magnate de la alimentación, Sergio Cragnotti. A pesar de que la gestión de aquel traspaso había sido un asunto doloroso y prolongado, era el proverbial fichaje de relumbrón que Cragnotti ansiaba.

Cuando Gascoigne llegó por primera vez al campo de entrenamiento de la Lazio en Formello, no estaba preparado para las rigurosas exigencias de la Serie A. En el marco de un documental de Channel 4 titulado “Gazza’s Italian Diaries”, el exjugador de los Spurs relató con franqueza a James Richardson sus dificultades iniciales: “Pensaba que los entrenamientos serían un poco fáciles, pero empezaron siendo muy duros. Mientras corría, la gente me cortaba el dedo y me tomaba muestras de sangre. Pensé: ‘Dios, ¿de qué va todo esto? Y luego ir a los centros de pruebas, con la cabeza en vilo, el corazón en vilo. Fue increíble. Creo que estaba más conectado que una antena parabólica”. En la época de la llegada de Gazza, los métodos de entrenamiento del calcio, tanto científica como tácticamente, eran superiores a los del fútbol inglés. Estos enfoques se aplicaban a menudo con rigor. Este era ciertamente el caso bajo Dino Zoff, el entonces entrenador del Lazio, que creía que el fútbol era un “deporte de valores indiscutibles: buenos modales, lealtad y autodisciplina”.

La personalidad traviesa de Gazza no se prestaba fácilmente a un modus operandi tan estricto, y causó una impresión poco favorable en su primer día en Formello, olvidando tanto sus zapatillas de correr como sus botas de fútbol. De forma un tanto arriesgada, Gazza comenzó su carrera en el Lazio entrenando con zapatillas de deporte. Sin embargo, aunque su preparación había sido desordenada, su deseo de volver a los terrenos de juego era inquebrantable. Bajo la supervisión del fisioterapeuta del club, Roberto Farola, Gascoigne se preparó para su primera salida con la camiseta del Lazio.

Aunque Gazza aún no había debutado, la fanfarria que rodeó su llegada a Roma generó el impacto deseado para el programa Football Italia de Channel 4. Al unirse a sus compatriotas Desmond Walker, que fichó por el Sampdoria en 1992, y David Platt, que ya había disfrutado de una exitosa temporada en el Bari, el público británico se interesó por la Serie A.

El 6 de septiembre de 1992, tres millones de espectadores sintonizaron Football Italia, un empate 3-3 entre la Lazio de Gazza y la Sampdoria de Walker. A pesar de la ausencia del primero, el programa fue un éxito rotundo, ayudado por el hecho de que la avalancha de goles había disipado los tópicos comunes sobre el estilo aburrido y defensivo de la Serie A. El público estaba enganchado, encantado con este producto exótico en el que los partidos de fútbol se jugaban con el telón de fondo de arenas llenas de humo y el crepitar de bengalas y fuegos artificiales.

La expectación, tanto en Italia como en el Reino Unido, era palpable. ¿Podría la próxima gran esperanza de Inglaterra prosperar en una liga que había demostrado ser notoriamente implacable con las mejores exportaciones británicas? ¿Podría Gascoigne triunfar donde otros grandes como Jimmy Greaves, Denis Law e Ian Rush habían fracasado?

En una lluviosa tarde de septiembre en el Estadio Olímpico, Gascoigne debutó en un amistoso entre semana contra su antiguo club, el Tottenham. El hecho de que 30.000 hinchas de la Lazio se molestaran en acudir a la cita subrayó su impacto inmediato en la capital. De hecho, los directivos del club afirman que su mera presencia suele suponer un aumento de 5.000 a 10.000 espectadores.

Su esperado debut en la Serie A no se produjo hasta el 27 de septiembre contra el Génova. Su participación fue un poco prematura, pero como Cragnotti, los medios de comunicación y los aficionados deseando ver a Gascoigne en acción competitiva, Zoff se sintió presionado para que saltara al campo. Sin embargo, lo que le faltaba a Gazza en cuanto a agudeza en el juego, lo compensaba con su talento innato y su estilo de juego entusiasta. Durante 41 minutos, el “Día de Gazza Speciale” amenazó con estar a la altura. En dos ocasiones, el número 10 del Lazio se embarcó en características e incisivas incursiones desde el centro del campo, utilizando su engañosa velocidad para dejar a los defensores genoveses a su paso. Durante 41 minutos, la pasión y el talento de Gazza se expresaron a través de su cuerpo, sorteando los retos que se le presentaban.

Pero la inflexible figura de Mario Bortolazzi puso fin a su actuación, golpeando a Gazza por detrás. El Olímpico se estremeció colectivamente mientras el personal médico de los biancocelesti entraba a toda prisa en el campo. Pero Gascoigne se levantó, se quitó el polvo y estrechó la mano de Bortolazzi. “Gracias, amigo”, dijo. Y lo que es más importante, a pesar de haber sido retirado en el descanso como medida de precaución, su rodilla había resistido un golpe considerable. A partir de ese momento, en la Curva Nord de la Lazio aparecía a menudo una pancarta con un boceto de su nuevo campeón: “Guai A Chi Ce Lo Tocca”.

Su estado de forma seguía impidiéndole completar los 90 minutos, pero, no obstante, ofrecía actuaciones prometedoras. En la victoria por 5-2 sobre el Parma, él y el prolífico Giuseppe Signori se combinaron de forma brillante en algunos momentos. Contra el poderoso AC Milan de Fabio Capello, Gascoigne salió airoso a pesar de la derrota de su equipo por 5-3. Tras el partido, el técnico rossonero se apresuró a reconocer el potencial de Gascoigne, si bien matizó sus elogios con sus características verdades duras: “la próxima temporada, Gascoigne puede ser uno de los grandes jugadores de la liga italiana, pero es importante que trabaje en su acondicionamiento. Es fuerte y rápido y se desprende muy bien de los jugadores. De momento está bien, pero debería mejorar”.

En la ciudad que llaman eterna, no hay mejor manera de establecer un culto imperial que hacerse un nombre en el Derby della Capitale. Incluso Gascoigne, nacido y criado en el noreste de Inglaterra, era consciente de la magnitud del derbi de Roma y tenía un ojo puesto también, al parecer, en lo rápido que se agota la paciencia de los fanáticos de la Lazio. Antes del partido, explicó: “Para mí, y no lo digo por decir, este domingo es como la vida o la muerte. Y espero que, después del domingo, siga vivo”.

Y vivo estaba, y volando sobre un vendaval que él mismo había provocado en el Estadio Olímpico en aquella fría tarde de noviembre. Al elevarse por encima de su marcador para rematar un tiro libre de Giuseppe Signori de cabeza, Gascoigne se aseguró la adulación eterna de la mitad azul de Roma. Con los puños en alto, fue acosado por sus compañeros de equipo mientras, en las gradas, los aficionados jubilosos casi estallaban en un tumulto de puro júbilo.

Aquello junto al hecho de que siguiera en el campo en el minuto 86 fue un pequeño milagro. Pero mientras Gazza era acosado bajo las gradas de la Curva, le invadió una efusiva sensación de alivio. Hasta el punto de que, mientras regresaba al círculo central, se le saltaron las lágrimas. Consciente de las consecuencias que conlleva perder un partido que, para muchos aficionados de Roma, tiene más peso que ganar el propio Scudetto, Gazza reflexionó más tarde: “He jugado antes en algunos grandes derbis, pero esto no era normal. Marcar fue una sensación increíble, pero no fue una buena sensación, fue más bien una sensación de ‘gracias a Dios por eso’”.

El partido en sí fue monótono, el ambiente típicamente sofocante y volátil. Gazza lo aprovechó, aunque a veces imprudentemente, para patrullar con energía el centro del campo. Como era de esperar, los aficionados de la AS Roma se burlaron de él durante todo el partido, desplegando una pancarta en la que se leía “Paul Gazza, eres un gordo maricón”, mientras lanzaban barritas Mars en su dirección. En una réplica típicamente chistosa, Gascoigne desenvolvió una de las barritas y la engulló. Era el mejor momento de Gazza.

 Fuera del campo, la tristemente célebre prensa italiana se encargó de que Gascoigne sufriera intromisiones sin precedentes en su vida personal y profesional, como posteriormente le sucedería a Bergkamp en el Inter. En cambio, su carácter travieso, a menudo celebrado y admirado en Inglaterra, fue denostado en Italia, y se hizo tristemente célebre por dedicar, a ojos de muchos italianos, más tiempo a sus bromas que al fútbol. Eso no quiere decir que no hubiera habido destellos de genialidad durante aquella etapa. Su gol contra el Pescara, en el que se coló entre los desventurados defensores con un simple giro de cadera, sigue considerándose uno de los goles de la década de los 90, lo que no es poco si se tiene en cuenta que Batistuta, Ronaldo, Del Piero y Baggio se empeñaban en superarse mutuamente en el arte del gol.

Fuera del terreno de juego, hubo problemas desde el principio. Gascoigne aprendió rápidamente el precio de su estatus de culto. No solamente sus actuaciones y su estado físico estaban bajo constante escrutinio, sino que no podía moverse ni respirar en Roma sin ser seguido, fotografiado o interrogado. Por supuesto, la afición de Gascoigne por las bromas le convirtió en un imán para la atención equivocada. Además de sus cómicos cameos con James Richardson en Football Italia, en uno de los cuales se comía un huevo de chocolate gigante, sus bromas a los compañeros de equipo y al personal del club eran incesantes. Por nombrar solamente algunas: desinfló los neumáticos del Porsche de Aaron Winter, metió una serpiente muerta en el bolsillo de la chaqueta de Roberto Di Matteo, cogió el silbato de Dino Zoff, lo ató a un pavo y soltó al pájaro en el campo de entrenamiento y, según el propio Zoff, Gazza tenía la tendencia a acudir desnudo a las cenas del equipo.

Pero las bromas se agotaron y la prensa empezó a notar que Gazza parecía centrarse más en idear ingeniosas bromas que en mantener su forma física. A Zoff tampoco le hizo mucha gracia ese comportamiento, sobre todo teniendo en cuenta que solamente podía seleccionar a tres de Gascoigne, Winter, Thomas Doll y Karl-Heinz Riedle debido a la cuota de extranjeros de la Serie A.

El 10 de noviembre de 1992, la Lazio disputó un amistoso ante el Sevilla FC de Diego Armando Maradona en el Sánchez-Pizjuán. El partido se organizó en gran medida como medio de ingresos del club para afrontar los pagos al Nápoles por el fichaje de Maradona. El choque terminó 1-1. Pineda marcó el primero para los sevillistas. Gascoigne empató para la Lazio con un golazo, marchándose primero de Rafa Paz y conduciendo hasta el área sorteando rivales hasta definir con mucha calidad ante Unzué. El hecho de poder fotografiar a Gazza al lado de Maradona, fue usado por la prensa italiana para vincular los malos hábitos de ambos jugadores, aunque poco les importó a ellos. “Recuerdo que la Lazio quería que jugáramos contra el Sevilla y Maradona, y le dije al presidente: ‘No, quiero jugar contra la Juventus’. Pero él quería hacerlo contra Maradona. Así que le dije: ‘Está bien, te veré allí’”, aseguró el inglés en ‘Good Morning Britain’. “En el vuelo tomé un par de copas”, continua. Y su estado para jugar cuando llegó al estadio no era el más adecuado. Antes de aquel partido, los dos jugadores se encontraron en el túnel de vestuarios, momento que aprovechó Gascoigne para hacer una confesión a Maradona. “Me acerqué y le dije: ‘Diego, estoy un poco borracho’”, explicó. Lo que quizá no esperaba fue la respuesta de Maradona. “Está bien, Gazza. ¡Yo también!”, le contestó.

 Una serie de pequeñas lesiones frenaron la progresión de Gazza, y el 24 de enero de 1993 fue descartado para un partido en casa contra el Juventus. Zoff alegó su “mala condición física” y, tras el partido, los periodistas quisieron conocer el punto de vista del jugador. Gascoigne, ya frustrado por sus críticas, guardó silencio ante la prensa y respondió eructando ante el micrófono de un periodista de la Rai. A continuación se desató el furor y comenzó la investigación sobre el Burpgate. El diario italiano La Stampa dedicó una página entera al incidente. Mientras tanto, Cragnotti echó humo y Gascoigne fue multado con 9.000 libras. Sin embargo, la insolencia y el desprecio de Gazza por los periodistas le hicieron ganarse el cariño de los seguidores de la Curva Nord. Un aficionado del Lazio no se cortaba al ser preguntado: “Le damos un 10 al eructo de Gascoigne. Creemos que hizo lo correcto. Si saben que está en silencio de prensa no entiendo por qué intentan entrevistarlo. La culpa es del periodista”.

En retrospectiva, el paso en falso de Gazza fue exagerado. Fue un gamberro, pero no siniestro. Ya había tenido roces mucho más graves con la prensa, hasta el punto de agredir físicamente a un fotógrafo durante la campaña 1993/94. Si bien no se pueden justificar estas reacciones, es evidente que fueron la culminación de la tensión indebida provocada por una prensa italiana implacable. Gascoigne estaba desbordado y daba muestras de ser incapaz de afrontarlo. De forma algo irónica, Gazza se redimió temporalmente después de que la prensa aplaudiera su reacción al recibir una tarjeta roja contra el Génova durante la segunda mitad de la temporada 1992/93. Sin discusiones, sin reacciones y con apretones de manos por doquier. De repente, el patán eructante era un caballero inglés. Y de la misma manera, la forma de Gazza despegó de nuevo. Contra el AC Milan, inspiró al Lazio a empatar 2-2 en el Olímpico, marcando un gol y participando en el otro. Fue otra demostración fugaz de su genio defectuoso.

Gazza terminó su temporada de debut en buena forma, ayudando al Lazio a terminar en quinta posición, su mejor puesto en 17 años. En lo personal, sus 22 partidos y cuatro goles resultaron ser su campaña más fructífera con los colores del Lazio. Sin embargo, sufrió una lesión en el Inglaterra – Países Bajos disputado en Wembley el 28 de abril de 1993, que le obligó a lucir una máscara protectora durante algunos partidos.

Por otra parte, los acontecimientos fuera del campo conspiraron repetidamente contra Gascoigne. Sus inseguridades se acentuaron cuando su ex asistente, Jane Nottage, publicó un libro en el que divulgaba detalles delicados sobre su vida privada, incluyendo sus luchas contra la enfermedad mental y la bulimia. “No puedo confiar en nadie después de lo de Jane Nottage”, reflexionaba el traicionado Gascoigne, “porque dices algo y al día siguiente está en los periódicos”.

La temporada 1993-1994 fue otra de las más paradójicas. Al regresar a la pretemporada, el médico del club de la Lazio se quejó a la prensa del estado físico de Gascoigne y el inglés no completó un partido durante tres meses. Cuando las críticas de los medios de comunicación se agudizaron, Gazza recuperó su forma física y jugó los 90 minutos en una serie de partidos durante el periodo de Navidad y Año Nuevo. El 13 de diciembre de 1993, fue el protagonista de una brillante victoria por 3-1 sobre la Juventus. En febrero, contra el Cagliari, volvió a demostrar su talento cuando, desde un ángulo improbable en la línea de fondo, lanzó un tiro libre desde 25 metros que se coló por la escuadra.

Su estado de forma se vio sin duda favorecido por el hecho de que el antiguo entrenador de Gascoigne en el Tottenham, Terry Venables, se había incorporado a la selección inglesa en enero de 1994. Bajo su tutela, Gazza había florecido en los Spurs. El técnico inglés reconoció la frágil brillantez de su pupilo, permitiéndole moverse libremente por el centro del campo y dándole apoyo mediático cuando era necesario, algo que le faltaba en la Lazio.

Zoff era simplemente un personaje más bien gélido y remoto, no el tipo de persona a la que se podía acudir con un problema. Por eso, a pesar de utilizar a Gazza en su posición preferida de mediocentro, el técnico italiano no consiguió establecer la relación personal necesaria para ayudar a su enigmático centrocampista a asentarse de verdad. No es que se pueda culpar al entrenador de la Lazio de los errores de Gazza.

“Siempre he admirado a los artistas, a los que son creadores. El portero no crea nada. Pero Gazza me volvió loco de rabia, me dio pena, tiró su arte de mala manera, mi corazón lloró por él. Ya en ese momento estaba claro que tendría problemas cuando dejara de jugar. Era una consecuencia lógica. Puede empeorar todo incluso cuando estás en la cima de tu carrera. La pretemporada de la 93-94 volvió a la concentración con una coleta y 12 kilos de más. Estaba desesperado. Cuando le vi llegar al campo de entrenamiento, le pregunté quién era porque no podía decir que era Gascoigne. Es el mayor arrepentimiento de mi carrera”, confesó posteriormente Dino Zoff.

Y es que en una cultura en la que se tiende a priorizar el colectivo sobre el individuo, la idea de fomentar un carácter especialmente exigente y complejo no era la norma. En cambio, Gascoigne, como muchos otros, fue defraudado por el mundo del fútbol profesional, que a menudo no ha proporcionado estructuras de apoyo a sus jóvenes deportistas que se enfrentan a innumerables presiones.

Y luego, por supuesto, estaban las lesiones de Gascoigne. De hecho, parecía que cada vez que amenazaba con acumular fuerzas, se le cortaban las piernas. En marzo de 1994, durante otro tempestuoso derbi, fue Valter Bonacina, de la AS Roma, quien derribó a Gascoigne en plena carrera. La entrada fue cínica y calculada. Bonacina había eludido una embestida de Gascoigne momentos antes y estaba dispuesto a vengarse. Las tensiones con la Lazio llegaron a su punto álgido cuando Gazza faltó al entrenamiento tras decidir quedarse en Inglaterra un día más durante su recuperación. Gascoigne fue multado, y el jugador sintió que su club no había empatizado con su posición: “Les dije que cuando necesito días libres no es porque odie al Lazio o quiera estar fuera de Italia, es porque quiero pescar un poco y relajarme. Otros jugadores no experimentan la presión que yo tengo. Algunos días se me saltan las lágrimas y pienso: ‘Soy un chico joven, un chico joven no debería soportar todo esto’. Estoy soportando un montón de presión y a veces no puedo con ella. Me escondo detrás del hecho de que intento ser gracioso. Pero al final puedo ser una persona seria”.

 En abril de 1994, la carrera de Gascoigne en la SS Lazio recibió el golpe definitivo. En un entrenamiento, sufrió una horrible rotura de pierna tras lanzarse a una imprudente entrada con el defensa del equipo juvenil… Alessandro Nesta. Ambos lloraban, Gazza de dolor insoportable y Nesta de angustia emocional. Aunque el joven defensa se culpó a sí mismo, Gascoigne admitió más tarde que había tenido la culpa. “Cuando causé la lesión de Paul Gascoigne realizaba mis primeros entrenamientos con el primer equipo. Gascoigne había sido la compra más cara de la historia de la Lazio y ese día trabajábamos en un campo reducido. Me hizo un par de faltas graves, pero yo, como era joven, no dije nada y seguí jugando. En un momento dado, lo vi correr e intenté detenerlo con una entrada demasiado fuerte, y le produje una fractura de tibia y peroné. Hubo un gran caos, había aficionados y periodistas, pero nadie la tomó conmigo, y la primera persona que me recogió, al verme asustado, fue el entrenador Dino Zoff. Cuando Paul volvió de la operación de mi pierna me calmó diciendo que no era mi culpa y me dio cinco pares de zapatos y un kit de pesca. No tengo ni idea de por qué lo hizo, pero fue algo propio de él”, confesó Alessandro en una entrevista posterior.

Incluso en este momento tan conmovedor de la carrera de Gazza en el Lazio, la prensa no tuvo piedad. Mientras lo llevaban en camilla al hospital, la asfixiante presencia de los periodistas y los flashes de sus cámaras provocaron escenas desagradables. Esta lesión, unida a la llegada de Zeman, supuso el fin de Gascoigne en Roma. Sustituido por Roberto Di Matteo en el centro del campo, solamente disputó cuatro partidos en su última temporada, la 1994-1995, y fue vendido al Rangers el verano. El emperador inglés de la Curva Nord dejaba la Roma y, en el fondo, tanto los aficionados como el club y el jugador sabían que lo hacían con algo más que un tinte de arrepentimiento.

Si Gascoigne no se hubiera marchado a la Lazio en 1992, es muy probable que tanto el espectáculo como la época de Football Italia no hubieran tenido el mismo impacto en el público británico. De hecho, salvo las figuras pioneras de los años de formación del calcio (Herbert Kilpin, James Richardson Spensley y William Garbutt), es difícil pensar en un jugador inglés que haya tenido más influencia en el fútbol italiano. Y todo ello a pesar de que la etapa de Gascoigne en la península se vio truncada por las lesiones y los problemas extradeportivos.

Entre 1992 y 1995, Gascoigne acumuló 41 partidos con el Lazio, en los que marcó seis goles. De esos 41 partidos, fue sustituido 30 veces. Mientras tanto, la implacable prensa italiana se convirtió en su bête noire, viendo en él algunos de los peores rasgos de una cultura británica que, en ocasiones, permitía a sus futbolistas entregarse a la indisciplina y a la bebida. En realidad, era generalmente incomprendido por la mayoría de los literatos italianos, como resumió su antiguo compañero de equipo, Beppe Signori: “No creo que nadie que le conociera bien pudiera desearle nunca el mal a Paul, porque demostraba una generosidad increíble con todos sus compañeros y, cuando estaba en las condiciones físicas adecuadas, también demostraba que era un jugador que valía lo que se pagaba por él”.

Esta alegría de vivir se expresaba claramente en el campo, aunque en muy pocas ocasiones. Como declaró más tarde Dino Zoff a Radio Manà Manà de Roma: “Gascoigne me hizo arrancarme los pelos a veces, pero le tengo un gran afecto precisamente porque era un artista, y un chico auténticamente simpático”. De hecho, de las tres cualidades necesarias para triunfar en el fútbol italiano, quizá la única que Gascoigne no poseía en abundancia era la furbizia. Precisamente por eso los seguidores del Lazio estaban, y siguen estando, tan enamorados de Gascoigne. Aunque solamente tuvo un mínimo de éxito en el campo, su carácter gregario, carismático y realista dejó una impresión indeleble en la Curva Nord. El vínculo era tal que supuestamente solía visitar la sede del grupo de ultras más conocido del Lazio, los Irriducibili, cantando, bromeando y bebiendo como un aficionado más. Según un aficionado de la Lazio que solía sentarse en la Curva, la popularidad de Gazza entre los seguidores es incluso comparable a la del héroe local, Paolo Di Canio. Este vínculo sigue siendo fuerte hoy en día, y Gascoigne recibió una acogida entusiasta cuando el Lazio le invitó a ser su invitado de honor en el partido de la Europa League de 2012 contra el Tottenham.

Pero aunque su contribución al club de la capital sigue inspirando los más gratos recuerdos, esta aventura estuvo en última instancia impregnada de patetismo. Una aventura que, en ocasiones, llevó a la desesperación a una de las personalidades más complejas y brillantes de la historia del fútbol inglés. Esto deja un legado conflictivo, que oscila entre la nostalgia y la realidad deprimente. La etapa de Gazza en el Lazio puede haber sido el sueño de un dramaturgo, pero este teatro fue tanto una tragicomedia como un triunfo.

Sin embargo, no fue en Inglaterra donde Gazza buscaría su renacimiento. En su lugar, voló al norte, a Escocia y al Rangers. Deseoso de recuperar la forma y el estado físico para la próxima Eurocopa 96, que se celebraba en su país, su anhelo se agudizó por el fracaso de Inglaterra en su intento de clasificarse para la Copa Mundial de Estados Unidos en 1994. El Rangers se encontró entonces con un Gascoigne hambriento y motivado.


sábado, 30 de agosto de 2025

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

 "EL JEQUE DE KUWAIT QUE ANULO UN GOL EN UN MUNDIAL DE FUTBOL"

FUENTE: "KODRO MAGAZINE

Disgustado por una injusticia percibida contra su selección de Kuwait, el jeque Fahad se precipitó al campo para protestar contra el árbitro. Tras detener el juego y amenazar con una retirada del combinado árabe, Stupar sucumbió sorprendentemente a la agitación de Fahad y revocó su decisión inicial. Anuló el gol ante la furia de los franceses y el partido se reanudó. ¿Qué locura paso durante aquella tarde de fútbol?




Fue un 21 de junio de 1982. La hora de la verdad para el fútbol kuwaití llegó en forma de partido contra un peso pesado como Francia. Tras un meritorio empate a uno contra Checoslovaquia (ahora República Checa y Eslovaquia) en su primer partido, los kuwaitíes habían mostrado su deseo de conseguir una mayor goleada. El jeque Fahad Al-Ahmed Al-Jaber Al-Sabah, príncipe de Kuwait y también presidente de la asociación de fútbol de la nación, se encontraba entre el público esperando hacer historia… y la hizo, pero a su manera.

 Tras mostrar una buena resistencia durante la primera media hora, Francia encontró el camino hacia la red kuwaití por medio de Bernard Genghini. El gol dio a Francia el impulso necesario para abrirse camino en la retaguardia kuwaití, y Michel Platini dobló la ventaja de Le Blues en el minuto 43, dejando a los asiáticos desinflados al descanso. Tras la reanudación, las cosas no hicieron más que empeorar. Francia retomó el camino de la primera parte y marcó el 3-0 en el minuto 48.

El sueño de Kuwait de dar una famosa campanada se esfumó hasta que Abdullah Al-Buloushi recortó distancias en el minuto 75, devolviendo la esperanza. Sin embargo, pocos minutos después, las esperanzas renovadas parecían haberse esfumado cuando el centrocampista francés Alain Giresse marcó el cuarto gol para su equipo. El gol fue recibido con protestas por parte de los jugadores kuwaitíes, que se habían congelado en los instantes previos al gol como reacción a un silbido del público, que creían que procedía del árbitro soviético Miroslav Stupar.

 Disgustado por la injusticia percibida contra su equipo, el príncipe Fahad se precipitó al terreno de juego para protestar contra el árbitro. Tras detener el juego y amenazar con una retirada, Stupar sucumbió sorprendentemente a la agitación de Fahad y revocó su decisión inicial. Anuló el gol ante la furia de los franceses y el partido se reanudó.

 A pesar de las protestas de los kuwaitíes, la superioridad de los franceses solamente necesitó unos minutos más para añadir el cuarto gol, ya que Maxime Bossis marcó en el minuto 89. Ya no hubo lugar a la discordia, pues los jugadores kuwaitíes tuvieron que abandonar el campo con la cara roja. El equipo asiático se despidió de la competición tras perder por 1-0 ante Inglaterra en su último partido, para no volver nunca más a la fase final de la Copa Mundial.

El árbitro Stupar Stupar no solo fue expulsado de aquel Mundial, sino que al llegar a Moscú la federación soviética lo despojó de su escarapela de rárbitro internacional por orden de la propia FIFA. Por su parte el jeque Fahad Al Sabah continuó al frente de la federación kuwaití de fútbol, lo que le valió para después llegar a presidir el Comité Olímpico de Kuwait. Murió a finales de 1990, durante la invasión de Irak a su país.

viernes, 29 de agosto de 2025

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCER"

 LOS ORIGENES DE MOHAMED SALAH EN EL FUTBOL EGIPCIO:

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

Mohamed Salah, nacido el 15 de junio de 1992 en Nagrig, es considerado como uno de los mejores jugadores africanos de la historia del fútbol. Su meteórica carrera profesional lo llevó a emigrar de Egipto a Suiza, y posteriormente de Inglaterra a Italia, con viaje de vuelta incluido, para acabar triunfando en el Liverpool FC.




Con la selección egipcia, ganó una Medalla de Bronce en la Copa Africana de Naciones Sub-20. También participó en la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA 2011, los Juegos Olímpicos 2012 y la Copa Africana 2017, donde Egipto fue subcampeón ante Camerún y además se clasificó a la Copa Mundial de Fútbol de 2018. Mohamed Salah se convirtió en el máximo goleador de la Clasificación Mundial de la FIFA en la CAF, siendo galardonado por esta como el talento africano más prometedor del año en 2012.

En 2013, fue galardonado con el premio SAFP Golden Player por ser el mejor jugador de la Superliga de Suiza. En 2017, fue nombrado Futbolista Africano del Año y Futbolista Africano de la BBC del Año. También ha sido galardonado tres veces como el Jugador del Mes de la Premier League, en noviembre de 2017, en febrero y marzo de 2018. En la temporada 2017-18 fue Bota de Oro de la Premier League con 32 tantos, además de ser reconocido como mejor jugador de la competición por la PFA y la FWA. Consiguió el Premio Puskás al mejor gol del año 2018.

Mohamed Salah Hamed Mahrous Ghaly nació el 15 de junio de 1992 en Nagrig, un pequeño pueblo situado en el distrito egipcio de Basyoun, en el delta del río Nilo, cerca de Tantā, la ciudad más relevante de la zona. Junto a su hermano Nasr Salah compartía interminables jornadas de fútbol callejero emulando a sus ídolos de los 90: Ronaldo y Zidane.

En la familia Salah, de clase media, la pasión por el fútbol venía de lejos, ya que su padre Salah Ghaly y sus dos tíos formaron parte del equipo juvenil de fútbol 11 del Nagrig. A diferencia de ellos, el pequeño Mohamed nunca se conformaría con ser un jugador amateur. Así que animado por su padre se esforzó al máximo para perfeccionar su talento y a sus 12 años llamó la atención del Ittihad Basyoun, equipo de fútbol sala de su localidad donde jugó casi dos temporadas completas.

Sus increíbles actuaciones acompañadas de constantes goles sorteando a todos los rivales que se le ponían por delante lo llevaron a dar el salto al fútbol 11 con el Othmason Tanta (un club de las afueras de Basyoun). Allí adaptó sus cualidades y sufrió las duras condiciones de los campos de tierra egipcios, además de desplazarse en tren a los entrenamientos.

Con casi 15 años, después de un amistoso contra los cadetes del Nadi El Mokawloon Elarab Elriadi de El Cairo, pasó a formar parte de los «meqawleen». Un fichaje que provocó serios problemas familiares, ya que el pequeño Mohamed tenía que realizar trayectos de 10 horas diarias para ir y venir de los entrenamientos en tren.

El debut de Mohamed Salah con el primer equipo tuvo lugar a finales de 2008 contra el Enppi SC, con tan solo 15 años y 10 meses, convirtiéndose así en el jugador más joven en jugar en la Liga Egipcia. Su primer gol tuvo que esperar casi dos años en un partido de Copa en el Suez Sporting Club el 9 de diciembre de 2010, posteriormente también abriría su cuenta goleadora en liga el 25 de diciembre consiguiendo el empate contra el Al-Ahly SC.

Su evolución casi quedó truncada por los hechos acontecidos el 1 de febrero de 2012, aquella noche el estadio de la ciudad egipcia de Port Said fue escenario del mayor desastre futbolístico de la última década. 74 aficionados del Al-Ahly SC, el otro club de El Cairo y eterno rival del Zamalek, perdieron la vida en su césped. El catastrófico suceso provocó la suspensión temporal de la liga y graves problemas sociales en Egipto.

El parón liguero de la Premier League egipcia fue aprovechado inteligentemente por el Fussballclub Basel que había estado monitoreando Salah durante el último año, por lo que tras la suspensión el club organizó un partido amistoso contra la selección de Egipto sub 23. El partido tuvo lugar el 16 de marzo en el Estadio Rankhof en Basilea, y a pesar de solo jugar la segunda mitad, Salah marcó dos goles, ayudando a los egipcios a una victoria final por 4-3. Posteriormente el Basilea invitó a Salah a permanecer en la ciudad para una semana de entrenamiento. El 10 de abril de 2012, se anunció que Mohamed Salah había firmado por el Basilea por cuatro años a partir del 15 de junio de 2012.

Aunque la prioridad del joven jugador egipcio siempre fue fichar por el Zamalek Sporting Club de Egipto, no se pudo cumplir su sueño, ya que el club lo rechazo alegando que era demasiado joven para el primer equipo. No olvidemos que hasta aquel entonces Salah solamente había disputado 15 partidos anotando 7 goles en la primera división egipcia.

Salah ganó la Super Liga Suiza en su primera temporada con el Basilea, siendo galardonado con el premio al Futbolista del año en África. Finalmente 79 partidos y 20 goles en 2 años le sirvieron como pase al Chelsea de Mourinho el enero de 2014. Posteriormente ha defendido los colores de ACF Fiorentina, AS Roma y Liverpool FC, con el que se coronó campeón de Europa el pasado 2019.


jueves, 28 de agosto de 2025

"HISTORIAS QUE VALEN LA PENA CONOCERSE"

 JOOP VAN DAELE O COMO JUGAR UNA INTERCONTINENTAL CON GAFAS:

FUENTE: "KODRO MAGAZINE"

La estética en el fútbol es cada vez más influyente en todos los jugadores. Si te preguntas ¿cuántos jugadores de fútbol recuerdas que lo hayan hecho con gafas? La respuesta no es para nada sencilla, ya que la lista de candidatos es relativamente corta, y el primero que nos viene a la cabeza es el famoso Edgar Davids.




Joop Van Daele es uno de los jugadores que sí lo hicieron. Un jugador mayormente conocido por su apariencia física, por el hecho de llevar gafas, que por sus cualidades técnicas. Es curioso, ya que este joven holandés marcó un gol histórico. Haciendo que la anécdota de las gafas sea aún más auténtica.

Su trayectoria no fue sencilla. En las categorías inferiores del Feyenoord siempre fue muy discutido, hasta el punto de prácticamente llegar a descartarlo. Su envergadura de metro noventa, espigado y con melena rubia, no le sirvieron para permanecer en la punta de ataque. Algo torpe y lento con los pies. Sus números le delatan: tan solo, 204 partidos disputados con once goles y veintiuna asistencias. Sus compañeros de equipo se referían a él como “el largo”. Con el paso de los años le iban intercambiando de posición para tratar de sacar su máximo provecho. Finalmente, un gol suyo cambió su propia suerte en el devenir de la historia del club. Aquel gol convirtió al Feyenoord en campeón del mundo. Ahora son sus gafas las que todavía se recuerdan en el museo del conjunto holandés.

A los 22 años Joop Van Daele firmó su primer contrato como profesional. Su altura y polivalencia en todas las posiciones del terreno de juego convencieron al entrenador. La miopía del chico, no le hizo cambiar de opinión así que se quedó en la primera plantilla. En la temporada que incorporaron al joven (1970-71) el conjunto tulipán disputaría la Intercontinental frente a Estudiantes de la Plata. La competición enfrentaba al Campeón de Europa contra el Campeón de la Libertadores. Es el trofeo que actualmente ha evolucionado al Mundial de Clubes, para consolidarse como el mejor equipo del mundo. En aquella época las finales se jugaban a doble partido. En la ida en Argentina, nuestro protagonista, únicamente permaneció como figurante del juego. Animando desde la banca.

Aquel partido acabó en empate a dos. Así las cosas, lo dejaba todo abierto para la vuelta, en Rotterdam. Como era de esperar, Van Daele, partía de suplente en la vuelta. La igualdad a cero en el marcador y el estadio De Kuip a rebosar, hizo mover ficha al entrenador del equipo holandés. Su polivalencia en el terreno de juego, hizo que lo incorporara en la punta de ataque. Su posición original. Aunque tuvo prácticamente casi toda la segunda mitad, su influencia en el juego fue mínima, pero suficiente como para anotar el único gol del partido y el gol que hizo cambiar la historia del Feyenoord. Un golazo. Un chut desde fuera del área, ajustado al palo largo del portero que conectó con su pierna derecha.

La celebración posterior y la euforia de la afición hicieron perder los papeles de los argentinos, pagando su frustración con las gafas del joven goleador. Nada más anotar el gol fue, prácticamente el equipo entero a protestar al colectivo arbitral. Una protesta un tanto extraña, ya que se quejaban de que el chico llevara gafas. Algo que en Sudamérica no estaba permitido. Los de Estudiantes, entre los que se encontraban Flores, Verón y Bilardo, ardían de rabia por la situación que estaban encajando. El árbitro, más allá de las protestas visitantes, emprendió el juego de nuevo. Aunque, sin embargo, el único que no pudo seguir fue el autor del gol, ya que le rompieron las gafas. Sin ellas poco pudo hacer, ya que su miopía le impedía desarrollarse dentro del juego. El inocente Joop Van Daele trató de recuperarlas, pero la experiencia del equipo visitante fue cruel con él, ya que no le dejaron.

Miembros del cuerpo técnico del Feyenoord trataron de arreglárselas con algún apaño para poder continuar, pero todo fue en vano. De modo que, el jugador acabó siendo una sombra en el partido que se convirtió en héroe.

La trayectoria de Joop Van Daele siguió ligada al fútbol durante unos cuantos años más en los que siguió disfrutando de la Eredivisie en diferentes equipos. Dejó el Feyenoord, finalmente, en 1976 para ir rotando en otros equipos. Se retiró en 1981, sin hacer mucho más ruido. Aunque siempre será recordado como uno de los históricos goleadores en Rotterdam y en uno de los dos equipos holandeses en conseguir una Intercontinental.


"DE COLECCION"

"QUILMES EL REY DE LOAS ASCENSOS Y DESCENSOS DEL FUTBOL ARGENTINO" FUENTE: "KODRO MAGAZINE" El Quilmes Atlético Club es ...